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domingo, 28 de marzo de 2021

en el jaén de hoy, dos obituarios, a Aurora Esteo y José Luís Caravias.


 JOSÉ LUIS CARAVIAS AGUILAR
Hace unos días fallecía en Paraguay el padre José Luís Caravias Aguilar, un sacerdote jesuita. Sus padres fueron él notario José Caravias Villén y Mercedes Aguilar.  Esta familia es un ejemplo del espíritu de aquella época, que, en los actuales tiempos, se reivindica para otras generaciones de la posguerra. Descendientes de un labrador, en el sentido de administrador de fincas de la familia Abril Fernández Figares, formaron una comunidad de familia numerosa, integrada por los hermanos de José Luis (Carlos, Carmelo, Antón, María del Carmen, Manuel, Mercedes y Ángela). Su padre estudió la licenciatura de Derecho en Granada y se hizo notario ejerciendo en muchos pueblos de España, terminando en Portugalete y Bilbao. Vivieron la migración profesional de su padre, y se hicieron eco de aquellas vocaciones profesiones, en las que se compartían el fraile y el militar. En este caso, dos miembros de la familia Carlos y José Luís fueron miembros de la Compañía de Jesús.
            José Luis volvió hace unos años a su tierra y comentaba en su visita a la iglesia de las Angustias su pasado en su biografía de la página jesuítica y se despedía siendo consciente de su enfermedad que le condujo a la muerte.
Había nacido en 1935 en la ciudad de la Mota, ingresando al noviciado de la Compañía de Jesús en Puerto de Santa María en 1954. Continuó los estudios de filosofía en Alcalá de Henares y se trasladó a Paraguay para realizar su magisterio en el Colegio Cristo Rey de Asunción entre 1961 y 1964. Regresando a España para realizar los estudios de Teología, fue ordenado sacerdote en 1967, en Granada.
Retornó a Paraguay en 1968, destinado a las Misiones de San Ramón de Santiago e iniciando su etapa de vida de sacerdote campesino en las “Ligas Agrarias Cristianas” (LAC), Esta actividad y el ser nombrado asesor nacional de las (LAC), marcó su espíritu durante cinco años. Como recogía de su biografía “Trabajó con los campesinos desde su ser campesino, dando cursos constantes de formación, cuya experiencia le sirvió para la publicación de su primer libro “Vivir como Hermanos”; pero, en la noche del 5 de mayo de 1972, durante su estancia en las compañías de Yacarey y Guasú Rocái de Piribebuy (Cordillera), fue expulsado violentamente por la dictadura del Gral. Alfredo Stroesnner. La policía lo llevó hasta la frontera de Clorinda (Argentina), pero a los tres días los gendarmes argentinos, por órdenes superiores, lo obligaron a salir enseguida de su país”.
Después de dos meses de descanso en España, volvió de nuevo a la Argentina, el 26 de agosto de 1972 y trabajó con el obispo de Sáenz Peña, Chaco argentino, Mons. Di Stéfano, y le ayudó en la pastora campesina de las Ligas Agrarias del Noreste argentino, y  de los hacheros  con el  llamado “Equipo Monte”.
Párroco de  Avia Terái,  mantuvo estas mismas reivindicaciones . hizo la Tercera Probación en Santiago de Chile (1971-1972) y los Últimos Votos lo pronunció al Padre General Pedro Arrupe, en 1973, en las ruinas de San Ignacio Miní de  Argentina.
En Buenos Aires, conoció la P. Jorge Bergoglio, el actual Papa Francisco, y fue su superior provincial, quien lo recibió muy amablemente Vivió en el Teologado de San Miguel, donde escribió “Cristo nuestra esperanza”, adentrándose en n los barrios periféricos en los que vivían los paraguayos. Siempre recordaba que        el P. Bergoglio, “le avisó que tenía informaciones fidedignas de que la “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina) había decretado su muerte, junto a la de otros dos jesuitas más y lo ayudó a escapar rápidamente del paìs, el 11 de octubre de 1974”.
Tras su regreso a España, trabajó en la HOAC, y en 1975 fue destinado a Quicua de Ecuador trabajando en las comunidades de base. En este lugar también compartió misión con el equipo EXPA (Expulsados del PAraguay) de ese equipo nació la publicación “En busca de la tierra sin mal: Movimientos campesinos en el Paraguay, 1960-1980”.
También colaboró con la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en el proyecto de un “catecismo básico”, titulado “En camino hacia el Reino de Dios” y   en “Palabra y Vida”, con materiales de reflexión bíblica para la vida religiosa, promovidos por la CLAR y viajando por Latinoamérica, e impartiendo cursos a las comunidades.
En 1989 con la caída del régimen de Stroessner en Paraguay, el Padre Caravias regresó a Asunción donde continuó su trabajo pastoral como director del CEPAG (1989-1991), luego pasó como superior del Escolasticado en San Cayetano (Bañado Sur), en ese tiempo movilizó a la gente para que con mingas trajeran el agua de Essap a sus barrios y casas. Luego se integró a la Comunidad de la Curia Provincial y ocupó cargos de la comunidad parroquial de Cristo Rey.  Es un tiempo en el que el padre sin abandonar lo Bíblico, continuó sus publicaciones y cursos de formación, estando en sus manos el asesoramiento y formación de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX). Como indica su biografía “Dirigido a gente más profesional en su compromiso por el pueblo, laicos con espiritualidad ignaciana, puso en marcha aquello de la opción profesional por los pobres.
En los últimos años de su vida fue Asesor Nacional y Eclesiástico de la (CVX) y de Asunción (2011) y miembro del equipo Magis de la Asamblea Latinoamericana, lo eligieron para formar parte del equipo de coordinación “Magis”. Y en 2013 de la Asamblea Mundial de la CVX en el Líbano.
Como escritor de libros, artículos periodísticos periódicos y revistas, siempre intentaba e relacionar fe y justicia, fe y vida. Aparte de los libros formativos, ha elaborado materiales audiovisuales denominados “Fe y Vida. Biblioteca del Laico”, con unos 11.000 libros digitalizados, sobre todo religiosos, pero también sociales y literarios. También desde el 2006 ha seleccionado una colección de películas con mensajes.
En su etapa final, se dedicada al crecimiento de la fe cristiana de los laicos, acompañó a las parejas y movimientos matrimoniales, y escribió con este fin  “Ejercicios Espirituales en la Vida Corriente. Guías de ayuda para laicos de Comunidades Cristianas”, su principal libro en el acompañamiento espiritual.
Hace unos días fallecía y recogimos de su sobrina Loli, el recuerdo de su despedía con estas notas biográficas que hacía hace unos años. Le decía que ya se despedía de esta tierra y de su familia. En estos días nos ha dicho adiós un jienense que dio testimonio de una generación de personas que vivió la diáspora y el espíritu de la vocación religiosa implicándose no solo en la promoción religiosa de otras tierras, sino también en la promoción de los derechos humanos. Que Dios le dé el descanso eterno.

 

 

JOSÉ LUIS CARAVIAS AGUILAR

Hace unos días fallecía en Paraguay el padre José Luís Caravias Aguilar, un sacerdote jesuita. Sus padres fueron él notario José Caravias Villén y Mercedes Aguilar.  Esta familia es un ejemplo del espíritu de aquella época, que, en los actuales tiempos, se reivindica para otras generaciones de la posguerra. Descendientes de un labrador, en el sentido de administrador de fincas de la familia Abril Fernández Figares, formaron una comunidad de familia numerosa, integrada por los hermanos de José Luis (Carlos, Carmelo, Antón, María del Carmen, Manuel, Mercedes y Ángela). Su padre estudió la licenciatura de Derecho en Granada y se hizo notario ejerciendo en muchos pueblos de España, terminando en Portugalete y Bilbao. Vivieron la migración profesional de su padre, y se hicieron eco de aquellas vocaciones profesiones, en las que se compartían el fraile y el militar. En este caso, dos miembros de la familia Carlos y José Luís fueron miembros de la Compañía de Jesús.

            José Luis volvió hace unos años a su tierra y comentaba en su visita a la iglesia de las Angustias su pasado en su biografía de la página jesuítica y se despedía siendo consciente de su enfermedad que le condujo a la muerte.

Había nacido en 1935 en la ciudad de la Mota, ingresando al noviciado de la Compañía de Jesús en Puerto de Santa María en 1954. Continuó los estudios de filosofía en Alcalá de Henares y se trasladó a Paraguay para realizar su magisterio en el Colegio Cristo Rey de Asunción entre 1961 y 1964. Regresando a España para realizar los estudios de Teología, fue ordenado sacerdote en 1967, en Granada.

Retornó a Paraguay en 1968, destinado a las Misiones de San Ramón de Santiago e iniciando su etapa de vida de sacerdote campesino en las “Ligas Agrarias Cristianas” (LAC), Esta actividad y el ser nombrado asesor nacional de las (LAC), marcó su espíritu durante cinco años. Como recogía de su biografía “Trabajó con los campesinos desde su ser campesino, dando cursos constantes de formación, cuya experiencia le sirvió para la publicación de su primer libro “Vivir como Hermanos”; pero, en la noche del 5 de mayo de 1972, durante su estancia en las compañías de Yacarey y Guasú Rocái de Piribebuy (Cordillera), fue expulsado violentamente por la dictadura del Gral. Alfredo Stroesnner. La policía lo llevó hasta la frontera de Clorinda (Argentina), pero a los tres días los gendarmes argentinos, por órdenes superiores, lo obligaron a salir enseguida de su país”.

Después de dos meses de descanso en España, volvió de nuevo a la Argentina, el 26 de agosto de 1972 y trabajó con el obispo de Sáenz Peña, Chaco argentino, Mons. Di Stéfano, y le ayudó en la pastora campesina de las Ligas Agrarias del Noreste argentino, y  de los hacheros  con el  llamado “Equipo Monte”.

Párroco de  Avia Terái,  mantuvo estas mismas reivindicaciones . hizo la Tercera Probación en Santiago de Chile (1971-1972) y los Últimos Votos lo pronunció al Padre General Pedro Arrupe, en 1973, en las ruinas de San Ignacio Miní de  Argentina.

En Buenos Aires, conoció la P. Jorge Bergoglio, el actual Papa Francisco, y fue su superior provincial, quien lo recibió muy amablemente Vivió en el Teologado de San Miguel, donde escribió “Cristo nuestra esperanza”, adentrándose en n los barrios periféricos en los que vivían los paraguayos. Siempre recordaba que        el P. Bergoglio, “le avisó que tenía informaciones fidedignas de que la “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina) había decretado su muerte, junto a la de otros dos jesuitas más y lo ayudó a escapar rápidamente del paìs, el 11 de octubre de 1974”.

Tras su regreso a España, trabajó en la HOAC, y en 1975 fue destinado a Quicua de Ecuador trabajando en las comunidades de base. En este lugar también compartió misión con el equipo EXPA (Expulsados del PAraguay) de ese equipo nació la publicación “En busca de la tierra sin mal: Movimientos campesinos en el Paraguay, 1960-1980”.

También colaboró con la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en el proyecto de un “catecismo básico”, titulado “En camino hacia el Reino de Dios” y   en “Palabra y Vida”, con materiales de reflexión bíblica para la vida religiosa, promovidos por la CLAR y viajando por Latinoamérica, e impartiendo cursos a las comunidades.

En 1989 con la caída del régimen de Stroessner en Paraguay, el Padre Caravias regresó a Asunción donde continuó su trabajo pastoral como director del CEPAG (1989-1991), luego pasó como superior del Escolasticado en San Cayetano (Bañado Sur), en ese tiempo movilizó a la gente para que con mingas trajeran el agua de Essap a sus barrios y casas. Luego se integró a la Comunidad de la Curia Provincial y ocupó cargos de la comunidad parroquial de Cristo Rey.  Es un tiempo en el que el padre sin abandonar lo Bíblico, continuó sus publicaciones y cursos de formación, estando en sus manos el asesoramiento y formación de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX). Como indica su biografía “Dirigido a gente más profesional en su compromiso por el pueblo, laicos con espiritualidad ignaciana, puso en marcha aquello de la opción profesional por los pobres.

En los últimos años de su vida fue Asesor Nacional y Eclesiástico de la (CVX) y de Asunción (2011) y miembro del equipo Magis de la Asamblea Latinoamericana, lo eligieron para formar parte del equipo de coordinación “Magis”. Y en 2013 de la Asamblea Mundial de la CVX en el Líbano.

Como escritor de libros, artículos periodísticos periódicos y revistas, siempre intentaba e relacionar fe y justicia, fe y vida. Aparte de los libros formativos, ha elaborado materiales audiovisuales denominados “Fe y Vida. Biblioteca del Laico”, con unos 11.000 libros digitalizados, sobre todo religiosos, pero también sociales y literarios. También desde el 2006 ha seleccionado una colección de películas con mensajes.

En su etapa final, se dedicada al crecimiento de la fe cristiana de los laicos, acompañó a las parejas y movimientos matrimoniales, y escribió con este fin  “Ejercicios Espirituales en la Vida Corriente. Guías de ayuda para laicos de Comunidades Cristianas”, su principal libro en el acompañamiento espiritual.

Hace unos días fallecía y recogimos de su sobrina Loli, el recuerdo de su despedía con estas notas biográficas que hacía hace unos años. Le decía que ya se despedía de esta tierra y de su familia. En estos días nos ha dicho adiós un jienense que dio testimonio de una generación de personas que vivió la diáspora y el espíritu de la vocación religiosa implicándose no solo en la promoción religiosa de otras tierras, sino también en la promoción de los derechos humanos. Que Dios le dé el descanso eterno.


AURORA ESTEO MONTENEGRO

 

Hay familias que definen el espíritu de nuestra tierra. La familia Lizana Esteo es un espejo de la vida de las últimas generaciones. El padre Juan Lizana fue un trabajador metalúrgico modélico que compartió la experiencia y vivencia cooperativa de muchas familias alcalaínas, que fueron un ejemplo de una formación artesanal y se trasladó a un ámbito superior, y que se mantiene  actualmente. Pocos ensayos cooperativistas pervivieron en ramas diferentes del olivar, pero esta del metal es un testigo claro y, manifiesto, y Juan cooperó con este grupo de hombres honrados y laboriosos. Con el fallecimiento de su esposa Aurora Esteo, se patentiza la pervivencia de una mujer excepcional que supo levantar su casa y aportar su ilusión y formación en una familia numerosa, muy característica de estos tiempos pasados del siglo XX. Era la madre ideal, la que su hija Mercedes revivía estos días con estas palabras, que comparte con sus hermanos ””que no daría yo…escuchar de nuevo… esta niña que llega tarde a casa y escuchar ese grito de mi madre pregonando mi nombre por la ventana…y volar en los brazos de mi padre… que no daría  yo no poder abrazarlos como cuando era niña,  agarrarme a sus piernas para sentirme protegida, cogerme de su mano y presumir de ellos por la calle , porque nadie tenía un papá más bueno y una mamá tan guapa como la mía…” . Ese era el espejo de su alma que imbuía a su alrededor, amor y alegría de vivir en todos los momentos de la vida, siempre espíritu de superación y no arredrarse ante nada.
No sólo se imbuyó a sus hijos, también lo expandió a la sociedad, fue pionera del movimiento femenino de los últimos cincuenta años, quiso superarse y fue la líder de las mujeres de la Escuela de Adultos, donde formó y se formó, transmitiendo la vitalidad de vivir y la superación por subir nuevos peldaños en la cultura y en la reivindicación de las mujeres en la sociedad. Con la Asociación de Mujeres Sendero, formaba un grupo de amigas, que supieron transmitir la integración de la mujer en la vida de Alcalá la Real, reivindicaron a las mujeres en el protagonismo social, laboral y cultural hasta que le valieron las fuerzas físicas, entablando retos de encuentros, aprendizaje innovador y actividades como el teatro.
            Siempre estaba dispuesta a ofrecer sus conocimientos y sus manos a todas las empresas que necesitaba la sociedad alcalaína. Y cooperaba con otras instituciones, estaba incardinada en la vivencia del barrio sanjuanero, por septiembre siempre esperaba la revista del Cristo de la Salud como si fuera un actante más de aquel colectivo y de una pasión por una devoción, a la que siempre amó.
Aurora no era una simple y sencilla matrona, era una mujer que arrastraba con su simpatía, su saber estar y su implicación con las mujeres. Verus amor nullum novit habere modum, ese era su lema.
 
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EN EL JAÉN DE HOY , EL TESORO DE LOS QUIBIRES, TESORO HISPANO MUSULMÁN.



EL TERSORO HISPANOMUSULMÁN DE LOS QUIBIRES DE LA FUENTE NUEVA DE ALCALÁ LA REAL

 

 

De todos es sabido que los territorios que ocuparon los musulmanes en el Al ´Ándalus fueron propicios a los movimientos migratorios por las distintas invasiones desde la entrada árabe a la península ibérica hasta el final del reino nazarí de Granada. Estos desplazamientos poblacionales se ocasionaban por motivos de guerra, persecuciones u otros motivos. En muchas ocasiones, el abandono de sus antiguos asentamientos motivaba la esperanza de la vuelta en tiempos de mejor situación social. No era un hecho ocasional que guardaran sus enseres más valiosos para recuperarlos a la vuelta. Esto daba lugar a que, junto a las alquerías, en los terrenos cultivados juntos a las corrientes de aguas, como fuentes, huertas, cequias, alquerías y fundos se escondieran los tesoros hispanoárabes. Las leyendas se multiplican en versiones variadas de tesoros escondidos bajo un elemento natural-un árbol, una cueva, o una sima.- a los que acudían los repobladores o conquistadores o los labriegos con una condición básica para que pudieran ser descubiertos. 

 



En la Alcalá de los Banu Said, se produjeron en diversos momentos de su historia estos movimientos migratorios, que afectaron a los mozárabes, a los muladíes y a las diversas etnias árabes, como almohades, y almorávides. Como tierra de frontera, la ciudad cayó en diversos momentos en manos de los reinos cristianos desde el siglo X. Por eso no es de extrañar que hayan aparecido los tesoros de Ermita Nueva y de Charilla, o se encuentren lugares imbuidos de leyendas de tesoros como Charilla, La Pedriza, las Riberas, La Rábita, Majlacorón, Cequia o Fuente Álamo. Se conservan relatos como los de la Encina Leona del cortijo Bajocar, la Leyenda de la Mezquita de oro del Cerro del Águila, el Túnel de la Cañada de Ámbar hasta la Peñuela desde Venta Quenada, la Cueva de Rubio en la Joya de Charilla, la de la Loma de Mures, Malagüilla….  

Tampoco extraña que se ratifique este descubrimiento de tesoros con documentación objetiva. Me refiero a una escritura ante el escribano Alonso Ramírez en 1566 (Legajo 4720, folios 135-137 y 141-142) sobre el descubrimiento del Tesoro de los Quibires de la Fuente Nueva de Alcalá la Real.

Corrían tiempos que la ciudad fortificada de la Mota se encontraba habitada, junto con sus arrabales de su derredor, antiguas albacaras, por los primeros descendientes de los conquistadores y primeros pobladores. A partir de los primeros años del siglo XVI, se comienza una nueva repoblación que comienza a asentarse en los arrabales nuevos, Los reyes permitieron que los terrenos, que se extendían desde la Carrera Vieja hasta la Corredera y el Tiro de la Piedra, y desde la fuente de la Tejuela y Barrero hasta el ejido, fueran repartidos entre las familias hidalgas de la ciudad. A través de grandes hazas que se correspondían con las manzanas de la ciudad del llano, luego subdivididas por las calles, los Padilla, Gómez Muñoz, Cabrera, Hidalgo, Montesinos, Pineda, Garrido, Gadea reciben estas parcelas que transformaron en solares para edificar y vender mediante censos perpetuos y, además, urbanizaron con calles disvisorias. Entre estas hazas, a mediados del siglo XVI, la familia de Pedro Hernández de Aranda había heredado un haza por encima de la Fuente Nueva, lindera con una zona llena de viñedos viejos de la ciudad de Alcalá la Real antes de los Reyes Católicos, donde se construyó la Fuente Nueva, se abrió una calle por encima de ella y entre dos caminos, el de la Fuente del Rey y el que subía a dar con el camino de la Fuente Solera y molinos de Huéscar.

A mediados de siglo Pedro Hernández de Aranda, que había heredado de su familia Pedro de Pineda Góngora el haza de este entorno, había vendido varios solares. Los nuevos repobladores y vecinos solían edificar una casa, cercar su solar y corral abrir una portada, colocar varios cuerpos y en ellos sus palacios, caballerizas, cámaras, dormitorios, y algunas otras habitaciones como cocinas con chimeneas francesas.  Como es lógico en la labor de roturar el terreno, tajarlo y allanarlo acudían otros vecinos. En 9 de enero de 1567 Tomé Gallego y Bartolomé Ortega , por una parte , y, por otra parte Pero Hernández de Nocete  en nombre de Pero Hernández de Segura, su cuñado,  manifestaban que habían entablado un pleito ante el corregidor  y la justicia de la ciudad y la Real Chancillería de Granada en razón de " un tesoro de quibires,  que han hallado  junto a la Fuente Nueva, término de esta dicha ciudad, y sobre ello han traído provisión de Su Majestad , para que los dichos quibires se vuelvan  a poder del depositario, que los tenía en depósito, e, porque los pleitos son dudosos  y por evitar los gastos que del dicho pleito se pueden seguir, y en bien de paz e concordia de los que se han convenido  y concertado  em esta manera que los dichos Bartolomé de Ortega  y Tomé Gallego se obliguen a dar e pagar al dicho Pedro  Hernández de Segura  e al dicho Pedro Hernández Nocete en su nombre ocho ducados  de la moneda usual   el plazo que del susodicho declarado en recompensa de los gastos e costas que el dicho Pedro Hernández de Segura ha hecho  en el dicho pleito y poniendo en efecto los dichos  Bartolomé de Ortega e Tomé Gallego juntamente   y de mancomún e a voz de uno cada uno por su parte ".  Fijaban de fecha para cumplir la cantidad de el día de Nuestra Santa María de Agosto en la cantidad de 50. 000 maravedíes para las partes convenidas, la que aceptaba el acuerdo y la otra para la Justicia. El documento se repite con otro afectado del pleito Ginés de Pedroche, fiado por Alonso de Cea, en la misma fecha y en los mismos términos de concordia, con la cantidad de cincuenta reales. para la fecha de Santiago Apóstol, y con la pena de cincuenta mil maravedíes, repartido entre la parte obediente y las penas de cámara, en caso de que no hubiera acuerdo.  

Como es lógico se comprendía que el tesoro se hallara en este entorno, pues era una zona cercana a una fuente y el ejido de la ciudad, que se regaba con sus aguas, y bajo los viñedos que dispondrían de casetas o pequeñas alquerías, donde ocultarían el tesoro dentro de pequeños cantarillos.  El quibir nos sorprendió, hasta cierto punto. Parecía como si mantuviera el origen con la corriente de agua, grande, el Guadalquivir, e incluso con algún imán el Quibir. Pero, si nos fijamos más profundamente estaba relacionado con las monedas y joyas que debían guardar en los pucheritos. En este caso, este pucherito guardaba una gran cantidad de quibires, esa moneda musulmana, que los reyes convirtieron en maravedíes. Formaba parte de los pesantes, los dineros y quibires, que reproducían al mitqade plata que equivalía en tiempos nazaríes a diez dineros, o dirhams, cuya dobla recibía el nombre de quibir. Su conversión a la moneda castellana se evaluaba en un pesante valorado en 30 maravedíes, el dinero o dirham en tres maravedíes y el quibir en seis. 

No debía tener solo quibires el tesoro, también otros objetos de adorno y joyería. Pero quedó en manos del depositario municipal, que no transmitió a las arcas este tesoro, porque nunca más se supo de aquel tesoro o fue fundido en lingotes o monedas del mismo metal. 

 

sábado, 27 de marzo de 2021

viernes, 26 de marzo de 2021

LA ERMITA DE LA LIMPIA CONCEPCIÓN





 
La cofradía de la Limpia Concepción es una de las más antiguas de Alcalá la Real, y, actualmente está ligada a la iglesia de San Juan y hermandad del Cristo de la Salud, que mantiene en sus estatutos como una de sus advocaciones.  También se encuentra su capilla y su cartela en  la dovela central del arco de entrada  con el anagrama NRA SRA de la Concepción y un cuadro de María del siglo XVIII.

    Su ubicación no siempre estuvo en esta iglesia. Ante el escribano Alonso Ramírez de Molina (Legajo 47 34, folios 290 y ss), se encuentra un documento de venta censo de 28.000 maravedíes cargados sobre el doctor médico don Diego  de Molina, y su mujer doña Ana de Robles y fiados por Miguel de Molina y su esposa, allá por el año 1585.  Según constaba este censo se había realizado ante el escribano Alonso de Castro entre el médico y la cofradía en 10 de diciembre de 1573. 

Necesitaba vender algunos bienes y este censo a la iglesia de Santo Domingo de Silos porque se estaba edificando una capilla para la ermita de San Juan donde se debía ubicar la imagen y la cofradía de La Limpia Concepción. Se les concedió la licencia eclesiástica parta vender el censo por parte del provisor abacial don Bernabé Serrano de Alférez. El dossier se acompañaba con el nombramiento de prioste Antonio Leonés y el decreto de licencia. Este es el documento transcrito que aporta datos muy interesantes sobre la primera ubicación de la Limpia Concepción y su posterior lugar en la iglesia de San Juan .

"Juan Gómez de Villalba, mayordomo de la fábrica del Señor Santo Domingo de esta ciudad de Alcalá la Real, sabedor de con orden y licencia de su Señoría Ilustrísima el Abad  mi señor  se pasó y trasladó  la capilla de Nuestra Señora de Concepción que los cofrades de la cofradía tenían començada a hazer  en la descendida de la questa del Cambrón en la iglesia y ermita de Señor San Juan de esta ciudad, donde está començado a hazer y edificar la dicha capilla y descubierta  la dicha iglesia y, por  parte del prioste  y hermanos de la dicha cofradía, me ha sido fecha relación que  está muy pobre  e necesitada por ser de pocos bienes que la principal es las limosnas que ordinariamente se llegan , con las quales  y lo demás  que se tiene respecto  de ser todo poco, no se puede continuar la dicha capilla , de que la dicha ermita reciben notable daño, pues está tan descubierta  y con las lluvias de ynvierno y podría venir a caerse hundir, e para que pudiese acabar e cesse el dicho daño  e perjuizio, e tener con que hacer la dicha obra , tenyan determinado de vender un  censo que la dicha cofradía tiene contra Miguel de Molina y el doctor Molina y otros consortes   de veinte y ocho  mil maravedíes e que esto le estaría  a la dicha iglesia  para su fábrica, atento del cual e que de los susodicho  me constan an de dar  y di el presente,  por su tenor os mando que, por la dicha  yglesia y fábrica  y propios bienes suyos, comprehende el dicho censo  de los dichos veynte  e ocho mil maravedíes y de ellos Antonio Leonés, prostre de la dicha cofradía, y en su nombre, haga e otorgue escritura de venta  a con su memoria y las demás fuerças necesarias  obligan a la seguridad los bienes propios que le puedan e tuviere  e limosnas  de la cofradía  e con las demás fuerças necesarias, las quales siendo fechas por el dicho prostre, y las apruebo  y no las interpongo  mi autoridad quanto de derecho tengan  y requiere para   vos el censo  y venta para la dicha iglesia, como dicho es  pagar los dicho veinte y ocho mil maravedíes, los quales con la dicha venta y escritura  en que vaya inserta esta licencia, e mando e sin otro recaudo  alguno  e los reciban e pasen en quenta y discargo a que los tiene dadas en Alcalá la Real a once de Octubre de mil quinientos e   e ochenta y cinco. Firma Bernabé Serrano de Alférez y el escribano Alonso Ramírez de Molina. 

 


La escritura con la iglesia de Santo Domingo de Silos se firmó un día después, con el mayordomo y el hermano mayor Antonio Leonés.

Por lo que se deduce que

-Que en la cuesta del Cambrón se comenzó a edificar la ermita de la Limpia Concepción por el entorno de la ermita de San Blas.

-En 1584, se contrató con Ginés Martínez de Aranda y Miguel de Bolívar la nueva capilla en la ermita de San Juan.

-Se valieron de la venta de un censo y las limosnas para construir la capilla renacentista, que se conserva. 


MONUMENTOS QUE SE RECUPERARON FOTOS 80 Y 90.

 

LA CASA BATMALA SE ADQUIRIÓ Y RECUPERÓ EN FACHADA  Y SE HIZO FUNCIONAL.
SE COMPRARON LOS ARRABALES, DEPÓSITO DE SAN JUAN, YACIMIENTO ARGÁRICO, Y SE REFORESTÓ EN PARQUE. 



SE REATARUARORN , MUSEIFICARON Y Y SE REHABILITARON LOS PIES DE LAS IGLESIAS CON SU BÓVEDAS. SONRIÓ SILOÉ.  
SE RESTAURÓ EL PATIO DE ARMAS Y LOS SUELOS DE LAS CASAS  DEL BARRIO DEL ALCAZAR CON EMPEDRADOS POR EL TALLER DE EMPEDRADO DE LA ESCUELA TALLER 1.
SE ADQUIRIÓ LA CASAS PINEDA Y SE REHABILITÓ. 

miércoles, 24 de marzo de 2021

JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS BORDADOR Y VECINO DE ALCALÁ LA REAL EN 1579


    Ante Alonso Ramírez de Molina ( Legajo  4732, folio 46) en 24 de enero de 1 579 se presentaron  ante el mayordomo de la iglesia de Santa María,  Juan Martínéz Montañéz como vecino de Alcalá, acompañado de  su suegro el odrero Francisco  Moreno, y Lucas de Santillán, asmbos vercinos de Alcalá la Real.

Juan Martínez Montañés se había hecho cargo y se había comprometido a realizar un terno de color negro para la iglesia. Y, con el aval de mancomunidad de los tres se compromete entregar la casulla y una capa fluvial para  un mes y medio después de la  firma de este contrato perfectamente acabado.  . Y le dan de anticipo la iglesia seis mil maravedíes. 





 

LA CALLE ZUBIA EN LOS AÑOS OCHENTA Y NOVENTA










 ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL COVENTO TRINITARIO 

Durante más de seiscientos años, entre principios del siglo VIII y 1341, Alcalá la Real estuvo bajo el poder musulmán. Aunque la población estuvo encerrada en torno  a  la  fortaleza de la Mota y el arrabal de Santo Domingo de Silos,  debieron erigirse varias alquerías por el cerro de los Palacios, pagos de san Bartolomé, Peña Horadada, san Sebastián y san Francisco.  Incluso, la antigua de Carrera de los Caballeros, llamada la Vieja, debió rodear  el tercer cinturón de la muralla, continuar por la calle Cava y enlazar con el camino que provenía del Castillo a través de la calle Mesa, Ancha y final de la Real. Aún quedan vestigios de aquella época, uno de ellos es la maqbara, el cementerio hispanoárabe, descubierto por los años noventa del siglo XX en torno a los aledaños de este camino de ronda[1]. Recientemente, con la excavación en el antiguo convento de la Trinidad, es la intención ponerlo en  valor. Una parte de este cementerio musulmán rondaba el camino que venía del Castillo de Locubín, y, a través  de las actuales calle mesa, Ancha y la antigua cruz de Vázquez Mesía se adentraba en  Real y Cava. En torno a sus dos lados  se hallaba la maqbara -pues  existen restos por la calle Real, del Mudo y Puerto con enterramientos horadados en piedra de similares dimensiones y forma-.  “La maqbara,- según el edil de Urbanismo y Patrimonio, Juan Ángel Pérez —actualmente alcalde accidental—, está perfectamente localizada, en el lateral situado frente a la placeta de Carmen Juan Lovera, al final de la calle Real. La maqbara de la ciudad, llamada durante parte de la época andalusí Qal’at Banu Said (Alcalá de Benzayde), se ubicaba extramuros de la Fortaleza de la Mota.El interés, como manifiesta el responsable municipal, es conocer los ritos funerarios de los andalusíes. En principio no se esperan hallazgos de objetos de valor, porque los cadáveres se enterraban sin ajuares. Las austeras sepulturas se orientaban en dirección hacia La Meca”. Este lugar fue excavado por los años noventa del siglo XX bajo la dirección  del arqueólogo Carlos Borral i Querol; y recientemente se ha vuelto a excavar por el Campo Internacional de Trabajo bajo dirección de Carlos Calvo. En ambas excavaciones aparecieron varias tumbas horadadas a la roca sin ajuar alguno, que pusieron al descubierto el subsuelo del solar del convento 


Una de las calles o, mejor dicho, vías de acceso a un cenobio o una zubia, pequeño morabito de esta zona, donde estuvo enseñando un santón, y u nsó su entrono como cementerio, recibió el nombre de la Zubia. 

SIGLO XVI Y XVII

En el siglo XVI el  barrio de san Juan se encontraba a media construcción, su trazado partía de la calle Rosario, llamada deLPozuelo o  san Juan  y la que bajaba a los Álamos, con diversos npombres desde el Rojo hasta el camino que va a la Fuente Nuev. Más arriba , la calle que unía san Juan con la puerta del Cambrón se llamaba también Llana. La de por encima de la Iglesia Llana de la Trinidad; por encima del convento, la calle del Romancero, Zubia que quiere decir calle de paso de agua; la calle del Mudo; del  Puerto y la Peste; Relimpios y Labradores...


La calle, que sube  a la Mota tras el  huerto de san Rafael , hace unos veinte años aproximadamente se bautizó,  a propuesta del cronista, como calle del Romancero.  Por papeles viejos del cabildo municipal, podemos manifestar que fue una calle que no tenía apenas vecinos y era de paso, cercano a los arrabales nuevos. El  paso en concreto era  de agua y se llamaba cn un nombre árabe  LA  ZUBIA, tal como denominaban la calle en el siglo XVI.



AÑOS OCHENTA. CABEZUDOS DE LA ESCUELA TALLER.

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