LOS REPUBLICANOS CON CANALEJAS
Pablo había
estudiado magisterio en Jaén, profesión que nunca llegó a ejercer por
circunstancias familiares, porque, en 1904, ya administraba, con la categoría
de propietario y hacendado, la casa
familiar, junto con las propiedades de su madre y de sus hermanas Clotilde y
Enriqueta. Por eso, no es extraño que 1899, ya se le veía arrendando en 1899 algunos bienes a
varios miembros de la familia Calvo Montañés[1].
Comenzaba a frecuentar el Casino y a
compartir la amistad no sólo con los amigos pudientes sino también con los
jornaleros, arrendatarios y braceros que
trabajan sus tierras. No compartía situación de pobreza humana de muchos braceros
que dedicaban largas horas del día para un mísero jornal, y, menos aún, los grandes periodos de paro, con los que las
familias pobres tenían que malvivir durante muchos días
por medio de la limosna o de las comidas que surtía la Asociación Cristiana
de la “Paz”. En 1905, vendió un haza de tres fanegas de la Mata del Doblón a Domingo
Retamero[2]. A
sus veinticinco años, tenía una estatura media,
y una prolongada nariz y, roma, que le daba cierto perfil francés.
Siempre apuesto, solía vestir con chaleco, donde guardaba las monedas que
repartía a los más humildes. Era una persona que solía tener una inteligencia
innata, cimentada con la lectura de los periódicos republicanos.
En
la plaza, se había concentrado la población más hacendada e inquieta de la ciudad de la Mota. Sus vecinos del
siglo anterior eran el comerciante José
Pérez Aguilera, el carpintero Rafael Alameda, Guillermo Calvo, y el empleado
Gregorio Ceballos León. Los industriales Ramón Cuenca, Antonio López Morales,
Paulino Gómez Urda. El veterinario Ramón Espino, el cura Luís Fernández Torres,
y el labrador Milesio Hinojosa. Con la familia del industrial José Hinojosa
García y su mujer Valentina López tuvo cierta afinidad. El tabernero Antonio
Martín Huelte le ofrecía cierto aprecio por su talante liberal y con la familia de los Miqueu Gober gozaba una simpatía especial, pues habían
sido los primeros que habían llegado de
Francia de la región del Rebenacq. Los hacendados pertenecientes a la familia de la Torre y Francisco Pulido,
Manuel Trujillo, Antonio Vigas, los Sánchez y Sánchez, el alcalde liberal
Alejando Serrano Coello, casado con Dolores Montijano Pineda completaban este
rincón tan alcalaíno. Sin embargo, poco a poco, con algunos de ellos fue
perdiendo su amistad, ya que Batmala comenzó a separarse del tradicionalismo
local y eludiendo todo contacto con la
religión en tanto que algunas de estas
familias se radicalizaron y se hicieron defensoras y afiliadas del más rancio
tradicionalismo.
Esta claro que el gobierno
nacional, presidido por el liberal José Canalejas permitió un cierto respiro a los movimientos
republicanos y socialistas alcalaínos y,
no sólo, a estos movimientos sino también a los masones. Incluso en 1905, se
pidieron compromisarios a los presidentes de las Sociedades Obreras de Ribera,
Charilla y Cantera Blanca con motivo de las concentraciones provinciales para
acudir al Congreso Nacional Republicano. Su
apertura a otras religiones con motivo de la publicación de una Real
Orden, en la que permitía por el diez de junio “dejar el camino libre para el
reconocimiento de la libertad religiosa y de culto” permitió cierto grado de libertad a este tipo de
asociaciones [3] . Y, como muestra, el republicanismo, tan
enraizado en las aldeas desde el siglo pasado, se manifestaba en su cementerio
neutro que se mantuvo hasta el año 1911. En otros aspectos como la libertad de
expresión, permitió la crítica contra el partido conservador. Así, de estos
años, el periódico “El Látigo Rojo” nos recogía noticias alcalaínas, en las que
los republicanos se hacían eco de los comentarios de la gente. Por su gracejo,
las transcribimos:
Callec Ancha, Barrero.Manada de cabras. |
“El monterilla cínico y
desahogado que ordena en este pueblo de Alcalá la Real está que trina contra
Látigo Rojo, porque hemos sabido poner de relieve toda la podredumbre que
encubre a este mandarín de la peor calaña..
Mas hace mal el tal monterilla en irritarse tan
prematuramente, pues, tenemos tela
cortada para rato con respecto a los innumerables abusos y atropellos de su
merced el mandarín de Alcalá la
Real.
¡Ah! A propósito.
Se dice que el Alcalde señor
Abril contra lo que dispone la Ley ,
tolera en cierta sociedad que ellos
patrocinan, una rifa que es mucha rifa...
También se dice que esta
autoridad ha poco autorizó una capea, siendo el encierro de cornúpetos a las
nueve de la noche, y cuando mayor era el número de transeúntes por las calles
del Llanillos, causando con tal motivo las consiguientes carreras y sustos
anejos al hecho de conducir, sin previo aviso y tan falto de precaución estos
animalitos por una vía pública tan transitable
El caso de ser como se dice revela una tolerancia por parte de las
autoridades d Alcalá la Real ,
que dice muy poco en su prestigio” ¡Uff! que miciomitu ¿? Se dice de buena
tinta que estos dos personajes o lacayos de Bavián del monterilla, han sido
nombrados para llevara a Madrid la niña de Gloria, a que dé a luz, pus parece
ser que esta fuera de cuenta.¿?¡El caso no es nuevo en cuanto a lo del
alumbramiento. Lo que revela un poco vergüenza incalificable, y un cutis sin
placa del colorado, es la conducta de esos dos señores que se presentan a
representar tan buenamente le papel de celestinas. ¡Vaya un par de puntos
desahogados y marranos que estarán los ales!¡Nunca como aquel refrán, de Dios
los cría...¡Qué asco![4]
Por eso no nos extraña que el
dos de julio de 1910, el doctor Ruiz Matas, se convocara una manifestación de
apoyo al gobierno nacional. Para ello, el alcalde solicitó la ayuda del
comandante del puesto de Guarida Civil, por si
hubiera alguna perturbación[5].
Como es lógico, Batmala apoyó, al día siguiente de su convocatoria, este movimiento junto con los socios de las
sociedades republicano-socialistas al día siguiente, en la que sus
miembros comienzan a reafirmarse
su ideología laica frente a la religión católica imperante del
momento.
En 1911, las sociedades
republicanas y obreras estaban ya muy organizadas en la comarca alcalaína, celebrando asambleas y
juntas generales, analizando la situación política y proponiendo medidas y
reformas sociales en un contexto que compartían con las que emprendían los
ministerios de ámbito nacional. De ahí
que los conservadores alcalaínos apoyasen, a través del doctor Ruiz Mata y con una manifestación el día tres de julio, la política del gobierno.
Casino |
Pronto, sin embargo, el
desaliento de republicanos y socialistas comenzó a cundir y aumentar ante la
poca efectividad, que habían tenido las medidas sociales y laborales entre las clases más
desfavorecidas, como la regulación del
trabajo, la reglamentación de las labores en las minas, la prohibición del
trabajo nocturno, la supresión del impuesto del consumo, o el servicio militar obligatorio[6].
Los grupos obreros las consideraban “más
espectaculares que eficaces, por lo que Canalejas no logra ganarse a
socialistas ni a republicanos[7]”.
Incluso, el líder nacional del Unión Republicana Alejandro Lerroux abandonó la
coalición radical-socialista en diciembre de 1910, lo que afectaría a las
buenas relaciones de todas las
agrupaciones republicanas de la comarca
y su unión con los socialistas.
El primer aviso de este
descontento lo promovieron los republicanos de Charilla, ya que celebraron una
reunión por la noche del día 30 de abril
con motivo de la preparación del uno de
mayo de 1911, y el ayuntamiento requirió la ayuda del teniente de la Guardia Civil , para
que concurriera con su fuerza, pues “se
temía que los republicanos perturbaran el orden” y esta misma situación se
presentó para el día doce de mayo en casa del republicano Francisco Cano Viana
por la zona de las Grajeras[8].
Sin embargo, el ambiente se mantuvo
tranquilo, pues, a lo largo del
mes de abril, no se celebraron mitin ni reunión alguna. Al mes siguiente, el
segundo aviso lo recibió la Sociedad Republicana
de Santa Ana, a la que el Gobernador Civil pidió el libro de actas y lista de
socios[9].
En el mes de julio, le tocó el turno a la
junta directiva de la sociedad republicana de la Ribera Baja[10]
y también recibió la presencia de las fuerzas del Orden, con motivo de una
manifestación convocada en la aldea para el día 25 de julio. El Ayuntamiento
alcalaíno le comunicaba al Gobernador civil que se celebró y sus connotaciones eran “de carácter
republicano”. Incluso, le añadió que existían prácticas laicas en el cementerio de Charilla con motivo de
los restos de un niño al cementerio católico, familiar de uno de los dirigentes
republicanos[11]. Tan sólo, la Sociedad Republicana de Alcalá celebró actos el día ocho de mayo. Y de nuevo, se reunió la
Sociedad de Unión Republica de la aldea de Santa Ana ante la presencia del
segundo teniente de alcalde del ayuntamiento alcalaíno el día 16 de
septiembre.
Calle Llana |
A partir de este día, para los
republicanos cambiaron las cosas. Fueron
convocados a la cita por el
presidente de la
Unión Republicana de Santa Ana en el cortijo Mesa para tratar
de cuestiones políticas y sociales y no debieron gustar las palabras de aquel
acto en los gobernantes. Pues, se
produjo una auténtica persecución de los republicanos por medio de los órganos
de la justicia, entre los meses de septiembre
y octubre. Se les visitaba, se les inspeccionaba las sedes y centros y se
perseguían a sus afiliados mediante levantamientos de autos judiciales por el
juez de instrucción. Este último los
atemorizaba recogiendo y solicitando
certificados de conducta y los amillaramientos de sus propiedades y para
atacarlos, denunciarlos y amedrentarlos, además
recababa de los dirigentes las listas de socios. El Gobernador Civil, a
su vez y en consonancia con las autoridades locales, requería mensualmente al ayuntamiento para
que le informara detalladamente de cualquier reunión o mitin que celebraran las asociaciones obreras y
republicanas. Las fiestas aldeanas, además, con el pretexto de evitar cualquier altercado público, eran
controladas por los miembros de la Guardia Civil , los
alcaldes pedáneos y los guardas locales.
En concreto, a partir de este año, el uno de mayo en las Grageras fue
objeto de una protección especial.
A finales de septiembre, las
primeras que sufrieron el acoso gubernamental fueron las sedes de la Unión Republicana
de Alcalá, la de Unión y Liga Republicana de Charilla, las sociedades
republicanas de Santa Ana y Riveras.
Acudieron a las sedes de sus
asociaciones y, para mayor impacto entre la población aldeana, el juez,
acompañado del teniente de la guardia civil,
convocó al presidente y les requerió las listas de socios. La Unión Republicana
de Mures fue disuelta por el gobernador civil a instancias del juzgado
municipal de Alcalá la Real
el ocho de octubre. Al resto de las agrupaciones se les levantó un expediente
(curiosamente en el mes de marzo de 1912 fue sobreseído), lo mismo que se había
hecho con el del presidente de la sociedad de Mures. Al finalizar el año, la
actividad de los políticos republicanos
había decaído totalmente y tan
sólo se comunicó al Gobierno Civil “no ha habido mítines”[12].
No obstante, a principios del
año 1912, quedaron algunos vestigios de los años anteriores, y todavía se investigó por el juez el centro de
Charilla y a otros republicanos como Felipe
Núñez y Escobar y Moisés Sánchez Garrido. Y el ayuntamiento, siguiendo esta
política de hostigamiento, trasladó al Gobernador Civil algunos datos sobre la Unión Republicana
de Alcalá la Real[13].
Aún más el 29 de agosto el se comunicó la disolución de la sociedad de
Mures. Entonces todos los centros republicanos quedaron sumidos en la clandestinidad, y ya no hubo más noticias que el contacto
personal de sus miembros con sus jefes provinciales.
LLanos y caballer´´ia |
Como consecuencia de esto, Pablo
Batmala sufrió en sus propias carnes todo tipo de represión, pues ostentaba la
presidencia de la
Unión Republicana de Alcalá, cuya sede estaba en la calle
Alonso Alcalá. Y, lo mismo le aconteció a sus compañeros republicanos de Alcalá y de otras aldeas, como Gregorio
Barrio Sánchez de Santa Ana, Dionisio
Pérez Trebajano de Ribera Baja, Fernando
Trebajano de la
Ribera Alta , o Manuel Álvarez Anguiano de Charilla. Se les
levantó el auto judicial para condenarlo
en el mes de octubre de 1911, se les humilló con el expediente por
pertenencias a las ideas republicanas, informando el ayuntamiento con un
certificado de conducta, y otro de
bienes.[14].
El ocho de mayo de 1912 se le comunicó a los presidentes de
Unión Republicana de Alcalá la
Real , Charilla y Ribera Baja que quedaban disueltas sus
sociedades[15]. En el mes de septiembre,
incluso un republicano Francisco García Trevijano fue puesto a disposición
judicial y encarcelado[16].
[1] AHPJ.
Legajo 5667. Índice. Documentos de Marín Ocete.
[2] ARCHIVO
PROPIO. Hoja suelta del Látigo Rojo. Por el contexto, se hizo en tiempos de
Canalejas.
[2] AMAR.
[4] Mayo
1911, julio 1911.
[4] CRÓNICA
DE ESPAÑA Pág.794.
[4] AMAR.
Libro de registro
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