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sábado, 31 de agosto de 2019

TRAS EL QUINCE DE AGOSTO EN ALCALÁ INFORMACIÓN DE HOY



 Corrían otros tiempos, los de la sociedad agroganadera, cuando las fiestas religiosas marcaban un hito para señalar el principio o el final de una estación agrícola o ganadera. Las había para el remate de la aceituna en torno a San José, o, si se adelantaba, en la Candelaria, en primavera; por Semana Santa, comenzaban a florecer los campos en abril; y , en otoño, se iniciaba la vendimia y culminaban muchas fiestas relacionadas con la Virgen María en la advocación del Rosario. Ni qué decir que, con motivo del final de la cosecha de cereales, el quince de agosto era la fiesta por excelencia, la de la Asunción de María, cuando se resolvían todo tipo de pagos en las contrataciones, en los empréstitos dos o en las obras.  Tras el quince de agosto había que esperar hasta la Exaltación de la Cruz o a la Natividad de María en el mes de septiembre para celebrar fiestas, principalmente más cerradas, ya que sus organizadores eran las cofradías, hermandades o fundaciones, salvo la de San Roque de Mures.
Todas estas fiestas parten de una fuente sacra en una sociedad confesional católica, que alcanza su cenit con el nacionalcatolicismo de pasados tiempos. Por su inercia, mantienen algunos elementos de la morfología religiosa (el culto y la fecha), pero cada vez más se vacían de su fundamentación cristiana ante el fomento de otros aspectos que se han desarrollado en torno a la fiesta. Se  ha pasado del ágape familiar al banquete  de todo los miembros con la  convivencia de la comunidad que celebra las fiestas, con platos de arroz gratuitos pata todo ser viviente; la música ha desbordado las antiguas capillas de música y se ha impuesto las orquestas de baile que sobrepasan las danzas autóctonas, como el fandango de Charilla, y la multiplicación de las verbenas que pasan del día de la fiesta principal al de la Víspera, Patrón y Patronillos; de algunas voladeras para anunciar las fiestas y el volteo de campanas no es de extrañar que castillo y  fastuosas tracas de fuegos artificiales  se impongan en todos los rincones festivos; incluso, con gran acierto, se propagan un amplio programa cultural, festivo y deportivo, donde comparten espacio temporal desde el  humorista de turno a los colectivos musicales como  las corales, los grupos, las bandas, las agrupaciones y los conjuntos de músicos desde el trío hasta la orquesta sinfónica; desde el mimo hasta los diversos géneros de teatro ( predominando la comedia, por eso de que ya es trágica la vida para no edulcorarla con su ficción escénica); del circo a los grupos de calle y  juegos de ficticios encierros de toros de plástico; incluso, todos los juegos de mesa, de calle y de campo se  programan con motivo de las fiestas para ensalzarlas.
En esta nueva sociedad laica, aconfesional y multicultural, en la que estamos enraizados afortunadamente desde el principio de la democracia actual, conviven estas dos fórmulas festivas, predominando el encuentro, la convivencia y el aspecto lúdico en detrimento del aspecto de rito cristiano. No es de extrañar que asistamos a momentos en los que los organizadores de  las procesiones patronales encuentren dificultades para sacar las imágenes, o lugares donde los templos presenten grandes ausencias en los días de la festividad patronal de cada rincón.  Y aún, se asista al nacimiento de nuevos acontecimientos festivos, sin que esté relacionado con el elemento religioso. No tiene nada de extrañar, hace muchos decenios comenzaron a celebrarse las Fiestas del Árbol, para festejar la plantación en primavera. O se conmemoraba a personajes famosos o artistas con un programa curtido de actividades como los Juan Martínez Montañés; o mimetizaran eventos de otros rincones como los festivales o Etnosur, sin conexión alguna con el día de un santo o una advocación mariana.
Menos nos debe sorprender, en esta sociedad, en la que el multiculturalismo y el laicismo se imponen por todos los lares, que se ritualicen los momentos fundamentales de la vida. Desde el nacimiento hasta la muerte, pasando por la carta de ciudadanía del adolescente y la unión de una pareja, todos los momentos fundamentales de la vida se someten a una serie de ceremonias. Es cierto que el cristiano se imbuya de una   espiritualidad que le marca el sello bautismal a lo largo de toda la vida dentro de las familias. Pero, no nos debe asombrar cuando cada persona o grupo asume otros ritos, que se marcan con las simbologías más variadas. Desde la bandera hasta los signos más extraños para iniciar o finalizar una actividad humana o grupal. Pasaron los tiempos de Torquemada, y aún más, no tiene sentido revivir a personajes como aquel arzobispo compostelano, de nombre Elipando, que, en tiempos de dominación musulmana de España, quería crear una cultura sinergista para contentar a tirios y troyanos, en su caso, judíos y musulmanes con cristianos, una cultura que fue derrotada en los concilios de Frankfurt y Ratisbona. Ahora, abundan los familiares del Santo Oficio de la Nueva Inquisición y los Inquisidores de turno en las Nuevas Tecnologías. No son Palabra de Dios, pero son como Atila, invaden todo y se consideran los paladines y adalides de su reconvertida democracia. Les viene a cuento: “Bajo las fuertes patas del temible caballo de Atila no volvía a crecer la hierba ni vida alguna.”.   E, incluso, esta menos conocida que no deja hueco ni para la libertad de expresión: ¡Quiero oír la letanía de la sangre de los hombres! Son claro testimonio de que en su entorno no se ganó la democracia.

Francisco Martín

viernes, 30 de agosto de 2019

EL CRISTO DE LA SALUD DE SANTA FE, OBRA DE PABLO DE ROJAS


EL  CRISTO DE LA SALUD DE SANTA FE, OBRA DE PABLO DE ROJAS





En 1583, Pablo de Rojas realizó un retablo para la capilla del contador don Antonio Terrados (Juan Jesús Guadalupe le atribuye además una imagen de un Ecce-Homo), perteneciente a la cofradía de Sangre de Jesucristo de esta iglesia, imagen que hoy se conserva en la iglesia de San Idelfonso. Debió ser una obra significativa para su tiempo, porque recibió a cuenta la cantidad de 100 ducados de un censo que gravaba sobre el alquiler de unas casas que el contratante había alquilado a Antonio de Lebrija.  Dicha cofradía tenía su sede a finales del siglo XVI en el convento de los mercedarios descalzos, lo que actualmente es el Gobierno Militar. Renació esta en el siglo XVIII con los títulos de Jesús de la Humildad y de Jesús Nazareno y actualmente se procesionan las imágenes de Cristo atado a la columna, Jesús de la Humildad, Jesús Nazareno, Crucificado, San Juan y María Santísima. Las dos primeras imágenes se encuentran en la iglesia de San Idelfonso, al lado de un convento desamortizado. 
Recientemente, el investigador granadino Bienvenido Ruiz ha aportado un interesante dato biográfico y artístico[1]. A través dos documentos del Archivo Histórico Provincial de Protocolos de Granada ante el escribano José Barrionuevo, pone al descubierto que en dos de octubre de este mismo año 1583, Pablo de Rojas, realizó la imagen del Cristo de la Salud para que saliera en procesión con la cofradía de la Santa Veracruz de Santa Fe, sobre todo, en la manifestación religiosa del Jueves Santo. Una imagen del Crucificado que encuadraba como la primera parte de la composición de este tipo iconográfico entre el Cristo del Seminario y el de la Catedral. Además,  se  le encargaron la corona, el sudario y un calvario en los pies., Esta imagen  se ubicó en la ermita del mismo nombre y con la misma advocación de la Salud, muy frecuente en tiempos de peste y epidemias a lo largo del siglo XVII para que sirviera de estación de penitencia a la cofradía de la Veracruz. Por el contrato con varios hermanos, el prioste y mayordomo se especifica, mediante varias cláusulas su carácter procesional, apoyado por la realización de unas andas que acompañaban a la imagen. Pablo de Rojas aparece como ensamblador y escultor en cada uno de los documentos y vecino de Granada comprometiéndose a la talla y pintura ( cosa que solía delegar en su sobrino Pedro de Raxis)y   realizarla a la manera del Cristo de Nuestra Señora de las Angustias, atribuido a Pablo de Rojas antes de enero de 1584, fecha que coincide con el levantamiento de la ermita y sui cesión  a la cofradía de la Veracruz; también se  tasó la obra en 40 ducados, que resultan elevados con otras obras que alcanzaba la cifra de 15 ducados.. Como dice Bienvenido Ruiz: “La nueva sensibilidad de estos modelos, más humanos en lo expresivo y con un prudente idealismo, se encomienda a una compleja armonía entre lo divino y humano, entre el discurso teológico y la experiencia religiosa: el dogma y la vivencia. Unos nuevos modelos exentos que permiten novedosos y mayores puntos de vista en una contemplación deambulatoria muy cercana al devoto. En la línea de lo anterior se mueve el Cristo de la Salud de Santa Fe. La efigie encarna la esencia de los crucificados de Pablo de Rojas: tipología de tres clavos, un desnudo que evidencia una musculatura marcada por un estudio del natural, equilibrio entre idealismo y naturalismo, y un inconfundible manierismo representado por un viraje perfilado por la caída serena de la testa hacia su derecha en contraposición a una leve elevación del torso y rodillas escoradas a la izquierda que dota a la imagen de efectos lumínicos de contraste”.
Salud y Crucificado. Si comparamos este crucificado con la litografía del siglo XIX del Cristo de la Salud de Alcalá la Real coinciden en muchos aspectos del tratamiento del movimiento, de la coincidencia sobre advocación, o del uso del sudario con las enagüillas del Cristo de San Blas. No es de extrañar que del mismo círculo fuer el alcalaíno ya desaparecido, y primero estuvo en La Mota, luego en San Blas y al final en san Juan.
P-Martín.




[1] RUIZ GODOY, Bienvenido. El contrato de Pablo de Rojas para la realización de una imagen procesional: el Cristo de la Salud de Santa Fe

jueves, 29 de agosto de 2019

EN EL PROGRAMA DEL CRISTO DE LA SALUD, LA AGRUPACIÓN MUSICAL EL CRISTO DE LA SALUD Y MARTÍNEZ MONTAÑÉS



            
A lo largo del año cofrade 2018/2019, son muchas actividades artísticas que ha celebrado la cofradía sanjuanera, desde las culturales hasta las religiosas, pasando por la restauración reciente de nuestra imagen del Cristo de la Salud. Entre ellas, destaca la labor musical de La Agrupación Musical del Cristo de la Salud. Sus notas no sólo han difundido la música cofrade en todos los rincones de nuestro pueblo, con su banda juvenil de San Juan, sino también con su espíritu innovador y creativo resonando y renovando sus marchas en los conciertos, en los tradicionales desfiles procesionales y en la Noche de las  Lumbrás de San José sin olvidar su huella en otras ciudades andaluzas.
            Especial mención merece su participación y colaboración en el 450 Aniversario  del Nacimiento de nuestro insigne imaginero Juan Martínez Montañés. No es baladí que siempre la agrupación sanjuanera de la Salud ha estado a las alturas de los momentos más importantes de la vida de nuestra ciudad como hace cinco años con la Marcha dedicada a la Coronación de la Virgen de las Mercedes, sino que este año nos brindó  el estreno de una majestuosa y vibrante marcha dedicada al Dios de la Madera y al  Lisipo andaluz nacido en nuestra tierra  en 1568, por cierto dentro de nuestro barrio, porque de seguro que de niño subió a la iglesia de San Juan con su padre y allí conoció tipos iconográficos como la Degollación de San Juan Bautista, que luego le sirvieron para un examen de maestro en Sevilla a finales de los años ochenta del siglo XVI. En el Teatro de su mismo nombre, ubicado en la calle Pastores, se estrenó el domingo 21 de octubre esta obra sublime de “Al Dios  de la Madera” del director de la agrupación, el querido y brillante artista M. Matías Montes García, que ha sabido conjugar historia con pasión, recuerdo y conmemoración, armonía y heraldo anunciador, siglos de Oro y XXI, a través de la conjunción y armonía de todos los componentes y músicos de metal y percusión en una perfecta sintonía y coordinación.No debe extrañarnos la maestría y la perfección de esta agrupación, porque ésta  no olvida su labor formativa, y dentro de sus actividades culturales destacamos la visita del 26 de octubre del año pasado,  que realizaron a la Exposición de Juan Martínez Montañés celebrada a finales de 2018 en el Aula Magna del Convento de Capuchinos. Allí contactaron vivencias compartidas del rincón donde nació y se formó Martínez Montañés, la educación artística en Granada y Sevilla, con sus Cristos y los de su maestro Pablo de Rojas, la evolución de sus Inmaculadas, sus santos, sus retablos y su entorno artístico y cultural.Y, sobre todo, durante el año, las notas dedicadas a Montañés revivieron al hijo del bordador por las calles alcalaínas, como si sintiéramos su gubia tallar la madera, modelar las formas de las manos y rostros y describir la anatomía de los cuerpos de las imágenes gracias a la modalidad de las notas musicales de esta agrupación musical. Pues, como decía Lawrence Durrell” toda buena música debe ser una nueva innovación”, y esto es lo que ejercita la Agrupación Musical de la Salud. Francisco Martín Rosales. 





miércoles, 28 de agosto de 2019

CANTAR DE GESTA DEL CAMINO PORTUGUÉS POR CAPUICHINOS



I  Cercanos ya al dulce sesentenario, 
provistos de bastones y vieras,
 emprendieron su largo itinerario,
querîéndo escribir una gesta èpica
como si fueran Anquises y  Ascanio.
Osado fue el punto luso de iniciarlo,
Coimbra,  real y letrada tierra,
entre el Mondego y árabe barrio,
abrazando a la tricana  portuguesa.
Entre fados y leyendas de antaño,
de fidelidades y postumas reinas,

II


Nos fuimos con el pañuelo saludando,
a Camoens, de Os Lusiadas poeta.
Entre vinos y el Duero bordeando,
calles manuelinas, ruas y callejas,
probamos  y libamos  oporto blanco,
dejando de peregrino las huellas,
en la sede de aquel templo románico.
Fue el segundo  día de itinerario,
para saludar a Viana en fiestas,
entre cabezudos y auriferas tiendas,
y a Samerio rezar en su santuario.


III

Pasando por Tuy , jornada tercera,
al obispo y abad Moya recordamos,
entre Guardia y Bayona, en la frontera,
a la Pinta en su regreso rememorando,
y contemplando su heroica fortaleza.
Pisamos la cantábrica ribera
y entre las Islas Cíes, divisando,
pareciamos galgos a la  carrera, 
a fuer del calor cara quemando.
Degustamos una paella marinera
adquiriendo fuerzas para encararlos,
el monasterio de Hoya  y el celta castro,
atajaya natural de Santa Tecla,
para contemplar del Miño su estuario,
y las aguas inmensas del Cantábrico.

IV Y V

 ! Qué dulce estancia , mansión bañera,
nos albergó en Mondariz sin esperarlo,
pues los tres dias de largas veredas,
entre spanes nos ganamos el descanso!
Sanpayo, su puente, sus fresnedas,
el angelus con Juana y su regalo,
Santa Marta,el Barosa y las pinedas, 
se mezclaban con  horreos y  santuarios.
A veces la ría de Vigo atravesando
fuimos quijotes creando quimeras,
el Randel molino de viento, y el castro
en lo alto entre chozas y negras piedras.

VI

No llegamos a mi estancia guerrera,
de Figueridos campamento magno,
pero , a la Peregrina, en Pontevedra,
ya por la tarde, rezamos y saludamos.









VII

Y llegõ el dia de arribar  a Santiago,
desde Milladoiro, y por la Alameda,
tras dejar la cuesta,e ir a los Francos.
Abrazos a raudales y paisanas vieras,
por otros caminos también arribaron.
El obradoiro, hostal y rectorado,
Gelmirez, y Rajoy  se hacen sombreras
y en Platerias el abrazo esperando.
Una mariscada nos hemos ganado
estos sesentenarios por  esta odisea,
de promesas, amores y encantos.
Con la Cicerone,  a las horas de siesta,
creyendo ser unos burdos paisanos,
por eso de su étimo del campo,
nos fuimos  contando leyendas,
ente los edificios circundanos, 
a la rua franca y colegio del Fonseca,
para acertar el enigma estrabalario
de la Silla de Sevillla y su veloz përdida. 
De vuelta por Platerías, sin desmayo,
recorrimos las fachadas y puertas
y se recreó en el Martín Pinario.














VIII

No nos fuimos sin poder saludarlo,
al maestro Mateo y su portada bella.
recien restaurada, sacro románico.
Ni despedirlo desde el altozano,
desde el Gozo, atalaya de vela,
hito  peregrino del camino franco.
y como estrambote, de esta epopeya
 por Orense para no poder olvidarlo,
fuimos a Braganza, lusa y postrera,
por un camino largo obviando veredas.
Por el parque Montecillo, en la frontera,
a España, por Zamora, saludamos.
y por tierras del Duero y Pisuerga, 
cerca del canal y  la románica Plasencia.









IX
Por tierras de Aranda, asaz bugalesas,
castillos y monasterios atravesando,
llegamos a tierras del duque de Lerma,
para levitar entre ángeles y los santos.
Y tan grande y confusa fue la niebla,
que confundimos la carne de un lechazo
por un imberbe cerdo de espera.
Entre ángeles y querubines de estrellas,
tronos y dominaciones en alto,
y San Miguel, arcangel, en plena guerra,
nos ilustró una guía, comentando,
de artistas y obras detalles y señas.
Al cura Merino también  saludamos,
nos figuramos en la plaza de Lerma
el poderio de un duque  usupando
benneficios, cargos y prebendas.

 Y para terminar llegamos por Somosierra,
a tierras del Acueducto  romano, 
y esperando cantar  ya completas
recorrimos, de noche  deambulando
entre la catedral y románicas iglesias,
y a Machado poema suyos recitando.
Dejamos  el Partal con su leyenda,
la sinagoga y los judiós traficando.
Y,como antes dijimos, por ser una epopeya,
acabamos en el Alcazar este relato.




















No sin antes dar las gracias maxime plenas,
a nuestro Sancristobal bien llevando
el enorme armatoste por carretera,
 Y a todos los romeros  de  Santiago,
qu escribieron este cantar de Gesta,
a los adalides, y mercenarios,
a nuestro Galeno, de manos buenas,
yl Estado Mayor del Mundo su Vuelta,
que nos permitieron el Cantar titularlo

 De los capuchinos  y de Juana la guerrera.










EN LA SEMANA DEL PERIÓDICO JAÉN


25 AÑOS IMPRESINÁNDOTE









        Es difícil compartir acontecimientos  de mecenazgo y  creatividad artística. Pero, en la ciudad de la Mota durante este mes se han proliferado las exposiciones artísticas en diversos campos de arte. Desde  la pintura hasta la fotografía pasando por las muestras de sensibilización social durante Etnosur.
        Con un breve apunte, hacemos  mención de la  Exposición “Memoria de un sueño cumplido” , un testimonio gráfico del V Aniversario de la Coronación de la Virgen de las Mercedes, donde se recoge, en la sala de Exposiciones  del Palacio Abacial, un elenco de momentos históricos que abarcan desde el recorrido de la imagen por las aldeas alcalaínas y los barrios de la ciudad en los años que precedieron a su Coronación hasta los mínimos detalles del acto canónico. En medio de un aparato documental de actas conmemorativas, romances, oraciones del momento ,  y carteles, se ilustra pormenorizadamente aquel momento  histórico y religioso de los alcalaínos.
Pero en la actual Aula Magna de Capuchinos (templo del convento exclaustrado y desamortizado), se presenta un elenco de los artistas de Alcalá la la Real, con  el epígrafe de Colectiva  x el 25, coordinada por el diseño municipal  Federico Barquero Mesa.  A lo largo de una muestra de varias obras de artistas del pincel y de la fotografía,  se desenvuelve el relato, por el que gira la exposición alcalaína. Coincidimos con el  acierto de la empresa  Tres Impresores de subvencionar la  exposición y su bello catálogo, además con los fines  altruistas que han compartido en su celebración, no olvidándose de sus orígenes   de aquella  cooperativa nacida al amparo de la Escuela de Empresas por los años noventa del siglo XX . Su  testimonio es e evidente por su mantenimiento de empresa y crecimiento, además por el prestigio de la  calidad  de su producción artística.
Con la muestra el comisario trata de incardinar los pintores y fotógrafos s actuales de Alcalá con los prestigiosos  artistas de la Historia de Arte, que han nacido en esta tierra.  Desde Juan Ruiz, hasta Pep Ventura, de Montañés a Pablo de Rojas; y además, pone de manifiesta el vivero del alumnado alcalaíno de la Escuela de Bellas  de Granada.  El comisario Barquero Mesa expone un homenaje a la empresa patrocinadora  con Taller de Impresión , una versión geometrizante de la Mota, y varios retratos de sus familiares.  Paco Carmona impresiona  sus esbozos de la Mota, unos acrílicos  y de tinta sobre papel, que cautivan con el buen uso de trazo  de la línea y su conjunción con el color. La profesora Mamen Castillo, nos introduce en la ilustración del mundo de la ficción infantil a través de acrílico y lápices de colores con Nuestro Bosque y dos  The Firely. El intimismo se demuestra en La Mirada  de Antonia Castro y  sus  acuarelas ( Ciudad de Africa, Madre, Campo Andaluz y Naturaleza),   se adentran a esa espontaneidad y frescura que le atribuye el pintor Juan Pedro Linares.  La joven artista Noelia Cuenca  con sus acrílicos Sombrerero e Hipocampo se adentra en la complejidad psíquica  de los personajes de su acercamiento pictórico. María José de Córdoba, presenta dos versiones de Jamás necesité tanto del aire, en dos tintas sobre papel superalfa   que armoniza el color , la línea y el sentimiento sobre un paisaje desértico.
El consagrado artista Paco Montañés nos presenta  un Homenaje a Tres Impresores con dos retratos tratados al óleo  y al  carbón prensado y pastel,  a través de un precisada técnica que le convierte en maestro del retrato. La veterana Lola Montijano  nos sorprende con  dos series de grabados, titulados, Serie Cabezas, de clara marca en consonancia de los pintores contemporáneos. . El joven Juanma Moreno se desenvuelve  con dos óleos  que marcan la rabiosa actualidad del relato y la caracterización del nuevo mundo tecnológico, con una crítica a lo fotogénico virtual. Su tio el autodidacta Vicente Moreno  presenta su versión Sobre Lo social , una cosmovisión en blanco y negro del mundo actual, a la que añade pequeñas figuras escultóricas  sobre la esencialidad de la vida en la escultura de Jerónimo  y el desnudo de la pareja. Isabel Padilla   fusiona los colores gráficos fundamentales con espacios arquitectónicos del patrimonio alcalaíno en Primarios  I y II, en dos variantes sobre el Palacio Abacial. El veterano pintor Sebastián Rosales se sumerge en el juego del color diluido de un acrílico sobre tablez  y cinco versiones de sentimientos humanos desde la expresividad del rosto  con una pincelada de trazo más grueso que la anterior ( Alegría, Sorpresa, Tristeza, Miedo y Canto). Antonio Ramírez, con Paraíso y Regalo, se  cala en el recorrido creativo entre  dos acercamientos diferentes en técnica y contenido , con influencia de los impresionistas. Rafa Ruiz su Tintero y la Mejor Pluma  ofrecen  los aires de libertad y creatividad artística con los que adquiere la confianza de sus producciones. Zumaque de Pepe Sánchez nos vuele a la etapa colorista de este autor en el que este arbusto le hizo descubrir un universo singular dentro del mundo del arte. Dentro de este nuevo universo de los acrílicos el pintor consagrado y profesor  jubilado Manuel Martínez Vela  juega con la línea y el color compositivos en OUTLINE 2, 5 Y 6.
En el campo de la fotografía, José Hidalgo (PPH), acerca su imagen al mundo de la pintura con sus siluetas de Equilibrio, Dualidad, Origen,  Fuerza Simétrica, Lucha y Timidez. Paco Navas,   aúna la fotografía y la percepción visual  creando  imágenes en tres dimensiones del mundo de las bacterias, la ciclogénesis, y la araña.  El pintor José ángel Vega  realiza con gráfica digital  y fotografía  tres composiciones, que transcurren de la naturaleza ( El árbol azul) a deshumanización (El Viaje),  haciendo parada al humanismo ( Caverna Roja).
        En verdad que esta magna  exposición ha respondido a la muestra de varias generaciones artísticas de la comarca alcalaína por una buena selección de obras, aunque han quedado por exponer otros artistas. Actualidad y dignidad realzan la producción de todos, gracias al dominio técnico, maestría académica  y progreso   en la inventiva  y singularidad  de cada una de las obras expuestas. Desde el retrato hasta la grafía digital, desde el paisaje hasta la descomposición cromática de la naturaleza por la geometría, desde  acuarela al papel, del acrílico al oleo,  y del color único a policromatismo, muchos universos se nos descubren y muestran  un estado  y una etapa de un tiempo artístico muy productivo en la Sierra Sur.  
FRANCISCO MARTÍN ROSALES

martes, 27 de agosto de 2019

EN IDEAL ALCALÁ LA REAL, LA FUENTE DEL REY








LA FUENTE DEL REY

                   Se celebran las fiestas de la Coronada del sitio de la Fuente del Rey en la segunda mitad del mes de agosto. Las conmemoran los vecinos de estas huertas y los socios del Club del mismo nombre. En dos domingos diferentes de este periodo estival, el 18 y el 25. A pesar de que la piqueta ha hecho gran mella en sus viviendas tradicionales hasta el punto que ha surgido una nueva urbanización en este entorno comprendido entre los Llanos hasta la Pasadilla y desde Santa Ana hasta el Portichuelo, su historia se remonta a tiempos remotos.
                        Con la aldea de Santa Ana, la Fuente del Rey se enreda en la nebulosa de los millones de siglos que conformaron un paraje singular de frondosa vegetación. Bajo el llano casi desértico, todavía se yerguen las casas de labranza de las  huertas (muchas transformadas en casas de segunda residencia o de campo), entre olivares y tierra de calma, entre una pequeña concentración urbana  de segunda vivienda y hábitat disperso, entre algún que otro edifico  industrial y los asentamientos agrícolas, entre almacenes de servicios y fábricas abandonadas de licores, entre manantiales de agua y hortalizas de verano,  entre el monasterio trinitario de finales del siglo  XX y la ermita de la Coronada, entre el Lavadero de Mendoza y Gatica y el cenit de las casas modernistas,   y entre sendas, servideras y una carretera de asfalto, que ha destruido, en gran parte,  su encanto hortelano veteado de moreras, ciruelos y noqueras.

              Responde, por el oriente, su fisonomía natural a las huellas dejadas de mar de Tethys, aquel mar que anegaba todo el territorio comprendido entre el Norte de África y el Sur de Europa con sus aguas someras, y que, durante el Cretácico, hace más de 65 millones de años, cubría todas las estas tierras. Y dejó, entre los Llanos y el Cascante y el Portichuelo, este paraje singular que define y genera toda su naturaleza, agreste y frondosa, antiguos viñedos y nuevos cultivos. Unos milenios, antes de Cristo, el hombre trashumante del Argar comenzó a pastar en aquel páramo de medio monte, cubierto de una capa de tomillo, romero y de hierbas resistentes a las máximas temperaturas. Habitó en los refugios de las cuevas cercanas a sus Tajos, y se enterraron en la cistas muy propias de estos hombres del bronce; luego lo hicieron en sarcófagos romanos, como el que se encuentra en el Museo Local y siempre nos recordaba el fuenteño Pepe Ibáñez su descubrimiento, así como el ocultamiento de la imagen de la Coronada. Los manantiales de las fuentes de la Hostia, Gallarda, Somera, y, sobre todo, de la Fuente del Rey, surtieron de agua a las ricas huertas que se cultivaron desde tiempos romanos hasta la actualidad en forma de villas. Junto al Llano, la tierra de labor se multiplicó en villas romanas, alquerías y esos cortijos de frontera   que crecieron por entre aguas de caz del arroyuelo de la Fuente del Rey, fruto de los repartimientos para los caballeros, escuderos y ballesteros, con los que ocuparon las huertas y las hazas de sus derredores para abastecerse. 
Muchos repobladores de Alcalá la Real recibieron, entre sus mercedes, un solar o una casa en la Mota, una tierra del ruedo, una viña y una huerta en este entorno de la Fuente del Rey (que luego pasó a sus sucesores y a las fundaciones eclesiásticas a través de memorias de misas hasta que se desamortizaron en tiempos de Carlos IV y Mendizábal). La arquitectura de piedra seca levantó chozones de pastores, eras de trilla, bancales, cercas de corralones, y viviendas donadas en tierras de propios por el cabildo alcalaíno para hortelanos pegujareros y jornaleros. Cercanos a los caminos reales y pecuarios de Frailes, Guadix, Fuente del Rey y el de los molinos de Huéscar, se levantaron viviendas de un solo cuerpo, chozas de retama y algún que otro molino, hoy solo quedan algunos vestigios de estas construcciones en medio de viviendas blancas de los años posteriores a los sesenta del siglo XX. La Fuente del Rey, en la actualidad, se ha convertido en un nuevo núcleo de comunicaciones con su rotonda a la entrada del recinto hortelano, y, junto al paso senderista en el carril de la bicicleta.
Buen paraje para levantar en 1340 el campamento las huestes castellanas de Alfonso XI antes de la conquista del rey Alfonso XI. La ermita neogótica de principios del siglo XX es el epítome de este rincón alcalaíno, donde nació una de las primeras cofradías de la abadía de la ciudad de la Mota, la de la Coronada, que compartió nombres de la Caridad y de los Desamparados desde su fundación en el siglo XV hasta el siglo XVIII. Muy ligada a este territorio, nunca abandonó aquel rincón donde se alberga su imagen románica con el nombre de la Coronada. La Fuente del Rey, en la Edad Moderna, se constituyó como la primera zona de campo, incluso habitada con varias viviendas y calles, muy preeminente por sus huertas, molino y pastos además de sus razones históricas. No es de extrañar que hasta finales del siglo XVIII figurase como lugar muy importante que definía partidos de campos, zonas de recogida de impuestos, leva de soldados y otros relacionados con los servicios municipales y nacionales. Se señalaba como inicio de este partido el camino de Granada y Llanos hasta las Juntas, incluyendo el Palancares y Santa Ana. Por otro lado, marcaban el límite Los Llanos hasta la Boca de Charilla. Fue tierra de capellanes, beneficiados, hidalgos los Molina, los Miranda, los Núñez, los Cabrera, los Pineda, Cardera, los Aranda…y de los hortelanos y pegujareros que se asentaban junto a la Fuente Somera y la Fuente del Rey.
Aquel lavadero público levantado sobre el manantial construido por Martín de Bolívar (1550), se cubrió bajo la beneficencia de una abadesa jerezana (1780), que trató de cuidar la moralidad pública de aquellas mozas que hacía la colada en los poyos de piedra enfangadas hasta las rodillas con las frías aguas invernales. Recuerdo mis años de niño ayudándole a mi madre tender las blancas sábanas sobre el césped verde del centro y cantar aquellos versos.: Ay, Pobre barquito mío, / por el canal de las aguas, /desciende sin rumbo fijo, /buscándole una bocana. / Pobre barquito mío, /entre la blanca colada, /le presta un mástil y una vela, /aquellas manos muy blancas. Eran tiempos de segadoras de aquellos campos, de regantes nocturnos con las linternas de carburo, de anises matutinos de Garnica, y de hortelanos renteros de hacendados, que mantenían las propiedades de aquellas huertas, hoy es otra historia, la del bienestar, la de la segunda vivienda de unas nuevas clases sociales. Ya no es partido de campo, y mi barquito de madera puede navegar en la fuente. Si mi bisabuela Adelaida levantara la cabeza, no vería su casa de los Núñez levantada, ni encontraría pasto para sus vacas.  La fuente se ha hecho hidalga con los escudos de toda la heráldica alcalaína, realizados con motivo de su restauración de la I Escuela Taller de Recuperación del Patrimonio.