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lunes, 26 de septiembre de 2016

Francisco González López " EL PAIRO"


Siempre me preguntaba en mi época de estudiante el porqué se les denominaban "piratas"a los taxistas que , a lo largo de todo el año, acudían a Granada en  un servicio semirregular. Traía a colación miles de preguntas, repreguntas y sus correspuestas, respuestas y contrarrespuestas  retóricas. Unas veces, lo relacionaba con el servicio público y creía que le achacaban la competencia al servicio de línea, la famosa  GRAELS  ( ahora la empresa ALSA). No lo llegaba a comprender, ya que cerca de sus parachoques, aparecía el anagrama SP ( Servicio Público). No entraba en mi sesera que le hacían el apaño a muchos vecinos alcalaínos trasladándolos a la capital de la Alhambra para visitar o cuidar de un familiar enfermo; transmitían recados al más pintado de la ciudad de la Mota, cumplían con engorrosos encargos de las tiendas o de los comerciantes alcalaínos, y, sobre todo, redondeaban el horario para esperar a los numerosísimos estudiantes que nos trasladábamos a estudiar en la Uníversidad. Eran la tabla de salvación de muchas personas, cuadraban y completaban sus coches para favorecer el retorno sin espera, se adaptaban a  miles de incomodidades, te buscaban la solución más inesperada hasta entrada la noche,  cuando se quedaba vacía la placeta de la Trinidad, por aquellos tiempos, como estación de los piratas. En modo alguno , tenía sentido peyorativo para los usuarios aquella denominación de pirata, porque eran hombres de carne y hueso, serviciales, afectuosos, la voz de  los acontecimientos de Alcalá en los constantes itinerarios semanales y  auténticos auxiliares de servicios sociales.
Los relacioné con los cosarios que se remontaban al servicio de postas y caballerías, que se encargaban del traslado de viajeros y  mandaderos.  



 de hacer las compras de los artículos que no existían en las tiendas alcalaínas de las plazas de la Mota desde el principio de la Edad Moderna
Quedaron para la historia  el recuerdo Luís Muñoz junto con sus hijos Rafael y Marcel, Antonio El Curica; algunos ya jubilados como Pedro Marchal. Paco  Aguilera,  los Enrique, El pájaro....Dentro de esta cooperativa de amistad y trabajo, sin organización burocrática,. pero expendedora de servicios,  nos dio el último adiós esa persona rechoncha, de rostro con amplios mofletes y pálidos carrillos, pelo abundante  cubriendo su sesera, ojos dicharacheros. Un físico que respondía a una alma inquieta, buscavidas, servicial como las Marías, graciosos  como ninguno, derrochador de expandir alegrías a los demás. Nos referimos a Francisco González López, casado con  Amalia Hinojos Fernández, un matrimonio ideal, sin hijos. Pero siempre con la sonrisa en sus labios, porque la receptividad entre ambos era completa. Paco era una fuente diaria de producir chascarrillos y provocar carcajadas a todos los de su derredor, y cómo a no a  su Amalia. Siempre, regían en su mente esas ingeniosas salidas para  paliar el agujero negro o valle de lágrimas que a veces nos hace convertir  el mundo en un callejón sin salida. Me parecía que tenía el alma cándida de un niño grande.
            Es verdad que el matrimonio fue, en cierto tiempo,  una pareja servicial de una conocida familia alcaláina, pero el motor siempre le llamó, para ganarse el pan con el sudor de su frente, la atención a Paco, desde que conducía aquel camión de uso agrícola. Aquel camión, del que le escuché una anécdota curiosa de reivindicación social fingiéndose en la peligrosidad que corrían en  lo alto de un puente para conseguir una mejora salarial con el patrón incluido .
            Fueron muchos momentos de su vida los que  aportan  a la historia vecinal los diversos cambios en la cotidianidad. También muchas personas  se acuerdan cuando acudía a Ceuta y se traía para vender las prendas de los ajuares de los novios o  los primeros electrodomésticos, casettes, transistores en aquella Alcalá de los seitllas y de los últimos años del  desarrollismo franquista Otros no olvidad su primer coche americano de servicio público que causó el gran impacto en sus usuarios  y en la población alcaláina....Y nadie pasa por alto ese afán por la lectura  que le hacía consumir las novelas de serie y de formato de mano, tan frecuentadas y leídas por los hombres de aquellos tiempos. No faltaba una novela de Marcial la Fuente Estefanía o de El Coyote, ni desconocía librería granadina donde podía intercambiar un número recién editado. Esa afán por la lectura le convirtió en un ser abierto a los nuevos tiempos, por los que siempre apostó, ya que tenía unos pilares muy sólidos por la familia de los famosos artesanos González, y por la  parte de su esposa Amalia, los Hinojosa. Con ellos compartía las fiestas tradicionales, las vivencias y la compañía de sus años de jubilación.  Te llegó el momento de  ponerte al pairo. Un término náutico que te aplicaron tus vecinos con el apodo  El pairo,  porque siempre supiste bracear las gavias y demás vergas  superiores por barlovento de manera que bebieran  viento por la proa de la vida  y sortear tu destino con el arriar las escotas mayores  colocando progresivamente la caña del timón a sotavento. Es decir, con tu gracia natural ahora te recoge el destino eterno, descanse en paz.



1 comentario:

  1. Gracias por escribir tan bonito de mi tito Paco, siempre nos alegró la vida a sus sobrinos y para mi padre ha sido
    como perder un hijo.

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