Archivo del blog

martes, 31 de octubre de 2023

LA VENTA DE LA RÁBITA

     La  descripción de la zona de la Laguna nos sugiere una zona pequeña pantanosa, desde donde salen varios manantiales de agua superficiales, cubiertos y rodeados exteriormente de juncos, muy cerca del camino que viene de los actuales Canales, y cerca del camino real que se dirige hacia el de los Playeros; la Venta se encontraba cerca de esta encrucijada de caminos. Y no es de extrañar que su ubicación proviniera del asentamiento del antiguo ribat transformado en venta, y luego,  ermita, ya que una capellanía de la familia de Alonso Ortiz  disponía de ella a través de un capellán: 


“Desde la qual esquina  a la parte levante de levante, y desde el camino real, que con ella alinda a la dicha vereda, hacia   el dicho Juncar, por do los ganados entran en él, y lleva de anchura diez estadales, alinda a la mano derecha  hasta el dicho Juncar con las paredes de la dicha venta, y luego con las de un cortijo, que está incorporado con ella, y luego haça de de Catarina Rodríguez , biuda mujer que fue  de Bartolomé López Montijano, y  con esta llega al dicho Juncar, y por la mano izquierda desde el dicho camino  hasta el dicho Juncar alinda con haça , que es de la dicha Catalina Rodríguez biuda, y yendo al dicho Juncar, , va hazia abaxo sirviendo el dicho Juncar de vereda; y  es de saber que este juncar todo es realengo, común y concegil; para pasto y abrevadero de ganado, como lo  dize el libro de Hernán Pérez, en la foja quinze plana segunda, digo primera , y porque dentro tiene muchos ojos de agua, que de presente,  no se puede andar, no se mide agora su anchura ni largura, hazerse sea empudiendo, así se encargue lo manden hazer los señores, Justicia y diputados que les cupiere la primera visita de veredas  y hagan  poner en este libro  la dicha medida para que por ella se visite , siempre , porque no se pueden entrar en el, ni menos a caballo,  como agora está como lo van haziendo”. Junto a la laguna existía un cortijo importante, el de los López  Montijano.
Se le conocía a principios del siglo XVII como Venta Bermeja, y , en este tiempo, pertenecía a Juan de Vega, que en 1601 contrató su obra a Gerónimo de Luque. 

domingo, 29 de octubre de 2023

ALFONSO LÓPEZ MARTÍN, UN ACADEMICO CHARILLERO

 

ALFONSO LÓPEZ MARTÍN, UN ACADEMICO CHARILLERO

 



 

 

            La Mota es una ciudad amurallada, con su fortaleza y sus arrabales, según me cuentan en el nuevo diccionario adaptado militar. Pero, es el símbolo de los alcalaínos, los presentes y ausentes; une más que otras insignias, entes y creencias. No hay persona de nuestra diáspora que, al volver a su tierra, no suba a su interior y disfrute de este conjunto majestuoso, y brillante como una patena. Tuve la suerte, por los años noventa, de acompañar a Alfonso López Martín. Le mostramos  aquella ciudad que se reconstruía tras muchos años de no haberla contemplado en su retina. Y, en medio de la conversación, Alfonso con su verbo bondadoso y su pausado diálogo que se había aclimatado en tierras americanas, me ofreció la biografía de un emigrante que pasó del anonimato pueblerino al reconocimiento público de una población que le consideró como su maestro. No le faltó tiempo para manifestarme que estaba honrado de haber nacido en tierras charilleras  del municipio alcalaíno, y de gozar del fervor y afecto vecinal  que le dispensaban sus paisanos aldeanos, con los que compartimos aquella visita.  No era considerado públicamente ni con los parámetros de éxito histórico o social, como otros famosos charilleros  que habían triunfado a lo  largo de la literatura, como  el poeta andalusí  Ben Jakán, ni como  el diputado Paco Parras, que logró cierta popularidad en el mundo sindical y político en los primeros años de la transición democrática por tierras catalanas. Pero, en aquel día, Alfonso fue , al menos para sus acompañantes de aquella visita , el gran descubrimiento de un famoso personaje de nuestra comarca de la Sierra Sur.

Había nacido un 14 de febrero de 1933 en Charilla, aldea de Alcalá la Real,  y marchó a tierras americanas en 1966, donde se casó con María Eugenia Meoño Bonilla de la que tuvo dos hijos Alejandro y Esteban, que hasta estos días mantiene los vínculos y visitas por estas tierras del Sur desde tierras americana, así como una defensora y divulgadora del entorno de su marido .

 

 En nuestro caminar por Despeñacaballos y las plazas de la Mota, desgranamos sus experiencias como catedrático de Lengua  y Literatura y sus investigaciones en los diversos terrenos de la Lingüística y Estudios Interdisciplinares Culturales en la Universidad de Costa Rica,  y su agradable estancia en tierras en san Pedro de los Montes de San José de la misma ciudad. Y, al llegar a las puertas de  la  abadía, me quedé con su alma de hispanista universal cuando me comentaba el gran elenco de estudios y artículos dedicados a los estudios gramaticales  y  filosóficos. Me citó, en concreto, Psicogénesis del lenguaje según Andrés Bello ( 1971), Concepción del lenguaje en el Fausto de Goethe (1973), Protágoras, filósofo del desarrollo( 1973),  Los sofistas: el no-ser a la Palabra ( 1975), El estoicismo en el pensamiento Kantiano ( 1976), Entrevista con el Doctor Leopoldo Zea ( 1978), Andrés Bello por los años ochenta sobre la Academia, El problema metodológico de las enseñanza clásicas( 1990) La lengua castellana ante el V Centenario del descubrimiento de América(1990),y una gran cantidad de artículos dedicados a teorías gramaticales,  y partes  de la oración. Además,  a partir de esta fecha, se dedicó  a una nueva etapa muy versátil periodística en los diaios costarricenses de La Prensa Libre, La Nación, La República y Diario Extra.

 

       Dentro de la iglesia abacial de Santa María la Mayor,  me refirió sus libros publicados que comprendían una gama variada  que se extiende  desde el mundo clásico como las traducciones del El Critón de Platón o La defensa de Sócrates hasta los muy numerosos estudios sobre el uso  y aprendizaje del lenguaje y la lengua española  sobre todo en Iberoamérica    (Problemas del lenguaje cotidiano  I y II, El mundo de las palabras, El idioma: cómo es y cómo hay que usarlo, Palabras por las que pregunta usted, editado en 1997 ). No cabe duda que peribimos si admiración por el gramático  Bello y nos citó su producción sobre este autor: Andrés Bello, gramático y filósofo, Andrés Bellos y los errores idiomáticos,  y  La redacción de la frase según la gramática de Andrés  Bello. Este lingüista, que para Alfonso, “es un ideólogo, en parte ecléctico, pero frente a todos  los autores y corrientes, manifiesta una actitud crítica y un espíritu independiente y original”

 

            Al bajar de la Mota, quedamos en la plaza del Ayuntamientos, y me entregó una selección de sus últimos  libros publicados de los que  tengo la fortuna de guardar como oro en paño  y  auténtico tesoro de un alcalaíno universal.

 

            Posteriormente, tuve noticia que había sido nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española de Costa Rica sustituyendo a su anterior profesor Arturo Agüero. También me pude enterar de que era miembro del Instituto o Costarricense de Cultura Hispánica  y la International Writers Association.

 

            Su bondad natural, que había mamado de las aguas charilleras, se resume en  estas palabras que nos sirven de recordatorio y enseñanza. “Tanto para Kant como  para el estoicismo  consiste en un ideal de estado de serenidad espiritual , según el cual el mal  no reside en la persona que lo hace, sino en nosotros mismos. Lo que caracteriza tanto al estoicismo como el Kantismo es que son dos sistemas morales de acción. De ahí el éxito que tuvieron en sus respectivas épocas. Los dos sistemas  se apoyan en concepciones físicas análogas: la física estoica para una, la de Newton en el otro. Ambos sistemas morales salvaron a los espíritus sano de cada una de las Épocas del  epicureismo, en el primer caso: el sentimentalismo blandengue en el otro”.

 

            Alfonso murió en los primeros días de Septiembre de 2005 a los 72 años en Costa Rica. La prensa de este país lo recordaba como un español que conquistó, palabra a palabra, a los costarricenses . Aludía un conocido programa televisivo que me refirió el día de la visita cuando llegamos a las Casas de Cabildo de la Mota, denominado El Mundo de la Palabra. Me regaló,  incluso, un video para que lo presenciara en vivo. Esta actividad no era sino fruto de su experiencia  en radiotelevisiva  con el Fascinante mundo del lenguaje en Canal 6, La filosofía de Andrés Bello en radio Universitaria y Dime cómo hablas en Radio Continental.

 

Obtuvo muchas distinciones como la de Caballero de Isabel la Católica en 1977 y Premio de la Unión Cultural Americana 1n 1993, pero me quedo con estas palabras de  su amigo y colega filósofo Adolfo Constenla “Alfonso ha sido desde hace muchísimos años quien ha dedicado con mayor entusiasmo y constancia en nuestro país a la difusión  y discusión de las normas idiomáticas y lo ha hecho en los diarios, en la radio y en la televisión”. No podía ser de otra manera, de tal tierra  un hombre honrado, muy culto  y amable en excelencia y palabra.

 

martes, 24 de octubre de 2023

EL MAESTRO DE CAPILLA DIEGO DE BURGOS

 El maestro de capilla (en alemán: Kapellmeister; en francés: maître de chapelle; en italiano: maestro di cappella) es un músico de experiencia y prestigio, siempre compositor, que forma, gestiona y dirige al grupo de cantores e instrumentistas responsable de la música sacra en los oficios de las iglesias, o de la música profana en las fiestas cortesanas. La denominación capilla de música se utilizaba en siglos pasados, sobre todo durante el Renacimiento y el Barroco, para aludir tanto al grupo musical mismo como al lugar donde este conjunto ensayaba y recibía clase del maestro. Esta denominación se empleaba tanto si el grupo era religioso como si era cortesano, aunque lo primero fue mucho más frecuente, particularmente en el Renacimiento. En algunas catedrales y palacios, la capilla de cantores podía diferenciarse de la de ministriles. Esta última, la capilla de ministriles, llegaba en ocasiones a tener su propio maestro.

Terminología[editar]

Las variantes ortográficas capellmeister y capelle para referirse a la orquesta o al coro,1​ se encuentran a veces en las obras en inglés sobre los compositores que ostentaron el título.2345​ La palabra Hofkapellmeister especificaba que el Kapellmeister trabajaba en la corte de un noble (Hof); un Konzertmeister ostentaba un cargo algo menor.6​ En otros países europeos existían posiciones equivalentes y se denominaban con nombres equivalentes. En finéskapellimestari sigue siendo la palabra principal utilizada para referirse a los directores de orquesta.

Historia[editar]

Durante la Edad Media y el Renacimiento, la organización gremial del trabajo artístico y su posición en la sociedad (que era la de artesano) determinaban la vida de los músicos: ingresaban de niños como cantorcicos (llamados seises en España, por ser ese un número frecuente de cantores infantiles), quedando desde entonces a disposición del maestro, con el que vivían. De él aprendían canto llano, contrapunto, a tañer un instrumento (frecuentemente órgano) y quizá composición. De adultos, su carrera era de cantores si no perdían la voz, de organistas o ministriles (músicos de viento) si habían adquirido dominio de instrumentos, y de maestros de capilla si eran los más dotados, capaces de ganar los concursos que convocaban las iglesias cuando había vacantes, o de tener suficiente prestigio como para ser reclamados por catedrales y capillas cortesanas.

Gracias a los reglamentos escritos de algunas catedrales, sabemos que las obligaciones del maestro de capilla eran entre otras las de custodia de la capilla física (lugar de los ensayos y las clases), de la que tenía la llave; impartir lecciones de las disciplinas ya citadas no solo a los cantorcicos, sino también a otras personas ligadas a la iglesia que las quisieran aprender; reclutar a cantores y músicos para garantizar el funcionamiento permanente de la capilla musical; frecuentemente alojar en su casa a los niños cantores y ocuparse de su educación general y manutención; componer, en fin, las piezas destinadas a fiestas especiales, como Navidad o Corpus Christi. El incumplimiento de las normas se castigaba con sanciones económicas, e incluso con la expulsión. Por supuesto, las funciones y obligaciones de los maestros de capilla fueron cambiando hasta el siglo xviii, siendo las descritas las que conocemos para el siglo xvi en España. También fueron aumentando las oportunidades de hacer carrera como músico sin una vinculación tan directa a las capillas musicales de las iglesias.

Compositores que ocuparon este cargo[editar]

Los ejemplos de maestros de capilla son muy abundantes: prácticamente todos los músicos importantes del Renacimiento y Barroco ocuparon ese cargo, a menudo tras recorrer el camino empezando como niño cantor: desde Palestrina, que fue maestro de capilla de San Giuliano de Roma, hasta Johann Sebastian Bach, que lo fue de la capilla cortesana del príncipe Leopoldo de Anhalt, es frecuente encontrar músicos notables de los siglos XVI al XVIII que ocuparon una o varias veces ese cargo.

Maestros de capilla españoles[editar]

(Lista no exhaustiva ordenada cronológicamente por fecha de nacimiento)