LA FIESTA DEL PRIMER DOMINGO DE SEPTIEMBRE
Desde tiempos inmemoriales celebra la fiesta
solemne la cofradía del Santísimo Cristo de la Salud el primer Domingo
de Septiembre. No es una feria señalada en la tabla de fiestas de la Iglesia
mayor Abacial. Probablemente
, el capellán y mayordomo debieron establecerla dicho día para distinguirla del día de la Natividad, que suele celebrarse en nuestra abadía con motivo de Nuestra Señora de la Caridad, y la segunda celebración de Nuestra Señora de la Cabeza. Tan sólo se encontraba cercana en sus fechas la festividad de la Exaltación de la Cruz. Por lo tanto, la misa suele corresponder al domingo que le acaeciera en cada uno de los años por Pentecostés.
PIPIRRANA SANJUANERA 09 |
CONCIERTO |
VISITA DE TERCERA EDAD |
, el capellán y mayordomo debieron establecerla dicho día para distinguirla del día de la Natividad, que suele celebrarse en nuestra abadía con motivo de Nuestra Señora de la Caridad, y la segunda celebración de Nuestra Señora de la Cabeza. Tan sólo se encontraba cercana en sus fechas la festividad de la Exaltación de la Cruz. Por lo tanto, la misa suele corresponder al domingo que le acaeciera en cada uno de los años por Pentecostés.
SENCILLA |
Por el carácter consuetidunario de dichas
celebraciones que suelen predominar en este tipo de capellanías de carácter
particular, familiar o gremial, solía reducirse a una función solemne que se
celebraba en la ermita de San Blas, a la
que acudían los beneficiados, ministriles, capilla de música y capellán
mayordomo de dicha iglesia. Se adornaban con colgantes las paredes de la
iglesia y los cirios abundaban en la
ceremonia. Para anunciar la fiesta tocaban las campanas de la Iglesia Mayor
Abacial y del resto de las iglesias, acompañadas de una salva de cohetes,
frecuentemente en la víspera, y en los tres toques anteriores a la ceremonia. Tras la función, como luego
hizo costumbre, se celebraba la Junta General de la Hermandad, en la que se
nombraban el hermano mayor y el depositario que administrara los bienes y
enseres de la cofradía, y donde se
rendían las cuentas.
No se ha podido reconocer el sistema de elección
de hermanos, probablemente como muchas de dichas esclavitudes y hermandades, se
reducía a correr anualmente el puesto en la lista de hermanos. Tan sólo, a
principios del siglo XX, se llevó a cabo de una forma consensuada entre los
miembros de la directiva que solían proponer a uno de ellos el cual era
ratificado por los presentes. La costumbre del refresco de dicho acto data de
los años cuarenta de este siglo, pero no es de extrañar que lo hubiera en otros
anteriores de una forma frugal y austera, debido a los escasos bienes y miembros de la
hermandad.
EXPOSICIÓM jUAN CANO |
La procesión vespertina del primer domingo está
datada en este presente siglo y en el anterior, así como el itinerario por las
calles del Barrio de San Juan, parándose estacionalmente en la Iglesia de la
Veracruz, Convento de las Dominicas, de Consolación, del Rosario, de las Monjas
Altas de la Trinidad y de San Juan. Los demandantes solían disponer de las
cuarteleras y de las litografías en su reparto y colecta de la ciudad y el
campo, tras el correspondiente permiso abacial.
A principios de siglo, se instituyó una verbena en
el día de su fiesta, celebrándose en la placeta de San Blas, que era engalanada
con arcos de juncia, romero y otros arbustos y banderitas. También acudían
puestos ambulantes de gaseosas, arropía, globos y otros divertimentos
juveniles. Por los años cuarenta dicha verbena se trasladó a la Víspera de su
festividad. Curiosamente, el quinario que hacía referencia a las cinco llagas
de Cristo Crucificado se celebraba en la primera semana del mes de Septiembre
tras la función religiosa. Suele comprender el rezo del Santo Rosario y unas
breves meditaciones y oraciones relacionadas con dichos motivos pasionales. Siempre
se ha impartido la comunión, sin que se celebrara el sacrificio de la Santa
Misa. En todos las actos de culto, se ha mantenido la tradición del bacín
petitorio para recaudar fondos.
CON LA CRUZ ROJA |
Por los años cuarenta, la celebración de la
festividad del Santísimo Cristo de la Salud alcanzó un progresivo auge en
nuestra localidad. En la víspera, tras el volteo de campanas y lanzamiento de
cohetes, solía rezarse el ángelus; por la tarde, el rezo del Santo Rosario solía acompañarse
de una fiesta popular con intervención de alguna orquesta de la localidad e,
incluso, un pequeño refresco.
Por los años ochenta, se transformó en una ofrenda
de frutos y oración al Cristo de la Salud. En dicho acto, se lleva a cabo una
lectura del Evangelio, correspondiente al Domingo de la Exaltación de la Cruz,
se reza la Oración del Pujarero, mientras se ofrecen un ramo de espigas,
racimos de uvas, hortalizas, ramas de olivos y flores. Algunas veces, se
acompañan de la lectura de poemas al Cristo de la Salud y de la Salve a la
Virgen de las Mercedes o las Canciones de Auroro. También se celebra, a
continuación, el recuerdo por los hermanos fallecidos, la bendición de
insignias y el acto de entrada de nuevos hermanos, en el que reciben las nuevas
insignias, estatutos y diploma de hermano al mismo tiempo que se le ilustran
con algunas palabras acerca de la historia de la hermandad. Es frecuente que,
en el patín o en la placeta, se organice un acto cultural como un Concierto de
la Banda Municipal de Música o de un grupo de cámara, proyección de
diapositivas, vídeo, relacionados con la historia o vida de la hermandad , o de
baile. Últimamente, el concierto de la Agrupación Musical la Exaltación al Cristo de la Salud en el Viernes. Hubo años que se hicieron exposiciones de fotografías , enseres, del Rosario y la Pipirrana Sanjuanera.
El primer
domingo de Septiembre se ha mantenido con los mismos cultos y actos de una
manera inalterable hasta hoy día. Tan sólo, la diana se ha visto anunciada por
la banda municipal o la Agrupación de Tambores y Trompetas de la hermandad a
partir de las siete de la mañana, acompañada de una salva de cohetes, que
estallan a lo largo del recorrido en que
suele visitarse las casas del hermano mayor, de los antiguos hermanos mayores,
la Iglesia de las Angustias y el Convento de las Madres Dominicas, donde se
interpretan algunas marchas procesionales u oracionales, lo mismo que en la
salida y despedida en la iglesia de San Juan Bautista.
La función de iglesia suele estar presidida por el
párroco o capellán de la hermandad y acompañada de alguna capilla de la
localidad (grupo de músicos de la Banda, Coral, o coros parroquiales); en
algunos años, la han visitado el coro
del Rocío o el de parroquias de la provincia de Jaén. Ocasionalmente, la
cátedra viene ocupada por sacerdotes relacionados con el barrio de San Juan
como Francisco Rosales, Antonio Pérez, o Antonio Baeza.
Durante la Junta General, el acto más importante,
concurrido y ansiado es la elección del nuevo hermano mayor que se ha venido adaptando lo mejor posible al
funcionamiento participativo. En
dicha elección, predominó durante los
años sesenta y setenta la propuesta de hermano mayor por parte de varios
hermanos a la hora de la votación; con la reciente aprobación de los estatutos, se
realizan dos propuestas, una de varios
elegibles por parte de la Junta directiva y, por otro lado, se proponen todos
los que quieran ocupar voluntariamente
el puesto. De acuerdo con las normas estatutarias, se forma una mesa
electoral y suelen acudir un número aproximado en torno a los doscientos hermanos a la hora de la elección. Tras el
recuento de votos, el hermano elegido tremola el gallardete y, a continuación
se lleva a cabo un pequeño y frugal refresco, donde predominan las subastas de
objetos y la rifa de los pollos con el fín de sacar fondos para la hermandad.
Por la tarde, la manifestación religiosa recorre
las calles de Alcalá, acompañada de unas dos mil personas devotas. Bajando por
la calle Veracruz la imagen del Cristo
de la Salud, a hombros de sus
costaleros, recorre las calles de las
Angustias, Llanillo, Real, y
Rosario hasta encerrarse en la Iglesia
de San Juan. Abre la procesión la Banda de Tambores y Trompetas de la hermandad y cierra el desfile el cura
párroco con la Banda Municipal de Música, que ha sido sustituida por la actual agrupación musical. El gallardete inicia las
filas de señoras vestidas de mantillas, que van presidida por los miembros de
la Junta Directiva saliente, mientras el nuevo hermano mayor suele portar el
gallardete. Es tradicional que los hermanos reciban el cirio y algunos lleven en su pecho el
crucifijo. En algunos años se engalanaron balcones y fachadas e, incluso,
llegaron a encenderse bengalas al paso de la imagen, hoy día tan sólo se
adornan con macetas la fachada y patín de San Juan. Suele finalizar esta
manifestación con una traca de fuegos artificiales y el acto del descendimiento
desde el alero del portón del patín.
Durante cinco días, de
lunes a viernes, se reza el quinario, que anteriormente se componía del rezo
del santo rosario, meditaciones de pasión y comunión. A la entrada, como en el
domingo primero de septiembre, se coloca una mesa petitoria compuesta por dos
hermanos. Actualmente, se celebra la Santa Misa y una reflexión evangélica de
Pasión
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