Según
el legajo 4631 y en su folio 331 del Archivo Histórico Provincial de
Jaén, en 1619 se realizó un retablo en
la capilla de la Virgen de Guadalupe. Y su
puntura correspondió a Pedro Cobo
Blázquez, pintor enraizado con Priego y que vivió en Alcalá. El segundo decenio del siglo XVII, intervenía
en la hechura de un Cristo para la
Cofradía del Dulce Nombre de Jesús del convento del Rosario. En el año 1621, el
cabildo lo contrató para la pintura del túmulo que se realizó con motivo de la
muerte de Felipe III. Una de sus obras
más importantes fue la pintura del retablo de la capilla de la cofradía de las
Ánimas del convento de San Francisco[1],
contratada por el hermano mayor Francisco de Arjona en 1623. Se conservaron las medidas del hueco
anterior y las medidas del retablo viejo
con las propias imágenes y figuras, pintado al óleo y dorado en lienzo,
costando 24 ducados. Estaba relacionado con los carpinteros alcalaínos, a los
que ejecutaba las pinturas de los cuadros que vendían a los particulares o a los retablos que ejecutaban. En 1620, llevó a cabo un encargo de nada menos de
nueve cuadros, contratados por el carpintero Gaspar Palomino, cuyo destino no
hemos podido reconocer. Su valor
alcanzaba trescientos reales, atendiendo al valor y compra de nuebe cuadros de imaxenes de santos guarnecidos con
sus vastidores, pintados y dorados[2]
Por
estos años treinta la llegada de ensambladores, y retablistas procedentes
de otras ciudades. De Granada Juan de
Alfaro contrató en 1631 retablo de san Juan en el convento de
Consolación por valor de ochenta ducados[3]
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