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domingo, 7 de diciembre de 2014

DIARIO DEL RUTERO COQUETEANDO LA DEHESILLA

Con esto de haber llegado, al fin, el frío nos ha trastornado el desarrollo normal del senderismo ecocotumbrista. Un día de lluvia ya rompe el calendario y provoca cambios que , a veces, son difíciles de solucionar. Con el recuerdo de Córdoba, la suspensión de la ruta mozárabe por Tózar y Moclín ( ¡ y luego no llovió!) y la imposibilidad de concluir  la ruta del Califato  con la visita a de Espejo y Castro ( será una realidad en primavera), emprendimos muy diezmados por el frío, temporadas de aceituna y puente la ruta de circunvalación del cerro de la Dehesilla, o antigua Dehesa de los Caballos.
Tras pasar  por el camino y entorno de la Magdalena, el Coto -otro paraje antaño de propios y comunal como antiguo descansadero- por debajo del puente de la N 432 y la carretera provincial de Villalobos, llegamos a Fuente de Granada y explicamos-la fuente y los molinos de viento mecánicos de principios del siglo XX y por el antiguo camino de Málaga viramos hacia occidente en el primer cruce, marcado por una cruz, a las tierras de Solana de Alcalá la Real. En la parte baja de la ladera de la Dehesilla, acordamos el final del año senderista el 21 de diciembre en la casa  de Elisabet de la  Ribera Baja con una comida compartida con todos, pequeña marcha y audiovisual recordatorio de todas las rutas. Luego, pasamos por una cuadrilla que extendía los fardos a la orilla del camino y recordamos la zona adehesada de la Dehesa de la Hondonera y su repartimiento por motivos mercantilistas en tiempos de los reyes anteriores, describamos parcelas y suertes  y comentamos las tierras de viñedo que han desparecido en favor del olivar. Fernando, padre, tuvo que hacer de sancristóbal con su niño ya desde el principio de la caminata. Pensamos que la impedimenta se asemejaba a la carga de un soldado romano en su itinerario militar. En la casa del Fantasma, disipamos los miedos temerosos de  dudas de brujas y fantasmas rurales para convertirlos en hombres de carne y hueso con fines amorosos.María Luisa logró jugar con Fernandito y , qué mchote, soportó la mitad del itinerario.
Y tras una pequeña bajada, llegamos al camino pecuario del Rosalejo . Con sol espléndido que invitaba a la marcha pasamos por zona cerealista, alguna que otra casa de campos y aperos, junto a un arroyo. Lamentamos los viejos cortijos del Rosalejo y el pasado romano de villa y alquería. Un caqui nos recuerda los árboles  con adornos de navidad . Presenciamos el final de la faena de  tajo de la aceituna y nos ofrecemos a trabajar con ellos, aunque era ya tarde.
Tras pasar la carretera vieja de la Pedriza , llegamos a la carretera autonómica de Montefrío, un poco más abajo del Puente Mané, y tras un centenar de pasos la bordeamos por el antiguo camino del Cañuelo que huele a zarzal y tiene nostalgia del antiguo zumacal junto los derredores de la fuente de Martín de Bolívar. Fernandito resistía rompiendo las aguas congeladas de los charcos, ubn buen deporte.  Luego cruzamos la carretera y nos adentramos por el mismo camino hasta la Cruz de la Sardina, un recuerdo a mi amigo Juan que la mantuvo muchos años, y  rodeando el Polideportivo Municipal alcanzamos el Llano de las Aves Frías. Punto final con unas cervezas con el matrimonio Linares-Azaustre y Frenando del Pino. Feliz Navidad le deseamos, porque los aires malagueños alegrarán con su suave brisa en los próximos domingos.
















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