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jueves, 18 de agosto de 2016

EL ARRABAL NUEVO por el rastro (II)









EL ARRABAL NUEVO


A partir del reinado de los Reyes Católicos, se amplió la ciudad desde la puerta del  Arrabal de Santo Domingo, con diversos arrabales, entre ellos  el Arrabal Nuevo, donde se encontraba las calles Cava y de  los Mesones, y, por  la parte de la puerta de Granada, el Rastro y Matadero, el entorno de la Puerta Nueva y el barrio de San Bartolomé. A través del estudio de  varios documentos del Archivo de la Chancillería Real de Granada María José Guerrero y Lorenzo de Castro, sacaban estas conclusiones con las que estamos de acuerdo para el periodo comprendido  entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI:
“Sin duda, el aumento de población determina que el concejo diera solares para la construcción de viviendas a todos aquellos que los requería. Desde tiempo inmemorial, la ciudad de Alcalá la Real tenía potestad para otorgarlos  a los pobladores de dentro y fuera de la Mota. En el primer caso, siempre que hubiera un solar público. Todos los terrenos que en torno a 1520 ahora están edificados en los  arrabales habían sido concedidos por el concejo a los vecinos y este además había señalado por donde iban las calles, y que la anchura podría oscilar entre ocho y nueve pies”[1].
De ahí que muchas zonas del Arrabal de Santo Domingo se vieran afectadas por esta política municipal urbanística  y su aspecto semiurbano anterior había quedado definitivamente urbanizado con varios viales y  la edificación de las viviendas en torno a las calles del Postigo, Pie del Torre de la Cárcel, Francisco de la Torre, de la Puerta del Arrabal en torno a los pies de la roca y el muro de la ciudad fortificada; las calles e Hernando de Moya, de la Escaleruela.  de Sánchez de la Guardia   y  otra calles en torno al adarmillo de Moya, y en su interior, desde la Iglesia de Santo Domingo hasta la muralla que daba  a las puertas de Cambrón / Granada, las  calles de  Pedro Jiménez de Martos,  y  de  Pedro Fernández Torrevejano
Pero, donde se amplió el espacio urbano fue en la parte exterior de la muralla del barrio de Santo Domingo, lo que los anteriores historiadores ponen claramente de manifiesto:
Por la  zona de la puerta de Martín Ruiz, había crecido mucho el barrio. Unos treinta años antes aquella parte era un muladar  y en el momento a que nos referimos estaba muy edificada, aún mucho más habitada, y construida la Era de los Palacios, donde se habían levantado más de cien casas. También habían aumentado  las obras en la calle de los Mesones y junto al adarve de la puerta del Arrabal”
           
MOVIMIENTOS DEMOGRÁFICOS  DE LOS SIGLO XVI Y XVII

Durante los  siglos XV y XVI, el barrio o cuartel de Santo Domingo y sus aledaños tuvieron un amplio crecimiento demográfico gracias al asentamiento poblacional  de los elementos más activos de la ciudad: artesanos, labradores, campesinos, personal de servicios y clase bajas, lo que queda reflejado en el padrón de 1587, donde se registraban 141 vecinos en su barrio; pero el barrio de San Bartolomé albergaba 121 vecinos; y en las Entrepuertas, Lagares y aledaños 114 ( todos ellos intensamente ligados con el barrio de Santo Domingo). Teniendo en cuenta la casi equivalencia  residencias entre e vecinos y vivienda,  podemos concretar estos datos del anterior padrón.
Hasta el siglo XVII, se mantuvo esta mentalidad de frontera  y se presentó  ante la Corona la  defensa  de la ciudad  como un deber  fundamental  y, por conveniencia, como  un manoseado ardid y fácil recurso para conseguir  privilegios y recabar fondos con destino a conservar el anillo de murallas y sus torres. Además, sus habitantes se consideraban auténticos soldados de primera línea de frontera, en el inicio contra los cristianos o  los musulmanes hasta la época de los Reyes Católicos, y posteriormente, contra los peligros de la frontera marítima a la que había que defender en el nuevo campo de la política exterior de la dinastía de los Austria. De ahí que fueran frecuentes  las concesiones reales de  parte de las penas de cámara y fisco con el fin de ser destinadas a la restauración de las murallas. Sirva de ejemplo, entre las frecuentes  provisiones reales,  la  que, en 1582, se concedió una prórroga de esta concesión  por veinte años  y con un alcance valorado  que rozaba los 24.000 ducados.        

            LOS ARRABALES NUEVOS Y    ACCESO AL BARRIO DE SANTO DOMINGO
 
En primer lugar, hay que partir del carácter militar del barrio de Santo Domingo y su indefinición territorial interior  en los primeros momentos de su desarrollo urbanístico en  tiempos de los musulmanes. Sus murallas, cerradas a cal y canto, impedían cualquier intento de penetración bélica al recinto de este Viejo Arrabal.  Así, según los datos de las actas de cabildo de 1492, tan sólo se permitía la entrada por una única puerta, y, esto dio lugar a que, en tiempos del los Reyes Católicos y con  la nueva  situación de conquista del reino nazarí y llegada de un largo y definitivo proceso de paz, se  diera licencia en abrir la muralla  por varios lugares y aumentara[2] en nuevos vanos.  Por otra parte, por el hecho de encontrarse el arrabal en una fortaleza que era flanco de continuos ataques,  en un se cuidó y se puso dificultades para el acceso directo entre el propio barrio y la  ciudad fortificada, y,  además, con respecto al resto de vías que se acercaban al castillo.
  A este barrio,  su vez,  se accedía  exteriormente desde los caminos de Granada, de Priego, Castillo o de Jaén, por  varias puertas: las del Arrabal, la de Martín Ruiz o del Cambrón, la de  Granada y la de Zayde. A esta última desembocaba una calle, como lo manifiesta el Discurso de los Aranda”..desde  el suelo bajo de la calle, que es do está la puerta que dicen de Zaide, arrimada a la dicha torre(Nueva).”
Con  la ampliación de los barrios adyacentes, la puerta del Rastro, la de San Bartolomé y la de la Peste jugaron un gran papel en otros momentos de peste  y epidemia.
Por consiguiente, la ubicación de las  puertas definió el diseño urbanístico posterior  de este barrio, porque el entramado vial arrancó de muchas de ellas o, al menos, reservan espacios abiertos  al barrio.

ESPACIOS DE LOS ARRBALES NUEVOS. EL RASTRO

Entre  1544 y 1545, siendo corregidor Francisco de Cherinos, se llevó a cabo una gran labor constructiva y comenzaron muchas obras relacionadas con el abastecimiento de la ciudad, entre ellas las del Rastro, que  consistieron en labor de allanar y limpiar toda su calzada, e, incluso, en algunos lugares, se cubrió. Este es el caso de la  situación que ofrece la zona próxima al Matadero Municipal, muy cercano al Rastro. Este texto de una libranza de libro de cuentas de 1544 del ayuntamiento alcaláino, muestra claramente la funcionalidad del Rastro :
“Discarguénseles  4.028 maravedís  a Alonso López Robledo  porque fue a pregonar a los  comarcas que traxesen ganado para el rastro, 3n 23 de abril de 1544”
PORTALES DEL RASTRO
Y demuestra que el Rastro debió ser una forma a medio cubrir para albergar el ganado por la libranza  de ocho de junio de 1607

“La ciudad libró 22 reales a mayordomo de propios por los aver gastado en el reparo que se hiço  de los portales del Rastro conforme al decreto de don Pedro de Frías, regidor, que va con la librança”.
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MATADERO

El Matadero era un edificio primordial de este lugar, donde se encontraba un compartimiento  con  un solo cuerpo, donde se romaneaba, un patio con varios nogales,  y, otros cuartos de encerramiento  para los animales y se llevaban a cabo los primeros momentos de la matanza de animales.
Por un contrato ente El clérigo Felipe Figueroa, mayordomo del  Hospital del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad, arrendaba a  otro  clérigo Juan Gallego una correruela, una especie de huerto,  debajo del Matadero, lo que ilustra del aspecto semirrural de este amplio espacio en 1558. En esta  especie de huerto, se arrendaba  y era  sembrada de alcacer o cebada por Antón Cano, lo que nos ilustra muy bien del terreno y urbanización de la zona.  
LA PUERTA ZAYDE


            Tras la conquista de la ciudad de Alcalá la Real , la población de la Mota debió extenderse hacia el llano de una forma diseminada por los terrenos más cercanos a las murallas en forma de pequeñas caserías que ocuparon las alquerías musulmanas. Ofrecían un terreno a medio camino entre rural y urbano con veredas que comunicaban a los vecinos y los acercaban a las puertas de las murallas. Está claro que algunos establecimientos-generalmente contaminantes  o de mayor impacto para los vecinos  como los mataderos, tenerías y los ejidos, se establecieron en los sitios más alejados del recinto amurallado del Arrabal Viejo. Con el corregidor Francisco de Cherinos diversas obras en su entorno entre los años 1542 y 1549, relacionadas con una calle que unía con el Rastro, portada y allanamiento de la Puerta Zayde.
Esta puerta, la de Zayde,  ofrecía un  carácter de comunicación interior entre los barrios del Rastro, San Bartolomé y el de Santo Domingo. Su descripción se remonta al siglo XIV[3]:

“Y con esto se entraron a aposentar al Arraval Viejo, y cerca de la Puerta , la qual por vezinos le fue avierta, junto al pie de la Torre Nueva que dizen. Porque después que el rey don Alonso ganó Alcalá, en el lugar do estava la torre, que, en la cerca ella, dije que el rey  había puesto en cuentos y mandado derribar, labró ésta nuevamente, muy más grande y superva que antes era. La qual arrimada a  lo alto y Mota de la ciudad, asta emparejar y algo más, tiene tres bóvedas, unas sobre otras, y su andén y castillo de altas paredes, sin almenas, salvo la guirnalda alrededor cuadrada, como la torre era., Y en medio tenía un torrejón ochavado, como está dicho, y derecho de otras tres bóbedas tenían en medio del cruzero de cada una, de la misma manera y tamaño, redondas. Sin otra que tenía otra bóbeda baja, y quarta de ellas, que era  solamente pozo de agua, de suerte que qualquier cosa que echasen por la voca del torrejón no parava asta el lugar de la dicha agua de la quarta y vaja vóveda(...) en este comedio los Monteses avían echado preso a Alonso de Gámez y a otro..(...)..a los quales pusieron en la vóveda de en medio de las tres de la dicha torre. Una saetera de la qual, en el grueso de la  pared, tanto  ancha como angosta por de fuera caía quanto una lanza, o poco más, en alto sobre el pleytel del dicho aadarve que viene a zerrar con la dicha torrre. Desde el qual , dándoles desde fuera a los que estavan dentro presos, por la saetera, una carta metida en una lanza, o las que fueran menester según la altura. Por lo qual savían lo que avían de hacer.  Y hecho el concierto, como el carzelero bajase a darles de comer sólo, los dos apechugaron con él, tanto que derivado en el suelo, el uno de la caveza y el otro de los pies, echarom y lanzaron por la boca y agujero, que en medio estava, de manera que pasando la vóveda no paró asta dar en l agua que tomó por sepultura. Lo qual hecho suvieron arriva a lo lato para arrancar la puerta de ella, de manera que  no les entrase nadie. Con una escoda, que los de fuera les dieron atada en un cordel, aportillaron la dicha saetera, y hizieron un agujero que olgadamente por él pudiese entrar un hombre, como oy día aparece y enmendado de mampuesto. Lo qual hecho , y venida la noche, que fue tres días después  de ser aposentados do hazían plazo a los dichos Gonzalo Carrillo y su compañero, y a todos los demás  que les aguardavan, haziendo traer de sus hatos terneras y otras cosas para el vastimento, por un cordel, hechos nudos a trechos, desde el suelo vajo de la calles, que es donde está la puerta que dizen de Zayde arrimada a la dicha torre, y el alcayde de mi abuelo y Fernando de Aranda  con sus armas, subieron y entraron por la saetera.El alcaide, su hermano, como  era pessado, demás de estar cargado de las armas, no se atrevió a hazer lo que ellos dos, y los demás suvieron, avían hecho. Y, por acavar la descripción  de ella, haré descripción, haré esta disgreción: a los quatro rincones tenían arcos de cantería sobre pilares, arrimados desde el suelo, y con las roscas abrazando de un cavo e de otro la pared por  travazón de la obra. Y así azían ochavos, que correspondían a los del torrejón de en medio, que era ochavado, y en las dos esquinas y en mitad de los tres costeros, que salían fuera del muro, tenía zinco garitas con canes y sobrecanes, abiertas por lo vajo y chapadas por lo alto, como chapitela, y zerradas de ladrillo de canto, con sus corrientes..Los de la torre estuvieron en lo alto toda la noche cantando y velando, y, venido el día, abajaron a lo bajo. Y puestos en horden y aperzebidos se van para la plaza. Sería ora prima ya salido el sol. Y como asomaron por ella vieron estar tres esquadrones de  hombres armados, el uno a la puerta, el otro en la calzada que el mirador que está frontero de la dicha plaza, y el otro y terzero junto a la casa de Palazio, que entonces era y ahora es plaza. Los quales, como los vieron para pelear, aunque eran tan pocos  que avía diez para cada uno dellos, no se atrevieron a atender y esperar. Que los de la puerta la yglesia se entraron en ella, por tener cerca de la guarida. Estos eran jente de Martín Alonso de Montemayor que favorezía a los Monteses, porque algunos de ellos vivían con él. Los de la calzada que eran los mismos contrarios, bajándose de ella se fueron la calle arriva de la Plaza para sus casas y algunos de ellos llevaban tanto temor  que no pararon asta esconderse en los gallineros(..) Los que estavan junto a la cassa de Palazio que eran los criados de Diego de Merlo, que a la sazón era alcayde de Alcalá, y les debería favorecer, entrarónse en él, y, como entrasen dentro ellos, tras de ellos, no pararon asta las faldas de  doña García Carrillo, su mujer” 


Pero, ya en el siglo XVI,  hay constancia de que una calle  desembocaba a esta puerta, como  se manifiesta en el siguiente acuerdo[4]:

“Se ordena que se empiedre la pedriza de la calle Calancha y   calle de la Puerta Zaide y otras”.

Años anteriores, ya se encontraba desbordado su espacio de entrada y de entorno por  varias viviendas y por la urbanización de  la zona, como se  manifiesta en este censo parroquial :

 “Francisco Santacruz, casado con María Hernández, fundó una memoria sobre casas principales y accesorias junto a la Puerta Zayde, linderas con Constanza López y dos calles”.


DESDE LA PUERTA MARTÍN RUIZ AL RASTRO

  En 1571, el cabildo municipal  compró varias casas- de las hermanas María y Ana de Torres- cercanas a este lugar para ensanchar la calle Cava y limpiar la zona y adornarla, para ello hizo una pared a la parte “de la puerta de Martín Ruiz  bajo del Rastro”, ya que el sitio se había convertido en un  muladar y derrumbadero muy peligroso para las gentes y cabalgaduras que pasaban por allí  pues era la puerta principal de la Mota. Además se ordenó en un cabildo  “se haga empedrar lo que está encima de la Puerta de Martín Ruiz,  lo que sirvió para  formar una nueva calle”. Por el pago de  la  obra en   el años siguiente, tenemos  la fecha exacta de la obra de la calle[5]:
 
“Des cárguensele más  mil e doscientos y veinte y dos mrs, que  pagó e se gastaron en empedrar un pedaço de empedrado  en la calle de la Puerta Martín Ruiz, en que se ocupó un maestro dos días,  que ganó ocho reales;¡ e otro maestro dos días que son  seis reales; y quatro peones en dos días que ganaron ocho reales y res reales de dos días del obrero; y lo demás que fueron doscientos e sesenta  e ocho mrs. se pagaron a los que truxeron piedra y arena: que todo montó la dicha contra de los dichos mil e ciento e veinte y dos mrs. : mostró la copia del gasto firmada del señor Luis de Villalobos jurad,  a quien e se acometió e librança de ciudad. Su fecha a onze de julio de este dicho año”.

 CALLE DE LA PUERTA NUEVA

            Desde la  Puerta Nueva  en dirección frente a la ermita de San Bartolomé, salía  y ,  en tiempos del alcalde Gamboa,  se intentó arreglarla, lo que no sirve para describirla y su entorno urbano:
Su merced  el alcalde mayor dixo que visitando las calles públicas de esta ciudad llegó a la Puerta Nueva que está  en los muros de esta ciudad a la parte que mira a San Bartolomé y bio como toda una calle que está hundida,  y por ella no se puede pasar e ynformándose se supo  que es de las calles públicas acostumbradas por donde el día del Corpus Christi  pasa la procesión  y. quando ay alguna execución de justicia y pasa por alli y por estar cayda hundiéndose , el día del Corpus que  ahora paso no paso por alli  la procesión  porque su ruina  impidió el paso por ser calle publica,  que ay casa principales en ella, cuyo adorno y pulicia pertenece a esta ciudad  y su merced viéndolo  procuro remediar lo y por la parte por donde estava edificado;  que es la cayda no tiene dueño que la redifique, porque sus poseedores, que  fueron de los solares que oy parecen son muertos ausentes y otros pobres que an desamparado , y por hallarse presente en esta ciudad unos maestros de cantería portugueses los mandó llamar y vieron lo que era necesario par el reparar y, que sacasen en cimiento desde los firme de la tierra sacando por lo alto de la cale bara y media de pretil  con un una piedra labrada  por cima y con seis de estribo,   todo lo qual lo concertó  lo tomarían a destajo y por su quenta  hasta dar lo acavado  y por tener allí sus casas don Francisco de Pineda  y el alcaide don Antonio de Gamboa y resultar les  el provecho  adorno de sus casas a concertado con ellos den dos partes del costo del dicho reparo y la ciudad ayuda con la otra y para que se provea lo que conbenga  a que importa la ciudad el adorno y pulicia de las cosas públicas.
La ciudad aviendo entendido la propuesta del señor alcaide, ayer acordó se den a Melchor de Góngora mercader 40 ducados con los quales el alcaide don Antonio de Gamboa y don Francisco de Pineda  Góngora an de dar lo demás necesario para acabar de hacer la dicha obra en la forma referida  a contento de la ciudad sin que aya de dar otra cosa ninguna la ciudad , este pagaba a los maestros

CALLE DEL RASTRO

En 15 de julio de 1571, se data la situación de existencia de una calle del Rastro:

En este cabildo se mandaron librar  32.992 maravedís medio que se gastaron en el arrecife que se hizo en la calle del Rastro  como consta por el memorial del gasto firmado por el alcayde Pedro de los Ríos”,
MURALLA DEL RASTRO

Este acuerdo  de junio de 1614 ilustra que la zona del Rastro estaba amurallada_

La ciudad libra 50 reales en  penas de cámara que se reparen la muralla del rastro y la de la entrada de la plaça y el alcaide  don Antonio se os haga gastar y hacer el reparo con el parecer de los alarifes.

Y lo refrendan estos otros acuerdos de 18 de marzo de 1603:


Nuño Hernández de Valladolid regidor de esta ciudad y comisario de las murallas de esta ciudad digo que respecto de las grandes aguas que ha hecho a esta parte del años  yo e dado buelta con los alarifes a ver la necesidad que ay en ellas  y parece que en la muralla que alinda con el Rastro un poco más abajo , están los cimientos de un pedaço de la que es muralla descarados y que en ebidencia se juzga que si no se repara podría ser benir mucho  daño .
Y sí mismo otro pedaço enzima de la Puerta Nueva en la muralla de ella con la propia necesidad por la parte alta   y de la propia manera en la muralla de enfrente  de la Carnicería que se alla otro pedazo a caer en lo uno y en lo otro dicen los dichos alarifes que será necesario cosa de 50 ducados y, haciéndose, se le cursará la ruina que de los puede resultar da esta ciudad
Y por último, este acuerdo de diez de mayo de 1612 que refiere más explícitamente la puerta y el barrio:
La ciudad acordó que todos los maravedís que se deben de las penas de cámara corridos hasta san Juan 1611 y los que oviere hasta san Juan de 1612 de este año se gasten en los reparos de las torres y murallas  de esta ciudad como por la facultad de su majestad se manda(...) e  atento que una torre cuadrada que esta en saliendo de la Puerta Nueva a la derecha se está cayendo y se temía que se cayese llevaría atrás el lienzo de la muralla y haría daño notable en la casas que están en el bario de san Bartolomé  y que asimismo un cubillo que está delante de la dicha torre amenaza ruina  y otros algunos reparos que son necesarios en las dichas murallas como son el Rastro y junto a la Puerta el Aire para que estos reparos se hagan con la brevedad   y seguridad que conviene , manda a Gamboa y Rodrigo Mora hagan posturas y se pregonen”.

LA CARRERA DE SAN BARTOLOMÉ

  La carrera de caballos de san Bartolomé se encontraba bajo el Matadero y continuaba el Anillo exterior de la tercera muralla. Se encargó, a principios del siglo XVI,  a Pedro Veneroso, regidor y comisario  de la obra de la Carrera de San Bartolomé, dijo que en esta ciudad ay muchos cavallos e potros, e no se ejercitan por no estar acabado el suelo de la dicha Carrera oy ; esto se podría hacer con facilidad y bien, y entrando las aguas, no se podrá e de perder a lo esta fecha que pide a la ciudad mande eche en pregón que se conforma a las condiciones que se hicieron  y se dé orden de dineros para ellos.
La ciudad mandó que se hagan condiciones por el dicho comisario y se trayga en pregón el hacer este suelo y el domingo doze de este mes se remate en quinientos ducados A


Y en   14 de noviembre de 1600, se ejecutó acuerdo:

Pedro Veneroso dixo  que conforme al acuerdo de la ciudad se remató el suelo de la Carrera,que esta ciudad haze junto a la ermita del Señor San Bartolomé, en nombre de Juan Sánchez, albañil en cincuenta y siete ducados y medio, da noticia a esta ciudad para que, antes que entren las aguas, se acabe para ello probea los dineros y que faltarían 160 baras de chapas, poco más o menos, para acabar de cubrir las paredes de ella y otras pieças para las columnas y bolas para el remate de ella, y porque hazerlos   a jornal y traerlos a ella será de mucha más costa que, siendo a destajo, pode se paga a pregón se remate. La ciudad dixo que en quanto el dinero acudan a su merced el corregidor para que probea  conforme  a lo que este caso tiene proveydo esta ciudad y en lo demás el acometió al dicho Pedro Veneroso regidor  para que haga condiciones para que esta obra  y se trayga a pregón y se rémate el domingo primero en quien menos diere e la pusiere.

(AMAR. CAB. 9 de enero de 1601).

Se manda que se repare el pendón antiguo, y se compren dos varas de tafetán  porque la  cofradía no tiene dinero. En los meses finales de diciembre de 1600, se comenzó a hacer el camino o carrera de San Bartolomé, y hubo que hacer ordenanzas para perseverarlo de ello:
“La  ciudad acordó e mandó se pregone que ninguna persona entre con bestias en la carrera de caballos que se hace en San Bartolomé ni entren a jugar bolos ni barras ni quiten piedra ninguna de los lienzos de la dicha carrera ni de las que están puestas, a la entrada de ella sopena de 600 maravedís conforme a la dicha ordenanza”.
            Y en el cabildo del doce de julio de  1613, hace este traslado el  procurador Baltasar Maldonado:

“Baltasar Maldonado, procurador general de esta ciudad y en nombre de ella, digo que la Carrera de los caballos le costó a la esta ciudad muchos ducados y es muy importante para hacer los potros y correr los caballos , vase caiendo por no estar rebocada y acabada de sentar unas losas , doi noticias a esta ciudad para que porga el remedio  que conbenga y se adobe ahora  y le costará poco y pido Balasar Maldonado herrera.
La ciudad cometió a Luis de  Frías Bázquez regidor de esta ciudad bea el remate y papeles  y obligación  y informe si está pagado.
En cumplimiento de lo acordado por esta ciudad e visto el remate que hizo Juan Sánchez arbañil y condiciones del para hacer la carrera de los caballos junto a la iglesia de san Bartolomé y por los papables consta se  le remató la dicha obra a dos reales y medio cada tapia puestos los materiales en la obra a costa de esta ciudad; y medio real al más por cada tapia por rebocar y las condiciones referidas fueron que  abía de tener la dicha carrera 152 baras  de largo y bara y media de alto por encima de la tierra; y media bara de hondo por la parte alta y por la parte baja tres cuartas  por aber manantial. Y la dicha carrera la midió Miguel de Lara y declaró  tener cuatrocientas tapias de cimientos  y paredes  y por no estar rebocadas   ni acabadas la tela de la parte alta de la dicha carrera  y paro las quentas que se han +rtomado a Melchor de Góngora  y Pedro Núñez pareze aber sele descargado  a los susodichos que dice  an dado al dicho Juan Sánchez para la dicha obra 1.815 reales el dicho Melchor de Góngora 720 reales y elo demás el dicho Pedro Núñez de manera que las tapias  que tiene fechas hasta ahora el dicho Juan Sánchez  sigun lo dijo declara Miguel de Lara que son 4oo montan 2.000 reales y se restan  y parezer tener en su poder el dicho Juan Sánchez  815 reales  y esto es lo que hallo por los papeles que aquien  cito   que en todo me remito  y refiero y la ciudad podrá mandar y probeerlo  lo que fuere serbido fecho en Alcalá la real en 21 de mayo de 1613. Luñís de frías. Se haga diligencias sobre Juan Sánchez



 LA TRAMA  URBANA Y LA VIVIENDA

Semejante al barrio de Santo Domingo, varias calles distribuyeron un gran número de casas más modestas  como correspondían a sus  numerosos vecinos que las habitaron intensamente, sobre todo,  a partir del  siglo XVI. Estos acuerdos ilustran del entramado de calles:

En 15 de junio de 1576, calle de San Bartolomé al Matadero:

En este cabildo se mandaron librar 6.480 maravedís que se gastaron en el empedrado de la calle de San Bartolomé que sube al Matadero, como consta `por la copia del diputado  y fe de la medida que mandan que baya con la libranza”.
En 3 de agosto de 1576, la calle del Rastro al Matadero:

En este cabildo se cometió a Juan de Narváez, diputado, fiel ejecutor,  haga empedrar la calle que va del Rastro al Matadero , que es la calle del adarvejo,  por estar muy mala e peligrosa atento que lo piden los vecinos  e que la comienzan a empedrar en entrado el mes de septiembre primero.
Y no olvidemos las calles que partían  de la Puerta Zayde, denominadas de Cebrián Diaz, Alonso de Jerez y del mercader Alonso de Córdoba, y otra sin mencionar (Padrón de 1587).


La tipología de casas puede responder  a los siguientes modelos:
-una casa hidalga, con dos cuerpos. Se accedía  al primero,  por una  puerta abierta asimétrica a la casa frontal de su calle, portal, patio castellano con pilares y cobertizos  y habitaciones para cocina, salón bajo, caballeriza, huerto con pozo; el segundo, aprovechando los desniveles del terreno que le serían de base   o una escalera  artificial, se accedía a los cuartos de dormitorio; excepcionalmente, un tercer cuerpo, compuesto de pajar o una bodega subterránea. El padrón desaparecido de 1495 nos proporciona el dato de que 24 vecinos hidalgos vivían en el Arrabal  en contraposición  de 81 de la ciudadela de la Mota[6].
-Casa, de un solo cuerpo, con bodega excavada en la roca y miradores que se enlazaban con las partes superiores de la fortaleza o un corral fuera de la muralla. . Sirva de referencia este contrato para realizar  una casa a Martín de Cea  en la calle Cava en torno a  1620.
Pedro Nuño se obliga a hacer en la calle Cava un cuerpo de casa y  corral a Martín de Cea, capitán[7]
-Casa-cámara, para viudas, criados y  personas pobres de solemnidad que ocupaban  los lugares más recónditos y superpuestos entre las viviendas. Son frecuentes las referencias en libros de censos y  padrones y se adelantan a las casas de vecinos de las poblaciones de vecinos.
Conforme avanza el tiempo,  las casas reservan lugares para lagares, telares, tundidores, tintes etc. Con el fin de  destinarse a estos fines,  se ven  favorecidas por un pozo que les surte de agua doméstica, de elemento fundamental de higiene limpieza y de riego básico para el  pequeño huerto, lo que se manifiesta en estas palabras del cronista Guardia Castellanos:

“Contrastando con la aridez y sequedad dominantes en la meseta del cerro de la Mota, debido a su conformación geológica, responde la abundancia de pozos enclavados en su ladera meridional, donde se alzaba el barrio denominado el Arrabal: las aguas pluviales depositadas en las mismas, al ser filtradas por las capas de tierra que la cubren,  si bien por lo reducido del área de la expresada  meseta no llegan a surtir toda la dicha ladera hasta llegar a la hondonada, emergen, en cambio, con riquísimas propiedades de potabilidad del fondo de los innumerables pozos enclavados en las proximidades de las murallas que coronan el cerro, lo que hace suponer que en cada casa que constituyeran el Arrabal, existiría un pozo. De los distintos que en la actualidad existen en los huertos y corraladas de dicho paraje, ninguno de ellos tan fresco y cristalino como los dos que hay en la antigua mezquita mora, hoy Iglesia de Santo Domingo, el uno que en la plazuela de entrada, y el otro en un pequeño corral contiguo a la sacristía, y muy especialmente este último, el  cual según dice, data de tiempos de la dominación sarracena[8]”.   

A través de los contratos de compraventa y mandas testamentarias  de los documentos notariales, percibimos en,  dentro del Arrabal Viejo, el encabalgamiento de una casa sobre otra y la ampliación de la vivienda a través de la excavación del subsuelo y  de la roca que conformaban  dos  formas constructivas muy peligrosas para la seguridad de los vecinos, pues provocaba caída de manzanas completas  de  viviendas y  de los fundamentos de muros, así como la  destrucción de la trama viaria original  estableciendo diversas capas de trama urbana, a veces, confusas e indescifrables para las investigaciones posteriores  Con las excavaciones y perforaciones de la roca del cerro, los vecinos  consiguieron  formar bodegas dentro de  las cuevas de la roca, cárceles para esclavos, cámaras o viviendas infrahumanas para criados, viudas y pobres de solemnidad, despensas, almacenes, pozos ciegos y de agua y sótanos, hasta tal punto que las autoridades se veían obligados a perseguir continuamente  cualquier abuso de infracción urbanística:

“Cualquier home que quisiere cabar pozo o gabia o cárcel o sótano no debe fazer la caba cerca de la pared ajena”[9].

El paisaje urbano se completaba con tinas, cuadras y caballerizas en las casas de las familias más nobles, ocupando la parte baja; en otros casos, gallineros para las familias humildes: en ambos casos estableciendo la separación entre una casa y otra




[1]      GUERRERO LAFUENTE, Mª  Dolores Y DE CASTRO MARTÍNEZ, Lorenzo Evolución urbanística de Alcalá la Real en el siglo XVI. Notas para el estudio. Cuadernos del Amar. I. Página. 93-96.Año 1993.
[2]      AMAR. Acta de cabildo de 11 de marzo y 30 de mayo de 1492.
                Ibid. Libro de los Aranda . 1454. Folio 25 v  Libro IV Capitulo II .Muy interesante   la descripción de la Cárcel con motivo de una reyerta entre bandos.

[4]             AMAR Acta de 1 de agosto de 1586.

[5]          AMAR. Libro de cuentas de.1572. Libranza 83 (11 de julio). Arreglo de la puerta de la muralla de Martín Ruiz”.
[6]      GUARDIA CASTELLANO, A. Leyenda y notas para la Historia de Alcalá la Real . Edición de F. Toro  1996. Página. 181. Luego, sus casas estaban en una  proporción de menos del 25 %, que no debía coincidir con la población correspondiente a  toda la vecindad, porque de los 555 vecinos de Alcalá la  Real, probablemente ya en 1495, existirían más de cien casas en el Arrabal Viejo.
[7]      AHPJ. Legajo. 4902- Folio 438. 20 de noviembre de 1620.
[8]        GUARDIA CASTELLANO, A. Leyenda y notas para la Historia de Alcalá la Real . Edición de F. Toro  1996. Página. 136 y 137.
[9]      AMAR. Ordenanzas municipales de Alcalá la Real 1552

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