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viernes, 9 de marzo de 2018

EN ALCALÁ IDEAL. LAS CASERÍAS DE SAN ISIDRO (i)


LAS CASERÍAS DE SAN ISIDRO (I)

Si hubiera que destacar, como auténtico un partido de campo del municipio alcalaíno, este sería el de las Caserías de San Isidro. Se extiende desde el camino de Chinares hasta el de Puertollano y el que sube a la Camuña formando una extensión rural, que linda con el Fuente Álamo, Hortichuela y Charilla. Romera y tradicional, dispersa y variada, cortijera y ventera, mar de olivos y encinar en las cumbres, barrancal y terrenos alomados, villas rusticae y  roturas de la Edad Moderna, tierras de los conquistadores de Alfonso XI  y heredades de dotes conventuales, cortijos de propios y comunales, privado y de manos muertas. Ningún santo mejor podría presidir estos predios que el madrileño San Isidro en la casería de Aranda, luego agregada en tiempos del patrón Pedro de Biedma  a la fundación del abad Moya, cuyo escudo blande en su fachada principal con sus cuarteles que recogen el linaje de los Arjona y Fernández de Moya; y así lo hace desde el siglo XVIII, cuando sustituyó el nombre de Caserías de la Moraleda por el de San Isidro. No es de extrañar que un miembro de la familia de los Aranda legara la donación de un anterior repartimiento cortesano por sus servicios con la Corona, levantara un oratorio en su casa de campo y colocara en su altar al esposo de Santa María de la Cabeza de la localidad. invita a acudir a su romería del quince de mayo por su cercanía en la festividad isidrill.Han pasado muchos desde que Madoz en su Diccionario Histórico Geográfico definía sus 57 viviendas con estas líneas “ no se encuentran reunidas en un punto formando un cuerpo de población, esparcidas por el partido”. Lo que sí es cierto que, desde hace 150 años, las caserías eran su esencia y presencia. Entre ellas sobresalían la de la ermita, Trueba, Morón y Marrón. O, en forma de grandes cortijos, muchos desaparecidos,  como los de la Fuente la Negra,   Chinares, Pedregales, Loma, el Palio, el Pósito, la Manca, Ánimas ( por eso de pertenecer a una de las pocas cofradías que pervivieron tras la desamortización de  Carlos IV), Fuente del Alfoz, el Encinar, El Fundo, Bermejo ( deformado en ocasiones como Mermejo) Cañada Honda, Juan Cruz, Albarizas,  Cierzos, Mimbres, Hospital , de Aranda los dos Puertollanos ( el alto y el bajo), el Villar que era el  de los Ballesteros ( desgraciadamente desaparecido recientemente con la destrucción de su fachada modernista) y el de la Jurada. Ya abundaban las casas de campo, de menor entidad, en los tiempos de la segunda desamortización, y se multiplicaron hasta mediados del siglo XX, hoy convertidas en casillas de aperos o de vivienda residencia, e, incluso, algunas en casas de turismo rural. No hay que olvidar la concentración urbana que se produjo y se mantiene alrededor de la Venta Fantasía a lo largo del camino de Priego con su escuela y nueva ermita dedicada a la Virgen de Fátima.

Si se analizan sus nombres, se remontan a tiempos romanos, con los topónimos del Villar Alto, Bajo y los Villares; a tiempos musulmanes con el claro testigo  la Fuente del Alfoz  aludiendo al cortijo propio de la entidad territorial,- y varias atalayas que se espacian por estas tierras ( la de los Pedregales, la Jurada, la Camuña, el Dañador, entre otras) que recorrieron los conquistadores en las jornadas cinegéticas; la frontera se hace presente castellanizando los residuos léxicos de los anteriores cortijos con nombres como los Ballesteros, o añadiendo el de su propietario conquistador como los Aranda o los Jurada. Dejaron huellas instituciones religiosas como las fundaciones, memorias, mayorazgos, cofradías, instituciones benéficas como el Hospital del Dulce Nombre de Jesús, o Fundo.  Pero es lógico que la presencia de la Edad Moderna y Contemporánea se hace presente con los nombres de Marrón, Trueba, o Juan Cruz. Y, sobre todo, las características de sus suelos son las definiciones más importantes de estos terrenos que lo son blancos e impermeables a los tiempos de sequía como las albarizas, resistentes al frío por el viento septentrional en los cierzos, y si lugar a duda, las repoblaciones de arbustos y arbolado de encinas, allozos, y mimbres. El agua escasea, pero, por estas tierras nació el arroyo del Guadalcotón en la Fuente la Negra, y destacan por sus aguas el  pilón del Chinar con sus bebederos y pilas, la muy arcana Fontanilla, el de las Caserías o de San Isidro por debajo   de la ermita y el del Ayozo.






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