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jueves, 22 de septiembre de 2016

LAS CASAS DEL PUEBLO Y BATMALA

Por  este tiempo,  se mantuvo  la Casa del Pueblo,  gracias a la intervención de los republicanos lerrouxistas en la calle Antón de Alcalá o el Horno, y, en ella, se formaban los obreros y la gente progresista en temas reivindicativos e, incluso, comenzaron a insinuar alguna  huelga. En algunos momentos, debió crearse cierta tensión en el pueblo, pues el  representante del partido conservador monárquico, datista, sufrió un atentado.
Como era natural, estos centros propugnaban  la moralidad del obrero, luchando para que no se viera inmerso en  el alcoholismo. Lerroux era el líder nacional, al que admiraban  los republicanos alcalaínos y a través del “Heraldo de Madrid” y del provincial “República”, los republicanos  se informaban de la política nacional. En esta Casa, se formaron los políticos locales, caracterizándose por el laicismo de costumbres.  De este tiempo, nació una gran amistad de Pablo Batmala con Manuel Ceballos López, con Esteban Gutiérrez y con Salvador Frías. Los líderes provinciales más importantes de aquel tiempo fueron los miembros del directorio provincial republicano, integrado por socialistas y republicanos. El presidente Eduardo Fernández del Pozo, Francisco Bago, el socialista José Morales Roble, Antonio Tordera y Juan José Moreno Martínez. El republicanismo era, al mismo tiempo que una postura política, un comportamiento ético que se identificaba con una actitud laica ante la vida, cuyas virtudes esenciales era “la base insobornable de la dignidad” la honradez en el ejercicio de la política frente al caciquismo reinante” y un laicismo, que se resume “ Como una prueba de que los hombres no se distinguen por los escapularios que llevan fuera, sino por las virtudes que encierran dentro(...)como un nuevo ejemplo de que una cosa son los rezos y otra cosa son las obras, y que ante la divinidad invisible que estimula a las almas al bien, a la belleza y a la verdad, son las obras aún sin rezos, que están en oposición con las obras..”[2]. La manifestaban hasta en las corbatas que lucían en la feria con motivo de las corridas de toros, colocando colores de la bandera tricolor de tal modo que el republicano de aquel tiempo era  un fiel seguidor de las ideas de Lerroux, además de un nostálgico de los éxitos de la Primera República Española, que conmemoraba todos los 11 de febrero. Curiosamente, compartían los actos públicos tanto socialistas y republicanos.
Entre los años 1918 y 1919, tuvo un gran impacto en estos círculos los acontecimientos  acaecidos en Granada, donde murieron varios obreros tras varias manifestaciones en las que los republicanos y socialistas se conjugaron en sus fuerzas y fueron apoyados por las manifestaciones de  estudiantes[3]. En Alcalá, este republicanismo se introducía entre  las capas artesanas, imbuidas desde hace tiempo en  los círculos  y centros republicanos, y, a través del contacto directo con Granada, pues allí solían estudiar los hijos de las familias de la clase media y, a través de las relaciones comerciales con la ciudad. Por otro lado, no hay que olvidar el contacto de los braceros alcalaínos en los campos cordobeses, en Posada, donde algunos acudían a la siega, y allí fue el principal centro del feudo electoral de Lerroux. Compartimos con  el profesor Bernal  la reorganización que tuvieron los republicanos y radicales por este tiempo, primero refiriéndose a la  expansión moderada en la Andalucía Oriental y el movimiento anarcosindicalista en las Occidental: “Tal ve el fenómeno político más característico de Andalucía  en estos años sea el resurgir y auge del republicanismo, sentimiento que no siempre era resultado consciente de un credo político estricto, sino una manifestación  de amplio rechazo  que la población andaluza debía a la política gubernamental, pues como decía el cónsul inglés  de Málaga , en uno de sus informes del siglo XIX ¨¨A través de contactos permanentes con el pueblo e caben pocas dudas de que las simpatías de la masa están con el republicanismo. Pero si el sentimiento se analiza con cuidado, se verá que es que nada sin una forma de protesta contra el mal gobierno tanto del partido de Canovas como de Sagasta[5].
En el segundo decenio del siglo XX, se presentaron los republicanos alcalaínos coaligados con los socialistas en varias ocasiones sin obtener éxito electoral  en medio de un clima poco propicio para ser refrendados por el voto popular, ya que el partido conservador ocupaba todo el espectro bajo la égida de la familia Abril. En 1920, se  convocaron elecciones a las Cortes españolas, y hay constancia de la vida política de estas formaciones, porque los  periódicos conservadores manifestaban sus críticas y su inquietud ante la posible presencia de algún representante  radical socialista por la circunscripción jiennense (en concreto, por el 8 de diciembre acudió a la ciudad el albista Lópiz, posteriormente radicalsocialista y   que se presentaba coaligado con los socialistas, para realizar un acto público en la Casa del Pueblo). Además, los conservadores estaban muy nerviosos, porque el notario Azpitare se había erigido en uno de los principales líderes de los republicanos promoviendo la coalición en este centro republicano[6].



1915.
[1] GUARDIA CAomin
[1] REPÚBLICA. Febrero de 1919.
[1] AAVV. Hitoria de Andalucía
[2] REPÚBLICA. Cuarta Quincena. La ética y el farisaísmo. Maniqueísmo.
[3]IB.ías como secretario, a Regino
[5]IB.




 
[6] EL SECTOR. Año III, Ibidem. Se alude a Azpitarte como promotor de la colación  por provenir de Andujar, donde se había formado una coalición entre Izquierdo y García Cortés.

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