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sábado, 11 de junio de 2016

FINAL Y EPÍLOGO DEL CONVENTO DE LAS TRINITARIAS ALTAS

5. SIGLO XVIII.

En 1755, se produjo un fuerte temblor de tierra  que afectó a algunas partes del convento incrementándose las cuentas del convento por reparo de sus cortijos y su propia fábrica conventual.  En el año siguiente  se remedió toda la labor de la carpintería del convento afectada por el temblor de tierra, y, por eso, se hizo una escalera de madera  por parte del maestro  Tomás Cano, que era el que le confeccionaba  muebles como las  cajas para el Alhorí, ponía  y quitaba el  monumento del Jueves Santo, y hacía los teones de la fiesta de la Santísima Trinidad. Y en 1757, se renovó su  platería y vasos (6 docenas platos y cinco de escudillas de vidrio).
En  1758, se nombró como segundo capellán al cura  Andrés  Monte y se compró  un hostiario (32 lingotes de plata). En este año, murieron sor Ana María de Alcaraz y sor Rosa de Palomares.
En 1760, se  hicieron obras en las puertas del pórtico del convento  por  462 reales. Un año después el convento se enriqueció con obras menores  de platería, se compró el esterado para sala del coro, sala de labor y otras oficinas. Se hicieron reformas y reparaciones en la Iglesia, el huerto, cuarto común,  alhorí  y cuarto del carbón, al mismo  tiempo que se limpiaron los escombros de los cuartos quemados de un incendio que se produjo en estas dependencias y en el que intervinieron  ocho peones a los que el convento dio pan, vino  y salario en su extinción. Entre  1762 y 1763,  se hicieron unas andas para el Santísimo Sacramento, así como  la hechura y su dorado  importando 2.765 reales, al mismo tiempo que se fundió la  campana menor.
Hasta  1780,  se engrandeció o se reparó su patrimonio mueble e inmueble de la siguiente manera y año: nuevo frontal de altar  por 269 reales (1763), el dorado de las andas del Santísimo, pintar las de Nuestra Señora y el Niño de el coro. (1764), Gastos platero, sacar almidón, componer espejos,  rastillar cáñamo (1765), un terno y obras en cortijo y convento  (1767),  casullas y andas (1768).
En  1771 el maestro José de Priego, de nuevo, construyó el retablo mayor,  que fue dorado por el alcalaíno Juan de Aranda.
                                              
           
                                                           SIGLO XIX y XX

            Varios terremotos del siglo XIX afectaron a la estructura del edificio, sobre todo, el de 1894. Las monjas, prácticamente vivían en una casa ruinosa desde  principios del siglo XX. En la segunda década del siglo XX, el convento se trasladó a la  Casa palacio del de la calle Miguel de Utrilla (siglo XVIII), de estilo neoclásico, perteneciente a la familia de Nemesio Fernández de Moya, tal como obra en la secuencia de inscripción de  la portada de la casa. El retablo debió ser enajenado, junto con los retablos de la nave,   y probablemente se encuentre en Granada, según Domingo Murcia. Su más preciado tesoro es el Niño del Coro, pequeña imagen de un niño Jesús que, según la leyenda, se apareció a una monja cuando rezaba en el coro. También, destacan dos imágenes de cristos crucificados de la escuela granadina de Diego de Aranda o de Siloé. 
. En 1923, fue vendido al propietario alcalaíno Manuel Durán por sesenta mil pesetas; durante el mes de julio, se trasladaron los restos del cementerio de las monjas,  y, en el mes de agosto  se derrumbó el convento causando  varias víctimas, lo que dio lugar a un debate público durante 1924, porque Pablo Batrmala acusó de negligentes  a los mandatarios públicos. En el acta municipal 31 de marzo de este año[1], manifestaba que las monjas abandonaron el convento porque amenazaba ruina, y los nuevos propietarios, bajo la dirección de un maestro de obras, cayeron en la imprudencia de quitarle la techumbre, los ligamentos, trabazones y muros interiores dejando un lienzo de pared de unos ocho metros  de altura al intemperie". Luego, emprendieron el derribo  y causaron dos muertos, a los que solicitó ayuda moral  y económica el concejal republicano.  
            En 15 de junio de 1959, para evitar el desplazamiento de las madres mercedarias  del hospital civil,  Santiago Sanguinetti emitió un informe sobre el estado ruinoso del edificio y se produjo evacuación de asilados y enfermos,  diciendo que 1956 se consolidó la obra. También propuso el  traslado ala casa de Comunidad en el Huerto de San Rafael. y el Hospital a otra casa con mejores condiciones. Se le ofreció la Casa de Clotilde  Batmala, que era donde estaba el Registro de la Propiedad Juan María M Mazuelas  Carmona.

                                               EPÍLOGO
            Nos vienen a colación para acabar estas páginas del Convento trinitario de Alcalá la Real, una parte de este artículo de "Las Trinitarias .Ayer y hoy", del periódico jienense La Regeneración,  escrito en 27 de junio d 1924 por María Serrano Montijano
"Todo en vida es mudable., y con el curso del tiempo se destruyen y vienen abajo sus bloques y metales más fuertes ¡Esto sucede con las cosas que eran: solo en la muerte , y eterno lo divino,"      
            Va para siete siglos que se ha sostenido piedra sobre piedra, el que fue convento de la Stma. Trinidad en Alcalá la Real: este estaba edificado en aparte más alta de esta ciudad, teniendo por coronación  la fortaleza de la Mota  y como escabel, la misma población.
            Contemplando las que son casi ruinas del convento ¡Cuánto pudiéramos soñar sobre ellas(…). 
            Esto se piensa y se siente contemplando sus ruinas. También surgen en nuestra imaginación los solemnes cultos allí celebrados; y sobre todo la tradicional procesión que en el día de la fiesta principal, recorría con gran pompa el trayecto corto, pero clásico y exigido para este objeto.
                                   II
Veinte años permaneció la comunidad de religiosas trinitarias, en un eminentísimo peligro de ser sepultadas bajo los sillares del antiguo edificio,  si no confiaran con firme esperanza y viva fe en el Augusto Misterio a que pertenecen.
 Heroicos han sido los esfuerzos, grandísimas las luchas espirituales y materiales, sobrehumanas los obstáculos que han tenido que vencer  la M.RM. Sor Lucía María, Priora y reformadora de las religiosas trinitarias, aún mas armas que vendió la virtud y el talento.,
(…)  habiéndose encomendado estas santas religiosas al "NIÑO DEL CORO" en su gran apuro y necesidad de encontrar a propósito  para su traslado, por el peligro que ofrecía el convento, empiezan fervorosas un triduo, y aun  antes de terminar, le ofrecen una casa solariega, se hace escritura, y unos meses después de ser trasladadas  a ella se derrumban una parte del antiguo convento, siendo demolidas muchas de sus celdas y principales dependencias.
















La casa adquirida para convento de trinitarias, es de severa arquitectura y está ¡situada casa en la llanera de la población; más detengámonos en filosofar aquí también , antes su portada. Los timbres heráldicos  que en ella figuraban balsones de nobleza, han sido sustituidos por solo el escudo de la orden trinitaria. Los salones que ayer se abrieran pora fiestas y saraos, cuando en ellos tenía entrada aristocráticas  damas  ataviadas con sus más curiosos  y vaporosos trajes , iban  luciendo ricos aderezos, y acompañadas de apuestos caballeros, cruzando uno y otro salón decorados con  lujoso mobiliario, preciosos y artísticos tapices, pesados cortinajes solo se abren hoy para dar culto a Dios.




[1]AMAR. LIBRO DE CABILDOS DE 1924.

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