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sábado, 7 de mayo de 2016

IIL CORREGIDORES ALCALAINOS LAS NUEVAS MEDIDAS DE LOS AUSTRIA MENORES

LAS NUEVAS MEDIDAS DE LOS AUSTRIAS MENORES

Sin embargo, no coincidía esta postura con la nueva línea administrativa y hacendística del Estado que trataba de controlar a sus reinos con la creación de nuevos órganos como la Junta de Millones, la potenciación de los corregidores de las capitales de los reinos y el fortalecimiento de los procuradores de las ciudades representadas en las Cortes, a los que recompensaba sus servicios con los cargos y oficios que emanaban de su decisiones, valiéndose de familiares y de adeptos a la hora de poder contar con su apoyo. En esta línea, hay que comprender el gran número de corregidores de origen jiennense que proliferan en el siglo XVII en el corregimiento alcalaíno. Y, además, el convecimiento de las autoridades jiennenses que asumían una nueva distribución territorial, en la que daban por supuesto la ubicación de la capital de la Junta de Millones en la sede del Santo Reino. Por eso, respondían rotundamente a las alegaciones del cabildo alcalaíno con estas palabras:



"la ciudad de Jaén respondió al dicho requerimiento que le ha hablado en todas las cortes por sí y su tierra, partido y provincias en que se comprehenden la dicha ciudad de Alcalá la Real e la villa del Castillo de Locubín e que ansí contribuyeran en el servicio de los ocho millones, que se otorgío a el rey nuestro Señor, que aya gloria, en virtud de la real cédula que se le envió, fecha del ocho de septiembre de 1590, en que se mandó que, sin perjuicio de los dichos privilegios, se pagasen un quento y quatro cientos diecisiete maravedís, que se imponga de dicha sisa"[1]
A todo ello coadyuvaba la urgencia y la perentoriedad para  afrontar las necesidades militares de las guerras, la dificil situación económica, y, lo que era más evidente, la tendencia a  un estado cada vez más centralizado, donde la influencia de las ciudades era menos notoria por medio de otros modos de organización, en los que se rompiera el difícil equilibrio entre los súbditos y la Corona. Ahora, interesaba más la creación de un cuerpo nacional organizado del ejército que las milicias urbanas, que no ofrecían suficiente garantía para asumir guerras en lugares alejados de su entorno y en detrimento de la producción económica al dejar abandonados sus campos y sumida la población en la pobreza. Interesaba también una organización hacendística en la que las fuentes de ingresos fueran estables  y no agoviaran a los vecinos con contínuos repartimentos, impuestos y donativos. Este era el objetivo, pero la realidad alcalaína quedaba sumida en un periodo de transición por el que no llegó a liberarse hasta muy avanzado el siglo XVIII. En esta situación hay que enmarcar a los corregidores del siglo siglo XVII.
        



[1]AMAR. Acta del cabildo. Ibidem anterior de la nota 1.

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