Archivo del blog

martes, 28 de febrero de 2017

LA CASA DE LOS ARANDA MENDEZ DE SOTOMAYOR

LA CASA DE LOS ARANDA MENDEZ DE SOTOMAYOR

          Te lo aseguro que muchas leyendas son verdaderas, o, al menos, tienen viso de realidad. Y esta es una de ellas. Hace de ello casi cuatrocientos años, y es cierto que, en gran parte,  estos hechos  que te voy a contar  ocurrieron  en una importante casa de la Mota. Era  una casa lujosa, de señores;  tenía noble fachada con pórtico adintelado de piedra de cantería y el resto con muros de mampostería; se ubicaba en un paraje privilegiado  de  la ciudadela alcalaína, lindera a  la casa del corregidor; mas debajo de la Plaza Alta, en dirección  hacia  la muralla de la Puerta Nueva y la torre de la Especería; en concreto esta  mansión era  propiedad y cobijo  de una famosa e hidalga  familia, los Aranda Méndez de Sotomayor. Nobleza y alcurnia no le faltaban, pero todos los vecinos  se referían a   esta casa como la casa del misterio, incluso con más intriga  que los misterios  de las cuevas del Bahondillo y del  arrabal de Santo Domingo.
          Hacía tiempo que su familia  la había abandonado a duras penas. La había recibido Leonor Méndez de Sotomayor como el último eslabón de la herencia paterna por ser descendientes de las familias de los conquistadores de la ciudad, incluso.  Pero, la abandonaron,  aunque los poderosos  la consideraban de gran valor sentimental y crematístico  por haber sido vecina del palacio de los primeros señores musulmanes, y, luego, de los  alcaides de la fortaleza, -entre ellos el conde de Cabra-. No podían soportar vivir desgraciadamente en aquella casa que todo el mundo  bautizaba como La Casa del Duende. A ello se añadió un  pariente, por cierto escritor de la genealogía de los Aranda, sufría ataques de melancolía y delirios.
          Tras su abandono, los vecinos de alrededor, al principio, no le dieron importancia a los comentarios  y habladurías que  la gente  había extendido entre los vecinos de  la fortaleza alcalaína; tan sólo, algunos se asomaban a la ventanas de sus casas  y, para satisfacer au curiosidad, se pasaban las horas observando, a lo largo del  día y de la noche,  todos los movimientos de ida y venida de aquella familia. Los había, sin embargo,  que referían que  no encontraron  otra cosa  que  el deambular nocturno  de los miembros de la familia aquejados de algún mal sonambulista; a lo más, los veían  sentados en el bufete de su  sala  cuadrada  leyendo libros-o pergaminos encontrados en el arcón de las cámaras-; lo hacían   a la luz del  un lánguido  candil o del cebo de  los candelabros como si buscaran  el sitio
oculto de  algún objeto de valor y  había que protegerlo; .tan poco daban importancia a los bultos humanos  que se traslucían por el encerado de las ventanas y los relacionaban con las sombras de los dueños cubiertos con amplios capotes para protegerse del frío. Pero, pronto se extendió como la pólvora las habladurías de los criados de esta familia: afirmaban que sus señores habían  vuelto a aquella casa, de noche y con sigilo, porque los llamaban seres extraños produciendo ruidos en las cámaras altas.
          Este fue el comienzo de  esta historia.  Sin embargo, cada día surgían nuevos imprevistos y acciones mágicas, donde se mezclaban los ruidos ocultos con los seres de ensueño y  los  efectos fantasmales  de la luz y la oscuridad.  Al principio, los    vecinos  achacaron los sonoros ruidos  a los fuertes vientos, tan frecuentes por los altos de la ciudad,  los que arremolinaban los aperos de labranza  y los arrastraban contra las puertas  golpeándolas desordenada y escalonadamente como si cayera ruidosamente un castillo de naipes. Tampoco, le dieron importancia a los apagones  intermitentes de una lámpara que  parecía que portaba  un encorvado fantasma. Aunque la visita ocasional de los esporádicos inquilinos lo achacaban a un duende en forma de frailuco, que había albergado la familia, los vecinos creían que no era sino una simple alucinación de las mentes de aquellos señores, víctimas de su afán por la usura y  la acaparación de bienes. Lo cierto es que aquel duende les hizo perder la cabeza a aquellos señores y, un día sin esperarlo, ya no volvieron a aquella casa y se bajaron a los llanos de la ciudad para aliviarse de aquella persecución que no sabían interpretar si era fruto de los duendecillos  o del diablo en forma de fraile.


lunes, 27 de febrero de 2017

RECUERDO PARA MAÑANA, DÍA DE ANDALUCÍA, RECUERDO DE HACE CASI CUARENTA AÑOS QUE SE COLOCÓ LA BANDERA DE ANDALUCÍA


4-12-77
Diez, veinte, cuarenta,
en verde, blanco, verde,
Alcalá está durmiendo
la noche de cuarenta años,
siguiendo lo de siempre,
puro, simple monumento.
El 4, el 7, el 77,
ahora está amaneciendo
con diez, veinte, cien
compañeros,
celebrando el encuentro.

 Diez

LOS REYES SEGÚN CORNELIO NEPOTE


CON ESTA PINTURA PINTURA DE GAETANO GANDOLFI, Pintor boloñés entre los siglos xviii y xix, recogemos uno de los reyes que relata Cornelio Nepote. En concreto, relata la leyenda entre e Alejandro Magno y el filosofo cínico Diógenes, que intercambió varios diálogos entre la sencillez y el engreimiento con el emperador. El más conocido fue en el momento en el que le solicitó que le pidiera el filósofo algún deseo. Y le espetó con un quiero que me dejes libre para que le diera el sol.
Recoge el boloñés con su arte  el contraste entre el desnudo  del filósofo y la figura esbelta del emperador cubierto de clámide pupúrea, tocado con casco y el resto de la vestimenta militar de rango imperial.    Entre el aposento palaciego del fondo, contrasta la vivienda chabolista de Diógenes, con entrada circular y una cubierta artesanal, todo hecho de retazos de la sociedad ( de algún tonel de vino y cobertizo). Los colores blanco de pureza freten al rojo del poder , logran el contraste de la supremacía del poder frente a la sencillez, lo que se intensifican con las posiciones de uno en situación de un escorzo tumbado  y otro cuadrando el círculo compositivo con un arqueo antinatural del cuerpo erguido, en forma paternalista. lo que contrasta con el asombro de la cara del filósofo El chico de espaldas crea el cierre del ambiente y del escenario junto con el acompañamiento geometrizante de los soldados. 



.




LOS REYES

Casi todos éstos fueron generales del pueblo griego, que tal vez parezcan dignos de ser recordados,  sin contar  los reyes. Pues no queremos referirnos  a estos, porque las hazañas de todos los reyes fueron relatadas  en otra obra. Y, sin embargo, estos no son muchos. Pero, el  espartano  Agesilao, de nombre   fue rey, pero  por poder  legítimo como los demás reyes  espartanos. Mas,  de entre estos,  que ocuparon el  mando con poder absoluto, hubo excelentismos, según creemos, Ciro y Darío, Hijo de Histape  entre los persas, cada  uno de los cuales, siendo unos hombres particulares, por su maña y astucia alcanzaron el reino. El primero de estos murió en una batalla, junto a Masagetas;  Darío alcanzó el final de su vida con la vejez. Tres son además del mismo linaje: Jerjes y los  dos Artajerjes: uno de sobrenombre Macrochir, y el otro Menmón. Es una cosa muy ilustre para Jerjes el hecho de que hizo la guerra contra Grecia por tierra y mar con los más grandes ejércitos  que se han conocido por los hombres. Pero Macrochir debe ser muy alabado por la figura  enorme y bellísima de su cuerpo, que honró  con el increíble valor de la guerra.  


Pues ningún persa fue más valiente que él. Menmón, por su parte, brilló  por la fama de ser justo. Pues, como hubiese perdido a su esposa  por el crimen de su madre, se entregó al dolor tanto que pudo más con él la piedad que la venganza. De estos dos con el mismo nombre de Artajerjes murieron de enfermedad natural, el tercero, Jerjes,  fue matado por el prefecto Artabano con la espada.             
II
Por otro lado, dos de los macedonios  excedieron mucho a los demás por la fama de sus hazañas: Filipo, hijo de Amintas y Alejandro Magno. El segundo de estos murió de enfermedad en Babilonia. Filipo,  al ir a ver los juegos, fue matado por Pausanias en Egos junto al teatro. Un solo epirota, Pirro fue el  que hizo la guerra contra el pueblo romano. Este, tratando de asaltar la ciudad de Argos, cayó muerto de una pedrada. Por otra parte, el único siciliano fue el Dionisio el mayor. Pues fue valiente y perito en la guerra, y , lo que no es fácil de encontrar en un tirano, muy poco licencioso, ni  lujurioso, ni avaro de ninguna cosa ni deseoso de nada salvo de mandar él sólo y mantenerse siempre en  el mando, y por esa razón cruel. Pues mientras puso los medios para mantenerse en el mando y asegurarse en él, no perdonó la vida de ninguno que considerase que conjuraba  en contra suya. Habiendo conseguido la tiranía para sí mismo con valor, la retuvo con gran fortuna. Ya mayor, a la edad de 60 años murió  en medio de un floreciente reino. Ni en tantos años  vio entierro de alguno de su linaje, habiendo procreado hijos de tres esposas y de ella le nacieron muchos nietos.  
                                                  III
Hubo además grandes reyes de los amigos de Alejandro Magno que tomaron los mandos  después de su muerte, entre estos Antígono y su hijo Demetrio, Lisímaco, Seleuco y Ptolomeo. De entre estos Antígono, luchando contra  Seleuco y Lisímaco, fue matado en un combate. También Seleuco  mató a Lisímaco  en una batalla, pues rota la alianza entre ellos, se hicieron la  guerra. Pero Demetrio habiendo casado a su hija con Seleuco y no habiendo podido mantener una fiel amistad entre ellos, teniéndole preso  su yerno Seleuco, Demetrio  murió de enfermedad. No mucho después  Seleuco fue matado a traición  por Ptolomeo al que Seleuco, tras ser expulsado por  su padre de Alejandría,  lo había acogido  porque se hallaba necesitado  de tropas extranjeras

Pero, se dice que el propio Ptolomeo, habiendo entregado en vida   el reino a su hijo,  fue privado de la vida por Ptolomeo Cerauno. Puesto que consideramos que bastante se ha dicho sobre estos,  me parece bien  no pasar por alto a Hamílcar y Aníbal, que consta que sobresalieron a todos  en África por su grandeza de ánimo y su astucia. 

domingo, 26 de febrero de 2017

DIARIO DEL RUTERO DEL SUR DEL MUNICIPIO ALCALAÍNO.

A
NUNCIAMOS  QUE CAPUCHINOS DE ALCALÁ LA REAL (JAÉN) LLEVARÍA A CABO UN PASEO DE DE LA PARTE SUR DE ALCALÁ LA REAL EN EL BOLETÍN 170. SOCIOS. POR FÍN, PARA EL DOMINGO PRIMAVERAL FINALIZANDO EL INVIERNO, EXACTAMENTE EL DOMINGO 26 DE FEBRERO DE 2017...TRAS TRES INTENTOS FALLIDOS POR LAS CIRCUNSTANCIAS CLIMATOLOGÍAS. NOS CONCENTRAMOS  A LAS 10.45 HORAS MAÑANA. PLAZA JUAN CARLOS I. UNOS CUARENTA PASEANTES. HICIMOS UNA CHARLA INTERPRETANDO EL SENTIDO DE PASEO, VOLUNTARIO  Y ECOCOSTUMBRISTA. Y TUVO LUGAR A LAS 10.55 LA Salida de coches.
LLEGAMOS  A LAS 11.10. A LA  GAVIOTA,, APARCAMOS E HICIMOS LOS SIGUIENTES TRAMOS.



I. CAMINO DE MALABRIGO

Paralelos a la N432 llegamos hasta atravesar el ro Palancares, un paraje con arbolado de ribera fluvial. Tras pasar un pequeño puentecilla , llegamos a una bifurcación  que se dirigía a la Parrilla o a la Guzmana. 
Por un cuesta emprendimos el camino con dirección a la Guzmana por las espadas del cerro de Malabrigo y,, a la su entrada por un carril cortado, comentamos el Cerro de la Gineta, el origen de su nombre de la espada de los ziríes, el pacto de la Gineta entre castellanos y ziríes, la Guerra Civil y la posición estratégica, el oppidum iberorromano. 
Tras una dura cuesta llegamos a 

II LA GUZMANA,


Pasamos por entre olivos y los cortijos de los Yesares, una nueva parada sobre Malabrigo, tierra de contiendas, el romance "Cablleros de Alcalá, peones de Alcalá". y entre un aceitunero solitario y la cresta, nos situamos con la vista a Orienrte y contemplamos un paisaje inñédito, Alcalá al Norte, y al Oriente, aldeas de las Riberas, Frailes, Mures y al fondo la Cartuja- Nueva parada sobre  de tierras de frontera a la Cartuja, la desamortización y las propiedades actuales. Comentario sobre la escaramuza de la Guzmana a finales de 1938 en la Guerra Civil. Nidos y restos de trincheras. 
Al bajar hacia el camino del Moralejo Alto, restos de los antiguos mojones de linderos entre la frontera castellana y musulmana.  Estos eran en una visita del mes de octubre de 1568:
-LII, Junrto al arroyo  y el camino que va de Alcalá a Granada. Lo divisamos y el Menchón más arriba.
LIII. Del Hornillo o Dornillo.junto al camino. 
LIV. Junto al camino de Granada.
LV. Mojón del Villar entre caminos de Moclín y Graada- pasamos por él. 
LVI.Torre de Moclín. No se encuentra este sitio. Puede ser la del Quejigal.
LVII.Mojón de la Madriguera a ojo del Moralejo, ya existía este lugar que albergó misteriosamente el Moralejo Alto.
LVIII. El mojón del  Moralejo-
LIX. El mojón del Moralejo . Actualmente el Moralejo Bajo. 
LX.
LXI. Mojón de la Cruz del cderro de la Savia/Gabia. 
LXII. CORDILLERA DE LA SAVIA,
LXIII. MOJÓN DE LAS PEÑAS DE LA GABIA.
LXIV. ARROYO DE MURES.
Fuimos como el corregidor, regidores, agrimensores y arcabuceros campos a través- Estuvimos escuchando un relato de los maquis y de la posguerra de un secuestro y botín fallido presenciando las palabras del vecino del lugar sobre el raptado. Muy interesante.

IV. LLEGAMOS AL CORTIJO DEL MANQUILLO
 Entre mampuesto y nueva obra y una luminaria. Saludamos a sus propietarios y nos dirigimos orilla arriba del ríao Frailes o Velillos, Salogral y Palancares hacia el siguiente cortijo.

LA SAVIA

Allí posamos para la foto oficial  y nos preguntamos Savia, Sabia, Gavia o Gavia (como parece deducirse de documentos del siglo XVI y  deformado vulgarmente en savia) De ahí su origen etimológico puede hacer referencia a la hendidura u hoys de las las tierras, a una gaviota, a una forma de una parte de la vela....
De la Savia a Garcihambre, ya un cortijo que recuerda tiempos pasados, y desde allí contemplamos Balazos, Mures, Juntas, Casillas...
Y campo a través llegamos a cortijo de Santa María con su Cruz de Calatrava.
De este a Cortijuelos de la Media Luna y por el camino de espaldas de la Jineta y paralelos al río. Casi rendidos con muchos pasos en as piernas llegamos de nuevo a la Gaviota, que curioso Gavia antigua y en latín Gavia, cerca se encuentra Malabrigo y la Gavia o Savia. 


 MANQUILLO Y BALAZOS HASTA GAVIOTA.
SI LLUEVE O AMENAZA LLUVIA EL DOMINGO SE SUSPENDE
I






































PUENTE DEL SIGLO XVIII. OBRA DE ANTONIO MARTÍN ESPINOSA. 

C

sábado, 25 de febrero de 2017

TIMOLEÓN



EL  GRABADO  ALUDE A TIMOLÉON JEFE DE CORINTO
Timoleón fue natural de Corintio. Sin duda, este  hombre fue muy importante al parecer  de todos. Pues le tocó en suerte a él  solo, no sé si a ninguno  más, el  liberar a la patria, en la que había nacido, oprimida por el  tirano y   por los siracusanos, a cuyo auxilio habían sido enviados, quitarles la  perenne servidumbre,  y restituir a toda Sicilia a su estado libre anterior, vejada durante muchos años por  la guerra   y oprimida por los bárbaros con su llegada. Pero, durante estas cosas,  se vio combatido de la variada fortuna, y, lo que se considera más difícil, soportó con mucha más prudencia las circunstancias favorables que las adversas. Pues como su hermano Timófanes, elegido jefe por los corintios, hubiese ocupado la tiranía con la ayuda de los soldados mercenarios y pudiese participar del  mando,  tan alejado estuvo de aliarse con la tiranía que prefirió liberar  sus paisanos a salvar su hermano y tuvo por mejor sujetarse a las leyes de la patria a dominarla por medio de la tiranía. Con esta resolución, a través de un arúspice  y común pariente,  con  el que se había casado su hermana  carnal,  procuró  matar a su hermano tirano. El  mismo no sólo no   aportó sus manos, sino que ni siquiera quiso mirar la sangre fraterna. Pues hasta que este lance se acabara, se mantuvo lejos  como de centinela, para que ningún pudiera socorrer a su hermano. Todos aprobaron  no aprobaron de igual manera esta famoso hecho. Algunos consideraban que Foción había faltado a las leyes de la piedad y, por envida,   pisoteaban  el que se alabara su valor. Pero, tras este hecho su madre ni permitió que su hijo  entrara en su casa a verla  y no tuvo reparos en rechazarlo por detestarlo como un impío y fratricida. Por estas cosas, el se conmovió de tal manera que alguna vez quiso quitarse  la vida y retirarse de la mirada de los hombres ingratos con la muerte.
                          II
Entretanto, muerto Dión en Siracusa, Dionisio de nuevo se apoderó de Siracusa. Sus adversarios pidieron  ayuda a los corintios y lo reclamaron  como jefe para  emplearlo en  la guerra. Timoleón, tras ser  enviado a Siracusa, expulsó a Dionisio de toda Sicilia con increíble éxito. Como pudiese matarlo, no quiso, e hizo que Dionisio arribara a Corintio con toda seguridad, porque los corintios se había visto ayudados antes  con los socorros de uno y otro Dionisio, de cuya benignidad quería que fuese duradero su recuerdo y lo consideraba como  una famosa  victoria, en la que hubiese mas piedad  que crueldad, pero que no se escuchase de oídas sino que se viese claramente  a qué sujeto como Dionisio,  de cuan gran reino  y  hasta qué estado tan infeliz   había llevado. Tras la muerte de Dionisio combatió, con Iceta, que se había enfrentado con Dionisio. Alegando que fue prueba que Iceta no se opuso a Dionisio  por el odio que tenía a la tiranía  sino por la ambición de reinar él solo. Una vez vencido éste,  Timoleón puso en fuga a las tropas de los  numerosísimos  cartagineses junto al río Criniso, y obligó a que se tuviesen por dichosos por el hecho de que  se les permitiera ocupar África, los  que ya tenían la posesión de  Sicilia. Hizo prisionero a  también a Mamerco, jefe de Italia, hombre belicoso y poderoso, que había venido a ayudar a los tiranos a Sicilia.
                              III
Hechas estas cosas, como viese, a causa de la duración de la guerra, no sólo las regiones sino también las ciudades abandonadas, conquistó en primer lugar a los sicilianos, que pudo. Después, se atrajo a los colonos de Corinto, porque estos habían fundado Siracusa desde sus inicios. Repuso  sus cosas perdidas  a los viejos paisanos,  dividió entre los nuevos pobladores  las posesiones que habían quedado sin  dueño en la guerra;  rehizo las murallas de las ciudades destruidas y los templos arruinados;  les dio leyes y libertad  a los ciudadanos; tras una guerra muy grande,  trajo la paz y  la tranquilidad a toda la isla hasta tal punto  que parecía que  este era el fundador de aquellas ciudades y no aquellos que la habían llevado las primeras colonias para poblar. . Destruyó la acrópolis en Siracusa, la que había fortificado Dionisio para tener cercada  la ciudad; demolió los demás destacamentos de la tiranía y procuró  que muchas huellas de esclavitud  permanecieran lo menos posible. Siendo de unos poderes tan grandes que podía mandar incluso en los que no querían, y queriéndolo tanto todos los sicilianos que gobernaba sin rechazo de nadie,  prefirió ser amado a ser temido. Así pues, tan pronto como pudo, depuso su mando y vivió como un particular en Siracusa, todo lo que le quedó en vida. Y  lo hizo esto con prudencia;  pues lo que los demás reyes pudieron con el poder, este lo mantuvo con la benevolencia. Ningún hombre no colaboró con  Foción, ni ninguna asunto  fue hecho públicamente en Siracusa, sobre el que se hubiera acordado sin conocerse el parecer de Timoleón. No sólo apreciaron más  siempre su  consejo   sino que  ni siquiera se le comparó con otro;  y esto se consiguió por la benevolencia que él otorgaba  más que por la  prudencia a la hora de gobernar.
                              IV
Siendo Foción  ya  muy anciano, perdió la vista  por alguna enfermedad. Soportó con tal paciencia esta desgracia de tal manera que ninguno le oyó quejarse, ni memos fue un obstáculo a la hora de asistir a los asuntos  públicos y privados. Y venía al teatro, cuando allí se tenía una asamblea del pueblo; llevado por su enfermedad con una yunta de animales, y desde el carro daba su parecer. Ninguno atribuyó  estos actos  a que fuera un soberbio. Pues jamás salió de su boca una palabra soberbia, descomedida, ni que oliese a alabanza propia. Este, como oyese que  se pregonaban  las alabanzas hacia su persona, nunca dijo otra cosa que dar las gracias principalmente a los dioses  en este asunto, porque, habiéndole dispuesto dar la  libertad a  Sicilia, habían querido que el fuese el jefe más poderoso de aquel tiempo. Nada de las cosas humanas pensaba que se llevaban a cabo sin la providencia divina. Y así en su casa as había levantado un oratorio a la fortuna  y lo veneraba sagradamente.
                              V

Admirables circunstancias se le habían acercado a esta bondad admirable de este hombre. Pues hizo muchísimos combates  en el día de su nacimiento,  de lo que consiguió que se celebrase el día de su nacimiento en toda Sicilia. Un tal Lafistio, hombre petulante e ingrato, como quisiera imponerle una  su fianza, porque decía que el obraba según la ley, y haciendo concurrido muchos, que intentaba castigar  la desvergüenza con sus manos: Timoleón pidió a todos que no  lo hicieran. Pues, aunque se le  permitiera hacerlo  a Lafistio y a cualquiera, decía  que había afrontado muchos trabajos y grandes peligros.  Por otro lado,  que esta era una prueba clara de que había libertad, el que se  permitiese a todos experimentar lo que quisiesen según las leyes  lo que cada uno quería. Como un tal pariente de Lafistio, de nombre Demeneto,  empezase a denigrar  sobre  las cosas llevadas a cabo por Timoleón de  en la asamblea del pueblo, y algunas fuesen  echadas en cara levadas contra Timoleón,  este mismo dijo ahora que el había llegado al colmo de sus deseos ser  condenado de la promesa hecha los dioses  , pues alegaba que los dioses inmortales siempre le pidieron esto que restituyese tal libertad a los siracusanos , en la cual se permitiera a cualquiera hablar impunemente de lo que quisiera.  
Este como hubiese llegado al último día de su vida, públicamente en el Gimnasio, que se llama Timoleónteo,  fue sepultado por los siracusanos con la celebración de toda Sicilia.Timoleón fue natural de Corintio. Sin duda, este  hombre fue muy importante al parecer  de todos. Pues le tocó en suerte a él  solo, no sé si a ninguno  más, el  liberar a la patria, en la que había nacido, oprimida por el  tirano y   por los siracusanos, a cuyo auxilio habían sido enviados, quitarles la  perenne servidumbre,  y restituir a toda Sicilia a su estado libre anterior, vejada durante muchos años por  la guerra   y oprimida por la llegada de los bárbaros. Pero, durante estas circunstancias,  se vio combatido por la voluble fortuna, y, lo que se considera más difícil, soportó con mucha más prudencia las circunstancias favorables que las adversas. Pues como su hermano Timófanes, elegido jefe por los corintios, hubiese ocupado la tiranía con la ayuda de los soldados mercenarios y pudiese participar del  mando,  tan alejado estuvo de aliarse con la tiranía que prefirió liberar  sus paisanos a salvar su hermano y tuvo por mejor sujetarse a las leyes de la patria a dominarla por medio de la tiranía. Con esta resolución, a través de un arúspice  y común pariente,  con  el que se había casado su hermana  carnal,  procuró  matar a su hermano tirano. El  mismo no sólo no   aportó sus manos, sino que ni siquiera quiso mirar la sangre fraterna. Pues hasta que este lance se acabara, se mantuvo lejos  como de centinela, para que ningún pudiera socorrer a su hermano. Todos aprobaron  no aprobaron de igual manera esta famoso hecho. Algunos consideraban que había faltado a las leyes de la piedad y, por envida,   pisoteaban  el que se alabara su valor. Pero, tras este hecho su madre ni permitió que su hijo  entrara en su casa a verla  y no tuvo reparos en rechazarlo por detestarlo como un impío y fratricida. Por estas cosas, el se conmovió de tal manera que alguna vez quiso quitarse  la vida y retirarse de la mirada de los hombres ingratos con la muerte.
                          II
Entretanto, muerto Dión en Siracusa, Dionisio de nuevo se apoderó de Siracusa. Sus adversarios pidieron  ayuda a los corintios y lo reclamaron  como jefe para  emplearlo en  la guerra. Timoleón, tras ser  enviado a Siracusa, expulsó a Dionisio de toda Sicilia con increíble éxito. Como pudiese matarlo, no quiso, e hizo que Dionisio arribara a Corintio con toda seguridad, porque los corintios se había visto ayudados antes  con los socorros de uno y otro Dionisio, de cuya benignidad quería que fuese duradero su recuerdo y lo consideraba como  una famosa  victoria, en la que hubiese mas piedad  que crueldad, pero que no se escuchase de oídas sino que se viese claramente  a qué sujeto como Dionisio,  de cuan gran reino  y  hasta qué estado tan infeliz   había llevado. Tras la muerte de Dionisio combatió, con Hiceta, que se había enfrentado con Dionisio. Alegando que fue prueba que Iceta no se opuso a Dionisio  por el odio que tenía a la tiranía  sino por la ambición de reinar él solo. Una vez vencido éste,  Timoleón puso en fuga a las tropas de los  numerosos  cartagineses junto al río Crinito, y obligó a que se tuviesen por dichosos por el hecho de que  se les permitiera ocupar África, los  que ya tenían la posesión de  Sicilia. Hizo prisionero a  también a Mamerco, jefe de Italia, hombre belicoso y poderoso, que había venido a ayudar a los tiranos a Sicilia.
                              III
Hechas estas cosas, como viese, a causa de la duración de la guerra, no sólo las regiones sino también las ciudades abandonadas, conquistó en primer lugar a los sicilianos, que pudo. Después, se atrajo a los colonos de Corinto, porque estos habían fundado Siracusa desde sus inicios. Repuso  sus cosas perdidas  a los viejos paisanos,  dividió entre los nuevos pobladores  las posesiones que habían quedado sin  dueño en la guerra;  rehízo las murallas de las ciudades destruidas y los templos arruinados;  les dio leyes y libertad  a los ciudadanos; tras una guerra muy grande,  trajo la paz y  la tranquilidad a toda la isla hasta tal punto  que parecía que  este era el fundador de aquellas ciudades y no aquellos que la habían llevado las primeras colonias para poblar.  Destruyó la acrópolis en Siracusa, la que había fortificado Dionisio para tener cercada  la ciudad; demolió los demás destacamentos de la tiranía y procuró  que muchas huellas de esclavitud  permanecieran lo menos posible. Siendo de unos poderes tan grandes que podía mandar incluso en los que no querían, y queriéndolo tanto todos los sicilianos que gobernaba sin rechazo de nadie,  prefirió ser amado a ser temido. Así pues, tan pronto como pudo, depuso su mando y vivió como un particular en Siracusa, todo lo que le quedó en vida. Y  lo hizo esto con prudencia;  pues lo que los demás reyes pudieron con el poder, este lo mantuvo con la benevolencia. Ningún hombre no colaboró con  Foción, ni ninguna asunto  fue hecho públicamente en Siracusa, sobre el que se hubiera acordado sin conocerse el parecer de Timoleón. No sólo apreciaron más  siempre su  consejo   sino que  ni siquiera se le comparó con otro;  y esto se consiguió por la benevolencia que él otorgaba  más que por la  prudencia a la hora de gobernar.
                              IV
Siendo Foción  ya  muy anciano, perdió la vista  por alguna enfermedad. Soportó con tal paciencia esta desgracia de tal manera que ninguno le oyó quejarse, ni memos fue un obstáculo a la hora de asistir a los asuntos  públicos y privados. Y venía al teatro, cuando allí se tenía una asamblea del pueblo; acuciado por su enfermedad encima de una yunta de animales, y desde el carro daba su parecer. Ninguno atribuyó  estos actos  a que fuera un soberbio. Pues jamás salió de su boca una palabra soberbia, descomedida, ni que oliese a alabanza propia. Este, como oyese que  se pregonaban  las alabanzas hacia su persona, nunca dijo otra cosa que dar las gracias principalmente a los dioses  en este asunto, porque, habiéndole dispuesto dar la  libertad a  Sicilia, habían querido que el fuese el jefe más poderoso de aquel tiempo. Nada de las cosas humanas pensaba que se llevaban a cabo sin la providencia divina. Y así en su casa as había levantado un oratorio a la fortuna  y lo veneraba sagradamente.
                              V

Admirables circunstancias se le habían acercado a esta bondad admirable de este hombre. Pues hizo muchísimos combates  en el día de su nacimiento,  de lo que consiguió que se celebrase el día de su nacimiento en toda Sicilia. Un tal Lafistio, hombre petulante e ingrato, como quisiera imponerle una  su fianza, porque decía que el obraba según la ley, y haciendo concurrido muchos, que intentaba castigar  la desvergüenza con sus manos: Timoleón pidió a todos que no  lo hicieran. Pues, aunque se le  permitiera hacerlo  a Lafistio y a cualquier persona, decía  que había afrontado muchos trabajos y grandes peligros.  Por otro lado,  que esta era una prueba clara de que había libertad, el que se  permitiese a todos experimentar lo que quisiesen según las leyes  lo que cada uno quería. Como un tal pariente de Lafistio, de nombre Demeneto,  empezase a denigrar  sobre  las cosas llevadas a cabo por Timoleón de  en la asamblea del pueblo, y algunas fuesen  echadas en cara levadas contra Timoleón,  este mismo dijo ahora que el había llegado al colmo de sus deseos ser  condenado de la promesa hecha los dioses  , pues alegaba que los dioses inmortales siempre le pidieron esto que restituyese tal libertad a los siracusanos , en la cual se permitiera a cualquiera hablar impunemente de lo que quisiera.  

Este como hubiese llegado al último día de su vida, públicamente en el Gimnasio, que se llama

Timoleónteo,  fue sepultado por los siracusanos con la celebración de toda Sicilia.

viernes, 24 de febrero de 2017

PREMIOS HÉRCULES Y ALCALÁ LA REAL

Estamos acostumbrados a ser espectadores de muchos premios que se otorgan a lo largo de la geografía nacional y durante todos los meses del año. Los hay de Novela como el Planeta; los Nacionales de Literatura; o de Cine, como los recientes Goyas. Proliferan, como pura mímesis a los anteriores los otorgados, a personajes e instituciones que han destacado por su obra en las diversas comunidades autonómicas y locales, Se multiplican en medio de una especie de jerarquía diplomática, alcanzando el colofón más alto   en medallas ( de diversas clases y valiosos metales)  y  continuando con galardones u otros emblemas y símbolos de la institución otorgante como banderas en Andalucía. En Alcalá la Real, mira por donde que se encontró su bandera de enganche en un personaje mítico, el semidiós Hércules. Se pasó por alto, dentro de   su usual y prolífico periodo medieval, la llave que podía haber ocupado el sitio de la estatuilla del héroe griego expuesta en el Museo Nacional. Y, con esto se ahondó en las raíces más legendarias de nuestro pasado prerromano y se soslayó la influencia fronteriza en su doble vertiente musulmana y castellana. Hércules campó por la Bética en su famoso trabajo contra Gerión y cuadraba mejor entroncarlos en las raíces agroganaderas de modo que se pasó de los difíciles años de  las conquistas medievales para sublimarse en el mundo de la épica.
Los diversos premios se organizan, a la hora de concederlos, de acuerdo a unos reglamentos y unas bases, en las que los jurados o donadores del galardón suelen ser elegidos de acuerdo con unos parámetros y acreditándose en el conocimiento, representatividad asociativa o prestigio de sus componentes. En Alcalá la Real, el ayuntamiento alcalaíno es el mecenas, jurado y promotor del premio en nombre de la colectividad cívica de la ciudad de la Mota. Por su carácter de donación graciosa se ha procurado, en la mayoría de los premios otorgados, al consenso entre los representantes de los grupos políticos. Pero se parte de una base y de una predisposición que no siempre puede conseguirse, a no ser que el consenso cívico refrende la nominación de un candidato que sea un secreto a voces de toda la población. Lo que no puede siempre conseguirse sin la predisposición natural al acuerdo. En este año, el nacimiento del premio ha bebido de las fuentes natales del hijo de Zeus y Alcmena, y de seguro que la mano de la diosa Hera no consiguió el consenso ansiado y logrado en años anteriores. Para colmo, cada vez y en un futuro próximo mucho más, se ocasionarán los disensos ante la disparidad de criterios que pueden montarse según las apetencias de los representantes, porque Hércules debió hacer valer su fuerza y su habilidad para conseguir su primacía desde su propio nacimiento al competir el parto con su hermano Ificies. 
No obstante, los premios se han hecho eco del esfuerzo hercúleo de unas asociaciones o empresas locales que son clara muestra de los trabajos encomendados al héroe mítico. En este caso, se eligieron , como anillo al dedo, y  Hércules se manifestó e rememorando aquel décimo trabajo de su lucha con Gerión por tierras béticas, y, en la categoría de Cultura y Educación, porque se hizo eco de la docencia rural y la extensión de la escuela por las aldeas alcalaínas. Bello gesto que reconoce la labor del colectivo de los Colegios Rurales de Alcalá la Real. Pues, siempre la ciudad de la Mota dispuso de centros escolares y se formaron muchos vecinos a lo largo de los siglos. Pero, hasta mediados de siglo XIX, no llegó la escuela a las aldeas, comenzando por Charilla y le siguieron Santa Ana, Riberas, Mures, y Cantera Blanca, hasta completar el resto de las aldeas a mediados del siglo XX. Luego, soplaron vientos nefastos con la concentración escolar en las Comarcales. Menos mal que, en los años ochenta, con motivo de la implantación de la LOGSE, se dio un nuevo impulso a la dispersión rural manteniendo las escuelas primarias en los Colegios Rurales del Valle de San  Juan, El Olivo y Sierra Sur. Lo que desunía el progreso a través de la mecanización y el transporte la escuela rural lo logró unir  con el fomento del principio del acercamiento del alumno a su ambiente natural. No habrá alumno de la escuela rural que no recuerde su primer maestro que le enseñó las primeras y números o le abrió aires de libertad con la cultura, ni adulto que no agradezca la educación tardía que suplió las carencias escolares de su infancia, En la comunidad escolar- alumnos, padres y maestros- brotan   sus más profundos sentimientos y se encadenan en los más de ciento o cincuenta años de su implantación rural y en los veinticinco años de las fundación de los mencionados colegios.




















Si el premio de Patrimonio recuerda a Augías con Hércules limpiando su establo y su concesión a todo el proceso de la restauración del Cristo atribuido a la escuela de Siloé; el premio del Deporte concedido al Club  Baruka  se convierte en esfuerzo ante la  hidra de Lerna con el atrevimiento y  la perfección de las formas acrobáticas conseguidas por este grupo deportivo en perfecta sintonía con sus entrenadores. Los donantes de sangre son las manzanas solidarias de las Hespérides que aportan la dicha de la salud a muchas personas; y la empresa Derprosa, como la piel del león de Nemea, resistió  los más duros periodos de crisis y  se la colocó como el  héroe  para protegerse ante cualquier arma nociva o ataque del mundo y ganar el premio de los Emprendedores.

Estos son los premios de 2017, este fue el proceso de selección ( pueden establecerse muchas fórmulas y alternativas de jurados de representación social) y, sobre todo, el reconocimiento de unos trabajos hercúleos de que no ofrecen duda alguna para la gente de la ciudad de la Mota con respecto  a todos los premiados. Otra cosa es recoger la maldita manzana raptada por Eris a las Hespérides para provocar el Juicio de Paris, que desencadenó la Guerra de Troya. Pero, esto fue un hecho posterior a Hércules, quedémonos mejor  con su esfuerzo para conseguir la victoria en sus doce trabajos, en este caso los cuatro .