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viernes, 19 de diciembre de 2014

ALCALÁ Y LOS MILAGROS DE SANTO DOMINGO



ALCALÁ  Y LOS MILAGROS DE SANTO DOMINGO

-Céntrese, don Juan, en los milagros acontecidos en Alcalá de Aben Zaide.
-Está claro que, en este relato de pero Martín  hay también varias referencias sobre las tierras de Alcalá. Una Alcalá que pertenecía al reino moro, flanqueada de territorios de la Orden de Calatrava, con unas tierras plagadas de viñedos, habitada en su fortaleza, donde había personas que se ocupaban de abastecerse para librarse de los fríos. Un  lugar que era fundamental en la ruta entre el reino de Jaén y Granada, porque pasaba un camino fundamental para las correrías de los reyes granadinos cuando se adentraban en tierras castellanas. 
-¿Por dónde?
-Los cautivos lo hacían por varios recorridos.  Primero, cuando los cautivos eran liberados y  pasaban por el término,- en aquellos tiempos, del reino granadino-,  en dirección al reino de Castilla  para adentrarse en el monasterio de Silos, tardaban, todo el día y la noche,  en atravesar el reino de Granada hasta llegar a nuestra tierra y aparecían cerca de Jaén, por la dirección de las actuales Sierras de Jaén o por Alcalá, Alcaudete y Martos.
-¿Cómo?
-Así lo expresan. “Anduvo toda la noche e la claridad delante de él. Cuando amaneció estaban a tres leguas de Jaén. Y fue a la posada donde solía posar”.
-¿Todos, por igual? 
-Otros lograban “arribar a Otíñar castiello”, también muy cerca de Jaén. Los habían, incluso,  que alcanzaban en su caminata hasta Pegalajar. Cazalla o, como Catalina de Linares,  cautiva de Muhamat, Aben Mencal, hermano del rey de Granada que, junto con otras compañeras liberadas, “quando  amaneció, arribaron a Cabra, castiello”  .
-Pero, estos no pasaban por Alcalá.
-Calla, calla. El otro itinerario, se adentraba por los montes alcalaínos. Por un relato del cautivo Juan de Martos, que, acompañado de 37 peones, cayó en manos de Abu Yucef, sabemos que se encontraron en lucha en una paraje llamado monte de Abençala, y que en el regreso y lo condujeron a las tierras del rey moro, que estaba a siete leguas de Torredonjimeno, aldea de Torredonjimeno, donde llegó el cautivo liberado.  
 En  el año 1225, Domingo Mínguez y otros ocho cautivos nos lo describían al salir del cautiverio”siendo el mediodía, tomaron al  Mahomat, el moro que los guardaba. Y los echaron a un pozo y se dieron a ir por las viñas. Hallaron muchos moros en el camino y ninguno les dijo nada. Arribaron a Jaén” . Otro cautivo Fernando Pérez de Baeza, que se decía yerno de María,  pescadera baezana, tras unos pleitos con sus señores moros por cuestiones de telas, sedas y cuchillos de Pamplona, fue llevado a Granada, donde fue salvado por Sant Domingo en la noche  de un martes de primero de agosto1323 y nos especifica un punto importante del itinerario, el límite de la frontera  y un momento histórico  en el que Alcalá  era musulmana y su villa del Castillo cristiana con estas palabras “ en la noche arribó a Locubil Castiello ( Castillo de Locubín) de  los frailes de Calatrava sin embargo alguno”.Con una detallada descripción, nos adentramos a tierras desde Granada a Jaén, en la versión siguiente de los liberados Pedro de Tobarra, Juan Fernández de Hellín y Gilot.Salieron de su cautiverio un domingo de abril de 1323 años:”por la puerta Elbira y ninguno le dijo nada. Vinieron a un hablar y se escondieron (probablemente por Pinos), tomaron grandes piedras, dieron a los hierros y quebráronse luego como si fuesen de cera. Sacáronles de las piernas e començaron a andar yendo de lante de ellos una gran claridad. Llegaron a un río muy grande ( Velillos) e no osaban a pasar, estaban en gran cuita. Dijoles una voz. “¿Porqué dudáis pasar? no tengáis miedo”. Metiéronse en el río. Pasaron en guisa que no le daba el agua  más hasta el tobillo. Después, llegaron a otros dos  ríos más grandes ( el de las Juntas, formado por Palancares y Velillos en el término de Alcalá,  y el de San Juan o Víboras). Pasáronlo muy bien. Así como el primer día todavía la claridad iba con ellos. Anduvieron así hasta el otro domingo. Y el lunes llegaron al Castillo que dicen de Otiñar, que es a dos leguas de Jaén. Guiólos un hombre a Jaén”. Pero, no siempre los cautivos se dirigían hacia Jaén, porque otras veces lo hacían  a Priego como un tal Domingo Pérez de Jódar que apareció dentro de un arca en  aquella villa que ‘era de los freyres de Calatrava”.
-No muy exacta la presencia por estas tierras.
-Te aseguro que hay varios relatos que tienen precisas referencias  sobre Alcalá de Aben  Zayde. Los hay sin importancia en el relato, pero con signifcativos datos económicos. Pues, mientras Alcaudete jugaba un papel importante en el comercio dentro de las tierras cristianas de la frontera, Alcalá desempeñaba parecida función  comercial en las granadinas. De ahí que no se puede entender el milagro de Larios de Burgos que en una cabalgada contra el reyezuelo de Rute cayó cautivo y fue vendido en almoneda en Alcalá de Aben Zayde a un tal Bucar por 17 doblas y penó su castigo en Almuñecar.
-Quiero más precisión.
- Hay otro  importante  por los datos geográficos, que relata la liberación de un grupo  de vecinos de Arcos que se habían liberado del alcaide de Ronda, y, desde allí emprendieron la huida a través de los montes hasta llegar a nuestras tierras. La distancia era de doce leguas , y, en palabras del texto “Salieron e hallaron toda la Cárcel abierta e llana. La puerta de la Casa abierta. E fueron a la puerta que dicen Biba Regen e hallaron una carrera e anduvieron  por ella hasta la mañana. Todo el camino no los embargaban ( quiero deciros obstaculizaban o paraban) a pesar de que traían los hierros ( maguer, en sus palabras,” hierros” o sea los grillos) Quando fue el día arribaron a Alcalá, castillo de Jaén que avía xii leguas e echaronse  a  dormir cerca de una carrera. Venía Martín Domínguez, almocadén de Écija ( capitán) de Écija que traía presa de los moros e bestias e despertó los e conosció a Johan e quebrantóles los hierros”.
-Detállame e ilustrame otro.
 - Me voy a detener en el  milagro de Gil Pérez de Soria. Te transcribo el texto.

            MILAGRO DE GIL ´PEREZ, MORADOR DE BAENA, Y MARTÍN 

En la era  sobredicha, vino aquí ( se refería al monasterio de Silos) Gil Pérez de Soria, morador en Baena en la colación de San Pedro. Y dijo que, yendo de Castro a Baena, a donde llevaban pan él y otro mozo Miguel. Llevaban una acémila e tres asnos cargados. Yendo en derecho del aloçar[1], hallaronse con un almocadén(un capitán de tropa de pie),que decían Muça Barrach, que traía cincuenta peones. Cautivó a Gil Pérez e a Miguel. Los sobredichos llevólos a Rute, después a Pesquera e después a Granada. Llegaron allí el lunes. Metiéronlo en una cárcel muy honda. Yacieron  allí dos días. El miércoles, sacáronlos en  almoneda. Vendieron a Gil Pérez por dos doblas y media. Comprólo un moro que había de nombre Aben Bajar e otro Mahomat e otro que era corredor de hierros, que decían Bovat.
Metiéronlos en la cárcel. De día cavaban él y otros  en un parral. De noche, métenlos en la cárcel las gargantas en el cepo de madera e las manos en otro cepo Yacieron cinco semanas. E de noche les daban de comer pan de panizo tan poco que no les faltaban. Ellos, cada día, toda la vida rogaban a Dios e  a Santa María  e a Santo Domingo  que por la merced los sacasen de cautivo. En la era de mil.323 años, lunes ante de Ramos, siendo el mediodía, cavaban Gil Pérez e otro Martín en un parral, ellos cavando  vino un viento recio.
Parecióle que dijera una voz de hombre:
- Gil Pérez, véte por el camino por tierra de cristianos. Porque Dios te ha hecho merced e Santo Domingo e después de cuatro días, estarás en tierra de cristianos
Dijo en esto a Martín.
-Traenos, (tra


enos, atiende )   que Santo Domingo os conoció, porque nos dijo que nos fuésemos.
Dijo Martín.
-¿Cómo nos iremos, ya que aquí hay muchos moros que nos verán ir, además de este modo que nos guarda ? Si nos movemos, nos han de prender y, después, nos han de dar azotes.
Dijo Gil Pérez si quieres que nos vayamos, si no, yo me quiero ir.
Dejaron las azadas y comenzaron a andar. A pesar de que[2]los moros eran muchos y Mahoma que los guardaba, no le dijeron nada. Fuéronse y anduvieron toda noche. Amanescióle en la Vega de Granada. Llegaron a la Cabeza de Elvira. Durmieron un poco. Levantáronse. Hallaron un camino[3]  e arribaron a Aliiora (Illora), quando salía el sol.
Vino un moro arar, traía delante de sí una yunta de bueyes e a caballo con una yegua e traía un rocín acogido. Espantáronse las bestias de los cautivos e el moro no los vio. Ni les dijo nada.
Ellos, viniendo por un camino que venía de Granada a Alcalá de Abençaide, encontraron al rey de Granada que venía de Alcaudete a talar viñas con gran compañía.
Estos cautivos no se pudieron esconder.  Pues  no había lugar porque no había montes ni valles. Pasaron entre la hueste. Paráronse muchos ginetes mirándolos e no les dijeron nada. Se fue el rey con su compañía. Estos cautivos estaban cansados y posaron cerca de las viñas de Alcalá. Vino un moro que hazía leña y tenía  poca legada Dijolos el moro en algarabía[4].
-¿Qué hacéis aquí?
-Estamos cansados porque venimos con la veste[5] e queremos irnos.
El moro tomó un bordón que tenía Gil Pérez, atólo en su leña y llevolo y siguió su camino.
Los cautivos comenzaron a andar. Llegaron a Alcaudete,  e sacáronles allí los hierros Pedro Martínez, un caballero, con sus hombres. Llegó Gil Pérez a Santo Domingo a cinco días de mayo con sus hierros. 

Me he alargado, Gome, pero no podía ser para menos que conociéramos Alcalá, ciudad mora, sus gentes y sus tierras en poder de los musulmanes, pues con este fondo histórico el pasaje de la conquista de Alfonso XI se engrandece.
-Muchas gracias, don Juan.
Se marcha, pasa por la escalinata del altar mayor, alza las dos manes y reza un patrnoster qui in coelis, santificatum nomen tuum ..
 Mientras tanto, el cura se le iba  la mente en  los cautivos que no le había narrado y habían pasado por Alcalá.
    





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