CARRERA ADMINISTRATIVA DE CATEGORÍA DE LOS CORREGIMIENTOS
Otros proceden de la
carrera administrativa con destinos en otras instituciones del Estado hasta
escalar el grado de corregidores. Venían avalados por la experiencia conseguida
en otros cargos y por la buena gestión
pública en la administración de los territorios asignados. La profesora Cañas
cita como un caso modélico a Pedro Moreno de Villena y Chaves “ Entre los corregidores de capa y espada con
un perfil característico y común al grupo
de funcionarios, al que pertenecía se
encontraba Pedro Moreno de Villena , que describía en su relación de méritos,
sus comienzos en el servicio de la Corona durante la Guerra de Sucesión en 1709
como teniente de órdenes de su tío,
Sebastián Jalón de Tejada, capitán de la Compañía de Milicias de la villa de Sabiote,
entonces agregadas al Regimiento de
Infantería del marqués de Casas. Pavón,
en el socorro de la plaza de Cádiz; en el 1708, junto con los caballeros de Úbeda
y Baeza, acompañado de su criado y dos caballos , del brigadier de Úbeda y
Baeza para participar en el cordón establecido
en Sierra Morena bajo el mando del brigadier Antonio Figueroa e impedir
el paso de los enemigos de La Mancha. Posteriormente mostraba una fructífera
experiencia en diversos quehaceres pertenecientes al Consejo de Hacienda, como
administrador de Rentas Provinciales, primero por designación del Consejo de Órdenes,
en 1714, en la villa de Torredonjimeno, y cinco años en Jaén, perteneciente al
señorío Patronato de la Catedral de Granada., En
1722 asumió la administración de Rentas Provinciales de Mancha Real, con despacho del corregidor de Jaén, Antonio
Alarcón y Ocaña, y en 1738 la de Úbeda, en ambos casos arruinadas y en las que
consiguió recuperar y aumentar para la Real Hacienda. Después ocupó
sucesivamente los corregimientos de Hellín, Ronda y Marbella, Alcalá la Real y Linares. En la primera
circunscripción tuvo que enfrenarse a
una población que se hallaba en el desgobierno
y dividida en fracciones, consiguiendo, gracias a su gestión entre 1752
y 1757 la quietud y el orden públicos. Regresó a Andalucía para ocupar el
corregimiento de Mancha real (1757), el de Ronda y Marbella (1760) con
especiales logros respecto a los abastos necesarios tanto para las dos
poblaciones de su circunscripción como para el suministro de las tropas de
camino del campo de Gibraltar. También en Alcalá la Real ( 1763) tuvo difícil
cometido de apaciguar a su vecindario y poner remedio al lamentable estado de los Propios y
Pósito[1]. Pidió que se le
concediera el corregimiento de Linares, y luego el de Baeza y Úbeda como retiro
, pero no logró conseguirlo, s porque murió a la edad de ochenta años en 1768.
Este es el caso de 1768-1772, también de Juan Domingo
de la Cabada ,
que lo fue anteriormente corregidor de Hellín (1746), y de la isla de Gran
Canaria, donde se vio incurso en un conflicto de repartimiento de una dehesa
con levantamiento de la población y ejerció de capitán de guerra por
nombramiento del capitán General (1753-6) ; y fue apresado en la Guerra de los Siete Años en
Gibraltar. En su mandato se planteó la conversión del corregimiento en
corregimiento de Letras y se inició la separación de Loja y Alhama como
corregimientos de Letras. Y finalmente, en 1776-1779, de Diego López de Cifuentes, que lo fue anteriormente
corregidor Ronda, Marbella y
Jerez de la Frontera. O de José Joaquín de
Montalvo (1786-1788) , que inició sus pasos en Gran Canaria ( 1770),
adquiriendo una gran experiencia en el conflicto de la Tejeda por las luchas entre
facciones a la hora de la roturación de tierras, luego lo fue de Alcalá la Real para pasar a Murcia.
Lo fue también corregidor de Medina del Campo
3 de septiembre de 1812 alcalde constitucional y corregidor
26 de marzo de 1820. En 1808, regente de la villa de Navalcarnero avisó a las
tropas de Badajoz sobre la bonanza de Madrid.
RECOMPENSA A LOS MÉRITOS MILITARES Y SERVICIOS PRESTADOS A LA CORONA REAL
Otros corregidores
fueron militares en estado activo o en retiro y generalmente fueron destinados
a Alcalá la Real , por ser corregimiento
de capa y espada, donde eran asignados
la mayoría de ellos. Se entroncaba dentro de la carrera político
judicial iniciada en el mundo militar
que se veía truncada por la edad o por otras circunstancias personales, muy
pocos son los que volvieron a la vida militar tras el paréntesis del
corregimiento.
Iniciando por los
coroneles destacan en tiempos de Felipe V el corregidor conde de Torrepalama y Diego de Velasco y Córdoba, ambos coroneles
de Infantería . La mayoría de los corregidores de Alcalá fueron capitanes, sobre todo hasta mediados
del siglo XVIII, entre ellos Juan Pacheco de Padilla (1700), que comenzó su carrera como capitán de
Guardias Españolas , luego recibido como capitular de Alhama y volvió a tomar la vara de Antequera, un
claro ejemplo del entronque del cursus honorum . Francisco Bastardo de los Cisneros
y Mondragón provenía de la
Málaga donde ejercía como regidor perpetuo.; allí mismo fue capitán; luego fue corregidor de Córdoba y Alcalá la Real ejerció como capitán y
gobernador de esta ciudad; el último
capitán en tiempos de Felipe V fue Nicolás Manzano. Con Fernando VI,
disminuyó mucho .
En tiempos de Carlos
III solo tres nuevos capitanes se incorporaron a la carrera corregimental y dos
pertenecieron a Alcalá la Real.
Juan Pérez de Vargas[2] (1760-1761),
natural de Andújar, era capitán de milicias de Jaén, pero inició su carrera
como miembro de la
Chancillería de Granada, y ostentaba títulos de alguacil
mayor de la Santa Inquisición
de Córdoba , y padre honorífico de la Santa Inquisición , Diego Felipe
Cifuentes y Pedro Moreno Villena era caballero de la Orden de Santiago, también
fue capitán de infantería[3] y
también fue corregidor anteriormente de Mancha Real en 1757.
DE OTROS ESTAMENTOS
Este es el caso del corregidor Manuel Medina Rincón, maestrante de
Roda, regidor de Jaén, en el que su primer mérito radicaba haber sido regidor
de Jaén y como corregidor de la villa de Mata de Oixi , perteneciente a la
villa de Jimena, ambos empleos regentados por su padre en años anteriores, y fue diputado de aquella ciudad en el
consejo de hacienda. con este bagaje, primero obtuvo el corregimiento de Ronda y Marbella en 1778 y luego vino al de
Alcalá la Real ,
continuando su itinerario por el Écija (1787) y Antequera (1790. Similar es el
caso de José de Oliveras y Carbonell
que inició sus pasos en el cabildo de Gerona en 1782, convirtiéndose en ser su
decano. Liego ocupó el puesto diputado en el Principado de Cataluña y Palma de
Mallorca. En 1779 tomó la primera vara en Cáceres, en honor a sus méritos de
lealtad y ejercicio anterior a la
Corona y de su padre como capitán de ganaderos en
Guadalajara. Luego lo fue de
Salamanca, y de Alcalá la Real , hasta ascender como alguacil de la Real Audiencia de
Barcelona,. Aunque en este periodo se
primaba los méritos en ascenso al corregimiento, no le venían mal en modo algunos los de sus antepasados en
guerras. Es el Caso de Vicente Saura y Saravia, que recibió el
corregimiento alcalaíno debido a los méritos de su abuelo en la Guerra de a Sucesión ,
alcaldía de Almansa y Tortosa y oidor de la Audiencia de Galicia,
Como de su padre Joaquín los dificultes corregmientos de Ponferrada,
Albarracín, Aranda, Sepúlveda, Jaén , Burgos y Valladolid. Vicente siguió los pasos en Salamanca,
Antequera, Écija y en 1794 recibió la Real
Orden de Carlos III. Conforme
avanza el corregimiento se relacionan con cargo de la Corte.
Fue también alcalde de
la Inquisición
de Valladolid.
En cuanto al
estamento hidalgo, se partía de los corregidores de menor rango como el de
Mancha Real ( Moreno Villa en 1757 y en
Alcalá en 1764) o el de Hellín, Ronda y Marbella, y luego se ascendía como le aconteció al Marqués
de Ussel a Écija; en otras ocasiones, se
seguía al corregimiento de
Antequera. Écija, Jerez de la Frontera , Córdoba, Jaén,
que era el escalón siguiente antes de
alcanzar el de Granada, el del más
prestigio y emolumentos. sin llegar
ninguno de los corregidores a la prestigiosa Intendencia de Sevilla.
Estos ejercían, por
un lado, las competencias judiciales en los aspectos civiles ( tutorías,
herencias, ...) y criminal ( asesinatos, reyertas, ...) .Y hasta la separación
de Alhama y Loja de Granada, , por otro lado, desempeñaron las competencias de
tenientes de corregidor en ambas ciudades ( gubernativas, orden públicas,
fiscales...). Está claro que coincido
con María Luisa Álvarez y Cañas “
Sin embargo, a pesar de complementarse
las facultades conferidas entre
el corregidor y el alcalde mayor, la capacidad resolutiva del corregidor,
respaldada por amplias atribuciones jurisdiccionales, económicas, fiscales y de
orden público, imprimó carácter soberano
a dichos cargos en la región de su competencia, hasta el extremo de
intentar desempeñar. No siempre las relaciones entre alcalde mayor y
corregidor fueron cordiales, entre las más conflictivas hay que destacar entre
Juan de Domingo de la Cabada
y el alcalde mayor Nicolás de Nella por asuntos del padrón de la Hidalguía. Además
sometió al cabildo municipal el propio corregidor a cierta tensión a fijar su
residencia en las propias casas consistorial, lo que provocaba la molestia de
la actividad municipal.
La ausencias del corregidor en su territorio obligaba al
nombramiento de suplentes, denominados teniente de corregidor o corregidores
interinos. Son muchas las citas de Juan Pérez de Vargas Su residencia en
Andujar , donde tenía posesiones, le llevaba a pasar las vacaciones con permiso
de la Corte. Hubo
corregidores que ejercieron la tenencia de corregimiento en sus lugares de
regimiento como Juan Pablo de Salvador.
En ambos casos, se muestra una tendencia de
nombrar incluso a regidores del propio cabildo municipal, como fue el caso de
Manuel de Lastres con el marqués de Ussel , y con el nombre de teniente de
corregidor. Se evalúa de su cargo interior dentro del cabildo y méritos dentro del cabildo municipal ya que
ostentaba el cargo de alférez mayor y era caballero de la Orden de Calatrava.
También aparece la
figura del corregidor de corregidor interino, con el nombramiento de un
licenciado experto en letras como fue el caso del Licenciado Francisco Moscoso
en tiempos del marqués de Ussel.
.
[1] Álvarez y Cañas, ibid..
Pág., 177
[2] Era además de la familia de los Castrillo
Albarracín Benavides Tamariz de la Escalera
Fajardo Ciorella Quesada, Toledo
[3] Nacido en La Torre de San Jimeno en uno
de junio de 1717, su padre del mismo nombre nació en 1686, era alcaide la
hermandad natural de Sabiote y Josefa de Coca.
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