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viernes, 26 de septiembre de 2014

COMO EN EL ROSARIO DE LA AURORA. UNA TRADICIÓN PERDIDA.

 
 
 
LA VIRGEN DE LA AURORA
 
Nacieron la devoción y fiesta de la advocación de la Aurora a principios del siglo XVIII. Por aquel tiempo se adquirió la imagen, recibió culto en la Iglesia de la Caridad y otras veces en la Veracruz hasta que en este siglo se  trasladó su imagen, primero, a la Iglesia de san Juan, y tras la posguerra, a  la iglesia de san Antón. Hay constancia de los rosarios de la Aurora a finales de este siglo, cuando se confunden los hermanos del Rosario con unos escopeteros que asaltaban las casas en la madrugada.[1]De ahí el dicho que todo acabó como en el Rosario de la Aurora, comentado por el folclorista Antonio Machado en uno de sus artículos sobre costumbres perdidas en Andalucía.
 En este siglo, se mantienen todos los elementos típicos de la festividad, de modo que  tenemos noticias del funcionamiento de un año a través de la memoria de gastos religiosos de la hermandad  que entregó a alcalde constitucional del año 1842. La hermandad mantenía la tradición de los demandantes por el campo, el canto de las salves, y la festividad del día  de la Aurora. al frente de la cual había un capellán que celebraba misa en todos los dís festivos y feriados.
En el día de la Aurora, se llevaba a cabo el adorno y la iluminación de la iglesia y de la portada, la vocación o convocatoria de la fiesta con fuegos artificiales, una misa con sermón a cargo de un célebre predicador y la procesión; todos los actos  eran acompañados por una capilla de música, que en aquel año era la de Florencio Alba, y por el estruendo de  cohetes. Se distinguía  entre la capilla que interpretaba durante la misa en forma solemne y la marcial, la iluminación de la iglesia y procesión del rosario de la Aurora se realizaba en el segundo domingo de septiembre. Un elemento esencial eran los faroles y, a partir de agosto, se iniciaban los despertadores con sus cantos, cuya vestimenta era pagada por la hermandad. Como tradición nunca perdida, se celebraba la fiesta de la candelaria y las misas de sufragio por los hermanos fallecidos.
Caso típico de todas cofradías alcalaínas llevaban a cabo la demanda por el mes de agosto recogiendo cereales, y ofreciendo las cuarteleras y faneguueras a los devotos.
Curiosamente, esta hermandad tenían un aspecto familiar que se ha mantenido hasta el siglo XX, aunque se renovó por los años treinta, imitando a los de Priego bajo el mandato de hermano mayor Francisco Huertes Granda. Los Vegas solían ser sus hermanos mayores, los depsertadores y los portadores de los faroles, que desparecieron por los años cincuenta de este siglo, lo mismo que la hermandad

 



[1] AMAR. Acta de cabildo del veintinco de enero de 1783. En ella se comenta que una noche se mezclaron los contrabandistas y escopeteros con los hermanos de la Aurora "que iban al Rosario".

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