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lunes, 15 de agosto de 2016

SOBRE LA FIESTA DE LAS MERCEDES

Decían las tablas de fiestas de la ciudad para el mes de Agosto:
Agosto: El día quince se asiste a la función de iglesia de la mañana y por la tarde a la procesión "por ser patrona y que en este día se acabó de ganar de moro el barrio de la Mota, y después ai salve en las casas de Cabildo a costa de los Propios".

Sin embargo el calendario festivo se completaba con el religioso, recogido en las Constituciones del Abad Moya son las siguientes:

Agosto:

El día cuatro la fiesta de Santo Domingo en la ciudad, el seis la Transfiguración del Señor, el día diez San Lorenzo mártir, el día quince la Asunción de Nuestra Señora y el veinticuatro san Bartolomé apóstol.

En estos días se obligaba a la asistencia de misa y a la observancia del precepto de no trabajar, se cerraban todo tipo de comercio y trabajo artesanal y las tabernas y mesones no se podían abrir hasta la salida de la misa de la Iglesia Mayor. Tan sólo se permitía que en algunos lugares se pudiera traficar el comercio, relacionado con los molinos por estar apartados de los núcleos de población.1 En el año 1754, se recibió una prohibición real en la que se impedía trabajar los días de fiesta.A mediados del siglo XIX, tuvo lugar la reducción de fiestas establecidas por un concierto entre el ayuntamiento y el cabildo eclesiástico. Tan sólo, la festividad del Corpus, el de Santo Domingo de Silos, San Blas y la de Virgen de las Mercedes se salvarán del amplio repertorio.


Con frecuencia hay una interrelación de la vida civil y eclesiástica de tal manera que en todos los cabildos- los ordinarios de los martes y viernes y todos los extraordinarios, otras veces viernes y lunes - decía misa el capellán " por el sufragio de las almas benditas , por la felicidad de las armas católicas del rey nuestro señor que Dios guarde y el acierto de la ciudad en sus ayuntamientos y fuera de ellos".1 Por eso es comprensible que el nombramiento, el pago de la capellanía y todo lo relacionado con la liturgia de ella se intensifiquen en estos siglos. Así se renueva continuamente los ornamentos de la cárcel y del oratorio y en el año 1730, se adquieren todos los ornamentos del cabildo ( cortinaje verde, varas y manillas, esteros de sala y antesala) y los objetos sagrados de la Capilla del Cabildo, que aparece recogida en las actas capitulares2. A partir de este siglos, son frecuentes los actos religiosos ligados con la patrona de Alcalá, la Virgen de las Mercedes, a la que le colocan una imagen en el propio oratorio de las Casas Capitulares y le rezan una salve con motivo de su fiesta.
El final del siglo XVII, con motivo de la Novísima Recopilación, el purismo introducido con la Ilustración y el rigorismo de los nuevos abades, sobre todo, Mendoza y Gatica y Palomino López de Lerena, va a suponer un fuerte retroceso en el costumbrismo festivo y en la desaparición de importantes hermandades y cofradías que son las que configuraban en su mayor parte la parte festiva. En el año 1829, la situación nos la expone el cabildo del diez de marzo cuando dice:
que se suspendan todas las cofradías que hay en esta ciudad sin Real aprobación, quedando sólo las dos sacramentales, las dos de Ánimas y la de Jesús Nazareno por la Real Cédula que la instituyó, y , creando a veneficio de los Expósitos, una nueva bajo el título de los Desamparados, a las quales únicamente se les permita sin prestarles comunicados a los interventores con la multa de cien ducados o la que sea del real agrado a beneficio de los mismos.
Además, a esto hay que añadir un principio de siglo del siglo XIX bastante convulsivo y nefasto para los elementos festivos, religiosos y culturales, en el que sobresalen la guerra contra los franceses, el nuevo espíritu de la Constitución del 1812, las calamidades, entre ellas, diversos años de sequía, peste y de terremotos, y los continuos movimientos políticos( guerras civiles y levantamientos militares) que no coadyuvan a favorecer ni implantar nuevos movimientos festivos. Una savia renovadora se introduce en la Iglesia local con el nacimiento de la Casa de Misericordia, que agrupará todos los bienes de las hermandades, fundaciones, bienes, censos y otros elementos de las manos muertas, provocando un gran decaimiento de la actividad festiva.

Un factor muy importante, digno de comentar, es el nuevo desarrollo urbanístico que se desarrolla en la ciudad con el traslado de la vida social desde el recinto fortificado de la Mota hasta el nuevo emplazamiento del LLanillo. Esto obligará a que los nuevos edificios públicos y religiosos se adecenten y se tracen con una planificación racional y abierta, distinta a la anterior que era estrecha, zigzaguante y medieval, fruto de un período anterior, donde las manifestaciones públicas no era su planteamiento previo de diseño. La nueva plaza de las Casas Consistoriales será un espacio abierto, donde se puedan desarrollar las ceremonias solemnes de las fiestas tradicionales, como el Corpus, o la extraordinarias de las proclamaciones de los reyes. Las iglesias y los conventos presentarán unos espacios amplios que les permita el trasiego de personas y la recepción de aglomeraciones. Claro ejemplo de ello, son las iglesias de la Angustias, de San Antón, o el Palacio Abacial. Fruto de una evolución y transformación hacia los nuevos tiempos, son los antiguos conventos que tratarán de evitar y librarse de posibles impedimentos y mostrar unas portadas abiertas, donde se exhiban sus santos, como sucedió en el Convento del Rosario, Consolación, Trinitarias, San Juan, Dominicas, san Francisco y Capuchinos. El compás será el nuevo término que desarrolla esta nueva visión urbana a la entrada de los conventos, sobre todo en los de Consolación y san Francisco,; la propia ciudad contribuye con sus medidas de cesión de terrenos para que se establezca este espacio abierto distinto a la antigua aglomeración y adosamiento de casas, tiendas y otros edificios en las inmediaciones de la iglesia Mayor de la Mota.

II








En el siglo XVI y XVII, existía una estrecha ligazón entre la fiesta de la Asunción, la celebración de la toma de Alcalá la Real y el nacimiento del culto a María en la advocación de las Mercedes. Es cierto que se extendió la difusión y aumento, en torno al segundo decenio del siglo XVII, en concreto, de todo lo relacionado con la hermandad, los enseres, las donaciones de fincas, las memorias y otros elementos derivados de la gran repercusión que la Virgen de las Mercedes debió tener por estos años. Curiosamente, al principio, no debió desligarse la organización de la fiesta entre los dos cabildos, el eclesiástico y el civil. Así recientemente hemos podido encontrar los primeros organizadores y los elementos de la fiesta de la Virgen de las Mercedes en el año 1616. Fueron los regidores comisionados para ella don Juan de Aranda Figueroa y don Luis Alfonso de Aranda. Se gastó una cantidad de doscientos reales. Las actividades profanas consistieron en
invenciones de fuego y luminarias y cosas de regocijo.
La función religiosa corrió a cargo del cabildo eclesiástico, que recibía protocolariamente en aquel día a los munícipes en la función de la Iglesia Mayor.1Por la tarde se celebraba la procesión general por los alrededores de la Mota. Y, en muchas ocasiones, se acompañaban de escenificación de obras de teatro.
Posteriormente, con el paso del tiempo, el mayordomo y administrador de la capilla se encargaron de la administración de la fiesta y se convirtió en una fiesta puramente religiosa. En concreto, el 1617, ya aparece el beneficiado y licenciado Alonso Méndez , como mayordom, y constituida la hermanad en forma de esclavitud. Así lo refieren losg gastos de libranzas del año 1617:
Item se baxan dos cent reales que dio e pagó al licenciado Alonso Méndez, mayordomo de la Escalvitud de Nuestra Señora dse las Mercedes para la fiesta que se hiço de la Asunción de nuestra Señora, exivió el acuerdo del veinticuatro de julio de 1617 en la carta de pago”2
No obstante en el siglo XVIII, se acrecentó la relación entre los dos cabildos y se va a instaurar la costumbre del rezo de una salve en la Capilla de las Casas Capitulares. Aunque variaba el día de su celebración, poco a poco solía realizarse el mismo quince de agosto interviniendo una capilla de música, que rezaba una salve, a la que acudían los beneficiados.3 Para ello , en el oratorio se colocaba su imagen donde se rendían los cultos.4 Esta celebración tenía lugar por la tarde del día de la Asunción.5 No escatimaba esfuerzos el ayuntamiento en mantener el patronazgo y en el año 1752, con motivo de un buleto de licencia para celebrar los cultos, se arreglaba el altar y se adquiría un velo de damasco carmesí par la imagen.6 Curiosamente, si nos trasladáramos al siglo XIX, en el año 1841, el culto de la Virgen de las Mercedes no habría cambiado salvo en pequeños detalles de poca importancia. En el mes de febrero, se encargaba de la fiesta de la Presentación del Niño en el Templo, o La Candelaria, costeando la torta y los pichones. A lo largo del año, se cantaban misas, salves, en su honor, el día de la Víspera se mantenían los fuegos y, así, a pesar de que se encontraba en la Iglesia de la Veracruz, allí se festejó en la noche de la Víspera, ya que era una tradición el traslado de la imagen a esta iglesia para realizar rogativas. La capilla de Música de Florencio de Alba amenizaba la velada de este día, donde la gente bailaba en los alrededores de la iglesia. También lo hacía en el resto de la de las funciones de Iglesia, misa, aguinaldos y salves del sábado. Sin embargo el rezo diario del Rosario se acompañaba del coro de Fernando Bolívar. A esto hay que añadir, también, otros pequeños gastos de las actividades de la cofradía, que curiosamente era administrada por el cura Enrique Díaz. Otro día señalado era la Octava de la fiesta junto con el novenario en el que repicaban Consolación y la Mota.
Los ingresos para afrontar todos estos actos consistían en las limosnas de los fieles tanto en dinero como en especie( cera, trigo y cebada, sobre todo, sin olvidar animales como el cerdo, chotos, corderos, gallinas e, incluso, patos) recogidas por el campo y en la ciudad. La lámpara de aceite de la Señora no se apagaba durante todos los días del año, que eran costeada por distintos devotos. Solía alquilar una casa en la calle Caridad que le servía de granero donde se almacenaba el trigo para venderlo. Las estampas se encargaban en Granada y eran otra fuente de ingresos. En aquel tiempo, se pagaba el cuidado de las imágenes y tronos y los costaleros de la Virgen, como se mantuvo hasta cierto tiempo. En este año 1841 se celebró una especial rogativa y la cera se mantuvo desde abril hasta agosto en la Iglesia de la Veracruz 7.También en los años posteriores, abundan los datos de rogativas en las distintas epidemias, períodos de sequía o terremotos entre las que destaca la de 1885.
En esta doble línea de patronazgo y rogativa, se mantuvo el culto de la Virgen de las Mercedes durante los siglos XVIII, XIX, y XX, permaneciendo casi como única patrona y única mediadora en las rogativas, aunque a veces lo compartiera con Santa Ana, Jesús Nazareno, Santo Domingo de Silos, el Cristo de la Salud, San Blas y San Roque.
El quince de Agosto va a delimitar el período festivo y no es extraño que se celebraran corridas de toros y las compañías de Teatro acudieran por esta fecha a representar sus obras de teatro. Claro ejemplo fue el año 1729, la propia ciudad le concedió licencia a la Compañía de Comedias del granadino Juan de Ordóñez8.

El declive del teatro y los toros con Carlos III va a suponer un gran detrimento de las actividades lúdicas que ya no se reavivaron hasta el siglo pasado y se mantuvieron hasta el presente.

1 AMAR. Libro de libranzas desde el 1606. Libranza del veintiocho de agosto del año 1606.
2 AMAR.Legajo 190. Pieza 1. A
3 AMAR. Acta del cabildo del seis de septiembre de 1742. Es la libranza de treinta reales que importaron dichos gastos. Por la libranza del veinticinco de julio del 1749 aumentaron a cuarenta y cuatro reales.
4 AMAR. Libranza del dieciséis de agosto de 1743.
5 AMAR. Acta del cabildo del tres de agosto del 1753,
6 AMAR. Acta del cabildo del siete de abril de 1752.
7 AMAR. Cuentas de la administración de Enrique Díaz en el culto de la Virgen de las Mercedes.
8 AMAR. Acta del cabildo del dieciocho de julio de 1729.

1 AMAR. Cabildos de suertes del 30 de diciembre de 1718.
2 AMAR. Cabildos de abril de 1730 y doce de a septiembre de 1729. Es interesante resumir las piezas inventariadas del oratorio y de la capilla: cruz de plata, Evangelio de san Juan de plata, cáliz de plata , una patena, dos bujías de plata, un atril de plata, platilla de vinajeras, vinajeras, una campanilla, todas ellas con la llave y las armas de esta ciudad, además de las mazas de martillo para los maceros y dos tarjetas de plata con sus cadenas para los porteros con las armas y llave de la ciudad, un misal nuevo dorado por las orillas, el pendón real que la ciudad saca en las funciones con las Armas Reales a una parte y en otra parte las de la ciudad de castillos y leones con flueque de seda y rojo carmesí, tres sobremesas de damasco, una badana para bufete de los escribanos, dos ropas de porteros de damasco y vueltas de terciopelo carmesí y galoneado de oro fino, dos gorras para dichos porteros, dos bufetes de nogal, una casulla de nobleza encarnada, con sus corporales, manípulos forrado en tafetán caarmesí y bordado en plata, un amito, dos albas de lienzo, de encajes y mangas, dos cíngulos de Colonia encarnada, otro amito, otra alba, dos purificadores, manteles y cornualtares, en la cárcel un ara de piedra de alabastro, dos nuevos manteles, dos candelabros, una cruz de plata, un frontal, un cáliz de plata, una patena, un paño de cáliz, y una patena.

1 AMAR. Libro de Ordenanzas de 1760 y Capitulaciones Sinodales del abad Pedro de Moya.

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