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viernes, 13 de enero de 2017

REGALOS. artículo en Alcalá la Real Información. fotos de Reyes 2017.



           
  Se comprende perfectamente el motivo de cambio de nombre del primer mes del año. En el calendario lunar con sus diez meses , se consagraba a Marte, y, no es de extrañar que invocaran a este dios guerrero en unas sociedades, en las que el espíritu bélico se imponía por todos los rincones de la tierra. Pero, en el siglo V a.C., el sistema solar y los mentores del calendario numano  cambiaron al dios guerrero por el dios Jano:  un dios bifronte, el sol y la luna, la noche y el día, la guerra y la paz. Acertaron aquel gremio de sacerdotes astrólogos, porque este mes presenta, en su recorrido temporal, su doble cara antagónica. Participaba  de  las fiestas de las Saturnales, cristianizadas con las del tiempo litúrgico de la Navidad de Jesús de Nazareth. Y, acababa, en muchas ocasiones, con el preludio del Carnaval anunciado los tiempos duros de la Cuaresma.  Y es que este mes de enero es la vida misma, una de cal y otra de arena, agridulce como las naranjas mandarinas. En el marco de  la civilización occidental, la tradición presenta este mismo aspecto con un principio de mes  que se inicia con las fiestas de la infancia de Jesús, continúa con las luminarias de la noche de San Antón  y acaba con el mismo fuego destructor de la víspera de la Candelaria. En su primer tramo, el gozo es inmenso para todos los miembros de las familias, porque el oro, incienso y mirra se multiplican por miles de hogares  y la ilusión se personifica  y metamorfosea en personajes que van desde Santa Claus hasta los Reyes Magos pasando por el papa Noel que reparte regalos a miles. El final de mes, sin embargo,  una ansia destructiva invade al personal y el fuego de las hogueras consume los trastos viejos, y aparece, de vez en cuando, pasto de las llamas un cabalito de palo roto y destrozado que ilusionó a los niños en la primera semana de enero.
            
Escuché una vez a un psicólogo amigo que   reducía  el reconocimiento del comportamiento  humano en dos únicos finales de  obras, el  premio o el castigo. Y,  girando en torno a estos dos, la persona se ejercita con relación a los demás  o  paga  los servicios de  su prójimo, su otro.  El regalo es, por tanto,  el  hilo conductor de la vida de las personas. Claro que  el regalo puede ser el juguete esperado, o la sorpresa de  la inocencia prefigurada, en el aspecto positivo de las conductas.  Las personas se despertaron en los primeros días del mes  confundiendo hasta el más pintado con su zurrón repleto de  los juguetes más variopintos. Pero los hubo los que recibieron  el saco de carbón, como castigo de  no haber cumplido con su tarea, o  de sufrir la sanción social de su sentido negativo en el esfuerzo colectivo.

            Está claro que los regalos definen perfectamente tanto a los donantes como a los receptores sin olvidar la tipología del propio regalo . Está claro que los donantes  se suelen revestir  de un espíritu mágico relacionado con personajes fantasiosos  y con un poder  de atracción  hacia el  interlocutor. Por su parte, los receptores reaccionan ante el regalo de muchas maneras, desde la imperturbabilidad a ser maleables  y entregar  su voluntad a los pies de los caballos del donante. Por eso, la  historia brinda ejemplos de personajes y reacciones diferentes  ante la recepción de los regalos.  En los momentos actuales, en este enero de 2017,  el  biógrafo Nepote recoge estas palabras sobre Trasíbulo muy aconsejables  para la sociedad: actual  " Por esta razón, no quiero más que 100 pasos de bueyes que indiquen mi moderación de animo y vuestro buen afecto. Pues los pequeños regalos son duraderos, y los grandes no suelen durar, porque están expuestos a la envidia”.
            Este personaje  fue un ejemplo ideal de comportamiento cívico  ante sus vecinos, los liiberó de la tiranía, y mira por donde cuantos Trasíbulos se necesitan actualmente  para liberar a la sociedad de  tantas tiranías que continuamente invaden  diariamente el panorama  actual. Por otra parte, frente a  una actitud de revancha y rencor creó nuevos comportamientos positivos como la  ley de la  amnistía, protegió a los vencidos sin permitir despellejarlos  y se ganó del fervor de sus vecinos. La mano tendida, la creación de levantar  puentes, la moderación y la prudencia fueron los regalos  con los que recompensó a  la sociedad. Y, Trasíbulo a su vez, recibió simplemente una corona del honor, lo que le hace escribir a su biografo latino : “ por tan señalados servicios, hecha de dos ramas de olivo entretejidos. Porque estaba agraciado con el amor de los ciudadanos y no la había  adquirido por violencia, nadie le tuvo envidia en  su vida y le fue muy honr


































osa”.

            Qué pena que en este mundo no se cubran muchas cabezas de coronas de  olivo por todos los rincones del mundo. Y, sin embargo, la envidia defina las relaciones de muchos personajes, sobre todo, de la vida pública. Otro gallo nos cantaría compartiendo conductas de personas que llegaron a ser clásicas, no por ejercer la agresividad en los comportamientos sino por la generosidad y la fraternidad. Entonces el zurrón del carbón negro se quedaría para caldear las piras de las armas abandonadas tras el final de las guerras y del terrorismo. 

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