En
los dos últimos siglos, la
representación de misterio de la Salvación sufrió varios episodios que van
desde la destrucción de todas las imágenes del ciclo pasional, además de las de gloria y sacramentales, durante la Guerra
Civil hasta diversas renovaciones y restauraciones de todo el patrimonio local,
incidiendo en la recuperación total de las manifestaciones públicas y de las
imágenes de Semana Santa a partir de los años cuarenta del siglo XX
con sus caídas y resurrecciones tanto en el terreno de la imaginería como los
pasos representados. Y,
actualmente, se mantiene engraveciéndose
en la actualidad, y esto mismo ha ocurrido con
la imagen del Crucificado de modo que se recuperaron los cultos a los antiguos
crucificados devocionales como los de Alcaraz, Misericordia, los de las aldeas,
…. con nuevas imágenes, obra de los
escultores e imagineros de los nuevos siglos que entroncan con la Escuela
granadina, Sevillana y cordobesa; otras imágenes cristíferas se incorporaron a
las manifestaciones de Semana Santa como en las ermitas de las aldeas; la del Cristo de la Salud cuando salió pro
primer vez en la Semana Santa de 199 ;
la del Cristo de la Lanzada ha sido el último en incorporarse para
completar el paso de La Lanzada; y se crearon nuevas estaciones del Vía Crucis
y se adquirieron imágenes, cruces y calvarios que proliferan en las iglesias
para la piedad intimista y asociativa.
Y la vivencia del misterio de la
salvación mantuvo el guión secuencial
fragmentado de primeros de siglo XX, y en los años cuarenta pasó del espíritu del nacionalcatolicsmo,
propio de la posguerra, a la
manifestación religiosa de los católicos dentro de un contexto acofensional de
la sociedad del siglo XXI con toda la
gama de vivencias personales y colectivas
que experimenta desde todos los diversos
sectores del pueblo.
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