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martes, 24 de mayo de 2016

V. TOMA DE CONTACTO CON LA VIDA DE LA CIUDAD (1930-1934) HERNÁN PÉREZ DE TORRRES


        Durante este periodo, El corregidor, por su parte, solía vivir en una casa alquilada también, a quien se le ponía en perfectas condiciones ( chimenea y escalera). Es digno de destacar la importancia de algunos cargos que poco a poco van a ir decayendo con el paso del tiempo. Entre ellos, la figura del síndico-personero, a quien se le arreglaba y adecuaba casa para que ejerciera sus funciones. En 1532 lo fue Luis González Hormicedo y después Pedro Ramos.
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            Las casas de cabildo ya aparecen en el lugar de la fortaleza de la Mota, que están actualmente construidas, y era obligación de la ciudad arreglarlas y retejarlas así como la torre del Farol. En las primeras, tuvieron lugar algunas obras de remodelación en el pilar que estaba junto a ellas, estaban cubiertas con un armazón de madera y reforzadas por una serie de tirantes de madera y se componían de dos pisos( el segundo se llamaba cuarto más alto). Por su parte, el pósito se solía instalar en las casas de la Cofradía de la Caridad, por las que se pagaba un alquiler. Ya comenzaban unas nuevas tiendas en la plaza de la ciudad.
            La ciudad comienza a tener pleitos de jurisidicción, por los que se veía implicada, principalmente, con la llegada de ejecutores de Jaén en 1532. Defendían a la ciudad en Granada los licenciados Cerrato y  Sánchez en Granada y el procurador Juan Ruiz de Soria, a quienes se les pagaba en ocasiones con el trigo de la producción de sus cortijos. Pero los asuntos más frecuentes eran los relacionados con la franqueza y exención de la ciudad, por los que tenía acudir a la Chancillería de Granada en defensa de los vecinos, enviando algún que otro regidor. El origen de las ciudades en las que estos se veían inmiscuidos demuestra la red comercial de la ciudad: Granada, Castro del Río,  y Coria.
Sobre todo, tuvo gran incidencia el pleito de privilegio, que Alcalá tuvo con los ejecutores de la ciudad de Jaén, entre ellos Diego de Ávila, en el que intervinieron el jurado Juan de Aranda  por esta ciudad y el regidor Hernando de Aranda en la Corte junto con la labor del doctor de la Torre y el licenciado Cerrato en la Chancillería de Granada, por estar enfrentados con el corregidor de Jáen y por lo que se recibió una aprobación del privilegio en el mes de febrero del año 1534.
Relacionado con lo anterior, también fueron muchos los viajes y los mensajeros que debieron ocasionar grandes gastos en un asunto importantísimo, como fue el pleito por el pago de las alcabalas, para la pervivencia económica de la comarca hasta tal punto que hubo que realizar un préstamos entre dos vecinos Cristóbal Ruiz de Lara y Diego Hernández Aragonés. Esto afectó, sobre todo, a la reventa del vino que ya era una fuente económica decisiva para los moradores de Alcalá.
Unos casos que se repetían eran los relacionados con las tierras, entre los que destacaba el año 1532 con el doctor de la Torre por una merced que se le había otorgado y la ciudad entró en pleito, cuyo relator era el bachiller Salazar y en 1534 Juan Velázquez.
De este tiempo data la construcción de la Torre Nueva, que solía estar cubierta y , en su interior había varias habitaciones. Por varios cargos dados al cerrajero Pedro Vázquez y al  retejador Alonso de Arjona se confirma su presencia en el año 1530, así como la de los alarifes  Alonso de Martos y maestro Pedro Ramos en 1539 para adecuarla a cárcel pública ( pago de 20.000 maravedís) con la construcción de una habitación que se describe de la siguiente manera:
            “Obra que fizo en la parte alta de la bóveda de la torre nueva, donde se fizo la dicha cárzel”(cargo 24-setiembre-1538) Incluso varias ventanas con rejas daban a su exterior
            Incluso, sus alrededores se embellecieron empedrándose su entrada.

            En el 21 de enero de 1530, la presencia de la ganadería  es un hecho constatado de primera importancia frente a la agricultura



 en las tierras de la comarca, donde abundan las los corrales y chozas de ganado, tal como se legista por una ordenanza de aquel tiempo para que no se destruyeran.

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