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domingo, 21 de septiembre de 2014

FOTOS DE LA CORRIDA DE AYER. POEMA AL SOMBRERERO.,



CUATRO OREJAS Y DOS RABOS A JAVIER GONZÁLEZ, TRES AL CORDOBÉS Y DOS A ÁLVARO MONTES. BUENA CORRIDA. TOROS DESIGUALES. BUEN AMBIENTE Y TARDE FANTÁSTICA.
 






A MANUEL OCAÑA


 

 

AL SOMBRERERO

 
Entre nubes amenazantes,
Un fulgor sale del cielo
Y un percutir de atabales
Mezclados con  redobleos,
 
De testigo, está tu padre
En el coso del toreo,
Contemplando el pasacalle,
En el día de san Mateo.
 
.......
 
Ante la Virgen, tu madre
Le reza cien padrenuestros,
Y le pide que te ampare
Con su capote, al momento.
 
Suena el clarín en la tarde,
El júbilo presintiendo,
Y se asoma a socaire
Desde tribuna tu abuelo.
......
 
  Una nube se levanta,
De rodillas, ante su  cuerpo
Una burla salerosa,
Y un farol se alza al viento.
 
¡Qué no,
que no quiero verlo!
Protégelo, padre mío,
Y, si se acerca el novillo,
Toréalo desde el cielo.
....................
 
 
Ante los caballos, sabe
Guiarlo, y, en fingiendo
Tres capotazos con arte,
Dejarlo bravo y entero
 
El presidente te mira
Y, tu le guiñas sonriendo
Que esta tarde no aspiras
A recibir su asentimiento.
 
Le tienes ya prometido
El brindis de tu estreno
Al que más a ti te quiso
Verte como novillero.
 
Solemne, y, majestuoso,
Como el divino Orfeo,
Levantando la montera
La diriges hacia el cielo.
 
Y, desde lo alto, te mira,
Asiente ya sonriendo,
Te aplaude a manos llenas
Y agradece tu recuerdo.
....................
 
¡Que no,
que no quiero velo¡
 
Dóblale con la muleta,
Cuando se acerque, muy fiero,
Ese toro que embelesa
Y, engaña con sus rodeos.
 
.................................
Pronto,  escucha a su padre,
Desde  la barrera zahiriendo..
Ni  aquel famoso rapsoda
Ni, el creador de los  aedos
logró embelesar a la fiera,
como  el joven Sombrerero.
 
Va primero, con la diestra,
Dando pases y rodeos,
-Todos de arte repletos-,
Y, convirtiendo la fiesta
En un éxtasis de belleza
Y de desplantes toreros
No se salta ni una regla,
Mide los pasos y, atento
Le da lo que el toro pide
Le finge si puede hacerlo.
Y cuando ya lo ha domado,
Sin capote, cuerpo a cuerpo.
Con su mano plateada,
La de los buenos maestros,
Lo hace al natural,
Como si  fuera Teseo
Burlando al Minotauro,
Monstruo bravío y  horrendo.
 
No se sacia una vez,
mil veces, es su recreo,
y le sonríe en tribuna,
desde lo  alto, su abuelo.
 
No humilla al animal
Le burla con su toreo,
Lo recrea con su arte,
..al final caracoleos.
 
Y, se acerca al tendido,
Un  brindis y un faroleo,
Los dedica a la caterva
Que le siguen con su celo.
 
Llega la suerte suprema,
Implorando  a san Mateo,
Y le pide que le preste e
Su espada para el momento.
 
Para y detiene a la fiera,
sólo, y la gente en silencio,
como una caña cimbrea
finge falsos movimientos.
 
Baja con arte la capa,
El estoque apunta cierto,
Y hasta la bola, le llega
 La espada al toro muerto.
 
...
 
Que no,
Que no quiero velo.
 
El abuelo a la Virgen
Le dona rabo y orejas,
y ella regala al niño,
una capa y una montera.
 
 
La tarde, desde la Mota,
Comienza a  romper tormenta
Y, los santos, en el cielo
Brindan la suerte eterna,
Para que  los querubines
Lo amparen y lo protejan,
Con la suerte de la espada,
Como esta la tarde de feria.
 
F. martín, septiembre 2002

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

AL SOMBRERERO

 
Entre nubes amenazantes,
Un fulgor sale del cielo
Y un percutir de atabales
Mezclados con  redobleos,
 
De testigo, está tu padre
En el coso del toreo,
Contemplando el pasacalle,
En el día de san Mateo.
 
.......
 
Ante la Virgen, tu madre
Le reza cien padrenuestros,
Y le pide que te ampare
Con su capote, al momento.
 
Suena el clarín en la tarde,
El júbilo presintiendo,
Y se asoma a socaire
Desde tribuna tu abuelo.
......
 
  Una nube se levanta,
De rodillas, ante su  cuerpo
Una burla salerosa,
Y un farol se alza al viento.
 
¡Qué no,
que no quiero verlo!
Protégelo, padre mío,
Y, si se acerca el novillo,
Toréalo desde el cielo.
....................
 
 
Ante los caballos, sabe
Guiarlo, y, en fingiendo
Tres capotazos con arte,
Dejarlo bravo y entero
 
El presidente te mira
Y, tu le guiñas sonriendo
Que esta tarde no aspiras
A recibir su asentimiento.
 
Le tienes ya prometido
El brindis de tu estreno
Al que más a ti te quiso
Verte como novillero.
 
Solemne, y, majestuoso,
Como el divino Orfeo,
Levantando la montera
La diriges hacia el cielo.
 
Y, desde lo alto, te mira,
Asiente ya sonriendo,
Te aplaude a manos llenas
Y agradece tu recuerdo.
....................
 
¡Que no,
que no quiero velo¡
 
Dóblale con la muleta,
Cuando se acerque, muy fiero,
Ese toro que embelesa
Y, engaña con sus rodeos.
 
.................................
Pronto,  escucha a su padre,
Desde  la barrera zahiriendo..
Ni  aquel famoso rapsoda
Ni, el creador de los  aedos
logró embelesar a la fiera,
como  el joven Sombrerero.
 
Va primero, con la diestra,
Dando pases y rodeos,
-Todos de arte repletos-,
Y, convirtiendo la fiesta
En un éxtasis de belleza
Y de desplantes toreros
No se salta ni una regla,
Mide los pasos y, atento
Le da lo que el toro pide
Le finge si puede hacerlo.
Y cuando ya lo ha domado,
Sin capote, cuerpo a cuerpo.
Con su mano plateada,
La de los buenos maestros,
Lo hace al natural,
Como si  fuera Teseo
Burlando al Minotauro,
Monstruo bravío y  horrendo.
 
No se sacia una vez,
mil veces, es su recreo,
y le sonríe en tribuna,
desde lo  alto, su abuelo.
 
No humilla al animal
Le burla con su toreo,
Lo recrea con su arte,
..al final caracoleos.
 
Y, se acerca al tendido,
Un  brindis y un faroleo,
Los dedica a la caterva
Que le siguen con su celo.
 
Llega la suerte suprema,
Implorando  a san Mateo,
Y le pide que le preste e
Su espada para el momento.
 
Para y detiene a la fiera,
sólo, y la gente en silencio,
como una caña cimbrea
finge falsos movimientos.
 
Baja con arte la capa,
El estoque apunta cierto,
Y hasta la bola, le llega
 La espada al toro muerto.
 
...
 
Que no,
Que no quiero velo.
 
El abuelo a la Virgen
Le dona rabo y orejas,
y ella regala al niño,
una capa y una montera.
 
 
La tarde, desde la Mota,
Comienza a  romper tormenta
Y, los santos, en el cielo
Brindan la suerte eterna,
y piden a  los querubines
Lo amparen y lo protejan,
Con la suerte de la espada,
Como esta la tarde de feria.
 


 

 

 

F. martín, septiembre 2002

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