SEGUNDA PARTE DE MURES Y LAS TIERRAS DE LA CARTUJA.
Deseando felices fiestas en honor de San Roque, cortamos el año pasado de
2015 el momento en el que los frailes de la Cartuja comenzaron a ocupar las tierras en el entorno de Mures, allá por el tercer decenio
del siglo XVI. Vamos a partir de un
pequeño plano de dos siglos y medio posterior para explicar la evolución de
este territorio.
Por este tiempo se presentaba en las
tierras del partido de campo de Mures
como núcleo central la gran dehesa que lindaba con diversos elementos naturales
conformando un rectángulos perfecto.
Además de las orientaciones que ofrecen dos direcciones hacia el sur
incompatibles, porque uno debe ser la norte y otra la del sur o mediodía, el camino de Iznalloz cerraba al mal denominado sur, el norte del
término, y se describía con un amplio camino carretero, ya
que desde aquí se conectaba con las estafetas de la zona de Granada en los
siglos anteriores; el puente sobre el río de las Riberas atravesaba al río ( en
otras ocasiones de tiempos de frontera, denominado de Huéscar o Guéscar;
con frecuencia de las Riberas aludiendo a su paso por estos partidos de campo; y más reciente de Frailes
o Velillos, incluso al llegar a las tierras granadinas); en el mapa se
distingue el camino de Iznalloz con otro más amplio de uso
pecuario denominado Colada Alta, que se atraviesa con un puente sobre el río
mencionado; y proviene del cortijo del Río. Esta zona denominada actualmente como
Vegas de Paz ofrecía la ferocidad de las tierras de riego y alamedas y el
encanto o embrujo de muchas leyendas de
brujas.
Entre el río y la presa, la colada abajo se extendía una gran dehesa
que solía arrendar el cabildo municipal de Alcalá la Real para sacar dinero de sus
frutos, principalmente de la bellota como alimento del ganado, sobre todo de
cerdo.
Cerca del puente del río.
a unos cuantos metros se levantaba una Venta ( que en el siglo XVIII
denominaron de Callava por el nombre de su propietario) , era una
mansión de dos pisos con puerta de arco de medio punto y dos ventanas dinteladas en su fachada, que correspondían a
la vivienda de los transeúntes. Hasta llegar las tierras linderas con el arroyo
de Frailes no se ofrece sino un paisaje casi desértico , de monte bajo
mediterráneo y en la parte orientada hacia el río algunos chaparros, fresnos y
quejigos. Confluye al final del camino por estas tierras con el camino que
proviene del don Pedro, en honor de don Pedro Pineda , que pasó de las manos de
los Pinedas a los Arandas en tiempos de los Reyes Católicos. A la derecha de esta tierra, se encuentran
las tierras de Mures sin roturar. si nos adentramos en los tiempos del
emperador Carlos V, esta zona tuvo que ser repartida en varias parcelas o
suertes.
El susodicho río parte las tierras entre la dehesa y las que
lindan con el arroyo del Salogral, se describen como tierras de la labor, salvo
las parte de monte bajo; la vegetación
es más variada. Al sur la ciudad recibió un cortijo denominado Medianil a
mediados del siglo XVI. Gran parte de esta zona fue comprada por loa monjes de la Cartuja en 12 de septiembre
de 1557 siendo prior Fray Alonso y con el dinero destinado a la limosna de los
pobres como ordenaba el legado testamentario del licenciado Cuenca . Era una
tierra de 90 fanegas , en su mayoría de tierra calma que pertenecía a Alonso de Alva y su mujer, y se pagaron 191.273 maravedíes por su
adquisición. Un año después de Miguel Sánchez de Arjona, le vendió al monasterio
al mismo prior, una tierra denominada
Raso de los Azores, en la cantidad 17 fanegas y medio celemín por precio de
52.500 maravedíes. Este lugar hace referencia a un lugar de este entorno llano,
donde predominaba este animal cercano al halcón y gavilán. Pero , siendo prior
don Bernardo de Castro en 1574, en una operación de compraventta con el labrador alcaláino Martín Ruiz Nieto,
a quien se e compraron unas hazas en la
senda del Caballo, y otra que estaba
hipotecada en el mojón de la Parrilla por el convento
de la Trinidad
de Alcalá la Real ,
fue vendido el Cortijo del Salogral
, y el monasterio de la Cartuja tuvo que
recompensar al legado de los pobres del licenciado Cuenca con la misma
cantidad.
MEDIODÍA
Esta es la parte que se dirige al Sur y se
completa por una gran extensión de tierra, que era propiedad privada, ya de los
antiguos caballeros o comprada por los cartujos ( actualmente desamortizada y
propiedad particular). Forma un ángulo
recto cuyo vértice era el Molino de las Juntas , empezando por el actual paraje
de la Media Luna
y sus lados los brazos del río y del camino de don Pedro que la cerraba
por el poniente.
La presa fue una
construcción que data más allá de tiempos de la conquista y controlaba las aguas
del río ,mediante un caz que conducía las aguas al molino de la Juntas para almacenarse en
el cubo del molino y mover las piedras de la molienda .
Este era una casa, de
grandes dimensiones con dos plantas, la primera con un corredor de tres arcos
para entrada de los animales con la carga de trigo para convertirla en harina y
una segunda planta con los artilugios y aperos de la maquinaria, el alero se
corona con una cruz de la portada de la casa, que es de arco de medio punto,
contrasta la primera planta con la
segunda, el dintel y el mediopunto. Cercano a este paraje se encontraba
el cortijo de Valenzuela, cuyos propietarios tuvieron que afrontar varios
pleitos con el municipio alcalaíno por invadir terrenos de propios.
Por esta zona y el mediodía , sobre todo ya en la provincia de Granada, los
cartujos abundaron en la compraventa de
tierras. Pero pasaron de la adquisición de grandes cortijos de los primeros
tiempos a minifundios, correspondientes a las repartidas a peones y caballeros.
Fueron , en total, 63 peonías y dos
caballerías, que alcanzaban la cifra de 277.09 Has, incluyendo las linderas con
los municipios de Granada, Montefrío e Íllora. La razón no era otra sino
redondear los cortijos anteriormente adquiridos. Aunque era de tierras granadinas
pero por su relación con algunos parajes de las tierras Mures, claro ejemplo
fue, en 13 de agosto de 1526, la adquisición del convento cartujano de seis
fanegas de tierra, roza y monte en el pago de la Fresneda de Acequia,
perteneciente a Gonzalo de Aguilar, porque
eran tierras que eran necesarias para evitar conflictos con los
propietarios circundantes, tanto de los términos de Granada como los
propietarios de los cortijos alcalaínos, en este caso de Lucas Gutiérrez y el
propio de Acequia de la Cartuja. Con
el amojonamiento de las tierras , se iniciaba una vida en paz entre nuevos y antiguos propietarios.
Como es lógico, no nos
vamos a detener a las tierras cercanas de Moclín o de la Ermita Nueva actual,
pero podemos distinguir varios tipos de compraventa, que nos ilustran con un
paisaje mediterráneo que vamos a resaltar:
-Compra de grandes cortijos. este es el caso de
las tierras de Melera en tiempos del segundo mandato del rector Juan de
Salazar. La operación y documentación de
la adquisición del cortijo muestra la historia de unas tierras, que fueron concedidas por lso
Reyes Católicos a los conquistadores que le acompañaron para terminar con el
reino de Granada. En este caso, el propio rey Fernando hizo merced de sus 300 fanegas al caballero Benavides por sus actos de valentía, y este
las traspasó al licenciado Alonso
Sánchez de Cuenca por varias escrituras
notarial de 1526 y 1527. El cortijo,
que se componía de casa, tierras y monte
en torno al paraje de Melera, fue adquirido por la cantidad 30.600
maravedíes. Un año después la tomaron y amojonaron los cartujos y se sirvieron
de los servicios del medidor alcalaíno Juan de Ibáñez, gran conocedor de estas
tierras, pero ante la presencia de los alguaciles granadinos Hernando el Zegrí y Andrés de Coello. Las
tierras eran linderas con las concedidas po rlos reyes anteriores a los
conquistadores alcalaínos, en esta ocasión a las del cortijo del alcalaíno Francisco de Aranda. Los quejigos, las encinas y los
fresnos de los cerros servían para
marcar el amojonamiento con cruces incisas en los troncos, pero, cuando lo
requería el terreno, se colocaban montones de piedras en forma de triánguelo.
Este cortijo ofrecía un perímetro y
flora, que comenzaba desde el cerro
Bermejo y acababa con las tierras junto
a al río Moclín , que estaba junto al tierras del monasterio y la ladera de la Salvia , que era mojonera de
Alcalá y Granada, Este paraje destacaban
varios cortijos de grandes extensiones, situados entre arroyos y cerros, con
una torre vigía de comunicación en cerro de la Melera. El arbolado es quejigo
y encinar, y en el monte bajo suele
existir cambroneras. Hay zonas algunas
lacustres.
-La mayoría de las tierras
que compran a partir de 1528 los frailes
cartujos fueron peonías, que hace referencia a las porciones
de tierra que, después de conquistado un país, solía asignarse a cada soldado
de a pie para que se estableciese en él. Suelen rondar la extensión de seis
fanegas y media. y su precio rondada entre 442 y 750 y 1.125 maravedíes, se componía el terreno de
monte, roza, y tierra de sembradura y de
hortaliza junto al río. La mayoría de
las tierras se encontraban en el paraje, cabezada y camino de Almaguel, término árabe que se
refiere a al-magid, en castellano canal de riego, que en torno al río de
Frailes, Moclín o Velillos, junto al camino del Moclín, también por aquellos parajes y el camino que
se dirigen al Moralejo a través de los caminos nuevo y viejo y , por otra parte
, desembocaban en los altos de Malabrigo. Se compraron a Antón López Relimpio,
a las viudas ( Ana Fernández, Beatriz de Haro, Elvira Sánchez de Torres, Inés
Martínez, Juana Díaz, Mari Grande, Constanza Rodríguez., Quiteria López, Magdalena
García, ), Martín Sánchez, Martín Sánchez de Sososalvos, , Bartolomé
Sánchez Palmero, Juan de Contreras, Juan Ruiz de Gil Fernández, Luis Y Diego
González de Jaén. Benito López de Córdoba,
Alonso González de Aviles , Bartolomé González de Montemolín, Batolomé Jiménez
de Huelte, Antón Hernández de Huelte , Francisco Fernández Calzado, Pedro
Jiménez de Vacas y a los vecinos del
Castillo ( el alcalde Martín Sánchez Izquierdo, Juan Gil, Domingo Galán,
Barolomé Hernández del Postigo, Gonzalo García Soto, Alonso Hernández). Estas
tierras fueron repartidas por el emperador Carlos V siendo corregidor Francisco
de Alarcón por la cuadrilla de Gonzalo López de Baena.
. Entre los oficios de los vendedores y
propietarios se encuentran madereros, carpintero, ventero, alcalde, un santero,
militares ( caballero y ballestero) ; sus apellidos muestran el lugar de origen:
Jaén, Linares, San Millán de la
Cogolla , Sotos Albos, Granada, Córdoba, Bedmar, Avilés, Jaén que se habían avecindado en
Alcalá la Real.
-Pero en 1529
el fraile Pedro de Arévalo compró el punto más importante de esta zona,
para su abastecimiento, el molino de las Juntas, que era propiedad del
alcaide y regidor don Juan de Aranda y
Beatriz Serrana. Se componía de una casa tejada y un pedazo de tierras de riego
adquirida por los hidalgos alcaláinos de Luís González Hormicedo, linderas con
el río de las Juntas y arroyo de Mures,
y el camino que de Alcalá a Moclín. Por este lugar se repartían varias
peonías a otros vecinos de Alcalá Felipe Sánchez y los hijos de Jordán.,
En los años
treinta del siglo XVI , se compraron tierras a Juan López de Monturque en las
Juntas, que curiosamente lindaba con el arroyo de la Fuente del Rey ( así
llamaban al Palancares) y las covezuelas de Juan Luque; y a Bartolomé López
Montijano nada menos que 20 peonías de tierra y monte a descabezar en las
Juntas, que alindaban con tierras de
Gonzalo López arroyo de Palancares y a descabezar el cerro de Malabrigo en 1531, en 1539 compraron en Almaguel, a
Miguel Fernández de Figueras y Pedro Gómez de Moya. . Ya avanzado el siglo la de
Pedro García Canalejo en 1545.
Y por 1558, se llevaron a cabo varias compras en torno a
las propiedades de la familia Tudela, que eran vecinos de Alcalá y algunos se
avecindaron en tierras granadinas de Albolote. Es interesante el documento de
compraventa , porque nos ilustra del nombre y de algunos aspectos relacionados
con esta familia que solo quedado el nombre de La Fuente Tudela. Poseían un
cortijo con el nombre de los Tudela, que superaba las cien y estaba concentrado
en torno a Malabrigo y Cabeza de los Ginetes y un lugar denominado la Cueva de Juan Luque.
Se vendieron en varias cartas en 1558,
y n propietarios los herederos de
los primeros Tudela. Eb concreto, con la cantidad de tierra vendida, lugar y propietarios fueron los
siguientes: 5 fanegas de Martín López de
Medina y Catalina López en la parte de la Cabeza de los Ginetes; 8 fanegas y celemín de
Pedro y Francisco Tudela en el sitio de Malabrigo; cuatrola Cabeza de los Ginetes; otras diez fanegas de
Francisco de Tudela en la
Cabeza de los Ginetes; otro de 31 fanegas de Francisco
Gallardo y María Tudela, cinco fanegas de Pedro de Mena en ka Cueva de Juan
Luque. En 1562 compraron a la viuda Isabel Fernández en este mismo paraje otras
catorce fanegas de tierra y tres
celemines, con lo que redondeaban todos los terrenos . También redondearon algunas tierras de Almaguel con la compra de
10 fanegas de los hermanos Alonso y Hernán López Jordán , vecinos del Castillo
de locubín.
fanegas y cuatro celemines de Ortega García y Mayor de Medina en
En 1575, se llevó a cabo la remedida de todos los
cortijos para llevar a cabo una operación de nuevos arrendamientos y , por esta
parte del mediodía y poniente, sin
anotar los cortijos del partido de campo de Ermita Nueva, se formaron
estas grandes extensiones de tierra y cortijos como propiedad de la Cartuja : el cortijo del
Moralejo de 221 fanega y nueve celemines y
ocho de monte; el cortijo de Almaguer ( Garcihambre ?) de 140 fanegas, y
13 de monte; cortijo de Tudela, 118 fanegas sin monte; cortijo de Santa María
de 160 fanegas, y 16 de monte; , cortijo de las Juntas de 310 fanegas y 30 fr monte.
.....
Con la desamortización de
Mendizabal pasaron a manos de los labradores que administraban estas tierras y
a otros propietarios.
ORIENTE
Este mapa, al estar centrado en la dehesa de Mures, deja fuera muchas tierras que dieron lugar al entorno de la actual Mures. Tan sólo insinua que las tierras venían atravesadas, en los siglos pasados hasta el siglo XVIII, por el camino de don Pedro, que, a su vez, servía de lindero con la dehesa mureña. Debido al repartimiento del rey Carlos III y con motivo de las roturaciones de tierras concedidas a muchos campesinos a finales de este siglo y XVIII, se produjo un gran desarrollo rural y de asentamiento disperso. En primer lugar surgieron otros caminos que comunicaron con el Molino de las Juntas y el núcleo urbano de Mures; en torno al cauce se abrió un camino que fue habitado por casillas de nuevos colonos; otro camino se dirió y se mantiene con dirección al Coto y cortijos de Tudela y Alcaide; se abrió el camino desde
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