Me
ha venido, casualmente, a mis manos la postal de felicitación navideña de los
reyes eméritos Juan Carlos y Sofía. Y
rezuma arte de las tierras del Santo Reino. Nada menos que se les ha ocurrido
elegir, entre el numero elenco del arte
español, el relieve de la Adoración de los
Pastores del retablo del monasterio de Santiponce de Sevilla, obra de nuestro
paisano Juan Martínez Montañés. Tuvieron el gran acierto de optar por una de las obras clásicas
montañesinas junto con las de la Adoración de lo Reyes, que se encuentra en el lado
de la epístola del mismo
lugar. La estampa reproducida es la que
mejor puede mostrar el equilibrio y el
clasicismo de las formas y contenidos de la obra del escultor de la ciudad de la Mota , con la concentración de miradas de todos los
personajes de la escena en
dirección al centro compositivo, nada
menos que el Niño Salvador, como símbolo cristiano por excelencia. Todos los movimientos internos
como externos de la obra por parte del
espectador se concentran en este niño recogido en una sabana pequeña y
escorzada. El equilibrio de los
diversos ejes, formados por los
personajes, se realza con la
supererogación de san José sobre el Niño
y el apareamiento a cada uno de los
lados de la Virgen
u los ángeles y, por otra parte, el escalonamiento de los pastores. Sencilla
y perfecta escena, ilustrada en el
ambiente rural por la ventana del retablo que hacen asomar a los dos
animales, típicos del Belén. Con los pies en la tierra,del primer plano
belenístico y figurativo, el segundo se realza y sublima a los cielos
mediante la verticalidad de parte de las
alas de los ángeles y puntiagudas orejas de los animales. El ”dios de la madera” no pudo mejor hacer
interiorizar el relato de los primeros pasos de la vida de Jesús y sublimar los
grabados de la época gracias a su gubia
y al estofado y policromado de sus compañeros de viajes, entre ellos
muchos relacionados con Alcalá la Real , y, principalmente, de
Gaspar Ragis, sobrino de su maestro Pablo de Rojas.
No nos extraña que su maestro le
enseñara, y le ofreciera las estampas traídas de Italia con escenas
navideñas del nacimiento y de la
infancia de Jesús. Pues estas dos escenas comentadas fueran contempladas por el hijo del bordado, cuando anteriormente el maestro de Montañés las talló en sus
talleres de la calle Elvira de Granada
para el retablo del monasterio de Santa
Isabel la Real.
Una postal que es la quintaesencia manierista del
portal del Belén, donde los personajes
han quedado reducidos a la máxima expresión en los cinco personajes que
rodean a un Niño que dirige la mirada a su madre y obliga al espectador a
repartir su mirada en todo su derredor. Los complementos de la escena
belnistica siguen los mismos parámetros, sin la presencia de ningún elemento
del establo, sugerido tan solo por la presencia de los animales
en un segundo plano sobre el Niño
dispuesto en trazado horizontal y de perfil frente a la frontalidad de
la escena motañesina del eje central.
Si tuviéramos que escoger alguno
conservado en tierras jiennenses, nos quedaríamos con el relieve de Salvador de
Cuéllar expuesto en el Museo de la
Catedral de Jaén, de madera tallada y policromada y datado a
mediados del siglo XVI. Incluso, en forma de tríptico de óleo sobre tabla hispano-flamenca, del siglo XZVI, de la parroquia de San
Pablo, se desarrolla un
discurso iconográfico de los primeros pasos de Jesús con las siguientes
escenas: en la parte central la Adoración de los
pastores, y en los laterales el Nacimiento y la presentación del Niño.
Estos
son en madera, pero no podemos dejar pasar alto otros muchos que ornaron las
portadas de muchos templos jienneses . La lista se inicia con el relieve de la parte interior de la
portada sur de la catedral de Jaén ,
donde se encuentran los relieves del Nacimiento y Adoración de los
Reyes , obra de Luís de Aguilar y fechados en 1564. Y puede complementarse en
otros Nacimientos y Adoraciones de arte como objetos platería. Sirvan de
ejemplo los relieves de las custodias-
Pero, no solo son sirven de estampas y postales
navideñas estas escenas de Balén provenientes de estos escultores jienenses,
sino que los pequeños Niños Jesús abundan como modelos en muchos monasterios y
conventos de nuestra diócesis, que
relatan los primeros pasos con escenas
de aprendizaje de carpintero o lo prefiguran nazareno anunciado sus últimos pasos como Jeśus, rey
de los judíos crucificado en la el patíbulo de la cruz. Es verdad que se consideraba a Martínez Montañés
casi el máximo divulgador de este tipo
de imágenes, pero recientemente a su
maestro Pablo de Rojas se le atribuyó uno perteneciente a una familia granadina y expuesto por Navidad en un convento hace
unos años.. Estos Niños Jesús se encuentran de todo tipo de dimensiones y autores en la
provincia : desde el Niño del Coro,
anónimo minúsculo y de alabastro del convento trinitario de Alcalá la Real , hasta el Niño barroco
de la quinta capilla del lado de la epístola de la catedral de Jaén, pasando
por el Niño del Consuelo del convento
carmelitano donde se alberga Nuestro Padre Jesús. Pero, en cualquier rincón o
celda conventual los niños de la dote sorprenden en sus orígenes y los hay
desde los atribuidos a los padres de la escuela sevillana a otros de autoría
significativa como de Mena o Salcillo.
Estas
escenas del programa icnográfico del Nacimiento e Infancia de Jesús cierran el
ciclo navideño en estos modelos
mencionados, sino que se amplían a otros
muchos: la Presentación
de Jeśus en el Templo, el Niño Jesús y los Doctores del Templo, la
Huida a a Egipto, la Posada
o los Niños Inocentes entre los más
divulgados. A la hora de elegir, contamos con los mal compuestos de
retablo de Santo Domingo de Silos de Alcalá la Real , a pesar de su reproducción actual, hasta
los de Alonso de Mena en la catedral de Jaén,
y se ofrecen como modelos de una
postal navideña.
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