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domingo, 27 de marzo de 2022

DIARIO DEL CAM INO MOZÁRABE POR LA PROVINCIA DE JAÉN

 







 


 

 

EL CAMINO MOZÁRABE POR LA PROVINCIA DE JAÉN (I)

Por fin hemos celebrado el primer tramo de la ruta del camino jacobeo. Entre los caminos que llegan a las tierras de Finisterre, se encuentra este camino mozárabe, que recogía en gran parte la antigua Vía de la Plata y recorrían las tropas romanas entre la Bética y el Norte de España. Remontan su historia al siglo X, cuando se hizo célebre para muchos peregrinos cristianos, y, sobre todo, por ser el que camino que recorrió Almanzor tras su saqueo de Santiago de Compostela.     
Por las tierras de la Sierra Sur, este camino se entronca desde tierras de Granada hasta llegar a Mérida, donde enlaza con la famosa vía romana. A través de estos lugares, absorbió y dejó a su paso una trama de caminos reales, rutas pecuarias y otra serie de sendas y veredas comunales que pueden transitarse en tres etapas, comprendidas desde el territorio granadino hasta la ciudad cordobesa de Baena. En la primera, sale de la provincia de Granada, y, encuadrada dentro de la segunda etapa, se inicia en Moclín y, tras pasar la fuente histórica de Malarmuezo y el Coto de los Pedernales, llega a los alrededores de la Cooperativa de San Antonio conocida popularmente por del Pleito, donde entra en tierras de la Sierra Sur. Es un tramo de romances, remembranzas de frontera y de panorámicas entre atalayas y de leyendas mozárabes que se plasman en la ermita del cortijo de San Marcos, donde comentan que se bautizó el pastor de Colomera. Por las lluvias no recorrimos un tramo de la N-432, que se asciende por el antiguo camino real de Granada, hacia los pies de la Sierra del Camello para pasar por una antigua alquería y venta, de nombre Cequia, que se mantuvo hasta la edad moderna y hoy es uno de sus núcleos de la aldea de Ermita Nueva. Bellos parajes en tierras de tesoros hispanoárabes, algún dolmen con el que se topó Romero de Torres por los años treinta del siglo XX, torcales y hundideros naturales divulgados con el nombre  de los Capachos en un paraje de singularidad geológica( dos dolinas de las que contemplamos con el nombre popular de Los Capachos), asentamiento de bienes y cortijos de cartujos,  campos colmados del léxico árabe como Almoguer, Acaicería o Gineta, lugares de encuentros históricos entre ziríes y huestes castellanas, poblados y oppida iberorromanos y reminiscencias de material lítico del homo neardenthalensis.   
El tramo se encuentra perfectamente señalizado por la viera jacobea de color amarillo a lo largo de todos dos los recorridos. Tras el paso de los núcleos de las Pilillas y el Ventorrillo por el parque del antiguo centro cultural de La Lealtad, los lavaderos y quesería, abandonamos Ermita Nueva y, tras seguir el camino Real de Granada, pasando por el Llano de los Azores, terrenos de los Propios, el cortijo del Piojo (la leyenda del niño de la Cruz) y una zona de huertos y viviendas de ocio, se cruza el arroyo del Palancares, donde hubo un antiguo batán. Cercano se encuentra el cortijo de Verdugo, de fachada modernista, que recuerda la mano del maestro Manuel de la Morena; en su entorno una cruz y una era son monumentos y testigos del patrimonio de la piedra seca y revivió en años anteriores el tiempo de los segadores, la trilla, la criba y el aventamiento.



 

 
















Tras cruzar la carretera y un pequeño puente, el camino se si dirige hacia tierras del regidor malagueño Alonso Verdugo, abastecedor de las galeras de Felipe II, y hacia el desparecido cortijo del Villar de Juan Mesa Carnicero, antaño de propios. Con el pequeño respiro de la descendida de los anteriores tramos, el camino comienza una leve pendiente, tas dejar varias viviendas rurales, por donde se marcha `perpendicularmente a la carretera nacional abandonando el camino de la Corte, y  siguiendo hasta unos dos mil doscientos metros, donde se gira hacia la izquierda entre tierras de la Cabeza el Carnero, La Lancha, Llanos de Mazuelos  y las huertas de la Pasadilla, llegamos al camino bici y de la Cañada del Carril, y dejamos el que se apartaba hasta llegar a la Fuente del Rey, bello paraje de hortelanos, bajo la vigía de la torre gótica del Cascante. En los libros de guías remontan este trayecto a más de dos milenios por la presencia de algunos restos romanos cuando escriben “Tras cruzar un pequeño arroyo se llega a una era presidida por una cruz blanca.  Muy cercana queda ya la pedanía de Santa Ana, a la que no llegamos; los restos romanos se pueden descubrir si miramos atentamente el suelo al llegar a la referida era”.  En su entorno, asentaron sus huestes las tropas de Alfonso XI, el mundo argárico dejó sus huellas en cistas y tumbas, sarcófagos romanos se trasladaron al museo local desde este lugar, una de las villas romanas de mayor fondo arqueológico se encuentra en la Lancha, y   se mantiene la imagen románica en una ermita neogótica del siglo XX. El pilar refresca en medio de un recinto de recia y restaurada piedra, tallada por Martín de Bolívar y cubierta en tiempos del abad Mendoza y Gatica para proteger a las damas de las miradas de los mozalbetes cuando llevaban a cabo la colada con los pies del canal del cauce de agua fría. De aquí la ruta viene marcada por una serie de flechas hasta salir al antiguo camino antiguo de la Fuente del Rey, hoy carretera autonómica, en dirección a Alcalá la Real. Lo hicimos en unos meses pasados. Se otea por el Portichuelo la fortaleza de la Mota, y tras bajar, por el antiguo camino de Granada en su tramo de la Cuesta del Cambrón, la mejor entrada para el peregrino es la puerta de Santiago. Curiosamente una puerta poterna bautizada con el nombre del Apóstol, donde los aires solo conservaron sus muros sustentantes y se llevaron el arco de la Pescadería. Pero, cercana se encuentran las caballerizas de los abades y el Bahondillo. Un primer contacto para subir a la iglesia abacial y contemplar varias tumbas mozárabes que en la piedra esculpen una silueta antropomórfica. Las mismas que se encuentran en la necrópolis de Tozar y en algunos cortijos de Alcalá como en las Peñuelas. Se palpa la huella de la ruta mozárabe en esta primera etapa. Por doquier las vieras y las conchas adornan pilastras de arcos y puertas dinteladas Y en el interior del templo, Santiago preside una capilla del ala del Evangelio, como reproducen las nuevas tecnologías en un panel.

 

 


 

EN LA SEMANA DEL JAEN PUERTAS INTERIORES

 

 

LAS PUERTAS INTERIORES AL RECINTO FORTIFICADO

La puerta de la Harina, situada en el adarve de debajo del antiguo Gabán, también aparece con el nombre de Puerta de la Plaza. Recibió este nombre, por el hecho de que se encontraba cercana a  la casa de los Pesos y Medidas de la ciudad para controlar las cargas del trigo y harina de los arrieros, antes de ir a los molinos de las Riberas y establecer la correspondiente maquila.  La actual torrecilla  cobija  una bóveda de medio cañón que abre el arco de medio punto de entrada, que se restauró en los años noventa del siglo XX. Se adentra por un arco apuntado con un rebaje que señala una estructura anterior referente al Gabán. Introducía a los visitantes a la Plaza Baja de la Mota.

Una cartela de mosaico granadino ilustra del momento del juramento de los fueros de Alcalá redactando el texto notarial referente al paso del emperador Carlos V y de la emperatriz Isabel de Portugal con motivo de su viaje de bodas desde Sevilla a Granada en 1626. Este es el momento de realizar el juramento de Carlos V ante las autoridades de la ciudad: “En la muy noble y muy leal ciudad de Alcalá la Real, llave e guarda y defendimiento de los reinos de Castilla, lunes veinte y ocho días del mes de mayo del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de mil e quinientos veinte y seis años este día entrando a esta ciudad la Sacra Cesárea  Majestad , el muy alto católico e muy poderoso rey don Carlos Nuestro Señor, y, estando en el arco de la Puerta de la Mota de esta dicha ciudad, junto a la Placa Pública de ella a suplicación de esta ciudad , Su Majestad, en presencia de mí Antonio Blázquez, escribano de cabildo y de número  de esta dicha ciudad,  testigos infrascritos dijo que confirmaba e confirmó  los privilegios  e libertades de esta dicha ciudad y puso la mano encima de un libro misal y de una cruz de plata  que para esto fue traída e dijo que juraba e juró de guardar los dichos privilegios y libertades de esta dicha ciudad si era según que los Reyes Católicos, sus antecesores  los guardaron, e muy mejor a su tiempo e justicia e regimiento  de esta ciudad que presentes estuvieron lo pidieron por testimonio a mí el dicho escribano  estando presentes por testigos el alcaide Joan de Aranda, alcaide de Montefrío, y el alcaide Joan de Valenzuela, alcaide de esta ciudad y otras personas vecinos de ella y los dichos testigos lo firmaron con sus nombres, Licenciado Ordóñez de .Juan de Valenzuela, Juan de Aranda Escribano Antonio Blázquez.

          En la parte más elevada del cerro, el alcázar, compuesto por tres torres, la del Homenaje, la Mocha y la de Campana o Vela, todavía se nos ofrece con un recinto amurallado, que hasta el siglo XVI se extendía hasta la torre y puerta de la Barbacana, muy propia de la arquitectura almohade.  Como señala el profesor Sánchez Mármol en  su  Andalucía monumental (de la Mezquita al mudéjar), muy fuerte fue  la influencia del sistema defensivo almohade, pues desarrolló extraordinariamente el arte de las  fortificaciones , ya que se  perfeccionó el sistema de puertas de recodo, se hizo uso de la barbacana o antemural  que envolvía el recinto y se utilizó como norma la construcción de torres albarranas. En concreto, la torre del Homenaje manifiesta este  primer aspecto.  El acceso  se hace a través de un pasadizo abovedado en recodo, cuya entrada viene marcada por varias ampliaciones, dos apuntados ojivales y, en el centro de ella, dos arcos de herradura, todos ellos de piedra ; la segunda se inicia con la bóveda esquifada y fue lugar de puesto de guardia en la Guerra Civil, y de vela para los enterramientos en la posguerra, que es la originaria del primer castillo; y la tercera una bóveda de medio cañón  de ladrillo y mural de la época gótico-mudéjar con numerosas marcas de cantería que comparte autoría con otros lugares de la ciudad fortificada, sobre todo por la zona de la, cárcel. Toda la solería está reciente y  completamente restaurada por los años noventa con imitaciones de opus spinatum o espinapez.  Por esta primera planta de ingreso a la alcazaba, amacizada, se entraba desde la ciudad militar, y por  otra puerta, que se encuentra cegada, se hacía  desde la barbacana del barrio del Albaicín. Desde esta planta, a través de un postigo lateral se desciende por una escalera al pozo de la Conquista y al pasadizo recién descubierto y puesto en valor para su visita. Este tipo de entrada a la fortaleza frente al primero que viene marcado por una barbacana, localiza incluso temporalmente a castillo en los tiempos primeros  del reino ziri de Granada y de los almorávides, estos últimos  lo utilizaran en la alcazaba de Granada.

         Por otro lado, la puerta de la barbacana  debió ser su primer  acceso a  la fortaleza, al que se llegaba  a través de caminos subterráneos, pasadizos y adarves cubiertos. Hay noticias de que delante del alcázar o castillo de la Mota, en concreto bajo la puerta de ciega de la torre del Homenaje, hoy día un hueco producido por el desprendimiento del terremoto de febrero de 1581, existía esta torre barbacana, que se hallaba  ya muy maltratada en 1574; cercana y  detrás  estaba la casa de Pedro de Aranda Valdivia, que caía en su parte interior a la fortaleza. En este año, ya se resentía y prácticamente hubo que levantar el muro y limpiarlo totalmente. Años después este muro se destruyó.  

            Esta  desaparecida torre barbacana, con una puerta de entrada y dos torres delanteras, daban entrada al barrio del Albaicín, junto a la casa del artesano Miguel Muñoz herrero, que había hecho una mina que llegaba nada menos hasta la torre del Homenaje y hubo que macizar para evitar el desprendimiento y a la que se accedía por una calle abierta en el 1580 sobre una pared que levantó el alarife Juan Sánchez.

En el recinto interior de la ciudad fortificada, algunos cuarteles o barrios todavía mantienen restos de puertas  en la Alcazaba y  una apuntada  en el Bahondillo. Pero, estas ya cumplían otras funciones en la trama urbana, como probablemente otra desparecida que adentraba al barrio militar a través del recodo de la calle de las Cuatro Esquinas,



 

 

 



sábado, 26 de marzo de 2022

UN DOCUMENTO PRIMERO SOBRE LA ORACIÓN DEL HUERTO Y LA HUMILDAD







En 1630, aparece el primer documento en el que comparten espacio tanto la cofradía de la Oración del Huerto como la de Humildad, unificadas en 1630, tras un decenio, en el que aparecía solamente la primera advocación, Ante el escribano Francisco Ramírez de Molina (Legajo 5050, folios 327-329), con fecha de  16 de junio de 1630 se dio cuenta de una importante reunión en el Convento franciscano de Nuestra Señora de Consolación para resolver un asunto sobre la capilla de esta cofradía e imágenes. Asistieron el padre predicador fray Juan de San Bartolomé, ministro del dicho convento,  el predicador fray Miguel de Ibáñez, , los frailes Juan de Pareja, José de  san Francisco, fray Jorge Serrano, fray juan de la Fuente vicarios,  fray Nicolás  fuentes, , fray Agustín Maldonado,  el padre predicador fray Antonio Conde, el padre fray Francisco de Quero,  el  padre fray Marcos López,  y el padre fray Domingo de Aguirre,  el padre fray Gerónimo de Carvajal, el padre fray Damián de Santisteban , el padre fray Baltasar de Aranda, , el padre fray Francisco de Porras, el padre fray Antonio de Conde , fray Francisco de Espinosa y fray Bartolomé de Gala.

Hacen la siguiente e importante declaración “por quanto  en este dicho convento está fundada e instituida  la Cofradía de la Oración en el Guerto y Humildad de Nuestro Señor Jesucristo y tiene pos suyo propio un arco con su retablo de el Señor Santo Domingo  de Guzmán que es la tercera ala capilla Mayor a el lado del Evangelio, linde con capilla del Santo Cristo de la Columna y la puerta  que sale al claustro”. De ahí que se deduzca que ya se encuentran la imagen del Señor de la Humildad, obra de Alonso de Mena, y el resto de imágenes de la Oración del Huerto y Cena del Señor. La iglesia, todavía, se encuentra en forma de estanque sin el crucero ni el actual altar mayor, por lo tanto, la capilla de la cofradía corresponde a la actual de Nuestra Señora de los Dolores, donde se conserva la puerta que comunicaba con el claustro.

-La vida de la cofradía es signficativa  con estas palabras “ la dicha cofradía acude con todo lo que puede a el servicio del dicho convento, ansi con limosna de  misas como con  la cera  de acompañamiento  y personas de los hermanos de que el dicho convento recibe beneficio y espera recibir “.

- Habían surgido nuevas necesidades de enterramiento de los hermanos y se hace eco el convento “la dicha cofradía necesita  de hacer capilla con su bóveda  y gueco correspondiente a las demás capillas que están en el dicho convenio, como es la del señor San Pedro y el Santo Cristo de la Columna, para en ella tener con la decencia que mejor se puede la insignia  del Santo Cristo de la Humildad, que es de la dicha cofradía, y, en ella se ha de hacer su bóveda de los hermanos y personas que se quisieren enterrar, y esto no lo puede hacer en el dicho sitio y arco que tiene de presente.

 

-Y marcó el sitio ante la petición de la cofradía “Sino que el dicho convento atendiendo a los dichos beneficios  le den sitio  competente en el claustro del dicho convento, que se entiende  el gueco del dicho arco y las dos columnas que están a la planta de adentro , que llaman fenestras  y entibos, toda la latitud y longitud de los dichos entibos y fenece desde que está señalado para capilla y respondiendo q las reservas del dicho lado del Evangelio sin causar deformidad a el dicho claustro ni iglesia , antes adornaría y  y correspondencia con la de potras capillas, y atento lo referido ”

-Y lograron este sitio de ubicación de la capilla” desde luego  dijeron que permitían y permitieron de dar y dieron  a la dicha cofradía el dicho sitio  referido  así el suelo como las dichas  fenestras, y edificado  y hacer la gracia y donación  buena  y más perfecta y irrevocable entre vivos (…) y la dicha cofradía sin llevarle por ello pensión alguna en respuesta de las dichas buenas obras recibidas y que esperan recibir,  queremos dar lugar de dar a la dicha cofradía el sitio y edificio referido  para que en el puedan hacer la  y haga la dicha capilla y bóveda como quisieren dentro de seis meses  y desde el día de otorgamiento de esta escritura”

-Y se destaca esta condición” que la dicha cofradía  en todo tiempo a de ser obligada a cumplir  en este dicho convento  con las condiciones y obligaciones que tiene para la dicha su fundación  y, de más de ello,  a residir y permanecer  en el dicho convento  y. cuando cualquier persona quisiere  enterrar  personas  a esta parte a de quedar   que a lo dicho ,  esto para ella con  todo que  hasta ahorra es labrado, y en ella el convento  para que de todos ellos dispongan  esta  como suya  la dicha  , ansi que no  tenga  obligación a dar ni pagar a la dicha cofradía  por todo ello  y que el dicho convento  a de dar a la cofradía",

-el convento da y permite que tenga en una celda que no  sirve que es  encima de la portería. Ansi desde luego se le señala para que en ella tengan su archivo e insignias de la dicha cofradía  y en el inter que el dicho convento  no verse  no necesitar la dicha celda, puede e la dicha cofradía de tener en ellas las dichas insignias  y arcas  y, si acaso el dicho convento las necesitare,    de dar lugar conveniente  dónde estén , y si los trenados de los dicha celda,  tiene necesidad de reparase para que no se mojen las insignias,   la dicha cofradía a de ser obligada a hacer el dicho reparo

-Aceptó la escritura el hermano mayor el licenciado Juan Sánchez de Ayllón por si y los demás hermanos mayorees, oficiales que fueron de esta dicha cofradía, y firmaron con las clausulas  típicas de los contratos de testigos los albañiles Juan Calvo y Andrés Garcia y don Pedro Mazuela 

_Firmaro  la condición de que la capilla debía estar a los seis meses de la firma sino,  podía ser apremiada la cofradía por el convento.

Firman frailes y el hermano mayor 

 

viernes, 25 de marzo de 2022

EL RETABLO DEL SEÑOR DE LA COLUMNA DE LA IGLESIA MAYOR DE LA MOTA Y EL PINTOR FRANCISCO DE CIRIA

 



 

EL RETABLO DEL SEÑOR DE LA COLUMNA DE LA  IGLESIA MAYOR DE LA MOTA Y EL PINTOR FRANCISCO DE CIRIA

 

Poco se sabe sobre los retablos de la Iglesia Mayor Abacial. Entre ellos nos ha venido a las manos el contrato del retablo del Señor de la Columna y su contratante el pinto Francisco de Ciria. Por Rafael Gallardo Puy, sabemos que Francisco de CIRIA ALVARADO, era  de Pintor. Y aludía que posiblemente, era natural de la ciudad de Granada, como su pariente Juan Bautista de Alvarado, del cual heredó  en  la ciudad de Jaén parte de su taller en 1631 (1 ). También que, por la partida matrimonial  era hijo de Pedro de Ciria y Ana Rubia Alvarado y casó en la ciudad de Jaén, en 1621 (2 ), con Isabel de Raxis, hija de Pedro de Raxis, también pintor, y de Melchora Magdalena Marín. Por el contrato, confirmamos todos estos datos y  afirmamos que era natural de Granada, pues así lo declara  en 1629. Declaraba que era vecino de Granada ante el  escribano Francisco Ramírez de Molina y se comprometía con el presbítero Martín de Zarate  a realizar  el retablo del Santo Cristo de la Columna de la Iglesia Mayor. Las condiciones eran las siguientes.

-“que el dicho retablo ha de llevar de largo ocho varas y cuatro de ancho según el sitio y la traza que el dicho Francisco de Ciria tiene en su poder”.

-“ y el dicho retablo hade ser de madera dorada, pintura y estofado, que se entiende que los quadros an de ser de las historias o figuras que el dicho señor determinare, que, si no contentare la dicha pintura está obligado el dicho Francisco de Ciria  que la pagase  su cuñado Pedro de Raxis, que está en la ciudad de Granada”. Con lo que se aporta un nuevo dato, de ser cuñado de Pedro de Raxis, sobrino de Pablo de Rojas  y su relación con Alcalá a través de los Sardos, que habían vivido y producido u arte en Alcalá la Real, los últimos decenios del siglo XVI.

-“Que las pinturas han de ser de lienzo y entallarlas en tableros de madera”.

-En caso de que no le gustaran el retablo al señor abad o a aquel que el nombrare, y ordenara detener la obra, el pintor >Francisco de Ciria  recibirá el pago de la parte realizada según acu3erdo de ambas partes.

 -Se evaluaba el costo del trabajo y mano de obra en 430 ducados  que se le pagaría a Ciria conforme iba realizando la obra.

-El dicho retablo se había de realizar en Granada o Jaén, donde con mayor comodidad le apeteciera a Francisco de Ciria.

Por el compromiso de realizar el retablo, asistía curiosamente Francisco Gonzáles, santero de la ermita de San Blas como testigo (5).

 

De su faceta profesional, con este retablo ampliamos espectro y localidades y obra, y no nos quedamos con el dato sobre  que en 9 de abril de 1634 recibió por aprendiz de su oficio al pequeño Pedro López (3 ), de 7 años de edad, hijo de Diego López, al que enseñaría durante 10 años hasta que saliera de oficial de pintor. Vivió en las casas del conde de Torralba, en la colación de Santa María, de cuyo conde era mayordomo-administrador y alcaide de la fortaleza que este señor tenía en Torrequebradilla y Torralba (4 ).

No cremos que el retablo de la Ve4racruz corresponda a este, y que se hañlla en Pedriza. 

1 LÁZARO DAMAS, S.: «Consideraciones en torno a Sebastián Martínez...», pág. 303.

2 AHDJ. Expedientes matrimoniales de Jaén. Carpeta 431-B.

3 AHPJ. Legajo núm. 1.246. Luís Parral. Folios 419-419 v. LÓPEZ MOLINA, M.: «Pintores giennenses de la...», págs. 934-935.

4 Dato facilitado por el investigador Rafael Cañada Quesada

5.AHPJ 5058. Folios 90-92. Escribano Francisco Ramírez de Molina.

miércoles, 23 de marzo de 2022

FIESTA DE TOROS EN EL DÍA DE SAN PEDRO DEL SIGLO XVII


La fiesta de los toros estuvo muy bien asentada en los siglos XVI y XVII. Con formato diferente al actual, donde la caballería y la clase hidalgan jugaban un papel perdominante frente al toreo del pueblo  a pie. Es interesante el caldendario festivo que se centraba en torno a finales de primavera y durante el verano. San Juan, Santiago, san Pedro, las fiestas patronales del 15 de Agosto solían ser los días elegidos para la celebración de las corridas en las plazas de la fiesta de la Mota. Es curioso que siempre solía destacarse un toro para el evento, aunque hay datos de otras corridas en las que llegaron a torearse seis. Un documento del 13 de junio de 1620 ( legajo 2660 Luis Méndez de Castilla)  nos describe el entorno de este acontecimiento. Por un lado, el pastor Pedro Pérez de Castilla se comprometía ante el corregidor para presentar un toro  en la fiesta de San Pedro, El pastor nos ilustra de la ganadería. la vacada de Salvador Jiménez, que tenía a su cargo el vaquero, el mayoral. Blas 

de Escamilla, y pastoreaba por tierras alcalaínas. El corregidor Gonzalo de Hoces, o un representante o delegado  era el organizador de la fiesta de toros y otros actos. Por tanto el pastor debía presentarle el toro, por cierto, barrendo y no hubiera menoscabo. La plaza de toros se encpontraba eb la plaza alta de la Mota, donde se levantaban tendidos, barreras, toril; se utilizaban las ventanas y tejados de los corredores de las tiendas, casas de cabildo y del corregidor e hidalgos se utilizaban como graderío reservando los más oficales para cargos públicos. 

 

PATRIMONIO REUTILIZADO DE LA ABADÍA



Muchas veces nos preguntamos, dónde se encuentran muchas joyas de la Abadía de Alcalá la Real. No es extraño que el tiempo consume todas las cosas, realiza los cambios herclianos y , hasta destruye, todo el pasado. Por fortuna, deja restods y recuerdo de algunos testigos. Este es el caso de los libros sagrados, los libros corales, y de las horas, que eutilizaron los escribanos de la ciudad para  ewncuadernar los libros notariales. Parece como si se hubiera quedado una parte gravada de la partitura musical en las portadas y contraportada de los legajos. n este caso, no nos extraña, porque este escribano Luís Méndez de Sotomayor fue un lince, sacaba partido de todo, acumuló cargos y escribanías a porrrillo, y, como no podía ser de otra manera, hasta en su oficio se muestra su personalidad. Reutiliza hasta las cosas de la Iglesia. 

ES MICHI STIMULUS ...ANGELES 



miércoles, 16 de marzo de 2022

LA INMACULADA CONCEPCIÓN EN EL CASTILLO DE LOCUBÍN

 LA DEVOCIÓN DE LA LIMPIA CONCEPCIÓN en Castillo de Locubín se remonta al último tercio del  siglo XVI, cuando se fundó una cofradía a la que acudían sus devotos con ofrenda de mandas testamentarias para la obra  y cultos. De seguro que  ya existía una   ermita de dicha imagen, pero la obra no llegó a ser una realidad hasta el año 1610. El mayordomo de este año de la cofradía era Martín Sánchez Hidalgo.

 Por un documento del escribano Morales Baca, de  26 septiembre de 1610  se comprometían a entregar varios ducados para la obra de su casa, entre ellos se encontraba Ginés Martínez de Aranda recién llegado de tierras compostelanas. Procedían las cédulas de un prestamo que habían realizado a los propios y ayuntamiento de Alcalá la Real y, con el documento querían revertilo para "para ayuda a hazer su casa  que está levantada en el Llano del Río". Todavía no se encontraban vínculos algunos con los capuchinos. Y se ubicaba en el camino hacia el río, donde posteriormente se fundó el convento, Este es el documento, con los que cooperaron con la obra 













Por lo tanto, apoyamos con estos datos  la siguiente historia de la ermita de Mayte Murcia"En Castillo de Locubín se había edificado por aquel tiempo una ermita o Iglesia fuera del pueblo, dedicada a la Purísima Concepción de nuestra Señora; y ésta la ofreció el Abad a los dichos Padres, encareciéndoles ser muy a propósito para Convento. El primer cronista de la provincia asegura que esta posesión se tomó el día de San José, 19 de Marzo de 1626. Por ser la ermita tan grande, hermosa y capaz, no fue menester labrar Iglesia; y así quedándose la que había como antes estaba y haciendo coro detrás del altar mayor solo se trató de fabricar el cuerpo del convento, el cual se acabó con felicidad, quedando según las leyes de nuestro estrechísimo instituto, muy pobre y muy seráfico. Duró la obra más de dos años, al cabo de los cuales se puso la clausura el 17 de Octubre de 1628, y se dedicó de nuevo la Iglesia a la Virgen Santísima en el misterio de su Concepción Inmaculada, teniéndola por Titular y especial Patrona aquella comunidad.


De aquel pasado solo quedan restos de piedras con la fecha de erección y una bellísima imagen que luce en la fachada de una casa particular en la Carrera Jesús en la ciudad castillera. 

martes, 15 de marzo de 2022

JUAN DE BENAVIDES Y MENDOZA

 

Juan de Benavides y Mendoza casó con María de Aranda y Salazar, vecina del Castillo de Locubín. Alcanzó el cargo de regidor del Ayuntamiento de Alcalá la Real y fue capitán de las compañías  militares de Alcalá la Real. Poseían las tierras y cortijo de la Fuente de la Higuera, y les pertenecían sus casas principales, un mesón, dos tiendas y un molino de aceite en la plaza del Castillo: su ubicación lindera de la plaza y dos calles públicas. Por parte de la esposa, su hidalguía le había hecho disponer de una huerta y viña en el Vadillo de Jaén,  otras dos viñas en el Llano de las Salinas,  (14 aranzadas),  y un olikvar por la zona de la veracruz y una alameda  y un palomar en la plaza (1)

(1) 5703, folio 57 y ss Traslado de poder Jun de Bewnavides  22 de noviembre de 1597. Censo. 


En 1592 desempeñó el cargo de corregidor de San Clemente y Chinchilla, Se enfrentó a las élites locales con motivo de un pleito en el que intervino denunciado el matrimonio secreto entre Jorge de Mendoza y María Garnica Avilés en 1593. Un asunto de protocolo por no encontar bases de nobleza en la familia de los padres de la novia. Según las crónicas "El Consejo Real tuvo  conocimiento del desposorio de San Clemente con fecha de veinte octubre, ordenando al corregidor que iniciara una serie de pesquisas tendentes  a averiguar lo sucedido. Las informaciones de testigos se desarrollaron a lo largo del día 31 de octubre de 1593; el corregidor elegiría personas próximas y de confianza, pero con influencia y poder en la villa, pues con sus testimonios se trataba de demostrar la poca calidad y nobleza de los Garnica". Ante las acusaciones y declaraciones entre las partes, entre los que se encontraban los curas de la villa, el corregidor ordenó el arresto domiciliario de Juana de Valderrama y su hija María y la reclusión de don Jorge en su propia casa. Pero se empeñó con la familia Garnica, especialmente en el proceder contra Gaspar Garnica, que sin duda sabedor de lo que se le venía encima había huido a Motilla del Palancar, donde fue apresado y trasladado a la cárcel de San Clemente, para iniciar allí un auténtico calvario. Em 1597, todavía residía en Chinchilla con su esposa. 

El corregidor volvió a Castillo de Locubín, donde murío. Y tras su muerte , su esposa daba poder en 11 de julio de 1609 ante Hernando Morales Baca a uno de los testigos partidarios de su posición , Pedro de  Valenzuela, para que le devolvieran cuantro mantos grandes de Corte, bienes y plata. 


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lunes, 14 de marzo de 2022

EL ORGANISTA DEL CASTILLO DE LOCUBIN

 

JUAN DE PARRA

Juan de la Parra (1593-1611) formaba parte de una familia musical que había situado a muchos organistas en muchos pueblos andaluces a lo largo de mediados del siglo XVI. Este, en concreto, se había avecindado en Castillo de Locubín, desde 1593 y estaba casado con Ana de Mesa. Y, gracias a sus emolumentos eclesiásticos, logró hacerse de algunas propiedades, una pequeña huerta en el Valle, un haza de olivar en el Picacho con dos aranzadas de viña torrontés y un haza de secano que le daba algunos cereales, trigo, y cebada sobre todo. Los cobraba muchas veces a través de poderes  como lo hacía con los cuatro ducados   anuales del Hospital del Dulce Nombre ante el mayordomo y vicario Martín de Reyes. Tiraba  de la vida  y no se veía inmerso en las  capillas de música que proliferaban  por las grandes sedes episcopales o abaciales. Había llegado a Castillo de Locubín de la mano del cura  Martín de Jerez, su vicario que  le  encargó todos los servicios de actuaciones musicales en las iglesias y en las ermitas de esta villa. Era un pueblo pequeño, pero proliferaban las fiestas, las memorias de misas, los entierros, las capellanías con misas cantadas. Cerca de su casa, en el hospital de la  Caridad el mayordomo de su cofradía administraba varias fincas con las que pagaba los servicios y las misas de sus hermanos; en el arrabal de la Veracruz, saliendo con dirección a Alcalá, otros cofrades habían fundado otra iglesia y hermandad en una casa amplia; las ermitas de Jesús y María, San Sebastián, San José, cercana a la huerta del Colmenero, y la Limpia Concepción eran mantenidas por las memorias de muchos devotos; la iglesia de San Pedro le ofrecía como parroquia los más suculentos ingresos, de la parte ligada a memorias, capellanías e , incluso de los beneficios de los diezmos del vino, corderos y otros productos. Le tenía cierto apego a la ermita de la Madre de Dios, porque estaba rodeada de unas huertas frescas bajo el cobijo de los morales de Ajenjo de Frías y Bartolomé López de Quesada. 

  Sabía que en Granada, la sede de su formación, podría haber entrado en una de las  tres capillas musicales más estables al servicio de las tres instituciones religiosas más importantes de la ciudad: la catedral, la Capilla Real y la colegiata del Salvador.  O que lo podía hacer en las capillas establecidas en diferentes conventos, como en el monasterio de San Jerónimo, Pero, vino al Castillo  para evadir las pequeñas agrupaciones, de vida más o menos efímera, que participaban en las actividades musicales desarrolladas en la geografía urbana granadina. En esta villa  las fiestas, con una fuerte ambivalencia religioso-profana, constituían para sus vecinos las principales ocasiones de oír música, junto a las misas y oficios religiosos. Llegó a tierras de la abadía porque era  parte integrante un grupo de extravagantes, como los denominaban  que  obtenían importantes ingresos procedentes de las actuaciones realizadas en los centros eclesiásticos durante las festividades de mayor relevancia, así como de sus desplazamientos a diferentes localidades de la diócesis, e incluso fuera de ella. Y es que era consciente de que  ejercía por sí y donde quiere su oficio o cargo». Precisamente, esta será la cualidad que caracteriza a «los Extravagantes», la no dependencia económica de una institución religiosa o capilla cuando les interesara  mostrar su grandiosidad, generosidad y fasto. En este sentido, los músicos prebendados (racioneros, en la catedral; capellanes reales en la Capilla Real) sólo participarán excepcionalmente en estos desplazamientos^. Cobraba seis ducados en trigo por tañer el órgano de la iglesia de San Pedro, lo que le permitía recibir adelantados de otras personas, generalmente curas para que lo recibieran posteriormente del mayordomo. Así le ocurrió en 1597 con el doctor Luís Bustos, y le  señalaba la fecha de que se lo debía pagar limpio por el 15 de agosto. 

Salió de la iglesia, en aquella mañana de invierno, con su asno rucio que le había costado ocho reales y medio y si dirigió a los  molinos de aceite que habían recientemente comprado el regidor Cristóbal Muñoz  y el alcalde ordinario Gabriel Díaz Caballero. Quería recibir la parte del diezmo que le correspondía por el sueldo, que se le daba en especie. Aquel día, andaba ocioso y tarareaba un réquiem, mientras bajaba al primero desde la iglesia de San Pedro y llegaba a las puertas, que le abrieron los molineros, pasó primero por la casa y el mesón del Cristóbal Muñoz. 

- ¿Habéis cambiado de dueño?

-Es un decir, el molino, en verdad que era de doña María de Salazar y Mendoza, la esposa del capitán don Juan de Benavides y Mendoza. Pero, tenía muchas más cargas y   censos.

- ¿Qué me dices censos?

-Si una especie de préstamos que pagaban otras personas a este molino y se hipotecaban sus bienes. 

-Me han  dicho que han dado 150 ducados y han cargado con los censos. 

    Contempló el organista el interior del cuerpo del molino, y las dos vigas  que servían para sacar el aceite de la aceituna vaciada de los canastos en el receptáculo de la prensa. Y, luego, dirigió la mirada a la zona de las bodegas, que estaban repletas de tinajas. 

-Me llena la cantarilla, amigo. lo que me corresponda a cuenta de la parte del diezmo.

-Ahora mismo, un cuarto de arroba. 

Quería cobrar todo el aceite que le correspondía y subió al Real, donde se encontraba el otro molino, junto a las casas de Juan del Pozo y Cristóbal Ruiz Cortecero y otros vecinos. Llegó  a la plaza pasó por la casa de doña María de Mendoza, por otra que tenía arrendada, dos callejuelas que salían de la plaza y entró en el molino que se encontraba junto a la casa arrendada. 

Pero le avisaron que se acercara a la parroquia. Había muerto una mujer y el vicario quería hablar con él. Debía concertar la  música. Llegaron a la sacristía que se encontraba en un lateral de la antigua iglesia, Y contempla el altar y la nueva capilla mayor, que Ginés Martínez de Aranda había finalizado. El vicario Martín de Jerez le recibió y saludó, 

-Buenos días, Juan, una nueva muerte.

-Anote la vecina de la calle de San Pedro  Ana de Magaña, hermana del licenciado y médico Diego de  Magaña. Su padre Sebastián u su madre doña Elvira de Molina.

-Pide misa de réquiem y de vísperas. Que le acompañemos todos los curas, beneficiados y capellanes de la Castillo y las cofradías.

- ¿Todas?

-Sí la de la Veracruz, la de La limpia Concepción, la de la Caridad, Santísimo Sacramento, San José, y la nueva del Rosario que hace unos años se ha instituido.

-Como es lógico, acompañarán  con sus cruces, cera y pendón.

-Claro que sí.

-Y además, apunta, que le cantemos las tres misas de la Santísima Trinidad, las nueve misas rezadas a Nuestra Señora, cinco por las Llagas de Cristo, otra a San Miguel, una  del Ángel de la Guarda, trece por los apóstoles, y cuatro a San Marcos otra por las almas del Purgatorio, cinco por sus padres, y por su familia otras cuatro

-Y añade las de los santos, a san Agustín, san Amador, y san Juan Bautista.

-Y, de seguro también el Evangelista.

-En  el  altar privilegiado de  Santa  María de la Mota Alcalá, a santa Catalina de Alejandría

-No faltará la  de Sena

-También  a Santa Ana, San José, san Joaquín y San Pedro; no olvides san Gregorio y San Vicente Ferrer, san Pedro y San Pablo, y San Lorenzo, san Jerónimo, san Diego, san Francisco de Paula, y el de Asís, y san Jacinto.

-No me extraña que no se escape ningún santo. El santoral completo. Pero ¿a qué se debe San Amador?

-Sí, otros dedican a los Reyes Magos, Nuestra Señora de la Paz, la de los Remedios.  Y del Carmen...incluso algunas promesas a Nuestra Señora de la Cabeza.

-Las del Carmen  que se dicen en Alcaudete, donde hay convento. 

-Y a San Andrés, en su capilla de Jaén.

-Amigo gran santo este Amador de Tucci,  sacerdote y mártir católico nacido en Martos un mozárabe que fue  ejecutado en Córdoba por proclamar y defender el nombre de Cristo bajo el poder de los árabes. nuestro primer santo de la Diócesis de Jaénpatrón de su ciudad natal, en cuyo honor se levantó la Iglesia Parroquial de San Amador y Santa Ana. Siendo muy joven, Amador fue a Córdoba a estudiar, ciudad que entonces era la cabecera del Imperio Árabe, junto con sus padres y hermanos a Córdoba. Según unos escritos de Eulogio de Córdoba, Amador era un joven muy aplicado a los estudios, no sólo en literatura, sino en valores tales como prudencia y honestidad, por lo que atraído por la vida casta y al servicio de la iglesia, estudió y fue ordenado sacerdote. En aquella época, reinaba en Córdoba Mahomad I, hijo de Abderramán II, gran enemigo y perseguidor de cristianos, del que heredó su odio hacia la Iglesia Mozárabe, a la cual perseguía. se puso en contacto con dos amigos suyos cordobeses: el más íntimo, Luís, hermano de Pablo Diácono y pariente de Eulogio, y un monje cuyo nombre era Pedro. Decidieron predicar el Evangelio, confesando públicamente el nombre de Jesús de Nazaret, negando de este modo toda credibilidad hacia Mahoma. Los prendieron, y se los llevaron con la orden de que fueran ejecutados a muerte con la mayor brevedad. Los tres jóvenes seguían firmes en sus convicciones religiosas, hasta el momento en el que fueron ejecutados. La ejecución se llevó a cabo el 30 de abril del año 855, siendo sus cuerpos arrojados al río Guadalquivir para que fueran comidos por los peces. El cuerpo de Amador no apareció hasta  ahora.

-Ya, ya que no doy a abasto.

-Pues yo tengo que apuntar más, los donativos a las ermitas de San Sebastián y decirle misa, San José, Jesús y María, Veracruz, Santa Ana, y Limpia Concepción, y a la Madre de Dios y a San  Pedro.

-Y, tampoco se le olvidó la cera para el Santísimo Sacramento y Nombre de Jesús, ni Nuestra Señora del Rosario. 

-Buena mujer, parece que fue. Con sus criadas, le ha dejado unos fondos de dinero y toda la ropa blanca del cobijo de la cama y algunos vestidos interiores y exteriores, una suya y dos de su hermana.

-Y, no es de extrañar que haya fundado una capellanía.

-Claro que sí, Con una viña del Picacho de tres aranzadas y media de viña para que se diga anualmente una fiesta a la Limpia Concepción. Y se lo encarga a su hermano.  

LOS OFICIOS

No olvidaba Juan de la Parra subir a las tiendas de la plaza para comprar lo básico en las tiendas de aquel entorno. Siempre encontraba nuevas noticias. Un día, se encontraba en casa del sastre Bartolomé López al hijo de Antón de Víboras como aprendiz del oficio, vestido a sus expensas con la capa, ferreruelo, montera, calzas, calzones y suyo; en otras ocasiones el zapatero Bartolomé Ramos convertía de oficial al niño Pedro. Le comentaban que solían atarse con sus padres para que los vistieran, dieran de comer, calzaran y dieran cama, además de un finiquito que variaba entre los ocho y diez ducados cuando se liberaban del maestro.  

Otras veces, bajaba a comprar papel para sus composiciones a la fábrica de Bernardo Aranda, junto al batán, donde los maestros de hacer papel Andrés Peinado. y Leonis de la Plana, cuidaban del caz para que les llevara el agua al artilugio donde macear la masa que constituyera el trapo. 

En u 1594, se informó de  que estos habían formado una mancomunidad de trabajo y empresa con el valdepeñero Martín Timón, que regentaba el molino de Luis del Castillo, junto a una huerta y diez fanegas de tierra en el arroyo del Cerrero de Valdepeñas. A partes iguales entre  los dos hermanos el castillero y el valdepeñero, asimiento las cargas y la renta. Él les preguntaba  para interesarse y cuadrar sus impuestos:

-Cuánto importa bala renta.

-Señor, 70 ducados la del Castillo y cien los de Valdepeñas.

--Muy holgada.

-Tenemos muchos gastos de trapo  para realizar el papel, de  transporte con bestias y de los mozos que nos ayudan a la fábrica.

-Sí, sí, pero luego el papel, blanco o de traza que fabricáis, lo vendéis a excelentes precios a los vecinos y a los notarios. 

-Claro que sí, lo que diga y ordene  el Rey (4-2-1594).

Frecuentaba la compra venta de paño con los mercaderes portugueses Los hermanos Diego y Hernán Méndez y Pedro Núñez afincados en la ciudad de la Mota. Se le veía comprar los paños de frezada, palmilla, catorcenos y ochoceno pardo, colorado  y azul en cantidad de decenas de baras, y al precio cada una de 12 reales; las telas de anascote de lana a nueve reales por la vara. Y curiosamente, estos negociaban todo lo que les venía a las manos. En aquel día se encontraron con el pregonero Mateo Torres que les compraba un puerco, 

-Te doy setenta y un real. 

-Algo más.

-No, eso es lo que vale, y no saco más carne. 

Con el paso del tiempo se acrecentó su caudal de bienes, unas viñas en Puerto Llano, zona     que compartían los labriegos alcalaínos con los castilleros   pero no las tenía todas consigo, estaba empeñado con algunas personas de sus primeros años en Granada, una tal Juan de Aranda que le reclamaba en 1605, 379 reales de modo que le embargaba estos bienes adquiridos valiéndose de un procurador Cristóbal de Daza. Y no sólo, le llovieron los palos de los primeros tiempos de su vida, sino que por cualquier rincón había levantado deudas y un día de mayo de 1607 se conjugaron r siete familias castilleras que lo demandaron mediante un procurador a la Real Chancillería de Granada.

EL AGUA

Juan de la Parra descubrió que, como en Granada, el agua era la vida de aquella villa. Desde el riego de los campos hasta la producción artesanal del  pan a través de los molinos. Le gustaba bajar al río y pasear cerca de los canales. El primero que conoció fue el de las Colmenillas, que necesitaba de una presa que contuviera las aguas y regularizar su encauce, pues se desbordaba e inundaba todas las huertas. Veía su huerta del Valle que arrendaba con su tierra y sus morales, para que la tuviera bien estercolada y cavada.

  LOS PRIVILEGIADOS Y LA LIBERTAD


Se relacionaba el organista con el clero, pero no olvidaba con los más privilegiados de la villa que le contaban sus hazañas y sus linajes.Uno de los primeros contactos fue el regidor Francisco de Alarcón Ocón, al que en 1593  compró  diez puercos en la cantidad de siete ducados por cabeza. 

omo era granadino, se embobaba contando las historias de la Alpujarra. Algunos de  ellos acudieron como capitanes de las tropas de las compañías de Alcalá la Real. Se interesaba por los botines, sobre todo  por las esclavas que habían adquirido para formar parte de la familia como criadas y siervas. También, solía  interesarse por los criados de piel de loro, que  habían venido de las Indias y formaban parte de estas familias hidalgas. Los hacía con los hidalgos, y, sobre todo, con los capitanes. Tenía muy buenas relaciones con los descendientes del capitán Bartolomé Ruiz de Santiago, casado con   Francisca de Leiva.  

. Los Escavias, hijo del regidor alcalaíno Pedro de Escavias, Isabel; María y Francisca  y Juan de Escabias Aranda  solían ser visitadas por el organista. Por encima de todos, don Rodrigo de Aranda y Utiel ejercía un poder sobre la población, pues este hidalgo de esta familia de abolengo poseía los molinos y las mejores huertas del Castillo, las del Nogueral. E, incluso, un mesón y tiendas en la calle Magdalena de Granada. 

Con doña Florencia de Mendoza e Castillejo, esposa del regidor Ruiz Díaz de Mendoza, todos los vecinos se encontraban inmersos en una red clientelar  de buenes y censos, tras la muerte de su marido. Recordaba muchos momentos de la historia de esta persona, entre  los que se sentía alegre por ser una mujer muy generosa. Pero, especialmente, le llamó la atención aquellas muestras de gozo con motivo de la libertad de su esclava María de Aguilar. Aquella mujer blanca cautiva, herrada en la frente, que su marido había adquirido de un botín de las Alpujarras, había alcanzado la edad de 36 de años, y, se había amancebado con  el vaquero  Juan Álvarez de Morales, un liberto de piel de loro. Se la llevó a  la sierra  en los primeros días de verano de  1608 y la cobijó  en los montes de Encina Hermosa, entre cuevas y chozones.  Al enterarse, lo denunció ante la justicia de Alcalá la Real y el ministro los encarceló en la cárcel real de Jaén. Desde allí, le pidió la libertad de su criada el vaquerizo. Le exigía una recompensa que la pagó.

María de Aranda y Salazar también le frecuentaba al organista para contratarle los servicios de misa cantada por su esposo el capitán Juan de Benavides y Mendoza. Este había comandado las tropas de la ciudad, en su marcha a las tierras de Portugal, aunque tuvo algunos avatares de deserciones de soldados. El capitán fue corregidor de San Clemente de Cuenca, una villa castellana, que ostentaba un ayuntamiento de corte vandleviriano, frente a una iglesia majestuosa y una amplia plaza, donde destacaban otros lugares como el Pósito.  Recordaba con ella lo mal que lo pasaron en sus relaciones con los poderosos de aquellas tierras, sobre todo, todavía renqueaba un pleito contra Jorge de Mendoza, que se había con María Garnica Avilés, asunto que llegó a la Corte y tuvo que enfrentarse con la poderosa familia de los Garnicas. Ya muerto su marido, le comentaba que había reclamado un manto y la plata que le habían incautado tras el juicio de residencia.  

-Dame 150 ducados, y no tendrás problemas.

-Muy alta me las has tasado. un rescate muy elevado.

-Lo hago por servicio a Dios, por estar casada y embarazada-

- Pues, trato hecho.

-No, trato incompleto. Estáis inculpados y presos. No podéis salir fácilmente.

-Por favor, solicita el perdón de cada uno de nosotros.  Somos un matrimonio de amor.

Y así lo hizo doña Florencia, acudió al corregidor alcalaíno, que les libró del castigo carcelario y de la pena impuesta. María alcanzó la libertad saltando de alegría, porque se veía ya sin ataduras, podía disfrutar de la libertad de comprar, vender, hacer tratos, adquirir, libremente relacionarse con los demás. Y lo más importante, la conseguía para su futuro hijo. No se sometían a servidumbre alguna. Juan de la Parra que fue un regalo, algo envenenado, nada menos que 150 ducados, que tras la Pascua de Resurrección de 1609 vivió  con aquellos recién casados. 
EL COMERCIO

Solía ir a comprar a las tiendas de la  plaza y adquiría carne en las carnicerías; el paño y vestido lo adquiría de los mercaderes de otros lugares, como Diego Sarrete de Alcaudete o Burbana Izquierdo. Le gustaba entrometerse en el comercio del vino de los propietarios de fincas con los mercantes. Fue conociendo los parajes de la Zarza, Picacho, Buenos Vinos, Cogolla, Robredo y la Cuesta, cerca de Fuente Tetar, y el valor de los vinos torrontés y albillo que rondaba, y la producción de unas sesenta arrobas por fincas. le extrañaba que el olivar ocupaba algunos parajes entre el viñedo en zonas como Olivo Tuerto o en las cercanías del Puerto.  


GANADERÍA Y AGRICULTURA

En la plaza de la ciudad solía acudir por la mañana a comprar en las Carnicerías. Allí comprendía que era una villa en la que la carne provenía de sus propios ganados. Abundaban los de oveja cuya lana se vendía a los mercaderes genoveses ( por cierto era controlado  por un regidor alcalaíno Pedro Veneroso) ; las cabras solían formar parte de muchos campesinos que en sus cortijos se complementaban con ganados guiados por sus pastores, y las piaras de puercos ofrecían mucha carne con sus tocinos y jamones, y, sobre todos las carnes que aportaban el impuesto de millones sobre cabezas y asaduras; escaseaban otras carnes como las vacunas, cuyo ganado se empleaba para las yuntas de las tierras calma y el transporte; la volatería y la pesca complementaban la nutrición en otros tiempos de los años. 

Por la tarde, bajó a la iglesia y se encontró con Blas de Castillo, que había arrendado la huerta de don Luis Fernández de Aranda, junto al  pie del molino entre el río y el caz del molino. Le comentaba que venía de contratarla con su mayordomo Lázaro de la Puerta.

- ¿A qué te has comprometido?

- A pagar cada año, diecisiete ducados  y darle a don Rodrigo  mil nueces. Y me la da por seis años. 

-Y me figuro que las condiciones tradicionales.

-Las tradicionales, no puedo ni cortar árboles ni ramas, no poder sembrar en el último año del contrato, ni un cereal, ni legumbre ni la hortaliza. (1606)

-Encontramos también el término «capilla de músicos extravagantes» en la ciudad de Antequera, para referirse a la nueva capilla de músicos que ubicó su sede en la iglesia de S. Pedro de esta ciudad, en torno a 1646 capillas «extravagantes». 

Sin embargo, un día le vino una carta de un antiguo compañero de Granada, un extravagante de aquellos que se buscaban la vida. quería actuar con los anteriores miembros de aquella capilla para una fiesta y  procesión de un pueblo de Granada, para la que fueron llamados y se habían concertado previamente. Había obtenido muy buenos honorarios, mejor que los que estaba cobrando. Sabía que lograría recibir los emolumentos resultantes estando juntos, y realizar cuatro partes que repartirían entre ellos por igual.  Y, que, si alguno cobraba la fiesta por su cuenta, sería penalizado.  Ni podría ninguno de los integrantes de la compañía servir fiestas sin sus compañeros, ni podría asistir con otra compañía de músicos. Si lo hiciera, estaría obligado a darles el doble de la cantidad que él hubiera ganado, y esta se repartiría entre los tres restantes. Había firmado secretamente un contrato que, durante los dichos seis años, ninguno se excusaría para faltar a las fiestas, Recordaba que a él le  venía como anillo al dedo aquello que firmó «sino fuere que fuere ganando fuera de Granada, o en ella, algún salario de yglesia e monasterio», o por establecerse fuera de la ciudad.  Y como se fue vivir a otra ciudad, «ya sea con salario de yglesia o no», los otros compañeros tendrían la obligación de aguardarle durante cuatro meses. Si regresaba en este período, deberían admitirle, pero pasado este tiempo quedaría despedido y no podría ser readmitido sin la voluntad de los otros tres compañeros- 


Acudió a la cita, Y Juan de la Parra, dejó todo atado y bien atado. Se marchó, pero dejó en el Castillo  una serie de credenciales de poder para poder cobrar lo estipulado anteriormente y cultivar sus peculios. No olvidaba que podía regresar. 

 

 

 

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