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martes, 20 de septiembre de 2016

PABLO BATMALA EN TIEMPOS DE CANALEJAS

LOS REPUBLICANOS CON CANALEJAS

 
Esquina Tejuela y Mesa. Se ve la Cárcel y subida a calle Real. 









Pablo había estudiado magisterio en Jaén, profesión que nunca llegó a ejercer por circunstancias familiares, porque, en 1904, ya administraba, con la categoría de propietario y hacendado,   la casa familiar, junto con las propiedades de su madre y de sus hermanas Clotilde y Enriqueta. Por eso, no es extraño que 1899, ya se le veía arrendando  en 1899 algunos  bienes a  varios miembros de la familia Calvo Montañés[1]. Comenzaba a frecuentar el Casino y  a compartir la amistad no sólo con los amigos pudientes sino también con los jornaleros, arrendatarios y  braceros que trabajan sus tierras. No compartía situación de pobreza humana de muchos braceros que dedicaban largas horas del día para un mísero jornal, y, menos aún,  los grandes periodos de paro, con los que las familias pobres tenían que malvivir durante muchos  días  por medio de la limosna o de las comidas que surtía la Asociación Cristiana de la “Paz”. En 1905, vendió un haza de tres fanegas de la Mata del Doblón a Domingo Retamero[2]. A sus veinticinco años, tenía una estatura media,  y una prolongada nariz y, roma, que le daba cierto perfil francés. Siempre apuesto, solía vestir con chaleco, donde guardaba las monedas que repartía a los más humildes. Era una persona que solía tener una inteligencia innata, cimentada con la lectura de los periódicos republicanos.
            En la plaza, se había concentrado la población más hacendada e inquieta  de la ciudad de la Mota. Sus vecinos del siglo anterior  eran el comerciante José Pérez Aguilera, el carpintero Rafael Alameda, Guillermo Calvo, y el empleado Gregorio Ceballos León. Los industriales Ramón Cuenca, Antonio López Morales, Paulino Gómez Urda. El veterinario Ramón Espino, el cura Luís Fernández Torres, y el labrador Milesio Hinojosa. Con la familia del industrial José Hinojosa García y  su mujer Valentina López  tuvo cierta afinidad. El tabernero Antonio Martín Huelte  le ofrecía cierto  aprecio por su talante liberal y  con la familia de los Miqueu Gober  gozaba una simpatía especial, pues habían sido los primeros  que habían llegado de Francia de la región del Rebenacq. Los hacendados  pertenecientes a la familia de la Torre y Francisco Pulido, Manuel Trujillo, Antonio Vigas, los Sánchez y Sánchez, el alcalde liberal Alejando Serrano Coello, casado con Dolores Montijano Pineda completaban este rincón tan alcalaíno. Sin embargo, poco a poco, con algunos de ellos fue perdiendo su amistad, ya que Batmala comenzó a separarse del tradicionalismo local  y eludiendo todo contacto con la religión en tanto que algunas de  estas familias  se  radicalizaron y se hicieron  defensoras y afiliadas del más rancio tradicionalismo.

Esta claro que el gobierno nacional, presidido por el liberal José Canalejas permitió un  cierto respiro a los movimientos republicanos  y socialistas alcalaínos y, no sólo, a estos movimientos sino también a los masones. Incluso en 1905, se pidieron compromisarios a los presidentes de las Sociedades Obreras de Ribera, Charilla y Cantera Blanca con motivo de las concentraciones provinciales para acudir al Congreso Nacional Republicano. Su  apertura a otras religiones con motivo de la publicación de una Real Orden, en la que permitía por el diez de junio “dejar  el camino libre para el reconocimiento de la libertad religiosa y de culto” permitió  cierto grado de libertad a este tipo de asociaciones [3] .  Y, como muestra, el republicanismo, tan enraizado en las aldeas desde el siglo pasado, se manifestaba en su cementerio neutro que se mantuvo hasta el año 1911. En otros aspectos como la libertad de expresión, permitió la crítica contra el partido conservador. Así, de estos años, el periódico “El Látigo Rojo” nos recogía noticias alcalaínas, en las que los republicanos  se hacían eco de  los comentarios de la gente. Por su gracejo, las transcribimos:
Callec Ancha, Barrero.Manada de cabras.
“El monterilla cínico y desahogado que ordena en este pueblo de Alcalá la Real está que trina contra Látigo Rojo, porque hemos sabido poner de relieve toda la podredumbre  que  encubre a este mandarín de la peor calaña..
Mas  hace mal el tal monterilla en irritarse tan prematuramente, pues, tenemos  tela cortada para rato con respecto a los innumerables abusos y atropellos de su merced el mandarín de Alcalá la Real.
¡Ah! A propósito.
Se dice que el Alcalde señor Abril contra lo que dispone la Ley, tolera en cierta sociedad que ellos  patrocinan, una rifa que es mucha rifa...
También se dice que esta autoridad ha poco autorizó una capea, siendo el encierro de cornúpetos a las nueve de la noche, y cuando mayor era el número de transeúntes por las calles del Llanillos, causando con tal motivo las consiguientes carreras y sustos anejos al hecho de conducir, sin previo aviso y tan falto de precaución estos animalitos por una vía pública tan transitable  El caso de ser como se dice revela una tolerancia por parte de las autoridades d Alcalá la Real, que dice muy poco en su prestigio” ¡Uff! que miciomitu ¿? Se dice de buena tinta que estos dos personajes o lacayos de Bavián del monterilla, han sido nombrados para llevara a Madrid la niña de Gloria, a que dé a luz, pus parece ser que esta fuera de cuenta.¿?¡El caso no es nuevo en cuanto a lo del alumbramiento. Lo que revela un poco vergüenza incalificable, y un cutis sin placa del colorado, es la conducta de esos dos señores que se presentan a representar tan buenamente le papel de celestinas. ¡Vaya un par de puntos desahogados y marranos que estarán los ales!¡Nunca como aquel refrán, de Dios los cría...¡Qué  asco![4]
Por eso no nos extraña que el dos de julio de 1910, el doctor Ruiz Matas, se convocara una manifestación de apoyo al gobierno nacional. Para ello, el alcalde solicitó la ayuda del comandante del puesto de Guarida Civil, por si  hubiera alguna perturbación[5]. Como es lógico, Batmala apoyó, al día siguiente de su convocatoria,  este movimiento junto con los socios de las sociedades republicano-socialistas al día siguiente, en la que  sus  miembros comienzan a reafirmarse  su ideología laica frente a la religión católica imperante del momento.     
En 1911, las sociedades republicanas y obreras estaban ya muy organizadas en  la comarca alcalaína, celebrando asambleas y juntas generales, analizando la situación política y proponiendo medidas y reformas sociales en un contexto que compartían con las que emprendían los ministerios de  ámbito nacional. De ahí que los conservadores alcalaínos apoyasen, a través del doctor Ruiz Mata y  con una manifestación el día  tres de julio,  la política del gobierno.
Casino
Pronto, sin embargo, el desaliento de republicanos y socialistas comenzó a cundir y aumentar ante la poca efectividad, que habían tenido las medidas sociales  y laborales entre las clases más desfavorecidas, como la  regulación del trabajo, la reglamentación de las labores en las minas, la prohibición del trabajo nocturno, la supresión del impuesto del consumo,  o el servicio militar obligatorio[6]. Los grupos obreros las consideraban “más espectaculares que eficaces, por lo que Canalejas no logra ganarse a socialistas ni a republicanos[7]”. Incluso, el líder nacional del Unión Republicana Alejandro Lerroux abandonó la coalición radical-socialista en diciembre de 1910, lo que afectaría a las buenas relaciones de  todas las agrupaciones republicanas de  la comarca y su unión con los socialistas. 

El primer aviso de este descontento lo promovieron los republicanos de Charilla, ya que celebraron una reunión  por la noche del día 30 de abril con motivo de la  preparación del uno de mayo de 1911, y el ayuntamiento requirió la ayuda del teniente de la Guardia Civil, para que concurriera con su fuerza, pues “se temía que los republicanos perturbaran el orden” y esta misma situación se presentó para el día doce de mayo en casa del republicano Francisco Cano Viana por la zona de las Grajeras[8]. Sin embargo, el ambiente se mantuvo  tranquilo, pues, a  lo largo del mes de abril, no se celebraron mitin ni reunión alguna. Al mes siguiente, el segundo aviso lo recibió la Sociedad  Republicana de Santa Ana, a la que el Gobernador Civil pidió el libro de actas y lista de socios[9]. En el mes de julio, le tocó el turno a la  junta directiva de la sociedad republicana de la Ribera Baja[10] y también recibió la presencia de las fuerzas del Orden, con motivo de una manifestación convocada en la aldea para el día 25 de julio. El Ayuntamiento alcalaíno le comunicaba al Gobernador civil que se celebró y  sus connotaciones eran “de carácter republicano”. Incluso, le añadió que existían prácticas laicas  en el cementerio de Charilla con motivo de los restos de un niño al cementerio católico, familiar de uno de los dirigentes republicanos[11]. Tan sólo, la Sociedad Republicana  de Alcalá celebró actos el día ocho  de mayo. Y de nuevo, se reunió la  Sociedad de Unión Republica de la  aldea de Santa Ana ante la presencia del segundo teniente de alcalde del ayuntamiento alcalaíno el día 16 de septiembre.          
Calle Llana
A partir de este día, para los republicanos cambiaron las cosas. Fueron  convocados a la cita  por el presidente de la Unión Republicana de Santa Ana en el cortijo Mesa para tratar de cuestiones políticas y sociales y no debieron gustar las palabras de aquel acto en los gobernantes. Pues,  se produjo una auténtica persecución de los republicanos por medio de los órganos de la justicia, entre  los meses de septiembre y octubre. Se les visitaba, se les inspeccionaba las sedes y centros y se perseguían a sus afiliados mediante levantamientos de autos judiciales por el juez de instrucción. Este último  los atemorizaba  recogiendo y solicitando certificados de conducta y los amillaramientos de sus propiedades y para atacarlos, denunciarlos y amedrentarlos, además  recababa de  los dirigentes  las listas de socios. El Gobernador Civil, a su vez y en consonancia con las autoridades locales,  requería mensualmente al ayuntamiento para que le informara detalladamente de cualquier reunión o mitin que  celebraran las asociaciones obreras y republicanas. Las fiestas aldeanas, además, con el pretexto de  evitar cualquier altercado público, eran controladas por los  miembros de la Guardia Civil, los alcaldes pedáneos y los guardas locales.  En concreto, a partir de este año, el uno de mayo en las Grageras fue objeto de una protección especial.
A finales de septiembre, las primeras que sufrieron el acoso gubernamental fueron las  sedes de la Unión Republicana de Alcalá, la de Unión y Liga Republicana de Charilla, las sociedades republicanas de Santa Ana  y Riveras. Acudieron a las sedes  de sus asociaciones y, para mayor impacto entre la población aldeana, el juez, acompañado del teniente de la guardia civil,   convocó al presidente y les requerió las listas de socios. La Unión Republicana de Mures fue disuelta por el gobernador civil a instancias del juzgado municipal de Alcalá la Real el ocho de octubre. Al resto de las agrupaciones se les levantó un expediente (curiosamente en el mes de marzo de 1912 fue sobreseído), lo mismo que se había hecho con el del presidente de la sociedad de Mures. Al finalizar el año, la actividad de los políticos republicanos  había  decaído totalmente y tan sólo se comunicó al Gobierno Civil “no ha habido mítines”[12].
No obstante, a principios del año 1912, quedaron algunos vestigios de los años anteriores, y  todavía se investigó por el juez el centro de Charilla y a otros republicanos como  Felipe Núñez y Escobar y Moisés Sánchez Garrido. Y el ayuntamiento, siguiendo esta política de hostigamiento, trasladó al Gobernador Civil algunos datos sobre la Unión Republicana de Alcalá la Real[13]. Aún más  el 29 de agosto el  se comunicó la disolución de la sociedad de Mures. Entonces todos los centros republicanos quedaron sumidos  en la clandestinidad, y  ya no hubo más noticias que el contacto personal de sus miembros con sus jefes provinciales.

LLanos y caballer´´ia
Como consecuencia de esto, Pablo Batmala sufrió en sus propias carnes todo tipo de represión, pues ostentaba la presidencia de la Unión Republicana de Alcalá, cuya sede estaba en la calle Alonso Alcalá. Y, lo mismo le aconteció a sus compañeros republicanos de  Alcalá y de otras aldeas, como Gregorio Barrio Sánchez de Santa Ana,  Dionisio Pérez Trebajano de Ribera Baja, Fernando  Trebajano de la Ribera Alta, o Manuel Álvarez Anguiano de Charilla. Se les levantó el auto judicial para condenarlo  en el mes de octubre de 1911, se les humilló con el expediente por pertenencias a las ideas republicanas, informando el ayuntamiento con un certificado de conducta,   y otro de bienes.[14]. El ocho de mayo de 1912 se le comunicó a los presidentes  de  Unión Republicana de Alcalá la Real, Charilla y Ribera Baja que quedaban disueltas sus sociedades[15]. En el mes de septiembre, incluso un republicano Francisco García Trevijano fue puesto a disposición judicial y encarcelado[16].    





[1] AHPJ. Legajo 5667. Índice. Documentos de Marín Ocete.
paña. Pp.. 793.
[2] ARCHIVO PROPIO. Hoja suelta del Látigo Rojo. Por el contexto, se hizo en tiempos de Canalejas.
[2] AMAR.
Libre de registro de entrada de dos d
e julio de 1910.
[4] Mayo 1911, julio 1911.
[4] CRÓNICA DE ESPAÑA Pág.794.
[4] AMAR. Libro de registro
1911. Dato 29 de abril.
[5] AMAR. Registro del 30 de junio de 19
11.
[6] AMAR. Registro del
 7 de julio.  .
[7]  El niño era
 Julio Anguiano
[8] AMAR. Libro de registro de 1912.
[9] AMAR.  Acta del 24 de febrero de 1912.
[9]
 AMAR. Registro del 17 de octubre d
e 1911.
[11] AMAR. Registro Del 8
 de mayo 1912
[12] AMAR. Regsistro del
 cuatro de septiembre de 1912.
[13] AMAR. Re
gistro de 23 de junio de 1912.
[14]GUARDIA CAST
ELLANO. Antonio. Notas para la Histo
ria de Alcalá la Real.
[16] AMAR. Registro del 17 de no

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