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jueves, 27 de diciembre de 2012

FELICIDAD NACIONAL BRUTA


 

 

            Estamos aburridos, decaídos y abrumados por el numeroso cúmulo de noticias negativas que nos invaden a diario desde todos los medios de comunicación ( escritos o audiovisuales),  redes informáticas, tertulias radiofónicas, barras de bares, reboticas....Ahora, parece que se cumple el final de  la  prosperidad  pasada que se manifestaba en frases como ésta:" cuantas más grúas de construcción existen en los pueblos, mayor índice de riqueza y progreso eran patentes en las ciudades". En Alcalá la Real, hace unos días se han desmontado las dos que quedaban como testigos de una furia constructiva que nos invadió ( nos referimos a estos trabuquetes modernos instalados en la fortaleza de la Mota y en los patios de la Domus Herculana, la antigua casa de Facundo) como  símbolo anunciante de que nos adentramos en un nuevo sistema  económico. Es verdad que, en tiempos pasados,  los fotógrafos se veían negros para encuadrar muchas vistas panorámicas de nuestras aldeas y de la  ciudad de Alcalá la Real, porque cualquier ángulo se veía afeado por aquellos artilugios de ayuda constructiva. Líbreme Dios que pretenda con estas líneas reivindicar una ciudad sin construcción, pero tampoco quiero ser cortoplacista sino proyectarme en una visión histórica con unas pretensiones más profundas a largo del tiempo. Pues, probablemente, los pueblos nunca han vivido un desarrollismo tan brutal, y , a veces, tan destructivo de la sociedad de bienestar como el que nos ha tocado vivir y, digo destructor  por ser este desarrollo  la pescadilla que se comía su cola, sabiendo que las ciudades siempre han sido entes sin terminar, imperfectas, inmersas en un progreso razonable.

            Pero, ante la barbarie sufrida a lo largo de muchas etapas de la historia, nunca se sobrepasaron las coordenadas del sentido común. Pues, en el desarrollismo vivido  por crecer, se hacían (y se hacen viviendas) pensando no en vivir sino en el especular ( este era el insensato sistema económico).  Esta es la pura realidad y la lógica imperante, porque hemos pensado siempre en los crecimientos, los superávit,  la avaricia y la codicia.

            Más nos hubiera valido un poco de resignación y de sentido estoico y haber utilizado la filosofía epicúrea en sus debidos  y certeros momentos. Además,  de seguro que, si nos hubiéramos puesto como objetivo la Felicidad Nacional Bruta, las cosas habría tomado otro cariz más positivo para todos los colectivos.

            Por eso, estoy de acuerdo con esta frase de que "el bienestar personal  no aumenta con la prosperidad material: a mayor PIB, no se sigue mayor FIB (que traduce José Laguna como Felicidad Interior Bruta)" . Pues debemos construir ciudades con otros parámetros y cambiar el cliché que nos invade diariamente a través del consumismo reinante. Nuestra propuesta radica más en importarnos otros valores distintos al dinero y al precio, como son el bienestar psicológico de los vecinos y ciudadanos,  el buen gobierno, la salud, la educación, la vitalidad  de la comunidad y la diversión ecológica.  Y eso , a veces, se consigue con la cooperación, el voluntariado, el amor por la naturaleza, el culto por la conservación de un  cuerpo  sano y la actividad deportiva, la soberanía alimentaria, el consumo interno  y de los `productos de los  propios pueblos, la pedagogía del compartir, la prioridad de la ética sobre la estética,  el reconocimiento de los emprendedores que centran su objetivo en el hombre   y el cooperativismo como tarea colectiva. Puede ser que no haya tantas grúas, pero tendrán trabajo los constructores del mantenimiento y de la rehabilitación, se explotarán otros yacimientos y fábricas de riqueza con una visión más humanizante,  Y lo que  nunca se nos olvidará que debemos cubrir- como nos proclama la constitución española- la comida, el techo ...y , nosotros añadimos, la ternura que es lo que nos falta en estos momentos a nuestros habitáculos. porque son  más  antros cerrados que espacios de  aquella cultura de la calle, tan normal de nuestras tierras andaluzas. Y esa cultura sufrió, y mucho, pero nunca se olvidó de la felicidad nacional bruta, porque  sabía que repercutía en  el optimismo interior de cada uno de nosotros. Hay muchos lugares, ciudades y pueblos, Alcalá la Real  se orienta a este nuevo FIB, si no,  fijémonos en su gama de servicios que tenemos a nuestra deposición.    

domingo, 23 de diciembre de 2012

CONVIÉRTETE A TÍ MISMO


            CONVIÉRTETE A TÍ MISMO

           

 
CORTIJO DEL PALANCARES EN VILLALOBOS
         En mi encuentro dominical de la iglesia del barrio sanjuanero, escuché una frase de Tolstoi  que me imprimió un aldabonazo especial. Inmersos en la teoría de la culpa y echar balones fuera  a la hora de buscar responsabilidades ajenas a la hora de crear perspectivas viables,  venían como anillo al dedo estas palabras:" Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo". Me dí cuenta de que este el pecado universal, por el que todos caemos a la hora de enfocar nuevos cauces de optimismo para nuestra sociedad. cosa que tanto lo necesita. Pues, mientras que nos refugiemos en la cabezonería y en la sinrazón de sentirnos "dioses" sin bajar del pedestal, largo es el camino y oscuro es el túnel que nos corresponde recorrer. No podemos quedarnos, como los hombres listillos de turno que tenemos la receta para el momento adecuado sin pensar en un cambio colectivo; porque puede pasar que constituyamos la nómina pasada  de tantos seleccionadores de  nuestro  equipo nacional antes de la llegada de Luís Aragonés o del Bosque, que no supieron armarse de la idea de equipo y quedaron anclados en  los divos que sólo resolvían su propio ego.

            Ahora, nos ha tocado un difícil momento, en el que sobran las recetas y los consejos, es la hora de los compromisos. Y, ya que partimos del pensamiento de  este famoso ruso, traigo a colación este elenco de frases, que conllevan un cambio de conversión individual, para luego transmitírselo a tu grupo, y  este a un círculo superior, y este a la colectividad. Comencemos  por cambiar el sentido del cimiento del neoliberalismo reinante, si ponemos  en primer lugar otros valores diferentes al dinero: El dinero es una nueva forma de esclavitud, que sólo se distingue por el hecho de que es impersonal, de que no existe una relación humana entre amo y esclavo. No perdamos nunca como meta de los individuos el  buscar una sociedad diferente al actual, en la que primen los valores del amor frente al  egoísmo, la solidaridad frente a la usura, y las ansias de la libertad frente a las ataduras del consumismo, o dicho con otras palabras de Tolstoi, y entendiendo reino de Dios, como el reino de la utopía a la que aspira toda  la humanidad: “El único sentido de esta vida consiste en ayudar a establecer el reino de Dios."   Si nos convertimos en unos seres optimistas entre los cimientos o cemento de una sociedad de nuevos valores y el objetivo final de una sociedad de superbienestar para todos, de seguro que  nos quedaríamos para  actuar con la bondad, con la  fuerza de la vida  y con este pensamiento tolstoaino: "La única intención de la vida es servir al género humano". Y de esta manera, ya no nos sentiríamos inútiles e insensibles ante las carencias humanas, sino que nos faltarían horas en el compromiso del voluntariado por los  más débiles. Ese es  el reto que han emprendido muchos hombres alcalaínos en el reto con la sociedad, en ámbitos de la Cruz Roja, Medicus Mundi, asociaciones de asuntos sociales, o Cáritas. Proliferan las campañas, actos, y convenciones benéficas, no cambian el mundo; pero  parten de la base;  porque si esperamos que nos lo cambien los de arriba, siglos nos esperan. Son pequeños pasos; sin embargo, al fin y al cabo, es la pedagogía del compartir y no la del recibir. Es un nuevo modo de entender la sociedad, un compromiso por la solidaridad y por el reino auténtico del amor, de los Derechos Universales para todos.

 

martes, 4 de diciembre de 2012

BANCO DE ALIMENTOS


 

 

Durante estos días tan ajetreados,  algunos andaban  con el alma en vilo por el veredicto de las urnas en las elecciones catalanas; otros, como acontece en muchos rincones de nuestra geografía nacional, despotricaban de la política y de sus actores “los políticos”, como si respondieran a un cornetín de órdenes proveniente desde los diversos ángulos de algunos foros subjetivistas. Parece como si el esfuerzo de los muchos años de la democracia española se hubiera echado en un saco vacío. Y lo peor del asunto no es que se fundamente en un análisis crítico, sino que somos víctimas de los tontódromos de las nuevas tecnologías que lanzan las noticias (qué digo las noticias, más bien los lemas, los mensajes de los twiter, faceboock … ) con una ligereza y una imaginación manipuladora que obnubila al más pintado, porque no motiva a razonar y a cambiar la manera de hacer política sino a ser miembros de un nuevo colectivo de mimesis simia o del sector de los loros.  Parece como si aborreciéramos  aquello por lo que tanto se luchó cual es el sistema democrático, y la crisis haya borrado todas las conquista sociales y el modo más digno de luchar por lo público ( o más bien, como se ha puesto de moda, por lo común en palabras de Jon Subirats).   Parece como si nos hubiéramos metido  en un túnel oscuro sin ver la salida. Y, en verdad que debe existir una salida, pues ¡mira que hemos tratado, en muchas ocasiones, de denostar de nuestro vocabulario “aquel valle de lágrimas” de un mundo que nos presentaron periclitado y parecía que daba los primeros pasos en la creación de una nueva sociedad, calificada por algunos como la sociedad del bienestar! Pues, aún en medio de estas circunstancias negativas,  no debemos decaer, debemos luchar por una nueva forma de hacer la polis, la respública y  participar en nuevos métodos que permitan desarrollar la solidaridad con los excluidos. Una de ellas, es el Banco de Alimentos,   cuya fundación de Jaén  se define como  “una organización benéfica sin ánimo de lucro, laica, cuyos fines, según los estatutos, son concienciar a la sociedad jienense respecto de problemas originados por el hambre, el despilfarro de alimentos y la falta de recursos para tener una vida digna. Ayuda a personas necesitadas suministrando sus productos gratuitamente a las instituciones asistenciales, sin ánimo de lucro, legalmente reconocidas, que atienden colectivos en situación de riesgo o exclusión social de la provincia de Jaén.  En él trabajan de forma habitual voluntarios, la mayoría profesionales jubilados o prejubilados, que prestan sus conocimientos de gestión, capacidades técnicas y manuales, de forma altruista”. Es verdad que, con estas acciones solidarias, no vamos a conseguir las utopías que nos marcamos para alcanzar  “un futuro idílico universalmente deseable” sin exclusión social, pero,  al menos, lucharemos contra las distopías, neologismo que alude a una realidad  totalmente divergente a  la igualdad, solidaridad y libertad (que se han quedado en papeles)  y contra quienes solo nos ofrecen horizontes apocalípticos de los que conviene huir.