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miércoles, 22 de junio de 2016

SOBRE SAN JUAN EN ALCALÁ LA REAL

En Junio, la iglesia celebraba e día once la del apóstol san Bernabé; el veinticuatro la Natividad de San Juan Bautista y el veintinueve la de los apóstoles San Pedro y San Pablo.A veces,  el Corpus Cristi y  se celebraba en la vísperas, que subían los miembros del Cabildo a la Iglesia Mayor Abacial o a la de San Juan sin la presencia del corregidor ni los caballeros comisarios, organizadores de la fiesta. Las fiestas ordinarias eran de obligado cumplimiento del cabildo municipal que acudía a la Iglesia Mayor Abacial y, en estos siglos, a la coadjutriz de San Juan, invitada por la ciudad. El itinerario oficial era,  como sucedió en el año 1868 por falta de lluvia , recorriendo la calle Real, Rosario, San Juan, recogiendo a Santo Domingo en su parroquia y finalizando en Consolación.[1]

[1] AMAR. Acta del cabildo del cuatro de mayo de 1868.
Fruto de una evolución y transformación hacia los nuevos tiempos, son los antiguos conventos e iglesias que tratan de evitar y librarse de posibles impedimentos y mostrar unas portadas abiertas, donde se exhiban sus santos, como sucedió en el Convento del Rosario, Consolación, Trinitarias, San Juan, Dominicas, san Francisco y Capuchinos. El compás será el nuevo término que desarrolla esta nueva visión urbana a la entrada de los conventos, sobre todo en los de Capùchinos, Consolación y san Francisco.
Muy ligado con el fenómeno anterior, es el nacimiento de nuevas ermitas, iglesias, parroquias y ayudas de parroquias, que tienen lugar en el propio casco (La Iglesia de San Juan, dependiente y parroquia de Santa María la Mayor; la de la Veracruz, de la de Santo Domingo de Silos). Es el caso de la parroquia de Frailes, o de las aldeas, Charilla, Las Riberas, San José de la Rábitas, Mures, Valdegranada, la Pedriza y Ermita Nueva. Al frente de ellas van a llevar una actividad festiva centrada en un capellán encargado, que, al mismo tiempo, desarrollará algunos elementos festivos, e, incluso, culturales, como le caso de la Ribera, donde ejercía de maestro. Esta nueva situación es fruto del gran crecimiento que se inicia en las zonas rurales , influido por el movimiento de las roturaciones de tierras y las posteriores desamortizaciones, que van a favorecer el asentamiento y la dispersión de la población rural.
Asistiendo de parroquia la iglesia de San Juan , el uno de noviembre de 1755, se celebró una novena con motivo de un terremoto en accción de gracias.[1] Durante los años 1843 y 1844, es la parroquia y en el año 1845, se traslada al Rosario. Existía una hermandad de San Juan y de la Virgen de los Dolores, que se mantuvo, al menos,  hasta el año 1848, poseyendo varios bienes como unas casas en la Calle Real junto al Cristo de la Piedra y dos corrales de olivos, administradas por un mayordomo Pedro Ventura de la Torre [2].



[1] AMAR. Acta del cabildo del uno de noviembre de 1755.
[2] AMAR. Acta del cabildo del nueve de julio de 1848,

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