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martes, 22 de agosto de 2017

EL PRIMER RENACIMIENTO DE LA RÁBITA (II)

EL PRIMER RENACIMIENTO DE LA RÁBITA (II)

           El partido de campo de la Rábita,  defendido por un puesto de la guardia  compuesto de cabo y dos guardias, que se hallaban en San José de la Rábita, fue sustituido por  siete guardas que dependía de un jefe de guardia rural de la Hermandad de Labradores, una entidad que se fraguó en el aparato estamental del franquismo. Protegían, o al menos debían defender,  sus campos, sus caminos y las tierras públicas. Curiosamente, en medio de una fuerte inmigración de la golondrina, copaban muchos vecinos de la Rábita los puestos de servicios de establecimientos costeros de Valencia y Cataluña. Pero, durante los años sesenta y setenta, se produjo un cambio muy profundo en la geografía agrícola de territorio, ocupando el olivar muchos lugares anteriormente terrenos de secano o  de monte bajo.
Fueron los tiempos de un gran impulso de la escolarización, levantándose dos edificios  para escuelas unitarias de niños y niñas en San José de la Rábita, "en donde existía una escuela mixta, que fue desdoblada y creada provisionalmente  para la unitaria correspondiente". Este grupo escolar, ubicado  en la aldea de San José  de la Rábita  desde 1958, recibió la donación de los solares Matilde Sánchez Cañete López, por lo que  este  complejo escolar  e denominó de  Santa Matilde.
Esta aldea  rezumaba agua por doquier, con fuentes públicas  repartidas por muchos lugares, Sacedilla, Blanquilla, Malagüilla (ya en el término de Alcaudete), Mármol o Mármoles y  con una laguna que, surgida de tiempo inmemorial,  siempre mantenía en sus humedales las aguas estancadas  y que habían surgido de los ojos de lodo esparcidos entre juncales. Sin embargo comenzó a dar los primeros síntomas de su sequedad en los primeros decenios del siglo XX. Orgullosos los lugareños de aquella laguna, no la mantuvieron y quedó convertida en Laguna Seca.
Y comenzaron los problemas de abastecimiento. Se cambió de emplazamiento la fuente pública  de la aldea de la Rábita y se construyó un lavadero público en San José de la Rábita. Las perforaciones particulares incidieron,  cada vez más,  en el abastecimiento público. Por el año 1970, la parte norte de su  territorio, lindero con las faldas de la Sierra de San Pedro, estaba completamente conquistada por el olivar, mientras permanecían hitos como los Cortijos  de la Laguna, el de la  Fuente  la Blanquilla y el Portillo del Lobo. Los vecinos de la Rabita siempre recordarán el mes de octubre de 1972, cuando se llevaron obras de abastecimiento de agua en varias aldeas, entre ellas la Rábita, y, en  San José se hizo la captación abastecimiento. Fue   autor de proyecto José Fernández Lampaya, director de Vías de la Diputación de Jaén. El agua que es vida, se condujo por el tramo de la Lagunilla a  San José y Las Grageras, se distribuyó en Las Lagunillas,  San José y  la Rábita, Este servicio a domicilio siempre fue fruto  de recuerdo en muchos lugares del campo, de las aportaciones voluntarias, de las comisiones, el Paro Comunitario…La traída del  agua nunca se olvida y se renueva su abastecimiento en años posteriores en tiempos de la transición democrática. A través del sondeo de 160 metros de la Unidad Hidrológica de la Sierra de san Pedro en el Veredón con dos depósitos entrelazados, uno de mampostería  de 60 metros cúbicos  y otro de hormigón armado de 350 metros cúbicos, se  abastecen las Grageras y Fuente Álamo. Incluso se implementa con una  nueva red, en  2008 ha desde Alcalá la Real-la Rábita.   Pues tener el agua es abrir las puertas de implantación de otros servicios, la telefonía, correos, la electrificación en alta tensión, nuevas redes de saneamiento para verterla a los  arroyos de la Sacedilla o al de los Pedregales. Incluso, algunos talleres e industrias agropecuarias…

Y, desde 1979, con la instauración de la democracia, el partido de la Rábita tuvo presencia en el ayuntamiento alcalaíno con el concejal socialista Juan Burgos Sánchez que se mantuvo en el cargo hasta el año 1995 como alcalde pedáneo. Como todos los descendientes de los ministros  del ayuntamiento alcalaíno, le  dio un gran impulso a  su aldea a partir de los años ochenta del siglo pasado. El agua abría puertas a nuevos grupos escolares de la EGB, en Mata Prieta y el Tanto, a instalaciones deportivas, un campo de fútbol y una pista polideportiva  inaugurados entre  1989 y  1991. Y la Rábita dejo ser el barrio que se extendía en los aledaños y calles que surgían entorno al camino real del Veredón y de la Laguna, para extenderse por nuevos barrios modernos, donde se ubicaron el Centro Social, la farmacia y el consultorio médico. Y, se dio la voz, a otros núcleos de la Rábita con el nombramiento de alcalde

de barrio para la zona de San José, donde se mantenían y surgían nuevas almazaras y Los Canales se poblaban con muchos residentes.

En el siglo XXI, el  mapa militar de  la edición de 2002, marca ya todo su  terreno con  el monocultivo del olivar salvo pequeños terrenos de monte bajo. Y aparecen varios parajes de este partido de campo. En  torno a la ermita de San José y el  cruce de caminos y carreteras provinciales (la colada de la Redonda, las  JV2236 y 2238, y el camino de Mallagartas), se distingue el Cortijo Alto y varias calles.  Cercanos a este núcleo de origen, se encontraban  los cortijos de Laguna Seca,,  con los cortijos de la Laguna, los  Jamileros y  Los llanos de los Cerros de Juan  Cano en la  parte lindera con el  barranco de Moriana, cubierto de monte bajo, la Casa del Salado de las Magallartas, los de  Fresneda de la Capacha y Valenzuela de los Arrañales, El Prado de Mármol, la Solana y Cerro Negro de la Atalaya,  el  de las Pitas de San José en la Loma de la Cruz, los Canales, en una zona de monte bajo que desde  Las Canalejas constituía  un núcleo rural sin ordenación con un pequeño oratorio. Y el hoyo Taraje. Caso especial y en plena expansión era el  núcleo de la Rábita, con la urbanización de la Baronesa, la antigua Rábita en torno a la carretera y  el Veredón y las comunicaciones con la Laguna. Actualmente, se ha conformado  este núcleo, mediante una calle principal que corresponde a la carretera de Alcaudete, antigua confluencia de la colada, camino real y vereda,  de la que surgen  en dirección a la Sierra San Pedro  la calle Trasera Alta  que conecta con las calles Trasera Baja y Delantera  Baja y Alta. Entre la calle Trasera Alta y la carretera de Alcaudete, las calles  Fernando, del Carmen y Portillo. Por la parte en dirección a la Almedinilla surge la calle Avenida América, y entre la carretera y esta avenida, las calles Nicaragua, México, Perú y Juan Blanquilla. Al final de la aldea sale la calle de la Laguna. Ya el asfalto y las viviendas han apagados aquellos ojos de agua que brotaban por estos lares. 

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