LA HERMANDAD DEL GALLARDETE DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO EN LA
TARDE DEL VIERNES SANTO
CONTINUANDO LA HISTORIA DE LAS
HERMANDADES QUE SOLÍAN ACOMPAÑAR EL DÍA DE VIERNES SANTO , por la
mañana con Nuestro Padre Jesús Nazareno; y por la tarde, con la
procesión del Santo Entierro ( primero salía con la Soledad y el
propio Santo Entierro del Convento de San Francisco, y en el siglo
XIX, de la iglesia del Rosario con su propia imagen de la Soledad)
acompañaban varias hermandades, que hemos tratado en otras
ocasiones, además de los gallardete del Santo Entierro y de la
Soledad, como la de los Romanos y Judíos. Entre ellas hemos
encontrado un documento del Archivo Histórico Provincial que hace
referencia a la Hermandad del Gallardete de Nuestro Padre San
Francisco. Prácticamente, el texto ilegible al principio por
efectos de la humedad y filtros de agua, data de siete días del mes
de abril de 1708, y consiste en una escritura de obligación ante el
escribano Juan Ramírez de Tordesillas entre los hermanos de este
gallardete y el convento de Nuestro Padre San Francisco ante los
testigos don Juan de Hermosilla y Narváez, Juan Cano Caballero y
Agustín de Cobaleda.
Estos segundos se reunieron a
toque de campana de cabildo según establecían sus protocolos y con
los tres tratados de acuerdo, vienen representados por el síndico
(don Juan del Mármol) y varios frailes: el lector de Filosofía y
padre guardián del convento fray Juan Antonio Cano, el predicador
primero Fray Rodrigo Cano, el predicador segundo Fray Pedro Antonio
de Castilla, y los predicadores frailes Bartolomé Mellado, Salvador
de Torres, Lázaro de Santillán, Cristóbal de Ortega, José García
Caballero, Francisco de Aguilar, Pedro Serrano, Francisco de Guelte,
Carlos de Velasco, los coristas el fray Antonio Trillo y Alonso
Quevedo, los hermanos legos Baltasar de Chaves, Juan Ventorín,
Andrés Ramo, Bartolomé González y el sacerdote fray Francisco de
Castilla.
Los hermanos del gallardete
declaraban que la hermandad estaba constituida en este convento
franciscano y venían representados por el hermano mayor Francisco
Montilla, que le añaden habitual, y los hermano Bernabé Pérez de
Río, Juan de Canpos Viejo Bueno , Pedro Pérez de Merina, Manuel
de la Blanca, Bartolomé de Espinosa, Juan de Escobar el menor,
Juan Martín Serrano, Antonio Rodríguez Viejo bueno , Francisco
Bueno Guerrero, Pedro Martín , alias Majandón, Alfonso del
Castillo, Alonso Torrebejano, Miguel de Velasco, Alonso Muñoz, Juan
del Castillo el menor, Alfonso del Castillo el mayor, Juan López
Izquierdo, Francisco Ignacio de la Peña, Andrés Callejón,
Francisco de Cabezas, y Fernando de Flores.
Ambas partes se comprometían a una serie de obligaciones que están
recogidas y resumidas en los siguientes apartados:
-1º. Se
obliga dicha hermandad para todos los años Viernes Santo en tarde
en la procesión del Entierro de Nuestro Señor Jesucristo an de
poner cuarentena hachas de pabilo con cuarentena hermanos que los
saquen, y en la dicha procesión y tres
hermanos : uno del gallardete y los dos de borlas que hacen el número
de cuarenta y tres. Las Faltas eran a cosa de los hermanos.
2º. Si muriere uno de los 43
hermanos, se le debían decir cuarenta y tres misas cantadas en el
convento cuya limosna la debía juntar el hermano mayor que fuere y
buscará unos padres de almas para recogerla; y por parte del
convento diez misas rezadas sin estipendio.
3º.- Las mismas 43 misas se decían
por el alma de las mujeres muertas de cada hermano, y el hermano
mayor que le tocare el gallardete ha de acudir al convento a avisar
al padre guardián para que cumpla las obligaciones la comunidad
franciscana y pague las limosnas.
4º.- Si muriera el padre o madre de un hermano mozo, se dirán las
43 misas por el alma de sus padres o, si muriere el mozo, 53 a dos
reales por misa.
5º Se insiste en la obligación
del guardián para decir diez misas sin pagar estipendio hermano,
esposa y padres y madres de hermano soltero, así como se compromete
a dar sepultura a cada uno de ellos en enterramiento terrizo y
entrada dentro de él.
6º Tras la muerte de hermano y
familiares, el convento enviaba seis frailes a la casas donde
estuviera el difunto y se le rezaba el responso . Además se quedaban
cuatro para asistir al duelo.
CONCLUSIONES
-EL Convento de San Francisco
estaba constituido por unos veinte miembros ( 19 frailes y un lego
que llevaba a cabo la administración del convento ) . Dentro de los
frailes , adquiría la presidencia el padre guardián , que ejercía
la cátedra de Filosofía , ya que en este convento se estudiaba la
segunda etapa de la Enseñanza ( Gramática y Filosofía para toda la
población). La labor pastoral de predicación copaba la dedicación
de estos frailes , jerarquizados por antigüedad y prestigio; los
coristas ejercían la dirección del canto n las horas santas; y la
liturgia se reservaba a un sacerdote; sin especialización los legos
cubrían el primer peldaño de la vida conventual. Los monjes
firmaron y los testigos firmaron el contrato y todos sabían leer y
escribir.
-Los hermanos procedían de las
clases no privilegiadas y se demuestra porque algunos se les
apostilla con los apodos o por la edad. Solamente, dos firman el
documento y los demás eran analfabetos.
-El fin del presente contrato
radicaba en dos actos fundamentales de a vida religiosas: por un lado
la presencia de los vecinos en las manifestaciones religiosas, en
este caso la procesión del Viernes Santo con un número determinado
de hermanos, lo que daba cierto privilegio para el segundo acto; el
cual consistía la asistencia en las exequias y ceremonial de los
difuntos en las que se decían misas y adquirían sepultura segura
para ellos y toda la familia.
-Se entiende que el rosario de la
Aurora y sus misas de Aguilando , así como las visitas antes de
Navidad , recogieran cantos relacionados con San Francisco, como
estos:
San Francisco se perdió por la tarde,
su hermano glorioso lo salió a buscar,
se lo encuentra en el Paraíso,
recogiendo rosas del santo Rosal.
O esta otra:
El demonio como es tan travieso,
cogió una piedra y rompió el
farol,
y llegaron los padres franciscos
y lo apedrearon hasta el callejón.
Ángeles bajad,
con coronas de rosas y lirios
para los devotos que al Rosario van.
FRANCISCO MARTÍN ROSALES
Académico correspondiente
Nuestra Señora de las Angustias
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