A finales de septiembre, las
primeras que sufrieron el acoso gubernamental fueron las  sedes de 
No obstante, a principios del
año 1912, quedaron algunos vestigios de los años anteriores, y  todavía se investigó por el juez el centro de
Charilla y a otros republicanos como 
Felipe Núñez y Escobar y Moisés Sánchez Garrido. Y el ayuntamiento,
siguiendo esta política de hostigamiento, trasladó al Gobernador Civil algunos
datos sobre la Unión
 Republicana  de Alcalá la Real[2].
Aún más  el 29 de agosto el  se comunicó la disolución de la sociedad de
Mures. Entonces todos los centros republicanos quedaron sumidos  en la clandestinidad, y  ya no hubo más noticias que el contacto
personal de sus miembros con sus jefes provinciales.
Como consecuencia de esto, Pablo
Batmala sufrió en sus propias carnes todo tipo de represión, pues ostentaba la
presidencia de la
 Unión Republicana  de Alcalá, cuya sede estaba en la calle
Alonso Alcalá. Y, lo mismo le aconteció a sus compañeros republicanos de  Alcalá y de otras aldeas, como Gregorio Barrio
Sánchez de Santa Ana,  Dionisio Pérez
Trebajano de Ribera Baja, Fernando 
Trebajano de la
 Ribera Alta , o Manuel Álvarez Anguiano de Charilla. Se les
levantó el auto judicial para condenarlo 
en el mes de octubre de 1911, se les humilló con el expediente por
pertenencias a las ideas republicanas, informando el ayuntamiento con un
certificado de conducta,   y otro de
bienes.[3].
El ocho de mayo de 1912 se le comunicó a los presidentes  de 
Unión Republicana de Alcalá la
 Real , Charilla y Ribera Baja que quedaban disueltas sus
sociedades[4].
En el mes de septiembre, incluso un republicano Francisco García Trevijano fue
puesto a disposición judicial y encarcelado[5].     
Por otra parte, la campaña de
persecución judicial se complementó con la 
política de agresión emprendida por los conservadores alcalaínos. Estos,
que habían estado algo desorganizados en el principio de siglo por el influjo
liberal, se reorganizaron en 1911. Según Guardia, temían que estallaran el
terrorismo y la violencia como en otras ciudades de Andalucía, debido a haber
calado estos más en las clases más desfavorecidas y, según su parecer, más
analfabetas. Para ello, dispusieron un plan de anulación del incipiente
movimiento socialista y anarquista, a cuyo frente se puso el propio alcalde y, A SU VEZ,  diputado
alcalaíno,  que emprendió una dura
campaña contra los partidos republicanos y socialistas durante el año 1911. Era
consciente de la ardua empresa que iba a llevar a cabo, pues el gobernador
civil le dio permiso a él y tres hijos para el uso de armas particulares[6].
Pronto  se dedicaron a esta tarea, y por
eso, se dirigió a cada una de las aldeas alcalaínas, y llevaron a cabo acciones
de contrapropaganda a favor de  las ideas
conservadoras; además  se impusieron
medidas coercitivas contra las 
incipientes sociedades dentro de una política FRENTISTA, típica del
momento, dando lugar al cierre de todas las sociedades de todas las aldeas. Además,
contraatacó, por su parte,  creando  comités y sedes de su partido político, el
conservador, en cada una de ellas, y con la ayuda de sus hijos: “sembró los
campos de periódicos sanos y de aún más sanas pesetas[7].
Para  combatir el republicanismo dentro del casco
urbano de Alcalá, por otro lado llevó a cabo una labor de sensibilización en
contra de los nuevos movimientos, dirigida en primer lugar a los representantes
del gobierno municipal. Organizó gran número de mítines, en los que hacía
contrastar su ideología conservadora con el nuevo movimiento social
denigrándolo. Tuvo, como es lógico, su reflejo y apéndice sucursalista
constituyendo el Centro de 
[2] AMAR. Registro de 23 de junio de 1912.
[3]GUARDIA CASTELLANO. Antonio. Notas
para la Histo 
[6] AMAR.
Registro  el 21de enero de 1913.
[7]
AMAR.  Registro del 3  de mayo de 1914.
[7] AMAR.
Registro del 22 de noviembre de 1915.
[8] GUARDIA
CASTELLANO
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