DON JUAN DE GUEDEJA VALENZUELA
De su tierra natal había dejado todo. Sus padres eran Juan Guedeja y Bernardina de Valenzuela; él de Alcaraz, hijo de un padre bastardo, y ella de San Clemente. Tenía posesiones de censos en Alcaraz , Aína, Lecuza, como demuestra un poder a su alguacil mayor Juan Martínez de Torres en 1592.
En el año 1574, se había presentado en Alcalá como depositario del Consejo para que se le pagaran a los frailes de la Merced de Granada los donativos recogidos de mercedes y obras pías para la redención de cautivos ([2]). En 1584, escalaba nuevos puestos pues ostentaba el cargo de criado de Felipe II. En el 28 de noviembre de 1589 se recibió en Alcalá la
carta por la que se le había
nombrado corregidor de la ciudad y se refería como caballero
principal. El 13 de enero de 1590 se incorporó al corregimiento
nombrando en Alcalá como alcalde mayor al Licenciado Cortecededo de la Isla. Su alguacil mayor
fue Juan de Toro y Bartolomé Díaz de Ceballos. En el 18 de enero de 1591 se
prorrogó el corregimiento por Felipe II
En Loja, nombró por alcalde mayor al licenciado Jerónimo de Cuenca
Sarmiento casado con María de la
Vega , sustituido al morir en 21 de octubre de 1591 por
Antonio de Montiel [1],
y por teniente de corregidor al
licenciado Antonio de Piedrola, que había sido alcalde mayor de Alhama de Granada. Por el mes de abril del año siguiente, el
cabildo municipal solicitaba de nuevo la prórroga de su mandato.
. La usurpación de
tierras también había sido intensa por las tierras linderas al camino de
Frailes y Romera ([3]),
entre los implicados se encontraban las nuevas clases artesanas como el platero
Miguel :Pérez. El especiero Alonso de Aguilar o Bartolomé Ruiz de la Higuera.
El juez comisionado
Alonso López de Obregón trató de
arreglar todos los desafueros de tierras roturadas en abrevaderos, cañadas y
dehesas otorgando en el 1590 gran cantidad de tierras. Alguacil mayor Diego de
Alanís. Alcalde Mayor Licenciado Cortecedo de la Isla.
En su tiempo se culmina el asunto de la roturación de tierras, cuando en el año
1589, el fiscal del Reino, Baltasar de
Ledesma interpuso varios pleitos de denuncias de roturación e invasión de
tierras realengas en Alcalá la
Real y el Castillo, en sitios como:
-Cerro del Acebuchar
-Salinas
-Arroyo del Palomar
-Arroyo los Porteruelos
Para ello, dictó una provisión real el rey Felipe II, firmada por
Juan Vázquez Salazar dirigida al juez don Alonso López de Obregón ([4]), a quien se el había
encargado de perpetuar las tierras realengas rotas en la ciudad de Alcalá la Real , y otros lugares de su
partido y el marquesado de Priego, condado de Cabra, Alcaudete e Iznajar y
Alcaudete, Luque, Lucena, Carcabuey,,Espejo, Encinaruela, Benamejí y Hernán
Núñez. El descontrol de dicha situación de tierras se había ocasionado desde el
año 1542 hasta el año 1589. Pues,
las disfrutaban sin título ni fundamento, personas relacionadas con los
miembros del Cabildo como Francisco de Benavides, Pedro de Pineda o Diego de
Cabrera los herederos del jurado Sancho de la Guardia , el conde de Alcaudete,
cargos liberales o personas de la vida comercial como el licenciado Bonmmar o
el cerero Alonso Gracia Por eso, el rey, queriendo solucionar
esta situación, a la que se añadía la necesidad de tierras de labor y las
obligaciones de la Corona
con los gastos de la hacienda en guerras, envió al dicho López de Obregón para
que las tomaran en propiedad legítima sus usurpadores sin detrimento del
ganado, que consideraba que tenía suficiente pastos comunales y concejiles.
Para ello se formó una comisión que tasó las tierras, las vendió , pagándose de
salario mil maravedíes por cada día en un plazo de trescientos días, al
escribano Alonso Mondragón, al alguacil fiscal Baltasar de Ledesma y dando
razón a los contadores reales Juan Bernardo y Juan López de Vivanco[5] . Sírvanos de
ejemplo entre otros muchos, el desconcierto que había en la separación de
tierras comunales y usurpadas, que un propietario como Iñigo de Guevara, vecino
de Granada y capitán de infantería, caballería y gente de guerras de Almería,
había había usurpado y roto nada
menos que doscientas setenta y una fanegas de tierra en los Coscojares en el
periodo comprendido sobre el año 1542 hasta el 1589- en el cerro del Acebuchar, linderas con las de Juan de Benavides y el
arroyo del Salado, tierras del dicho cerro y los caminos que iban a las Salinas
del Castillo y el otro al Navalperal con sus casas de retama
y otra tierra en las Salinas del Castillo
y el camino que iba a Martos por las Salinas y en el arroyo del Palomar junto a la dicha
Villa en la Alameda ,
linde con el dicho arroyo con el camino
que va al Castillo a la
Cogolla y tierras de la capellanía de Diego Monte y en la torre de la Cogolla y en el cerro de
los Porteruelos, linde con el camino de los atajos. Otro sector influyente,
como el eclesiástico, estaba representado por
los licenciados López de
Montijano y Francisco de Góngora en la zona de Acequia y las Juntas, que
aprovechó su condición eclesiástica, para iniciar una serie de pleitos que al
final fueron resueltos por la
Corona.
Pero, los terrenos roturados no quedaban reservados a estos lugares, sino
que se extendía a Encina Hermosa, Majadillas, Fuente el Gato, Romeral, y monte
de Mures, lugares que solían compartir la labor de secano con la de pasto de
ganado. Este asunto se complicaba aún más, porque se roturaban los campos cercanos a los cortijos de propios
y por lo que llamaban deudos y amigos de los regidores y miembros del cabildo ,
que preferían con sus dilaciones que no se arreglara el asunto ([6])
Y además, a todo este perjuicio de la ganadería, vino un juez de tierras para la venta de encinas, que
dio lugar a una gran tala, hasta el punto que por la parte del Castillo
llegaron en un cortijo a talarse más de 12.000 encinas. La ciudad propuso que
con su venta se pagaran las obras del Gabán y el servicio de millones.
Es interesante conocer el procedimiento de la roturación en la que se
servía de sus apeadores, y los de los cortijos vecinos. Solían contratarse
jornaleros de la ciudad que contrataban en los barrios humildes como el de san
Blas y se dedicaban a cortar la leña y la maleza antes que iniciaran la labor
de roturación las yuntas de bueyes hasta doce yuntas. El corregidor, enterado
del asunto, enviaban al alguacil para denunciarlo,
encarcelaba a los yunteros y jornaleros, iniciándose el proceso de auto contra
el propietario.
Más complicados resultaban los pleitos por entrada de ganados con los
vecinos de las tierras de Valdepeñas, pues hubo un conflicto entre los vecinos
de Valdepeñas y los del Castillo, que acabó con la muerte de un vecino casillero
y la ejecución por un verdugo de Granada de un valdepeñero ([7]). O, uno nuevo iniciado en la ciudad lojeña, en la
que los intereses de los nuevos regidores se contraponen con los hidalgos de
sangre. Se relaciona con el nombramiento del regidor Francisco Lisón Saorín ,
que dueño de las tierras de Añgarinejo, fue nombrado regidor de Loja y
aprovechará su red de influencia en la Chancillería para emancipar dicho terreno, porque
se valía del oidor, natural de Loja
Pedro de Tapia,, casado con una lojeña hija de un regidor.
SU CONTEXTO FAMILIAR
Según Juan Ignacio Rosa Ferrer
[1]
AHML. Acta del cabildo del 6 de
noviembre de 1591.
[2] AMAR. Caja 32. Legajo sin
clasificar. Provisión real . Madrid 1574. Agosto , siete, dirigida al
corregidor de Alcalá la real ,para que envíe a poder del licenciado Juan
Guedeja, 26.626 maravedíes , que había para redención de cautivos a manos de
fray Blas García de Villagrán, del monasterio
de la Nuestra Señora
de las Mercedes de la ciudad de Granada
[3]
AMAR- Legajo 87 . Pieza 2.
[4] AMAR. Caja 233 legajos 2,
19 y 21. Se contiene en el primer legajo la concesión de tierras de aparicio
López de Arjona, hijo de Alonso Fernández de Arjona, se pagó a 1.100 maravedíes
por fanega al total de doce fanega roturadas ilegalmente. El sitio era en la Cueva del Moro, linde con
vereda de Charilla y el monte de la cueva
y el camino que iba a ella. En el segundo, la venta a Bartolomé Calmaestra
Hinojosa de 56 fanegas en Salobrar; en el
tercero la venta a Antonio López de Gamboa en el 1590 de 66 fanegas en
el Salobral camino de los molinos de Arjona, junto al arroyo del Salobrar.
[5]AMAR. Caja 49.Pieza 2. Real
Provisión de San orenzo del Escorial 18 de junio de 1588.
[6]
AMAR. Acta del 14 de marzo de 1592.
[7]
AMAR. Acta del cabildo del 17 de noviembre de 1592.
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