Ahora hemos topado con un contrato de obligación entre Baltasar del Campo y dos flamencos Francisco de Peralta y Pedro Xiles, junto con el jurado cordobés Marcos de Torres en el que el primero vende a los segundos 24 arrobas de lana blanca, fina merina que "Dios Nuestro Señor dio de ganado ovejuno que tenía de hierro y señal paladina" al alcalaíno. La vendía a dieciséis reales menos un cuartillo importando 338 reales. Se obligaba a entregarla el vendedor a los compradores o representantes en el mes de mayo de 1614. Y he ahí la fórmula de la entrega que no se apartaba de la tradicional: "esquilada en buen día claro, o el ganado enjuto o sin rocío, sol alto, corral barrido o regado, desechando basto o bastazo, anino y percanino, roña, yerba e trolesa de cudillo, cola y copeta de lo menudo lo malo, pesado y peso veraz y no romana, arona a arroba a uso de genoveses". Aceptaba el comprador esta fórmula con los recursos administrativos de los contratos e hipotecarios sin poder vender lana hasta completar en mayo esta partida. El documento se firmaba en Alcalá la Real a 21 de diciembre de 1613 ante el escribano Blas de Cáceres y los regidores Gutierre de Burgos y Miguel de Utrilla, ganadero, y Luís Martín Rubio.
CONCLUSIONES
-En los escribanos del siglo XVII, hemos encontrado pocos documentos de contratación con comerciantes genoveses desde la marcha de Pedro Veneroso, regidor y comerciante de origen genovés de lanas.
- Estos comerciantes estaban afincados en Sevilla. En concreto, Pedro de Giles procedía de Brujas y llegó a Sevilla en 1602 y se hizo natural en 1627 tras 25 años de residencia en Sevilla.Cuentan que "Se arruina en 1634 . Posee bienes y una desmotadora de lana en Écija. Casado en Sevilla con Catalina Blanco (gaditana) y en segundas nupcias con Isabel de Carrión de Brujas pero de procedencia navarra". Francisco de Peralta fue aspirante al primer consulado flamenco y estaba casado con una francesa, no es de extrañar que se castellanizara su nombre para conseguir mejor status social y conseguir mejores relaciones comerciales.Se vio envuelto en este conflicto entre intereses comerciales de extranjeros: "este cónsul se quejó, no obstante, al rey en 1613 acerca de las trabas que Juan Enquelmar y otros flamencos le ponían en su trabajo, y el Consejo de Estado optó por no renovarle el cargo en 1614. El Consejo pidió al Asistente de Sevilla el nombre de otros cuatro mercaderes flamencos entre los más capacitados para el cargo y el Asistente respondió con los nombres de Francisco Conique, Francisco Peralta (casado con la hija de un francés), Pedro Francés (probablemente François) y Roberto Marsellés (probablemente Marselis), propuestos los cuatro por la asamblea de comerciantes. El Asistente por su parte añadió a la lista los nombres de Ysayas Moamert y Guillermo Jansen, ambos muy ricos.
-El jurado cordobés Marcos de Torres, era el administrador del Lavadero de la Lana en Cördoba y le dedicó Góngora el siguiente poema:
A MARCOS DE TORRES, DETINIÉNDOLE UN PAJE MÚSICO QUE LE HABÍA ENVIADO CON UN RECADO DESDE UN LAVADERO DE LANA ADONDE ESTABA | |
Pastor que en la vega llana | |
del Betis derramas quejas, | |
ya entre lana sin ovejas | |
y ya entre ovejas sin lana, | |
5 | yo entretengo hasta mañana |
a tu músico zagal, | |
que a un ídolo de cristal, | |
que es diamante de desdén, | |
quiero que le cante bien | |
10 | lo que yo le lloro mal. |
Y este otro referido a monsieur Peralta , compañero de tratos.
A MARCOS DE TORRES, QUE TENÍA UN LAVADERO DE LANA DONDE SOLÍAN IR A JUGAR §
Marco de plata excelente
y torre segura y alta,
pues Monsïur de Peralta
ha llegado alegremente67,
5bajo el espíritu ardiente
hablando en lenguas de fuego,
que seremos allá luego
con naipes, dinero y gana,
y quizá iremos por lana
10y nos trasquilará el juego.
-Esta es la razón por la que este mercado de materias primas no se implantó en nuestra nación "
, en Sevilla nunca se invirtió en una
industria que supliera tanta importación y todo lo que se enviaba a Flandes eran materias
primas.
En estos momentos los Países Bajos del sur tenían una industria textil muy importante
lo que condicionó que muchos se dedicasen al comercio y que se interesasen por los nuevos
mercados al igual que ocurre en la actualidad. El mercado americano, aún sin explotar y ávido
de nuevos productos, era un mercado en continua expansión y lleno de posibilidades. Sevilla
recibía los productos ya manufacturados y desde Sevilla se les enviaban las materias primas
necesarias para la industria textil, por ejemplo la lana." .
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