Archivo del blog

sábado, 12 de marzo de 2016

DIARIO DEL RUTERO POR LOS BARRIOS ANTIGUOS DE LA CIUDAD Y ABANDONADOS . Y LA TERTULIA EN LA CASA DEL ECCE-HOMO




CARRERA DE LOS CABALLOS
12 DE MARZO,  SÁBADO ,  2016. 15.30 (3.3 TARDE). 


Nos preparó el camino José Zafra Roldań , que llegó puntualísimo a la cita. Cerca de 50 ruteros. Salimos de Plaza Juan Carlos I por las calles del recinto histórico hasta calle Campo, paramos en la calle  Caridad junto a la casa del José Castillo Sanz de Tejada ( asesinado antes de la Guerra Civil, hablamos de su familia, del mariscal Paco, Atocha, la casa de maternidad, y la compra de la casa por el ayuntamiento alcalaíno) ; luego,  paramos en la hornacina de San José de la calle Ancha, nos  adentramos por la calle del Campo y , por una corta subida,  nos adentramos el  camino de San Sebastián o de la Piedra Rodada. En una parada de entre olivos  comentamos la plaza de toros de antes de la guerra y el arrabal de San Francisco. Desgraciadamente, tuvimos que abandonar este camino destruido por la indolencia y la dejadez de tirios y troyanos, parecía como si no se respetara el valor del común frente a los intereses privados.  Y paramos en un bello lugar, desde donde explicamos la leyenda de la batalla de Charilla, la fundación de la ermita,  las calles más importantes del barrio , desde su  origen musulmán hasta el barrio cristiano, el mesón del Rey,  y la entrada a la Mota; en un bello paraje que nos proyectaba hacia las tierras del parque de la subbética  y por lo alto nos fijaba la vista en la muralla cristiana y nos dejaba entrever algunos restos de la primera muralla musulmana, comentamos la Peña Horadada  y su origen en la Peña Hazconada, donde el caballero cristiano clavó la lanza hazconada junto al palenque. No reparamos en explicar la puerta Nueva y el Rastro con las dos rampas que subían desde el cerro de los Palacios. 
Al final, llegamos al lugar de la antigua eras de san  Bartolomé, junto al camino de Roahuevos,  y comentamos la iglesia, el barrio , el proyecto de cementerio y el convento capuchino. De allí nos dirigimos por la carrera de los caballos  al Matadero, que contemplamos desde la alturas y comentamos su fución, departamentos y el barrio. Bajamos por el Rastro y llegamos al Alhóndiga, Puerta de Granada, Torre ladeada, Puerta de Martín Ruiz  o Cambrón  y san Blas. 
Casa de Judíos
De allí, no fuimos a la Casa de los Judíos, donde compartimos tertulia con Juan Antonio Vega, el capitán, sobre los pasos representados, su función formativa, estructura de los pasos, tropa, sayones, judíos, pregoneros, altares familiares, cabildos de suertes, rostrillos, historia de la hermandad y otros aspectos que despertaron el interés de la sala de juntas repleta de público.
Luego las manos de Ana Martínez y Pilar vega Vega  nos prepararon unos ricos pestillos, roscos, galletas y vasitos de licor y  arresoli.  

FOTOS DE AYER PROYECCIÓN DE LA RUTA DE CÁDIZ.





RUTA DE HOY.
por calles del casco histórico, junto casa de José Castillo Sanz de Tejada



 calle Ancha


 calle Campo

 por el camino de la Piedra Rodada o de San Sebastián, al principio.
 Entre Olivos , en el barrio de San Sebastián y peña Horadada, por ruptura del camino. 


 muralla del Aire
 atravesando por llos lindazos y el camino abandonado en la parte baja. Un camino histórico. 


 Bello paisaje de la subbetica
 por los barrios del Rastro y Puerta Nueva



 barrio de San Bartolomé

 Carrera de los Caballos


 Tertulia sobre pasos representados con Juan Antonio Vega y Paco Martín
 el rico pestiño y arresoli





















Dejamos la siguiente antología de textos del libreto


La ciudad de Alcalá la Real jugó un papel fundamental y estratégico entre el reino de Granada y los reinos de Castilla y León. Pronto, la estabilidad política y el crecimiento de su población obligaron a pasar de un castillo defensivo a una extensa fortaleza, compuesta de diversos barrios en torno a sus correspondientes cinturones que se ampliaron gradualmente, a lo largo de los siglos XV y XVI  con la llegada de nuevos vecinos para repoblar esta ciudad.     Desde la época musulmana, la construcción de la muralla del Arrabal Viejo  constituyó un  hito fundamental para el desarrollo urbanístico de  Alcalá la Real, ya  que, con su  edificación,   se pasó de una ciudad fortificada a una  nueva ciudad  que, paulatinamente, se extendió desde el barrio de la  Mota  hasta el de las Cruces ya en tiempos de la Edad Moderna.. Pues,  al recinto  fortificado  en la cima del cerro de la Mota, se añadió  un tercer círculo de murallas  que dio lugar al Arrabal Viejo o barrio de Santo Domingo, cuyo centro era  la antigua mezquita transformada en iglesia del santo liberador de cautivos Tras la conquista cristiana por el rey Alfonso XI, mientras que la ciudad fortificada de la Mota  fue ocupada por las familias nobles-estableciéndose en las casas de los caballeros musulmanes  y  aprovechando cualquier rincón edificable de la fortaleza-, este barrio atrajo, en cambio, a los vecinos que se ocuparon de los oficios  básicos para el mantenimiento de la ciudad. En concreto,  tanto en el recinto fortificado como en el Arrabal Viejo se albergaban 555 vecinos, lo que corresponde a un  mismo número de casas o viviendas, ubicadas entre sendos espacios urbanos y militarizados. Si nos ceñimos al  exterior de la fortaleza, podemos concluir que este arrabal, -siguiendo con reservas a este escritor por sus deficiencias de trascripción  e inexactitudes documentales-,  estaba compuesto por las calles siguientes de 1495:

Peña Horadada, Sebastián Díaz, Matadero,  Alonso Gérez, Antonio de Córdoba, Rastro, Puerta Nueva, Santo Domingo, Postigo, Pie de la Torre,  las Entrepuertas, Albaicín, Lagares, Salto, San Bartolomé, Santa María, San Sebastián, Martín, Alhondiguilla, Cristo de la Piedra, Pósito Bajo y Torre Bermeja”.

Hasta finales del siglo XVI, el  Arrabal Viejo  debió  formar una amplia unidad territorial  a la hora de repartir los cuarteles o barrio entre los regidores  en el célebre cabildo de suertes porque se distinguía  claramente el cuartel de Santo Domingo entendido en su amplio territorio , con espacio delimitado con respecto a de San Juan, San Blas, San Sebastián y el Dulce Nombre de Jesús que correspondía a la zona del Llanillo[1]
             
EL ARRABAL VIEJO ANTES DE  1492. CAMINOS.

Varios caminos, procedentes de Granada, Córdoba, Jaén, Sierras de Frailes y Riveras, subían a la fortaleza y  desembocaban en la Carrera de los Caballos, espacio inmediatamente exterior a la muralla,  que se extendía desde la era de San  Bartolomé hasta el final de la calle Cava junto a la  Puerta del Arrabal. Lugar, donde se ejercitaban los caballeros y servía de doma y adiestramiento de la caballería local.
El Arrabal Viejo debió formar un espacio urbano de expansión del recinto de la ciudad fortificada  a lo largo de los siglos anteriores de la conquista definitiva por el rey Alfonso XI, delimitado por el muro de cerramiento  y ofreciendo en su interior un paisaje semirrural, donde  se mezclaban las casas dispersas, sin entramado urbano  con huertos, solarines y  algunas agrupaciones de viviendas en torno a lugares de labranza(eras o fuentes) o algunos edificios importantes como la mezquita y las cuevas horadadas en la roca del cerro.   Una de las primeras noticias del Arrabal Viejo se encuentra en el libro de Los Aranda de Alcalá la Real, haciendo referencia al momento de la conquista:

            “El qual, como una vez con otros cavalleros hiziese una entrada llegando de noche a los muros de Alcalá, en una adarve, que está devajo de la fortaleza, puso una escala por la qual subió sin otra compañía. Y, subido, saltó dentro de un corral que dizen de la Moriana y ahora es dentro de las puertas, dos de siete que la ciudad para entrar la Mota de ella tiene. Porque la parte de  adentro el andén del adarve era poco más alto y, por parte, casi igual a el suelo del dicho corral. A do halló un moro que estava con una manada de cabras que dormían allí de noche, y estaba amamantando unos cabritos. Y apechugando con  él  y tapándole la voca  porque no diese voces, lo ató y lo vajó por la dicha escala y lo puso por su cautivo como avido de buena guerra, y por el buen esfuerzo que dio Dios[2]”.

            Otro aspecto de este arrabal  era el  carácter semifortificado de los alrededores de la ciudad fortificada:

            “Y esta vez la escaramuza fue en la era que dizen de los Palazios, que es junto y fuera del Adarve Nuevo, que está fuera de los zimientos, en el arrabal de la Puerta Nueva. Y después de cansados de escaramuzar los unos y los otros se retiraron los moros al cabo de dichas eras, hazía las viñas que juntan con ellas. Y los christianos, arrimados a un palenque  de madera que para su defensa tenían hecho, que iva desde el dicho adarve asta zerrar y juntar con una torre que dizen del Espezería, que está poco arriba de la peña Hazconada, a do Juan Sánchez de Arjona, su padre, como arriva se dijo, avía enclavado el moro[3]”.

            No es de extrañar que en su derredor, también  se instalaran algunas  viviendas dispersas como  mesones, ermitas, y posadas:

“como el príncipe don Enrqiue , en vida de su padre don Juan el Segundo, biniese poderosamente a hazer la guerra a los moros, señaladamente a los de Montefrío, y su entrada se avía de ser por Alcalá., (1439-1445); porque le constava  que estava en desgrazia del rey , su padre y confederados con los Infantes de Aragón, sus tíos, que tenían guerra con él ; pareziale poderosos como venía que podría hazer algún sinsabor a su padre, y apoderarse de la ciudad. Y por esto, el día que el príncipe avía de entrar, él y Gonzalo Monte que eran los más principales, acompañados de los otros deudos y parientes, dejando sin embargo aderezado el Mesón de la Torre, que estava junto a la hermita de San Sevastián, a do se aposentase fuera de la de la ciudad(...) Y por esto le suplicavan que tuviese a mal de se aposentar fuera, ni aquello lo reziviese por esacatado, pues se hazía por guardar toda la lealtad a su rey[4]”-

O el siguiente texto que muy bien describe la parte noroccidental de los exteriores de este arrabal::

Como en este tiempo, el Marqués de Santillana estuviese en Jaén por Capitán General de la Frontera y quisiese apoderarse de Alcalá, no se supo para qué propósito, imbió a los dichos caballeros Pedro Fernández de Aranda ya Gonzalo Monte de la Ysla, como los más principales de allí y díjoles que al servicio del rey conbenía que aquella ciudad se le a entregase.........................Y como los presos huviesen  avisado a sus parientes y amigos que en la ciudad estavan, llegada la gente del Marques , que los llevaban a ella, hallaron las puertas cerradas y puestos en los adarves los que en ella dentro estavan(…). los de dentro les respondieron que si no viesen provisión y mandato expreso del rey que no entregarían la ciudad., Entonzes los cavalleros del Marqués, no traiendo vien a los presos que venían , por lo que les oyeron dezir, porque era ya muy tarde albergaron con ellos aquella noche en la hermita de San Sebastián y otro fueron a Jaén”.

Un aspecto especial lo ofrecía el espacio denominado Entrepuertas y Albaicín, muy cercano por la parte  norte al barrio de Santo Domingo. Pues el cabildo municipal  tenía por fuente de ingresos para su  desenvolvimiento  varios bienes inmuebles como varias casas, algunos solares  y tiendas de  estos entornos.
 Entre los mesones, destacaba uno de ellos, la Casa de la Mancebía, propia del cabildo municipal y  diseñada por Martín de Bolivar,  que se trasladó desde la fortaleza de la Mota a esta calle  en 1568, porque comenzaba a no ser muy bien visto que, cerca de la Iglesia Mayor, estuviera nada menos que la casa de las mujeres prostitutas, curiosamente una importante fuente de ingresos municipales que el cabildo municipal no quería  perder y tenía dicho servicio en arrendamiento. Estaba situada cerca del pozo, que recibía el nombre de pozo de la Mancebía en 1574. Ahora nos puede extrañar que, en la España católica, apostólica  y romana, hayan  existido esas casas en manos del cabildo municipal., pero, en tiempos de  los  Reyes Católicos y Austria, era, como decían entre ellos, cosa muy necesaria  e, incluso, tardaron mucho las autoridades civiles en prohibir que las mujeres ejercieran la prostitución, incluso hasta 1576,  se ganaban la vida  fuera de la casa de mancebía. A ella se entraba por una puerta de la ciudad, que llamaban de la Mancebía, probablemente, sean los restos de un arco que se insinúa antes de la de las Lanzas. Solía arrendarse a un vecino que pujaba por ella y , como norma se cobraba medio real por cada  prostituta en el siglo XIV y en toda Andalucía. Respondía a la costumbre de situar estas casas en las afueras de la ciudad a partir del siglo XVI y en zona próxima al  mercado, lo que correspondía  todo este espacio de las Entrepuertas, porque, mientras Alcalá fue ciudad de frontera, esta casa ocupaba uno de los arrabales cercanos a la calle del mercado. En concreto, en el denominado barrio del Albayzin junto a las Entrepuertas hubo una casa, donde  las mozas ofrecían sus servicios a  los hombres. Curiosamente, junto a esta casa  de propiedad municipal se ubicaban  el hospital de pobres y muchas viviendas dedicadas a actividades artesanales y a tiendas: herreros,  tejedores, tenderos, zapateros, sastres...  No debió ser una casa con  una estructura muy firme, pues tuvo que ser restaurada a mediados del siglo XVI por el arquitecto Martín de Bolívar para finalmente pasar a  una casa de la calle Cava, a las afueras del recinto fortificado  en 1569 y por último en las afueras de la ciudad junto al molinillo.  . Su feliz final acabó fue transformada en escuela de niños. Por su  situación, debió ser un sitio muy transitable, ya que los mesones se encontraban  un poco más abajo de ella, el comercio se desarrollaba a su lado y  los viajeros debían frecuentarla con asiduidad. Lo que está claro, que el aislamiento con la ciudad se conseguía porque el antemural  y la entrada a la fortaleza ofrecían un sitio abrupto que obligaba un esfuerzo a subir a  la Casa de la Mancebía.  Debía ser un callejón sin salida al  que había que accederse directamente.
La composición  de esta casa solía  estar compuesta de varias mujeres dedicadas al oficio de la mancebía y de varios rufianes que les buscaban sus encuentros con los vecinos de la ciudad. Un padre de mancebía  se ocupaba de que se cumplieran todo tipo de regulaciones, administrativas, fiscales y sanitarias, tal como establece las ordenanzas de 1520. Al estar cercana a la calle de los Mesones permitía,  el trasiego de personas hasta  dichos lugares, lo que beneficiaba a los cargos conejales como a los alguaciles que solían cobrar por permitirles el desplazamiento.

Pero, por una  memoria de la capellanía de la parroquia de Santa María la Mayor, podemos  hacernos una idea del aspecto urbanístico que ofrecía este barrio: la vivienda se unía con la tienda, y, esta, a su vez, con  otras viviendas a través de los miradores de sus alturas, aspecto  muy similar que deberían ofrecer las partes altas del barrio de Santo Domingo, como la calle del Postigo cercano a la Puerta de la Imagen, las calles linderas con el Gabán por la parte baja,  y las viviendas de la Puerta Zayde[5]

“Ana Martínez Pareja vivía en casas, tiendas y dos moradas a ellas anejas en las Entrepuertas, que los miradores suben al Albaicín, linderas con tiendas de Catalina de Aranda y Teresa de Ávalos”.
Curiosamente, el mismo día que se tomó Granada, los Reyes Católicos emitieron un  cédula real a la ciudad de Alcalá la Real,  fechada en Córdoba y  otorgaba al la ciudad la posibilidad de vender solares, hacer hornos y censos para que, con sus ganancias, se pudieran sufragar los propios de la ciudad, que permitían afrontar  los servicios a la Corona. Antes de iniciar esta operación urbanística, tan sólo  se encontraban  el Mesón de Yeguas, el mesón de la Torre, el Mesón de Hernando de Aranda, la Alhóndiga y las cantarerías.
El mecanismo de adquirir los solares se iniciaba con la petición vecinal, la zona de ubicación solía ser dentro de la fortaleza, si la hubiere, y en el Arrabal y, sobre todo, en la Era de los Palacios. Tras la conquista se pagaron muchos solares en el  Arrabal Nuevo y surgieron los  primeros escollos de la población, porque hubo casos de malversación de fondos a la hora de la venta y distribución de los solares.
El Arrabal Viejo y sus alrededores ofrecían, a veces, un aspecto desalentador en sus exteriores, con  muladares por doquier, acumulación  de excrementos de animales, basura  y  desechos del matadero dando un aspecto maloliente, tal como señalaba el libro de Ordenanzas  a principios del siglo XVI:
“Item  por quanto en la ordenanza antesdicha, de da lugar a los dichos menuderos de la dicha carnicería que puedan vaciar las dichas panzas, cuajares e tripas  del adarbejo a esa parte , e podía que sobiese del dicho adarbejo, se se volviese a la calle real o llegase al camino  por debajo, ordenamos e mandamos que , en ellegando a emparexar el estiércol con el dicho adarbejo o al camino abaxo, los dichos obligados hagan a los dichos menuderos  a las personas que dieren cargo de limpiar el dicjho matadero , que se eche el estiércol  en el mirador de la ciudad  o en las hazas a la redonda donde le dieren lugar de manera que pueda volver el estiércol  a la calle Real[6]”.
El Matadero era un edificio primordial de este lugar, donde se encontraba un compartimento  con  un solo cuerpo, donde se romaneaba, un patio con varios nogales,  y, otros cuartos de encerramiento  para los animales y se llevaban a cabo los primeros momentos de la matanza de animales.


           

El Arrabal Viejo debió ofrecer, como señalan las Ordenanzas Municipales posteriores , un aspecto  y ambiente asfixiante para los vecinos, que, conforme se acercaban a la  fortaleza,   vivían en calles estrechas,  y en  casas completamente amontonadas , como si quisieran trepar hacia la roca de la ciudad fortificada y ,al mismo tiempo,  se cobijaran en el seno de sus profundidades cavernarias. Hasta muy avanzado el siglo XVI, el aspecto que circundaba la muralla, quedaba establecido de acuerdo con un criterio defensivo que impedía cualquier tipo de obstáculo para el tránsito de la milicia urbana en el caso de un posible ataque y se encaminaba, al mismo tiempo,  a presentar la mayor dificultad de tránsito entre la muralla y la vivienda urbana, creando un espacio vacío de adarve o anillo amurallado:

“Debía mantener en buen estado los muros del recinto ciudadano, procurando tener alejado de sus cercanías todo cuanto pudiera dañarlos, que, en definitiva, en una población marcada por unas condiciones profundamente rurales, se reducían a apartar el estiércol que sobre las murallas solían amontonar los vecinos, evitar que se hiciese fosa o estancal en los lugares  perjudiciales a las murallas, procurar el mantenimiento de un notable espacio entre muros y casas de vecinos de diez pasadas de ancho, y procurar que no hubiese brechas en el recinto murado, fuera de su puerta o puertas ´que no finque cosa alguna por donde quepa hombre[7].

En su interior, las  ordenanzas nos recogen varias normas para mantener el orden, la urbanidad y la disciplina urbanística, que nos  ilustran de su tipología de vivienda y diseño urbano. En primer lugar, se daba una primordial importancia a  los edificios públicos (en este caso la iglesia de Santo Domingo, horno, Casa de Mancebía, Alhóndiga., Posito.) y se obligaba a mantenerlos reparados juntamente con otros elementos de uso público como puertas de acceso, calles, o medianerías. En segundo lugar, este espacio urbano se nos presentaba como  una importante unidad  de concentración urbana  dentro del recinto amurallado, en donde no se permitía, antes de la conquista, ninguna construcción de viviendas fuera de su reinito amurallado, tal como se manifiesta muy explícitamente en esta ordenanza:

El ARRABAL VIEJO EN   LOS  REINADOS  POSTERIORES A LOS REYES CATÓLICOS. LOS NUEVOS BARRIOS.

A partir del reinado de los Reyes Católicos, se amplió la ciudad desde la puerta del  Arrabal de Santo Domingo, con diversos arrabales, entre ellos  el Arrabal Nuevo, donde se encontraba las calles Cava y de  los Mesones, y, por  la parte de la puerta de Granada, el Rastro y Matadero, el entorno de la Puerta Nueva y el barrio de San Bartolomé. A través del estudio de  varios documentos del Archivo de la Chancillería Real de Granada María José Guerrero y Lorenzo de Castro, sacaban estas conclusiones con las que estamos de acuerdo para el periodo comprendido  entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI:
“Sin duda, el aumento de población determina que l concejo diera solares para la construcción de viviendas a todos aquellos que los requería. Desde tiempo inmemorial, la ciudad de Alcalá la Real tenía potestad para otorgarlos  a los pobladores de dentro y fuera de la Mota. En el primer caso, siempre que hubiera un solar público. Todos los terrenos que en torno a 1520 ahora están edificados e los  arrabales habían sido concedidos por el concejo a los vecinos y este además había señalado por donde iban las calles, y que la anchura podría oscilar entre ocho y nueve pies”[15].
De ahí que muchas zonas del Arrabal de Santo Domingo se vio afectado por esta política municipal urbanística  y su aspecto semiurbano anterior había quedado definitivamente urbanizado con varios viales y  la edificación de las viviendas en torno a las calles del Postigo, Pie del Torre de la Cárcel, Francisco de la Torre, de la Puerta del Arrabal en torno a los pies de la roca y el muro de la ciudad fortificada; las calles e Hernando de Moya, d la Escaleruela.  de Sánchez de la Guardia   y  otra calles en torno al adarmillo de Moya, y en su interior, desde la Iglesia de Santo Domingo hasta la muralla que daba  a las puertas de Cambrón / Granada, las  calles de  Pedro Jiménez de Martos,  y  de  Pedro Fernández Torrevejano
Pero, donde se amplió el espacio urbano fue en la parte exterior de la muralla del barrio de Santo Domingo, lo que los anteriores historiadores ponen claramente de manifiesto:
Por la  zona de la puerta de Martín Ruiz, había crecido mucho el barrio. Unos treinta años antes aquella parte era un muladar  y en el momento a que nos referimos estaba muy edificada, aún mucho más habitada, y construida la Era de los Palacios, donde se habían levantado más de cien casas. También habían aumentado  las obras en la calle de los Mesones y junto al adarve de la puerta del Arrabal”
                                  








No hay comentarios:

Publicar un comentario