3. FINALES DEL SIGLO
XVI Y PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII
Una vez
levantado el convento, en la
iglesia se llevó a cabo una gran labor
de ornato y erección de capillas por diversos
patronos. De este modo, a final
del siglo y principios del siglo XVII, se realizó la capilla del regidor Pedro
Veneroso[1],
genovés afincado en Alcalá la
Real , y Melchora de
Bocanegra, por la que se imponía un
censo de 300 reales. Por los datos de la fundación estaba situada “debajo del coro en la parte que salía a la
calle Real”. Por este mismo tiempo, se levantó la de Hernán Cano, situada también a mano
derecha, donde fue enterrada su
hija María Cano en 1599, según una
cláusula testamentaria. Por la memoria de Andrés de la Blanca , también se fundó
otra capilla, denominada de Cristo Crucificado junto al lado de la Epístola del altar mayor.
Como es
lógico, un edificio, de enormes dimensiones, y que ocupaba casi una manzana entera
del arrabal Nuevo, debía sufrir muchísimos deterioros y reformas.
Desgraciadamente, no se conservan todos los libros del convento para
ilustrarnos de todas las obras, ampliaciones reformas y reconstrucciones. A
través de fuentes indirectas, podemos confirmar algunos datos de este periodo. Basándonos
en las actas municipales, debieron ser
obras de renovación de la techumbre y tejados[2]:
La ciudad da licencia
al convento de En el cuarto
-“ La ciudad dio licencia al Convento de a Santísima Trinidad, para que puedan hacer llevar para la obra de el un álamo que se a caydo, por la necesidad que
tiene el dicho convento.
La ciudad da licencia
al convento de La ciudad da licencia
al convento de
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