También llamado Juan González del
Portillo. Hay noticias que pertenecía al Consejo del Duque de Alba, un órgano
en el que se incluían varios consejeros y una serie de oficios vinculados al Consejo, pero
que pertenecían
a la categoría más amplia
de la «Casa» ducal 60 Puede mencionarse en primer lugar al Promotor fiscal de
todas las tierras y señoríos del duque de Alba, Juan del Portillo, confirmado
en su oficio por el tercer duque, documento que informa que ya había
desempeñado este cometido en época de don Fadrique, can unas competencias
similares a las del procurador fiscal y promotor de la justicia del rey,
actuando en defensa del patrimonio del duque de Alba61.
obligaciones de ambos podrían resumirse en
las siguientes.;funciones de portería estricta, guarda de accesos de organismos
administrativos, actuaciones como ordenanzas e introductores ante los mismos,
funciones de mensajería y correo, ó actividades auxiliares de tribunales y
órganos judiciales 64 El Consejo de los duques de Alba fue instituido por
García de Toledo ,pero su gran desarrollo y plena caracterización se producen a
lo largo de los cuarenta y tres años de la titularidad del duque dan Fadrique,
época de considerable actividad gubernativa y judicial de este organismo. Desde
fechas tempranas conocerá la existencia de la figura del Presidente —Gobernador
del estado señorial durante las frecuentes ausencias del titular—, y la
paulatina sustitución entre sus miembros de los consejeros «políticos» por un
esquema más adecuado de «letrados». Lógicamente el Consejo real fue el modelo
organizativo para el desarrollo de la institución, dada la condición de
consejeras reales de los duques de Alba, extrayendo las pautas para su
posterior aplicación en el estado señoria.
En Alcalá
la Real, fue corregidor tras 7
junio de 1494, fecha en la que recibió la carta de nombramiento desde Barcelona , con un mandamiento explícito sobre
el apartamento de moros, y nombró por
alcalde mayor García Ruiz de Monteagudo. En Loja y Alhama , fue el bachiller
Francisco de Madrigal el que hizo la residencia al anterior corregidor el bachiller
Alonso Fajardo de Formicedo, emprendiendo
las obras del convento de San Francisco y un padrón de personas de repoblación para
dar la exención de alcabalas como en
Teba. Se encontró un ambiente muy enrarecido, donde el regidor Fernando de
Aranda campaba a sus anchas, armando tumultos y sin prestar obediencia a los
mandamientos reales encubriendo a los malhechores y otras personas, tal como se
le comunica un mes posterior a su llegada. lOS reyes comisionaron al corregidor
para que llevara a cabo todo tipo de informaciones sobre la posibilidad de
culpa contra su persona y sus redes de complicidad en el asesinato del
corregidor Santa Cruz. Debían andar con la mosca tras la oreja por los atropellos
y osadías a que sometía la credibilidad de
la Corona, que le obligó a devolver 4.000 maravedíes
que había recibido de la parte de un moro para realizar un puente en el
Castillo de Locubín. En este mismo mes, dilucidó competencias con el señor de
Alcaudete, Alonso Fernández de Montemayor,
porque acogían a los malhechores que huían de su Justicia y solicitó el
amparo real para que no permitiera la
acogida y salvación de los reos. llevara esta
.
También regulo los propios de la ciudad, quitando el cobro del almotacenazgo a
los regidores y concediéndolo a l beneficio de la ciudad en sus propios bajo el
cargo del mayordomo. Intervino en el control administrativo del cabildo, como
el pago del salario del personero (1.000 maravedíes, ) a los regidores y oficiales en 1494 y en los
aranceles de los escribanos estableciendo por mandato real los de Córdoba y obligando
a colocarlos en la audiencia pública. las comisiones a
la Corte en el caso de Pedro de
Gadea y Juan Pérez de Gatea en
1495. La moral pública fue protegida por
el impedimento de rufianes con las mujeres publicas, según un decreto de su
hermano Enrique IV. 5. En el mes de abril de 1495, todavía no había cobrado su
sueldo ni el de la residencia y los
reyes obligaron a l concejo municipal al pago de su salario
.
. Fue juez de residencia y
corregidor de Santo Domingo de la
Calzada en 1497 .
También llamado Juan González del
Portillo. Hay noticias que pertenecía al Consejo del Duque de Alba, un órgano
en el que se incluían varios consejeros y una serie de oficios vinculados al Consejo, pero
que pertenecían a la categoría más amplia
de la «Casa» ducal 60 Puede mencionarse en primer lugar al Promotor fiscal de
todas las tierras y señoríos del duque de Alba, Juan del Portillo, confirmado
en su oficio por el tercer duque, documento que informa que ya había
desempeñado este cometido en época de don Fadrique, can unas competencias
similares a las del procurador fiscal y promotor de la justicia del rey,
actuando en defensa del patrimonio del duque de Alba61. obligaciones de ambos podrían resumirse en
las siguientes.;funciones de portería estricta, guarda de accesos de organismos
administrativos, actuaciones como ordenanzas e introductores ante los mismos,
funciones de mensajería y correo, ó actividades auxiliares de tribunales y
órganos judiciales 64 El Consejo de los duques de Alba fue instituido por
García de Toledo ,pero su gran desarrollo y plena caracterización se producen a
lo largo de los cuarenta y tres años de la titularidad del duque dan Fadrique,
época de considerable actividad gubernativa y judicial de este organismo. Desde
fechas tempranas conocerá la existencia de la figura del Presidente —Gobernador
del estado señorial durante las frecuentes ausencias del titular—, y la
paulatina sustitución entre sus miembros de los consejeros «políticos» por un
esquema más adecuado de «letrados». Lógicamente el Consejo real fue el modelo
organizativo para el desarrollo de la institución, dada la condición de
consejeras reales de los duques de Alba, extrayendo las pautas para su
posterior aplicación en el estado señoria. 
En Alcalá 
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