ALCALÁ Y LOS MILAGROS DE SANTO DOMINGO
-Céntrese, don Juan, en los milagros acontecidos en Alcalá de Aben Zaide.
-Está claro que, en
este relato de pero Martín hay también
varias referencias sobre las tierras de Alcalá. Una Alcalá que pertenecía al
reino moro, flanqueada de territorios de la Orden de Calatrava, con unas tierras
plagadas de viñedos, habitada en su fortaleza, donde había personas que se
ocupaban de abastecerse para librarse de los fríos. Un lugar que era fundamental en la ruta entre el
reino de Jaén y Granada, porque pasaba un camino fundamental para las correrías
de los reyes granadinos cuando se adentraban en tierras castellanas.
-¿Por dónde?
-Los cautivos lo hacían por
varios recorridos. Primero, cuando los
cautivos eran liberados y pasaban por el
término,- en aquellos tiempos, del reino granadino-, en dirección al reino de Castilla para adentrarse en el monasterio de Silos,
tardaban, todo el día y la noche, en
atravesar el reino de Granada hasta llegar a nuestra tierra y aparecían cerca
de Jaén, por la dirección de las actuales Sierras de Jaén o por Alcalá,
Alcaudete y Martos.
-¿Cómo?
-Así lo expresan. “Anduvo toda la noche e la claridad
delante de él. Cuando amaneció estaban a tres leguas de Jaén. Y fue a la posada
donde solía posar”.
-¿Todos, por igual?
-Otros lograban “arribar a Otíñar castiello”, también muy
cerca de Jaén. Los habían, incluso, que
alcanzaban en su caminata hasta Pegalajar. Cazalla o, como Catalina de
Linares, cautiva de Muhamat, Aben
Mencal, hermano del rey de Granada que, junto con otras compañeras liberadas,
“quando amaneció, arribaron a Cabra,
castiello” .
-Pero, estos no pasaban por Alcalá.
-Calla, calla. El otro itinerario, se adentraba
por los montes alcalaínos. Por un relato del cautivo Juan de Martos, que,
acompañado de 37 peones, cayó en manos de Abu Yucef, sabemos que se encontraron
en lucha en una paraje llamado monte de Abençala, y que en el regreso y lo
condujeron a las tierras del rey moro, que estaba a siete leguas de
Torredonjimeno, aldea de Torredonjimeno, donde llegó el cautivo liberado.
En el
año 1225, Domingo Mínguez y otros ocho cautivos nos lo describían al salir del
cautiverio”siendo el mediodía, tomaron al
Mahomat, el moro que los guardaba. Y los echaron a un pozo y se dieron a
ir por las viñas. Hallaron muchos moros en el camino y ninguno les dijo nada.
Arribaron a Jaén” . Otro cautivo Fernando Pérez de Baeza, que se decía yerno de
María, pescadera baezana, tras unos
pleitos con sus señores moros por cuestiones de telas, sedas y cuchillos de
Pamplona, fue llevado a Granada, donde fue salvado por Sant Domingo en la
noche de un martes de primero de
agosto1323 y nos especifica un punto importante del itinerario, el límite de la
frontera y un momento histórico en el que Alcalá era musulmana y su villa del Castillo
cristiana con estas palabras “ en la noche arribó a Locubil Castiello (
Castillo de Locubín) de los frailes de
Calatrava sin embargo alguno”.Con una detallada descripción, nos
adentramos a tierras desde Granada a Jaén, en la versión siguiente de los
liberados Pedro de Tobarra, Juan Fernández de Hellín y Gilot.Salieron de su
cautiverio un domingo de abril de 1323 años:”por la puerta Elbira y ninguno le
dijo nada. Vinieron a un hablar y se escondieron (probablemente por Pinos),
tomaron grandes piedras, dieron a los hierros y quebráronse luego como si
fuesen de cera. Sacáronles de las piernas e començaron a andar yendo de lante
de ellos una gran claridad. Llegaron a un río muy grande ( Velillos) e no
osaban a pasar, estaban en gran cuita. Dijoles una voz. “¿Porqué dudáis pasar?
no tengáis miedo”. Metiéronse en el río. Pasaron en guisa que no le daba el
agua más hasta el tobillo. Después,
llegaron a otros dos ríos más grandes (
el de las Juntas, formado por Palancares y Velillos en el término de
Alcalá, y el de San Juan o Víboras).
Pasáronlo muy bien. Así como el primer día todavía la claridad iba con ellos.
Anduvieron así hasta el otro domingo. Y el lunes llegaron al Castillo que dicen
de Otiñar, que es a dos leguas de Jaén. Guiólos un hombre a Jaén”. Pero, no
siempre los cautivos se dirigían hacia Jaén, porque otras veces lo hacían a Priego como un tal Domingo Pérez de Jódar
que apareció dentro de un arca en
aquella villa que ‘era de los freyres de Calatrava”.
-No muy exacta la presencia por estas tierras.
-Te aseguro que hay varios
relatos que tienen precisas referencias
sobre Alcalá de Aben Zayde. Los
hay sin importancia en el relato, pero con signifcativos datos económicos. Pues,
mientras Alcaudete jugaba un papel importante en el comercio dentro de las
tierras cristianas de la frontera, Alcalá desempeñaba parecida función comercial en las granadinas. De ahí que no se
puede entender el milagro de Larios de Burgos que en una cabalgada contra el
reyezuelo de Rute cayó cautivo y fue vendido en almoneda en Alcalá de Aben
Zayde a un tal Bucar por 17 doblas y penó su castigo en Almuñecar.
-Quiero más precisión.
- Hay otro
importante por los datos
geográficos, que relata la liberación de un grupo de vecinos de Arcos que se habían liberado
del alcaide de Ronda, y, desde allí emprendieron la huida a través de los
montes hasta llegar a nuestras tierras. La distancia era de doce leguas , y, en
palabras del texto “Salieron e hallaron toda la Cárcel abierta e llana. La
puerta de la Casa abierta. E fueron a la puerta que dicen Biba Regen e hallaron
una carrera e anduvieron por ella hasta
la mañana. Todo el camino no los embargaban ( quiero deciros obstaculizaban o
paraban) a pesar de que traían los hierros ( maguer, en sus palabras,” hierros”
o sea los grillos) Quando fue el día arribaron a Alcalá, castillo de Jaén que
avía xii leguas e echaronse a dormir cerca de una carrera. Venía Martín
Domínguez, almocadén de Écija ( capitán) de Écija que traía presa de los moros
e bestias e despertó los e conosció a Johan e quebrantóles los hierros”.
-Detállame e ilustrame otro.
- Me voy a detener en el milagro de Gil Pérez de Soria. Te transcribo el
texto.
MILAGRO
DE GIL ´PEREZ, MORADOR DE BAENA, Y MARTÍN
En la era sobredicha, vino aquí ( se refería al
monasterio de Silos) Gil Pérez de Soria, morador en Baena en la colación de San
Pedro. Y dijo que, yendo de Castro a Baena, a donde llevaban pan él y otro mozo
Miguel. Llevaban una acémila e tres asnos cargados. Yendo en derecho del aloçar[1],
hallaronse con un almocadén(un capitán de tropa de pie),que decían Muça
Barrach, que traía cincuenta peones. Cautivó a Gil Pérez e a Miguel. Los
sobredichos llevólos a Rute, después a Pesquera e después a Granada. Llegaron
allí el lunes. Metiéronlo en una cárcel muy honda. Yacieron allí dos días. El miércoles, sacáronlos
en almoneda. Vendieron a Gil Pérez por
dos doblas y media. Comprólo un moro que había de nombre Aben Bajar e otro
Mahomat e otro que era corredor de hierros, que decían Bovat.
Metiéronlos en la cárcel. De día
cavaban él y otros en un parral. De
noche, métenlos en la cárcel las gargantas en el cepo de madera e las manos en
otro cepo Yacieron cinco semanas. E de noche les daban de comer pan de panizo
tan poco que no les faltaban. Ellos, cada día, toda la vida rogaban a Dios e a Santa María
e a Santo Domingo que por la
merced los sacasen de cautivo. En la era de mil.323 años, lunes ante de Ramos,
siendo el mediodía, cavaban Gil Pérez e otro Martín en un parral, ellos
cavando vino un viento recio.
Parecióle que dijera una voz de
hombre:
- Gil Pérez, véte por el camino
por tierra de cristianos. Porque Dios te ha hecho merced e Santo Domingo e
después de cuatro días, estarás en tierra de cristianos
Dijo en esto a Martín.
-Traenos, (tra
enos, atiende ) que Santo Domingo os conoció, porque nos dijo que nos fuésemos.
Dijo Martín.
-¿Cómo nos iremos, ya que aquí
hay muchos moros que nos verán ir, además de este modo que nos guarda ? Si nos
movemos, nos han de prender y, después, nos han de dar azotes.
Dijo Gil Pérez si quieres que
nos vayamos, si no, yo me quiero ir.
Dejaron las azadas y comenzaron
a andar. A pesar de que[2]los
moros eran muchos y Mahoma que los guardaba, no le dijeron nada. Fuéronse y
anduvieron toda noche. Amanescióle en la Vega de Granada. Llegaron a la Cabeza
de Elvira. Durmieron un poco. Levantáronse. Hallaron un camino[3] e arribaron a Aliiora (Illora), quando salía
el sol.
Vino un moro arar, traía delante
de sí una yunta de bueyes e a caballo con una yegua e traía un rocín acogido. Espantáronse
las bestias de los cautivos e el moro no los vio. Ni les dijo nada.
Ellos, viniendo por un camino que venía de
Granada a Alcalá de Abençaide, encontraron al rey de Granada que venía de
Alcaudete a talar viñas con gran compañía.
Estos cautivos no se pudieron
esconder. Pues no había lugar porque no había montes ni
valles. Pasaron entre la hueste. Paráronse muchos ginetes mirándolos e no les
dijeron nada. Se fue el rey con su compañía. Estos cautivos estaban cansados y
posaron cerca de las viñas de Alcalá. Vino un moro que hazía leña y tenía poca legada Dijolos el moro en algarabía[4].
-¿Qué hacéis aquí?
-Estamos cansados porque venimos
con la veste[5]
e queremos irnos.
El moro tomó un bordón que tenía
Gil Pérez, atólo en su leña y llevolo y siguió su camino.
Los cautivos comenzaron a andar.
Llegaron a Alcaudete, e sacáronles allí
los hierros Pedro Martínez, un caballero, con sus hombres. Llegó Gil Pérez a
Santo Domingo a cinco días de mayo con sus hierros.
Me he alargado, Gome, pero no
podía ser para menos que conociéramos Alcalá, ciudad mora, sus gentes y sus
tierras en poder de los musulmanes, pues con este fondo histórico el pasaje de
la conquista de Alfonso XI se engrandece.
-Muchas gracias, don Juan.
Se marcha, pasa por la escalinata del altar mayor, alza las dos manes y reza un patrnoster qui in coelis, santificatum nomen tuum ..
Mientras tanto, el cura se le iba la mente en los cautivos que no le había narrado y habían pasado por Alcalá.
-Muchas gracias, don Juan.
Se marcha, pasa por la escalinata del altar mayor, alza las dos manes y reza un patrnoster qui in coelis, santificatum nomen tuum ..
Mientras tanto, el cura se le iba la mente en los cautivos que no le había narrado y habían pasado por Alcalá.
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