Los actos festivos
El concurso de gente daba lugar
al desarrollo de otras actividades que venían celebrándose en otras fechas
festivas del año, como son los toros, las veladas musicales y los espectáculos
públicos. Y aunque en fechas cercanas y posteriores a la feria solían
celebrarse corridas de toros y fiestas de moros y cristianos, -la mayoría de
ellas organizadas por cofradías o conventos, como las que se hicieron para el
dorado del retablo de la iglesia de Consolación-, en el siglo XIX, una vez que
se restableció la tradición taurina, prohibida por Carlos III, se van a correr
toros durante los días de la feria. Así en el año 182O, llegaron a celebrarse
cuatro corridas de toros, según manifiesta el acta del dos de septiembre. Lo
normal eran dos novilladas en los días más importantes de feria.
Durante este mismo siglo diecinueve, las
bandas militares y grupos musicales van introducirse en la mayoría de las
fiestas con actuaciones. Se acompañaban de bailes populares en la Plaza del
Ayuntamiento y en la glorieta de la música del Paseo de los Álamos. Poco a poco,
estas actuaciones y bailes, que se
iniciaron y celbraron con motivo de algún que acontecimiento o una celebración
nacional, van a extenderse en cualquier día festivo, y, predominantemente, en
la feria.
Otro elemento de estas fiestas
son los tradicionales paseillos y conciertos de las doce en el Paseo. Sin
embargo, se prohibieron los concursos de comparsas o gremios que representaban
mojigangas, tanto procedentes de las aldeas como de los gremios de la ciudad,
por cierto muy frecuentes en la fiesta del Corpus y en la instauración de los
Reyes. Recuerdos de estos son los gigantes y cabezudos, al mismo tiempo que el
reparto de pan a los pobres jornaleros se distribuía por los comisarios de
fiestas en un día señalado de la feria.
También la elevación de globos y
fantoches son reminiscencias de los artilugios y obras que los gremios
presentaban para distraer a la gente en otros períodos. Desde la edad media,
este recurso de las invenciones se mantuvo en nuestra ciudad.
Conforme avanza el siglo, se
observa que el cartel festivo se repite, normaliza y suele estar ocupado por
tres o cuatro veladas musicales, los
teatros que se representaban en el claustro de Consolación y en el Teatro
Martínez Montañés y los fuegos artificiales, hoy desaparecidos. Solían acudir
bandas de pueblos cercanos como en el 1912, aconteció con la de los Villares o
la de Martos por los años veinte.
A principios del presente siglo,
el cinematógrafo hace su presencia en nuestra ciudad y fue un acontecimiento
público en la feria del año 1912. A partir de aquel momento, las películas de
estreno y los films de mayor aceptación se proyectarán en nuestro Parque
Cinema, aunque en los primeros tiempos fue gratuito.
Los puestos de las casetas
fueron una preocupación municipal que encargó su fabricación al gremio o
sociedad de carpinteros para que los contrataran con motivo de la feria.
Finalmente, la luz va a ser un elemento esencial de la feria festiva,
contratándose a una compañía granadina
de electricidad. Como dato curioso, en el año 1918 solían contratarse
doscientas treinta y dos bombillas. Con el transcurso del tiempo, el
alumbrado oficial se fijará como una
actividad que inidque el principio de la feria.
El sitio de la feria
Desde tiempo inmemorial ocupaba
el recinto de la venta de ganado el espacio comprendido desde la Puerta de los Álamos hasta la ermita
de la Magdalena, ya que era un lugar adecuado para todo tipo de transacción
económica que se desarrollaba en medio de los caminos de Madrid, de Baena, de
Montefrío y Frailes. Poco a poco, la llegada de comerciantes de mercadurías,
aperos de labranza y de calderería daba lugar a que se ocupara el Llanillo, la
calle Real, el Juego Pelota y parte del camino de Madrid por los Álamos. El
paso y el aumento del número de coches de caballos originaron algún que otro
incidente por la intensidad de tráfico cada vez más numerosa. Y así, el año
1879 se trasladó por primera vez el Paseo de los Álamos, aunque se mantuvieran
tiendas de comercio de forasteros a lo largo del Llanillo, incluso solían alquilarse las dependencias del Palacio
Abacial por aquellos días. Definitivamente, se establece en el Paseo de los
Álamos en el año 1899, para evitar el peligro de peatones que corrían en la
carretera entre Alcaudete y Granada, como manifiesta el acta del trece de
septiembre.
Esta ubicación se mantuvo hasta
el año 1983, que se trasladó provisionalmente al recinto ferial de la
Magdalena, y en el año 1988, se inauguraron las excelentes instalaciones que
hoy día disfrutamos los alcalaínos, siendo alcalde Felipe López García. No
obstante la feria genuina del ganado tuvo que adaptarse a los lugares cercanos,
que ofrecían un lugar para el reducido comercio ganadero que todavía se
mantiene entre los pueblos.
Las suspensiones de las ferias
Por su carácter de intercambio comercial y el trasiego
de personas, solían transmitirse muchas enfermedades tanto en los ganado como
en las personas. De ahí que en cualquier momento de peste, cólera, y enfermedad
contagiosa se prohibía cualquier actividad de esta índole para evitar la
propagación de una ciudad a otra. Las primeras medidas emanaban de la Corte y,
a lo largo de los siglos anteriores al actual, fueron muchos los años que se
cerraba la ciudad, no permitiéndose su entrada por las distintas puertas,
principalmente la de los Arcos y la Tejuela. Se establecían aduanas a media
legua de Alcalá para controlar cualquier llegada de forasteros, al mismo tiempo
que se impedía el comercio con otras ciudades. Guardas montados a caballo
detenían al que intentara desobedecer las órdenes. En concreto, hay noticias
claras y precisas de la prohibición de la feria en el siglo pasado con motivo
de la peste del cólera 1884 y por la expansión del cólera del morbo asiático en
el año siguiente. Suponía un duro golpe a la economía local por el gran interés
económico que representaba en las arcas municipales y en las economías
particulares. Con frecuencia el cabildo municipal trataba por todos los motivos
de que no se suspendiera si la peste no había afectado en la ciudad, como
sucedió en el año 1890 permitiendo las veladas, los teatros y los fuegos
artificiales. Muchas veces la autoridad municipal permitía la feria exceptuando
la entrada de ganado siempre con la vigilancia de la Guardia Civil. A veces, los munícipes arriesgaban y, a pesar
de que los pueblos limítrofes se veían afectados, la mantenían por el bien de
la industria, el comercio y la población con la inspección sanitaria del
ganado, como sucedió en 1890.
Acontecimientos nacionales
motivaron que en el año 1928, con motivo de la Guerra de África, en Melilla, se
suspendiera la feria empleándose su presupuesto en favor de las familias de los
soldados muertos y de los heridos.
No obstante, en momentos en los
que otras actividades festivas se prohibieron como en la República, la feria de
Septiembre nunca desapareció y seguía considerándose como una actividad
comercial de importancia.
A veces, circunstancias
luctuosas como en el 1956, dio lugar a la interrupción de las actividades
festivas con motivo de la caída de la plaza de toros. Incluso hubo años que por
tormentas debió ampliarse el calendario festivo para resarcir a los
comerciantes de las pérdidas ocasionadas. Sin embargo, desde entonces se ha
venido celebrando la feria con una brillante exhibición de colorido y, en los
recientes años, con un nuevo aspecto festivo y alegre, sin que hasta ahora se
haya perdido, aunque solo queden vestigios de lo que fue una de las mayores
ferias de ganado y comercial de Andalucía.
......
Esperando que todos difrutemos
en estos días de descanso, sería interesante que no olvidasemos el gran
componente que tenía la feria de intercambio comercial, entre vecinos y entre
pueblos comarcanos. )No sería interesante que la iniciativa privada recogiera la antorcha
de nuestros antepasados, aunque imaginativamente debiera emprender nuevas
actividades comerciales, dejando al municipio lo que siempre ha ejercido la
seguridad, la organización festiva y la infraestructura, incluso superando con
creces las condiciones tercermundistas de los aaños setenta?. Felices Fiestas.
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