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martes, 9 de agosto de 2016

JUAN DE VARGAS Y CÁRDENAS



Está relacionado en n Plasencia y en Jerez existían también de este linaje, figurando entre otros el secretario Vargas, privado del Rey Don Felipe II, y un hijo que tuvo fué señor de la Villa de Esteban Hambrán, También en la ciudad de Córdoba los había de este apellido, entre ellos Pedro de Vargas, sus padres Ruiz Díaz de Vargas y doña Brianda Carrillo, su mujer, señores de la Dehesa de Fuenreal. Pedro de Vargas casó con doña Sancha Ponce de León, hija de Juan Manuel y de doña Juana de Guzmán, habiendo tenido tres hijos: D. Rodrigo, doña Luisa, que casó con D. Alonso de Cárdenas, y doña Brianda Carrillo, que casó con D. Alonso Carrillo. D. Rodrigo, que era de esta casa, casó con doña Constanza de Cárdenas, hija de D. Pedro de Cárdenas y de doña Catalina de Angulo; tuvieron cuatro hijos: D. Pedro, D. Francisco, D. Rodrigo y D. Manuel de Vargas

 El rey lo nombró corregidor en la ciudad de Madrid el día  17 de noviembre de 1583, y comenzó  a ejercer el cargo en la ciudad de Alcalá la Real el 25 de marzo de  1584, iniciando la residencia al licenciado Nino. Trajo por alguacil mayor a Gil García de Sotomayor y nombró por alguacil mayor Diego de Aguilar, y alguaciles menores Francisco Martos  y Juan García. siéndole prorrogado su mandato en febrero de 1585. En su corto tiempo de la residencia se vio implicado en la demanda de la ciudad acerca de que no llevara la parte de ordenanza la Justicia en medio de un cabildo dividido a favor y en contra de presentar la demanda y también  trató de aplicar este alcalde mayor la ordenanza de que los comerciantes debían residir en la Mota. Su actuación contra un mayordomo desfalcador del anterior corregimiento fue clara ya que fue encarcelado.
Este corregidor estuvo muy aquejado por  la enfermedad, y , en la mayor parte de su tiempo, debió vivir en Loja, ya que  fue sustituido por  su alcalde mayor, el licenciado Antonio Pachamoso. En el año 1585, nombró al licenciado Rodrigo Yánez, vecino de Granada[1].  En los últimos años, intervino casi siempre el licenciado Antonio Pachamoso como alcalde mayor de Alcalá la Real. En su tiempo se llevó a cabo una ordenanza de la protección de los montes, en la que se señalaban el sitio donde los vecinos cortarían la leña cuarenta días antes y después de año nuevo, modo de cortarla a partir de la cruz del tronco, dos cargas por personas, día señalado, penas de diez días de prisión, obligaciones de los guardas.[2]
            En su corregimiento, se observa una clara dependencia del corregimiento alcalaino con respecto al de Granada, donde gobernaba  Arévalo de Suazo,  que disfrutaba además del cargo de corregidor el de capitán general de la Costa, lo que le daba cierto  poder e influencia en la Corte para resolver los problemas de envergadura, donde había que atraerse el  beneplácito de la Corte y el Consejo Real. Este fue el caso de sus relaciones con el  corregimiento alcalaíno.
                        En los primeros meses, continuó con la expulsión de los moriscos, trasladando a algunos enfermos y rezagados de la justicia a Toledo, Sevilla Córdoba. El comisario  Esteban de Valdivia los recogió en Campillo de Arenas y Colomera, juntándolos con los de Ronda y Marchena, permitiendo un tiempo de dilación, por el que los caballeros de la ciudad lograron recuperar a algunos esclavos. No obstante, el número de moriscos concentrados en el Hospital del Dulce Nombre de Jesús alcanzo la cifra de 329.  También se enfrentó con una sequía , con el correspondiente reparto de pan, para paliarla entre los 160 vecinos pobres, y con una fuerte epidemia de langosta que  se extendieron en la comarca por la sierra de san Pedro en el mes de abril de 1584 mediante el reparto de comisionados para reparto de pan y para limpiar el campo de este insecto por la zona de la Rábita, en el que participaron más de cien personas por cada uno de los barrios de la ciudad  y con medios artesanales como las puertas, hazadas,  y mangas y buitrones de lienzo que servían de recolectores de las langostas. Como Granada sufría las consecuencias del pan, también exigió el envío de 500 fanegas de trigo. También consiguió un censo de 12.000 ducados  para que la ciudad pudiera hacer frente al hambre con la compra de trigo([3])..

                        El asunto  más importante, en el que intervino a petición del cabildo,  fue la puesta en marcha de  la reconstrucción de la caída de las torres y del Gabán  de la fortaleza de Alcalá   Para ello, se le facultó por la Corona para que viniera a ver e informar sobre la situación de las murallas destruidas, trajo como acompañantes a los  maestros Navarrete de Córdoba y  Ambrosio de Vico, maestro mayor de la Iglesia de Granda, que permaneció durante cuatro días dando sus puntos de vistas y trazas en la reconstrucción. Las obras fueron rematadas a Miguel de Bolivar, Bartolomé de Santa María, el carpintero Juan de Moral, Sancho Menéndez y  Pedro Cano Toledo, avalados  por Matías Izquierdo y Pedro Fraguagua[4]
            También, continuaron las obras de las Carnicerías, bajo la muralla del Trabuquete, en un espacio, porticado por varios arcos, a poyados al antepecho de la  muralla, y la entrada por varios arcos de mediopunto, donde podían pasar a comprar a cortadores y menuderos 200  o trescientas personas[5].



[1] AMAR. Acta del cabildo del siete de mayo de 1585.
[2] AMAR 131. pieza 1.
[3] AMAR. Legajo sin clasificar Provisión real


 para poder comprar trigo. San Lorenzo, 12 de junio de 1584. 
[4] AMAR. A 6. Acta del cabildo del 3 de febrero de 1587.
[5] AMAR. Acta del cabildo del 9 de mayo de 1585.

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