Archivo del blog

sábado, 21 de enero de 2017

CATÓN, UNA VERSIÓN PARA LA ESCUELA




      Estamos acostumbrados a la literatura creativa de autores conocidos o renombrados en los diversos ámbitos. Pero existe un ámbito de la creación literaria que versa sobre al traducción de las obras originales, que, hasta ahora, no se ha revalorizado en la medida de lo que significa de creatividad, originalidad y adaptación a la lengua española u otra cualquiera. Este es el caso que traemos con el texto de Catón, escrito por Cornelio Nepote, en sus Vidas. Y lo hacemos por se  un personaje universal, que ha quedado impreso en la retina de muchos escolares de otros tiempos. Fue un ejemplo a imitar fijado en las pastas de las portadas escolares. Este es nuestro intento de versión al español.

                                          CATÓN
Marco Catón, natural del municipio de Túsculo, antes de alcanzar cargos públicos, vivió durante su adolescencia   en el país  de los sabinos , porque allí había heredado un terreno de su padre. Una vez completada esta etapa de su vida´, a instancias de Lucio Valerio Flaco,-al que tuvo como compañero en el consulado y la censura-, según suele narrar el censor Marco Perpenna, emigró a Roma  y se inició en  la carrera civil. En su primer puesto de su carrera política, recibió su primera paga en el ejercicio de la milicia   a la edad de 17 años. Bajo el consulado de Quinto Fabio y Marco Claudi, fue tribuno militar en Sicilia.  Cuando regresó de esta isla,  militó bajo las órdenes de Claudio Nerón, y destacó por  su valor y tenacidad militar en la batalla junto al río Sena,  donde murió Asdrúbal, hermano de Aníbal. Le correspondió ser cuestor de Publio Cornelio Escipión, con el que convivió no  como debía corresponder a la buena fortuna de haberle tocado como colega; pues,  mientras aquel  estuvo vivo,  estuvo enemistado con él. Compartió el cargo de edil de la plebe con Cayo Helvio. Durante el tiempo de la pretura, gobernó la provincia de Cerdeña, de donde, al retirarse en tiempos anteriores de su cuestura, se había traído al poeta Ennio, cosa o que consideramos que deba ser valorada más  que cualquier otro triunfo importantísimo de Cerdeña.   



                        
II
Fue cónsul con Lucio Valerio Flaco, habiéndole correspondido en suerte gobernar  la provincia de la Hispania Citerior, y logró grandes triunfos durante su mandato. Como Catón permaneciese allí durante mucho tiempo, Escipión el Africano,  en su segundo consulado, - en el primero de Catón este había sido cuestor-, quiso echarlo del gobierno de la provincia y suplantarlo; pero  no pudo conseguirlo del senado, a pesar de que Escipión era el personaje más importante de  Roma, (porque la república se gobernaba, no solo por el la fuerza del poder, sino también por la ley). Por esta razón, Catón, al estar contrariado con el Senado, y una vez cumplido el tiempo de su consulado, se mantuvo como un simple ciudadano en la ciudad. Pero, una vez nombrado  censor junto con el mismísimo Flaco, se portó con la mayor rectitud.  Pues, no sólo castigó a muchos notables, sino también  introdujo muchas novedades en forma de edicto para reprimir el lujo, que ya empezaba a pulular en Roma. Durante unos 80 años, desde su adolescencia hasta el final de su vida, no dejó de recibir  enemistades a causa de su amor por  la república.  Pero, a pesar de haber sido sufrido muchas  acusaciones por muchas personas, no solo no tuvo detrimento alguno en ser estimado, sino que, mientras vivió,  fue alabado con creces  por su valor.
                                       III
En todas las ocasiones,  se comportó con prudencia y laboriosidad;  pues fue un avispado agricultor, conocedor de la administración pública, buen jurisconsulto,  gran general,  excelente orador,  y muy amante de la literatura. Aunque se había inclinado, en su edad madura,  por  la pasión literaria,  sin embargo tanto progresó que, difícilmente, podemos encontrar algo que le sea desconocido de los griegos o de los romanos. Desde joven, compuso discursos. De viejo comenzó a escribir historias. Tiene siete libros de Hostia. El primero contiene las hazañas de los reyes del pueblo romano; el segundo y el tercero,  de dónde se originó cada una de las ciudades itálicas; por el cual motivo, se le tituló, según se cree, Orígenes. En el cuarto,  se contiene  la Primera Guerra Púnica;  en el quinto, la Segunda Guerra Púnica. Todas  están escritas sucintamente. Escribió las restantes guerras de igual modo hasta la pretura de Servio Galba, que saqueó a los pueblos de  Lusitania; y no nombró los generales de estas guerras, sino que escribió los sucesos  sin nombres. En estos mismos libros, expuso qué acontecía en Italia y en las Hispanias o lo que parecía digno de admiración; en los cuales se pueden descubrir mucha  laboriosidad y diligencia, y ninguna erudición. Sobre su vida y costumbres hemos escrito en aquel libro, que hicimos, por separado  sobre Catón a instancias de Tito Pomponio Ático. Por esta razón, remito a los que desean saber de la vida de Catón a este volumen del libro.       


No hay comentarios:

Publicar un comentario