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viernes, 2 de marzo de 2018

LA CALLE DEL MAESTRO ALARIFE, LOS FAMOSOS ALBAÑILES MARTÍN ESPINOSA Y DE OTROS OFICOS

En el sector de servicios, Bartolomé de la Torre (1274), maestro de zapatero, casado con Francisca Gutiérrez, con dos hijos menores y dos hijas. No ganaba más que cuatro reales que, como auténtico autónomo de aquel tiempo, lo recibía en los días que abría puertas de tienda y recibía demanda de arreglos de zapatos y albarcas.

Juan del Pozo, viudo, maestro de zapatería (1285), Alcanzaba casi los mismos ingreso que el anterior, y se acompañaba del oficial Cristóbal de Arjona. .


Me recuerdan a Sebastián Pañalón que, a mediados del siglo XX, ejerció el mismo oficio y marchó a a tierras catalanas como emigrante, luego volvió a su tierra, persona muy querida. 

Manuel Ruiz, de 45 años, maestro de barbero, por el que recibía 200 reales  y estanquero de Tabacos , por el ingresaba 1.100 reales, con una hija (1289). Vivía en la Placeta del Rosario. Casado con Juana de Rivilla y una hija. Poesía una casa en la calle Real, compuesta de portal, cuartos principales, segundo , caballeriza, corral, de 5 varas de frente y 8 de fondo, arrendada en 11 ducados, lindera con don Juan Antonio Cano, por la parte alta, y, por la baja, con casa  del granadino Vicente Mirasol, gravada con 150 ducados a favor del convento dominico de la Encarnación con cuatro reales y medio anuales. Poseía la memoria de Aparicio López de Moya en el convento franciscano de Consolación con tres misas a dos reales cada una, en la Hondonera, lindera con tierras del presbítero don Antonio de Contreras (E), del presbítero don Pedro Valderas (O)  , de los propios (N)  de don José Ruiz  Guillén, con producción de tres fanegas. 
Una tienda hubo hasta muy avanzado el siglo XX, que hacía de bebidas, alimentación y tabaquería...
Miguel Gil Panadero, de 42 años, casado con  María de la Trinidad Ruiz y tenía cuatro hijas (1290). Era, además panadero y sacaba de renta 750 reales. 



En el sector de la construcción,  destacaron muchos albañiles, luego años después le sucedieron los Granados ( uno de ellos emigró a América a principios del siglo XX), los Hidalgos o Arturicos, 


Fernando Martín, maestro albañil, de 68 años viudo  con dos hijas ( 1275)  padre de  de dos hijos menores, entre ellos el que sería el famoso arquitecto Amonio Martín Espinosa, y una parienta con un hijo de 18 años. Ejercía de maestro de alarife de la ciudad de Alcalá, el auténtico maestro de obras, que se ocupaba desde la fontanería de sus calles,  alcantarillado, canalización de aguas, fuentes, edificios públicos, caminos, calzadas, inspección, tasación y valoración de edificios, puentes, inmgeniería...  Es interesante detenerse en el término alarife  
(del árabe hispánico «al'aríf», a su vez del árabe clásico «‘arīf», experto ) y alarifazgo son términos en desuso que denominaron en la península ibérica al maestro de albañilería mudéjar​ en la herencia cultural del periodo musulmán en ese territorio. Entre los oficios relacionados con la construcción fue sinónimo del arquitecto o el maestro de obras y de forma general del albañil.​ Su figura histórica y trabajo aparecen glosados y descritos en antiguos tratados como el Libro del Peso de los alarifes y Balanza de Menestrales, o el Breve compendio de la carpintería de lo blanco y tratado de alarifes de Diego López de Arenas, o su referencia en las Ordenanzas de Madrid, redactadas por Teodoro de Ardemans.  

En Alcalá podemos recordar a famosos alarifes como
 Juan Sánchez, 
Pedro Ramos  y Ginés  Martínez de Aranda en el siglo XVI; 
en el siglo XVII, el propio Ginés,  y Manuel del Álamo
 que enlaza con el siglo XVIII y Mateo Primo. los Granados en el siglo
XIX. y, en el XX, Cándido Álvarez o Manuel de la Morena entre otros., 
Fernando complementaba su oficio con  labor de  una fanega y media
 en el Cerrillo de los Caballero, con la renta de dos a siete y cuarto de 
semillas, propias del convento trinitario, y  lindero con tierras
de doña María Montijano de la Rosa (E), del presbítero don Gas
par de Jérez(O), con la monja clarisa doña Jacinto Carrillo (N), y de 
María Teresa (S). 
Manuel Martín Espinosa de los Monteros (1288), sacristán de la iglesia parroquial de san Juan, casado con Ana del Castillo y tenía una hija. Su oficio religioso le proporcionaba seis fanegas de trigo y catorce ducados al año que alcanzaba los 66 reales anuales. 









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