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sábado, 10 de septiembre de 2016

TERCER CAPÍTULO DE LA BIOGRAFÍA DE PABLO BATMALA

IV TRAS LA  PRIMERA REPÚBLICA BATMALA EN LA ESCUELA PRIMARIA












Con el nuevo Ayuntamiento regido en 1874, a cuyo frente estaba Francisco García Valdecasas, los liberales volvieron tras el paréntesis de la República.
            Este año significó  un importante cambio de rumbo en la política nacional con el inicio del período de la Restauración que se mantendrá hasta 1923. Como hemos indicado, a partir de este momento, fueron pocos los motivos de conflicto entre los  partidos conservador y liberal, que se fueron turnando en la vida del gobierno nacional y municipal. El grupo republicano quedó relegado y fue más testimonial que real  en la vida alcalaína.
Este sistema basaba el desarrollo socioeconómico en la alianza entre los sectores industriales, financieros y latifundistas y se plasmaba en una práctica electoral formalmente democrática basada en la alternancia en el gobierno de estos dos grupos políticos. Con este turnismo municipal, quedaron presencialmente sólo dos partidos políticos: uno el encabezado por la familia Abril, que eran  los conservadores; y  otro, por los Benavides, Ramírez y Alejandro Serrano Coello,         que eran los liberales, en medio de un pacto de alternancia, que falseaba la representatividad. En este tiempo, los conservadores, tuvieron de alcaldes a  Rafael y Luis Abril y León, a Gregorio de la Torre, y, al farmacéutico Pedro Rodríguez, que le sustituyó en muchas ocasiones. Los órganos directivos del partido Moderado los dirigían Fernando Montijano, Juan de Dios de Luna, Francisco de Paula Belbel y el notario Alejandro Moutón. Estos eran miembros del partido moderado y estaban ansiosos de proclamar rey Alfonso XII de Borbón, en cuanto pudieron en 1875 y nombrar un nuevo ayuntamiento a  la cabeza  del cual estuviera Rafael Abril a principios de 1875.
Y los liberales tuvieron como alcaldes a  Francisco García Valdecasas y Buenaventura Sánchez Cañete  y, como figuras representativas, los miembros de la familia Benavides  y de la   Sánchez Molina.  

ALCALDES  Y CONCEJALES LIBERALES 

Año
Nombre y apellidos
Oficio

1874
Buenaventura Sánchez Cañete

Alcalde
1874
Bernardo  Sánchez Molina
Farmacéutico

1874
Ramón Sánchez Santaolaya



Eduardo Benavides



Lucas Molina



Valeriano Ferreira



Gregorio Serrano Gómez Urda



Juan Cruz Muñoz Hinojosa



José Ferreira Rubio



Mauricio Castillo Cortés



Blas Ramírez Cortés
Veterinario


Francisco Castillo Castillo



Tomás Cortés Lizana
Maestro de Obras


Antonio Serrano Linde








ALCALDES Y CONEJALES CONSERVADORES

1875
Rafael Abril Ávila
Propietario
Alcalde

Gregorio de la Torre Gómez Urda



Fernando Montijano
Abogado y hacendado


Rafael Caldas Trujillo
Médico


José Martínez Arjona



Ramón Santaolaya



Fernando de Tapia y Estrada
Hacendado


José Casanova
Comerciante y hacendado


Florencio Quintero



Felipe Bolívar



Francisco de Córdoba



Faustino González



Pedro Ríos
Hacendado


Pedro Castillo


1877
Pedro Rodríguez
Médico
Alcalde

Luis Fernández Guardia



Nicolás López Salado

Síndico

Rodrigo Castillo Gámez



FernándO Belbel



Luis Fuentes Mra



Julián Muñoz Maestre



Joaquín de Espino
Veterinario


Juan Casanova Zurdón



Nicolás López Salado



Manuel Mucia Atero
Comerciante y hacendado


Francisco González Robles



Félix Martín García


                                  




JUEGO PELOTA. FAMLIA BATMALA TENÍA CASA JUNTO A LA TtERCIA
La política local, prácticamente, coincidía  con la provincial, presentándose  pocas diferencias entre los dos estratos de los dos partidos, ya que ambos líderes proceden del sector rural, principalmente el conservador. Algunos miembros  de estos partidos fueron  a veces incluidos dentro de los hacendados  y contribuyentes  más poderosos de la provincia. Los labradores y rentistas menos poderosos pertenecían al sector liberal. La fuerza  de los primeros en la Sierra Sur se debe a la figura de Rafael Abril que logró  entusiasmar a la comarca con sus éxitos en la gestión de distintas obras públicas como las carreteras de enlace con la ciudad y, también, porque era un líder nato; junto a éste, intervino en el liderazgo provincial José María de Prado y Palacio. Lo mismo que lo anterior, sucedía con  su imbricación administrativa de la política provincial en la que se integraba en el partido judicial  de Alcalá la Real, como un partido eminentemente rural. Alcalá tenía a finales de siglo 14.000 habitantes. De ahí que, mientras el hermano era alcalde, Luis Abril Ávila era diputado provincial en 1875 y 1878.
Sin embargo el sistema, aunque quisiera abrirse, limitaba la participación total del sufragio universal  al  poder votar solamente los que tuvieran más de veinticinco años y rentas de contribución rústica de veinticinco pesetas y cincuenta pesetas de contribución industrial, producía inmediatamente la ausencia de un gran número de abstenciones en una zona tan deprimida como las de la Sierra Sur. En nuestro distrito muchas veces aconteció que se proclamaron los candidatos, ya anteriormente pactados entre los partidos, fruto de los acuerdos que daban una mayoría a los conservadores frente a los liberales, en una proporción dos conservadores o tres y un liberal. En la primera etapa de participación política, desde 1876 a 1886, por la circunscripción de Jaén, se destacó  Luis Abril y León[1] , hijo de  Gregorio Abril, que ocupó el sillón de   diputado  en los siguientes años y con los  resultados que vamos a comentar. En 1876, con motivo de la aprobación de la nueva Constitución, Gregorio fue votado por última vez como diputado a Cortes,  por el  distrito de Alcalá la Real, distrito que desapareció  a partir de esta fecha. 
LA PLAZA DE AYUNTAMIENTO POR LOS SITIOS COMERCIALES
A partir del 1879, el partido judicial de Alcalá comenzó a pertenecer a la circunscripción de Jaén, y le correspondió  un diputado  por uno de los dos conservadores  elegidos, en concreto  se trató de este miembro de la saga conservadora,  Luis Abril y León. Se centró su labor en política en los temas de las carreteras y de los ferrocarriles, sobre todo, la línea de Vadollano a Cartagena y la de Puente Genil a Linares,  pidiendo el enlace de Alcalá la Real con Moreda y haciéndose eco de la unión del ferrocarril desde Martos, por Alcaudete, Alcalá y Granada. Pero, este tipo de política no impedía que se aunaran esfuerzos  y, en 1879, gobernando los conservadores, un claro síntoma de ellos fue la llegada de los liberales Joaquín Ruíz Jiménez y don Antonio de Gregorio, ambos miembros destacados de la Real Sociedad de Amigos del País de Jaén para informar y pedir apoyo de los hombres emprendedores de Alcalá en proyectos fundamentales de la provincia de Jaén: el ferrocarril de Espeluy-Jaén, que enlazaba  desde esta última a Alcalá, y la creación del Banco de Pósitos y Ahorros de Jaén. En dicha reunión, acudieron conservadores como el exdiputado Gregorio Abril, que hizo valer sus gestiones sobre el primer asunto, su hermano Luis,  Pedro Camy, los liberales francisco Batmala, Pedro Utrilla, Bernardo Sánchez Molina, José Vinuesa, Agustín Sánchez Molero, el juez José Salas Castillo, el masón Miguel Ruiz Matas y otros personajes como Valeriano Castillo, José Retamero, José María del Mármol .Aquella reunión no alcanzó los resultado apetecidos, pero  Ruiz Jiménez “ con elevado estilo, correcta frase y lúcidos conceptos, llenó de su contenido altamente satisfactorio que le granjeó los plácemes de todos los concurrentes”[2].   
Si estos eran los personajes que lideraban la provincia dentro de la circunscripción alcalaína, a finales del año 1874, extinta la república, y, de nuevo,  el gobierno local en manos de los conservadores, se  colearon  unos atisbos del movimiento republicano. Pues todavía en el pueblo “algunos mal avenidos con el actual orden han propalado noticias alarmantes, con intención de turbar la tranquilidad pública”. Y aún más hubo algunos altercados, con un motín entre jornaleros y pescaderos de la plaza ante el abuso de los precios y de las pesas del pescado al ser controlados por los fieles de pesos y medidas.  Que se interpretó por las autoridades” en este momento que cunden con rapidez las noticias alarmantes que vierten mal intencionados y descontentos sobre resultados de las sublevaciones carlistas y republicanas, porque atraviesa la Nación y arma algún pueblo de la provincia[3]
Durante estos años, se produjeron varios acontecimientos importantes en el seno de la familia. Muestra de su olfato comercial, casi todos los franceses vivían  en el triángulo formado por las calles de la Plaza y Utrilla: Francisco Batmala, primero en ésta última y, posteriormente en el Llanillo, Santiago en la calle Bordador,  y los hermanos Laloya en la calle Braceros. La razón estribaba en que en este barrio solían residir los grupos influyentes del municipio: los funcionarios y profesionales  ( alcaide de la cárcel, empleados de renta) los armeros ( Felipe de Frías y Manuel González), los dependientes, comerciantes, sastres forasteros como Agustín Tié y Garona, el farmacéutico Miguel Martínez, sargento de la Guardia Civil y la Casa Cuartel, y los hombres de servicios como los posaderos y  taberneros de la  familia Martín y Huelte.

EL MATRIMONIO BATMALA-LALOYA. EL NACIMIENTO DE PABLO


En estos finales de siglo, la pareja Batmala Laloya se casó por poderes en el año 1872[4]  Pronto, forjó una gran hacienda, por la adquisición de bienes y  fincas, así como por la herencia de los hermanos de Clotilde Laloya. Además, el marido, Santiago,   debió ser un hombre emprendedor, que lo mismo  se endeudaba que asumía la función de avalista. No hay que ver sino la lista de sus fiadores: los comerciantes prieguenses, Mármol, Antonio Cristino Oria,  Enrique León, su hermano Juan, y Ana Laloya. Disponía de la casería de Funes, donde guardaba su ganado de briega: Cuatro mulas, una yegua, un potro, los aperos de labranzas- arados, narrias, hoces- y le gustaba pasear con un caballo, afición que Pablo heredó. 
El matrimonio compartía buenos  y malos momentos. En 1873, le nació la primera hija  del matrimonio y le pusieron de nombre Dolores[5], pero el  28 de diciembre del año siguiente, murió la suegra, Juana Corrucou.
Dos años después,  vino al mundo Pablo, segundo de aquella familia forastera, recibiendo el nombre de su tío materno. Nació a las once de la mañana del 10 de enero de 1875 y fue bautizado por el cura Torres, un día después,  en la iglesia de la Veracruz, que pertenecía a la parroquia de Santo Domingo de Silos. Su nombre completo de pila  era PABLO SANTIAGO JULIÁN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD. En esta fecha ya no vivían los abuelos, salvo la abuela materna doña Juan Coroucou. Como es lógico, fueron  sus padrinos los hermanos de su tía Dolores Alba,  don Francisco y Alonso Alba y como testigos otros hacendados don Cristino Oria, don José Vinuesa y don Manuel  Leiva y Siles[6].    
Su  casa de la calle Bordador pertenecía a una antigua familia hidalga. Ofrecía amplias dimensiones, tres pisos y  portada. Medía doscientos treinta metros cuadrados, y tenía de vecinos a Manuel Trujillo y Antonio de la Torre Gómez Urda, por la espalda Gregorio Montañés, todos ellos ricos hacendados de Alcalá. Se entraba por un portal, con una mesa, silla y un farol, a cuyo lado había una despensa con calderos, útiles de campo, varias arrobas de vino, aceite y miel. Además se componía de una cocina, bien provista utensilios para comer y beber, una trascocina o despensa con utensilios de preparar la comida,  una sala con sofá, espejos, doce cuadros, misa camilla, dos quinqués y armario, unos   dormitorios con un cuadro de la Dolorosa, valorada en  250 pesetas, mesitas, jofainas,  dos camas, y unas cámaras, con atrojes de garbanzos y habas.  
Su tío Pablo Laloya tenía una una tienda
Su padre, cuando tuvo a este segundo hijo, había ya adquirido esta casa respondiendo a su condición social y holgada de propietario, ya que disponía de la sirvienta castillera Vicenta Castillo Rueda. Sus vecinos eran miembros de la burguesía rural alcalaína: por las casas de arriba, la familia de los Mármol, los Utrilla, los Montijano, emparentados con los Pineda y Garnica; y, por la parte de abajo, la  propietaria era  Antonia de la Torre Gómez-Urda (Anteriormente, había vivido su hermana  Rafaela, casada con un coronel de Infantería retirado Simón Beguiristaín)[7]. Pero, los mejores amigos de Santiago Batmala estaban relacionados con el comercio de Ramón Sanz,  Vicente López y José Frías Torné que vivía n en la calle Braceros.
En su infancia, Pablo vio morir a su hermano Indalecio do[8]. Y presenció los negocios de sus tíos en el comercio del Llanillo, donde  igualmente  vendían que compraban tierras o fiaban dinero en un clima de gran prosperidad[9]. Así, en este año, entre otros miembros importantes de la familia, su tío Pablo Laloya,  a la edad de 30 años, era un hombre notable, emancipado de su antiguo amo Francisco Batmala, e incluso había abierto, junto con sus hermanos, un negocio en la Plaza Municipal que presenciaba todo tipo de transacciones en el mercado colocado a las puertas de su establecimiento. Utilizaba los mismos medios de enriquecimiento que sus parientes, pues su comercio obtenía pingues beneficios con los que prestaba a muchas personas que acudían allí de la comarca: al castillero Antonio Lara Sevilla, veinte años mayor que él, le fiaba nada menos que la cantidad de 1.412 pesetas. De este tiempo surgieron las relaciones con la familia de los Bermúdez, que el sobrino alimentó no sólo en el plano comercial sino en el político[10]. Francisco Batmala, tío de Pablo, por su parte, regentaba la Fábrica de Harinas y controlaba el importante mercado cerealístico hasta el punto que, con sus ingresos, ocupó uno de los primeros puestos de la lista de mayores contribuyentes de Alcalá la Real e, incluso se permitió abrir caminos desde la nueva carretera de Alcaudete a Granada hasta su fábrica de Harina. El propio padre  Santiago Batmala gozaba de gran refrendo popular y fue convocado  en 1877 como miembro de la terna para la Junta Pericial.
LA CASA DE SANTIAGO BATMALA, QUE HEREDÓ SU HIJO PABLO, LA SEGUNDA TRAS LA MODERNISTA. SE HIZO ANTES QUE LA MODERNISTA  QUE HICIERON LOS MAESTROS GRANADOS. EN EL PRIMER DECENIO .
s meses después de nacer en 1877
Un año después, nació su hermana Clotilde, con la que estuvo ligada durante toda su vida[11]. También, en su familia, los bienes se acrecentaban diariamente, pues su padre adquirió en 1879 la finca de  olivos de Valcargado, propiedad de  Francisco Anguita[12].

La Plaza del Ayuntamiento, lugar que Pablo Batmala compartió vivencias desde la niñez


[1] DE LA CUADRA HERRERA, R Juan Ramón, “Aproximación a los diputados por Jaén”1810 a 2000. Unicaja. Málaga 2002.
[2] Acta de 26 de mayo de 1879.
[3] AMAR. Legajo 200  Nota  491. 28 de diciembre de  1873.Se detuvo a uno de los pescaderos: José Daza.
[4] AHDJ. Legajo sobre las amonestaciones para el matrimonio por poderes.
[5]  Nació el siete de octubre, a las dos de madrugada. Dolores Clotilde Sergia de la Santísima Trinidad.
[6] Legajo 124, P.4. Francisco Batmala había nacido el 17 de febrero de 1831 en Rabenacq y su esposa Dolores Alba Fernández, el 25 de abril de 1836. Los padres de Dolores eran don Florencio Alba y la granadina doña Antonia Fernández. Se casaron el 19 de mayo de 1666 en la parroquia de Santo Domingo de Silos y figuraba en el día del casamiento como comerciante.

[7] APSD. Libro de defunciones, 30 de enero de 1879.
[8] Nació Indalecio Santiago Alejandro del Espíritu Santo, el 26 de febrero de 1877 a las nueve , murió el 16 de abril.
[9] A.H.P.J. Legajo 21605. Año 1877. Pablo fía como soltero dedicado al comercio,  a Antonio de Lara Sevilla, labrador del Castillo de Locubín. AHPJ. Legajo AHPJ. Legajo

[10] AHPJ. Legajo 21.607.Ante el notario Alejandro Mouton. El 9 de enero de 1978, Pablo Laloya prestó a Antonio Bermúdez 3.840
[11] Clotilde María Adoración de los Santos Reyes nació el 27 de Junio de 1878.
[12] AHPJ. Legajo 21.612. Folio 2854 ante Alejandro M La adquirió el 20 de –12-1879

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