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martes, 22 de marzo de 2016

LA SEMANA SANTA DEL AYER





La ciudad solía ser invitada por el abad y acudía a las festividades del Domingo de Ramos para tomar la palma, a la celebración de la Comunión General del Jueves Santo, al Acto  de la Cruz en el Viernes Santo y al Domingo de Resurrección. En los dos domingos se llevaba a cabo una procesión claustral por el recinto de la Mota, perdominando la participación de las hermandades y cofradías en la de Resurrección junto con los capellanes y beneficiados, aunque solía realizarse particularmente en todas las iglesias y conventos tras los maitines y laudes y acompañando al Santísimo Sacramaento en las manos del prior o preste del lugar. El lunes de Pascua se llevaba a cabo dentro del recinto de la iglesia. El Jueves Santo se caracterizaba por varios privilegios, entre los que destacaba portar el palio atendiendo un turno de antigüedad en la traslación del Santísimo Sacramento al Monumento con la Comunión General, en la que solían participar todos los miembros de la Corporación, y la posesión de las llaves del anterior monumento por el corregidor y los regidores. El Viernes Santo acudía  al acto de la veneración de la Cruz y se obligaban a una serie de protocolos y la ausencia de armas por el corregidor, como señalan las ordenanzas. Es interesante y a veces embarazoso el gran número de litigios que se ocasionan, sobre todo, el día del Amor Fraterno. A veces, incluso, llegándose a romper el protocolo o aprovechando la situación para   demostrar la protesta eclesial ante las medidas del Cabildo. Así, no es de extrañar que al año de 1716 el gran escándalo que Castel de Ros provocó a la salida de tan importante día, rompiendop el protocolo de la ciudad, diciendo "Es menester un gran respecto a la Iglesia", a lo que coadyuvó su airada actitud con dos regidores que portaban el palio, dirigiéndose en forma amenazadora. "Oy onró Cristo a Judas" acompañadas de un fuerte pisotón..El asunto radicaba en un anterior prendimimiento e incautación de ocho fanegas de trigo realizadas por uno de los regidores y alguacil mayor según las Premáticas Reales. No obstante, el asunto llegó hasta la Corona, abriéndose el correspondiente auto. [1]Algunos elementos de este
protocolo  son los conflictos entre los momentos de recibir la comunión o algún saludo con la vara del corregido o la espada.





[1] AMAR. Cabildo del trece de abril de 1716. Los regidores afectados fueron don Pedro de Viedma y don Leonardo de Lizaur, alguacil mayor y el cura Cristobal Cedillo.  El fondo de la cuestión radicaba en que los ecclsiásticos no obedecían las premáticas sobre el precio y restriucción de venta de trigo en momentos deescasez. 

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