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domingo, 21 de septiembre de 2014

CORRIDAS DE TOROS EN LA HISTORIA DE ALCALÁ-


LAS CORRIDAS DE LOS TOROS

A LO LARGO DE LA

HISTORIA

EN

ALCALÁ LA REAL

 



I

                                               EN TIEMPOS DE CRISIS

 

Desde el año 1597, que hubo grandes lluvias y nevadas, hasta el año 1607 son años de sequía intensa, sobre todo éste últimos de ahí que es muy significativo el acuerdo del cabildo del día 23 de abril de 1607, que manifiesta:

“ la ciudad da así la noticia que la gente está agotada y afligida por los años anteriores y la falta de temporal”

Y concluye:

“para que se alegre y divierta que se hagan fiestas de toros en la plaza de esta ciudad, donde se acostumbran a hacer las fiestas”

 

                    II

CORRIDAS DE TOROS CON MOTIVO DE LA FIESTA DE LA Natividad DE LA VIRGEN EN SEPTIEMBRE

 

Como curiosidad un espectáculo importante de las fiestas, las corridas de toros, comenzaba a extenderse en las clases populares, lo que no era bien visto por los grupos privilegiados que se hacían esta reflexión con motivo de unas fiestas de septiembre de 1628:

 "se quieren hacer fiestas de toros por algunos moços del campo y sacar compañía y que tratan de pedir licencia a la Real Audiencia de Granada y porque de darla es la cosa más perjudical que se puede dar en esta ciudad por las muchas desgracias que en esta fiesta suceden como gente desbastada y sin gobierno y que la ciudad debe mirar por su república y no dar lugar a semejante cosa"

Por ello, reclamaba que se impidiera el espectáculo por ser fiestas de poca estima y sin autoridad y aber começado la bendimia.  

 

 

                      III    

 

            CORRIDAS DE TOROS EN LA VILLA DEL CASTILLO DE LOCUBÍN

 

En un clima de empréstito y deuda municipal, la situación de la villa castillera dio lugar a un nuevo e importante incidente  en el que un alcalde ordinario, Salvador del Olmo, fue apresado por el corregidor Tomas Fontanet en 1648. El motivo no era otro sino que se había sobrepasado en las competencias de dar licencia para la celebración de una corrida de toros con motivo de las fiestas de la Virgen del Rosario el día 10 de septiembre. Los siete hidalgos y el clero apoyaron este movimiento de enfrentamiento del alcalde ordinario frente al corregidor, alegando que

 

es vergonzoso lo hecho por el señor corregidor con Salvador del Olmo, teniendo éste el Gobierno de una Villa tan principal, en donde hay Vicaría del señor Obispo, mucha clerecía y tantos y tan principales caballeros

 

No hay que entenderlo, como el recopilador castillero Rafael Álvarez de Morales y Ruiz defiende apasionadamente, que era un atentado en una situación en la que la ciudad no pagó los compromisos de pago de la villa con la Corona  hasta el 1698 y el ambiente tenso que reinaba entre las dos entidades, sino más bien uno de los frecuentes desajustes que se producían personales y de competencias que dependía más de la autoridad ejercida por el propio corregidor, ya que los datos son esporádicos de enfrentamientos. Dentro de este contexto hay que entender que intentaran en varias ocasiones el pago de contribuciones o donativos como en 1660, sin embargo la ciudad de Alcalá no permitía la división administrativa ya que se consideraba la villa del Castillo de Locubín sin concejo municipal y los cargos de los alcaldes ordinarios y el alguacil mayor simples ministros de escribir causas y apresar personas en los pleitos para remitirlos al corregidor alcalaíno.

 

 

IV

CORRIDAS CON MOTIVO DE FIESTAS EXTRODINARIAS

 

El triunfo real en las plazas de Gerona Granada y Córdoba junto con la vuelta a la Corte se celebra el tres de diciembre de 1710.[1] Algunos Te deum y misas de acción de gracias se celebran en su honor por el Tratado de Paz de Viena en el 1725, que se acompañaron del repique de campanas, entre ellas las del Reloj de las Casas Capitulares, luminarias y fiestas de mojigangas, toros, fuegos artificiales y desfile de la Compañía, Coronel y Tropa del Regimientos de Dragones de Pavía. La fiesta de toros se celebró en la plaza de la calle Real junto a las casas capitulares, que habían sido alquiladas por aquel tiempo. El cabildo del día cinco de junio así  describe las fiestas del día veintisiete de mayo de dicho año, que se iniciaron con la misa de Te deum en la Iglesia Mayor y por la noche:

“asimismo hallándose la Plaza a donde por la festividad del Corpus se iluminó  con más de mil luces por tres noches, tanto por la ciudad como por los vecinos desde las nueve de la noche hasta las doce y asistiendo  a dicha plaza en los balcones que caen en ella , la capilla de Música de la Santa Iglesia y los cuatro oboes del Regimiento de Dragones del Regimiento de Pavía, que se halla en nuestra ciudad, alternando con canciones el tiempo que estuvo iluminada la plaza.

e mandose en ella no sólo la pólvora que se gastó por los dichos soldados, que la ciudad pregonó con salvas de fusilería  y en cada una de las tres noches se ejecutaron.

y a las doce del día se reunieron las tropas y elevaron tres salvas.

en las tres noches se quemaron invenciones de fuego.

El día veintiocho se llevó a cabo la misa de Te Deum en los conventos, el día treinta  

se volvió a iluminar esta noche la plaza y también lo hicieron los vecinos con asistencia de la capilla de Música y Abies del Regimiento de Dragones.

 Y lo más curioso:

Se matan doce toros, quebrándose con ellos lancillas  burlescas y, habiéndose prevenido veinte cuatro toros, y, en la misma conformidad se mataron y corrieron el día siguiente dos de junio  los otros doce y asistió la ciudad en público

Y se dispuso el dicho día una mojiganga y máscara por todos los gremios, que se ejecutó con vistosos disfraces  así suyos como diferentes invenciones de dichos gremios sacan  con muchas aclamaciones al Rey Nuestro Señor y Príncipe que Dios guarde muchos años. [2]

                                                           V

 

Fueron numerosas las fiestas de acción de gracias con motivo de los nacimientos del Príncipe, aunque algunos años por circunstancias climatológicas tan sólo quedaron reducidas a las celebraciones espirituales como en los años del primer decenio del siglo XVIII. En 1709 se celebraron corridas de toros y lo que más convenga para el regocijo de la fiesta[3].

Esta variante  destacaba por la suma trascendencia de la familia real en el mantenimiento de la Corona. Aunque la protectora de los partos era la Señora Santa Ana, pronto se va a acudir a la Virgen de las Mercedes. Es significativa la celebración del año 1712 , se ordena que se comunique el nacimiento el día catorce en la plaza, acompañada la corporación de una compañía de arcabuceros y gastando un gran número de pólvora. También se encendieron luminarias durante tres noches en los sitios acostumbrados y en las casas de vecinos. Se celebró tan sólo una fiesta espiritual en honor a la Virgen de las Mercedes y además hubo una corrida de toros.[4] Un caso especial fue el casamiento del Príncipe Manuel Luis en el año 1722, celebrado con luminarias, repique de campanas y demostraciones de alegría.

 

 



[1]  Martín Rosales, Francisco. La fiesta de a Virgen del 1710 con motivo de una Victoria Real ( Morfología y precedente de una fiesta religiosa). Revista de la Patrona. Año 1991. Hay un pormenorizado análisis de los elementos formales de la fiesta que se repetirían en el día quince del mes de agosto y en las fiestas de acción de gracias. Nos lo vamos a repetir por deducirse de ellas.
[2] AMAR. Actas de los cabildos del día veintidós de mayo cinco de junio de 1725.
[3] AMAR. Acta del cabildo del cuatro de junio de 1709.
[4] AMAR. Acta del cabildo seis de mayo de 1712.








 

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