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miércoles, 18 de mayo de 2016

JUEZ DE RESIDENCIA HERNÁN GUTIÉRREZ DE LUGO



Este caballero, PROCEDENTE DE TIERRAS GALLEGAS,en concreto de Miranda de Lugo,  y que había entablado un pleito de hidlaguía en Valladolid por los años treinta amparándose en su abuelo Diego Hermandez de Guinzo,  hace la residencia al corregidor  Juan Álvarez de Toledo  desde el mes de marzo hasta junio de 1525, asistido por el bachiller Alonso Melgarejo y a partir del mes de agosto por Diego de Herri como alcalde mayor.
En Loja la situación era caótica hasta el punto que el propio corregidor impidió que entrara en la ciudad un aposentador a causa del hambre y de la peste que se había extendió en muchos pueblos de Andalucía.
En Alcalá la Real, continuaba la entrada de ganaderos vecinos, sobre todo, vacuno, ovino y caprino, que acudían de las tierras de las Campiñas, donde pronto se les acababa el pasto y solían venir afectados por diversas epidemias. Esto obligaba a establecer nuevas ordenanzas a los que se hacían pasar por vecinos, por lo que se les impidió que la tuvieran en el mes de marzo de 1525(17.3).
No sólo los labradores de campos de cereal y viñadores solían enfrentarse con los ganaderos sino que por otros productos comenzaron a surgir disputas. Así, en el este mismo mes, tuvo que hacerse una nueva ordenanza en defensa de los que se beneficiaban de los zumacales, producto tan estimado en aquella época para el tinte. Las hortalizas se regularizaron también con el precio que establecía el diputado en la plaza pública, y se impendió la venta entre particulares en las huertas (11.8.25)
La ciudad se engrandecía cada año más, y los yeseros abusaban del precio de elaboración de este producto por la poca calidad de las canteras, el trabajo de extracción y el transporte de este material, en el mes junio de este año (23-6), se fijó el precio del cahiz de yeso en dos reales, puesto en el yeso, sin piedras y limpio. Para proteger los montes cercanos, que en invierno solían abastecer a la ciudad de leña para calentarse, en este mismo mes y día se dictó una ordenanza que impedía la corta de leña desde ladera de Montefrío que iba al Cañuelo hasta el cortijo de Cristobal de Linares, que estaba situado encima de la Fuente Granada.
Las prebendas de los cargos públicos eran significativas, como el beneficio de un caballo por parte del mayordomo. Ante los abusos de este oficial del cabildo, se reglamentó que debían restituirlo en el caso de su muerte o venta( 25.6.25)
Las fiestas de toros eran ya una realidad por el día de San Juan y, para ello, se reglamentaron la participación de los caballeros y mozo, pues solían producirse muchos accidentes, incluso mortales 23.6.1525).       



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