D.
HISTORIA EVOLUCIÓN Y ASPECTOS ARTÍSTICOS
DE LA FÁBRICA
1. ANTES DE
LA FUNDACIÓN.
I
Durante más de
seiscientos años, entre principios del siglo VIII y 1341, Alcalá la Real estuvo
bajo el poder musulmán. Aunque la población estuvo encerrada en torno a
la fortaleza de la Mota y el
arrabal de Santo Domingo de Silos, debieron
erigirse varias alquerías por el cerro de los Palacios, pagos de san Bartolomé,
Peña Horadada, san Sebastián y san Francisco.
Incluso, la antigua de Carrera de los Caballeros, llamada la Vieja,
debió rodear el tercer cinturón de la
muralla, continuar por la calle Cava y enlazar con el camino que provenía del
Castillo a través de la calle Mesa, Ancha y final de la Real. Aún quedan
vestigios de aquella época, uno de ellos es la maqbara, el cementerio
hispanoárabe, descubierto por los años noventa del siglo XX en torno a los
aledaños de este camino de ronda[1].
Recientemente, con la excavación en el antiguo convento de la Trinidad, es la
intención ponerlo en valor. Una parte de
este cementerio musulmán rondaba el camino que venía del Castillo de Locubín,
y, a través de las actuales calle mesa,
Ancha y la antigua cruz de Vázquez Mesía se adentraba en Real y Cava. En torno a sus dos lados se hallaba la maqbara -pues existen restos por la calle Real, del Mudo y
Puerto con enterramientos horadados en piedra de similares dimensiones y
forma-. “La maqbara,- según el edil de Urbanismo y Patrimonio, Juan Ángel
Pérez —actualmente alcalde accidental—,
está perfectamente localizada, en el lateral situado frente a la placeta de
Carmen Juan Lovera, al final de la calle Real. La
maqbara de la ciudad, llamada durante parte de la época andalusí Qal’at Banu
Said (Alcalá de Benzayde), se ubicaba extramuros de la Fortaleza de la Mota.El
interés, como manifiesta el responsable municipal, es conocer los ritos
funerarios de los andalusíes. En principio no se esperan hallazgos de objetos
de valor, porque los cadáveres se enterraban sin ajuares. Las austeras
sepulturas se orientaban en dirección hacia La Meca”. Este lugar fue excavado por los años noventa del siglo XX
bajo la dirección del arqueólogo Carlos
Borral i Querol; y recientemente se ha vuelto a excavar por el Campo Internacional
de Trabajo bajo dirección de Carlos Calvo. En ambas excavaciones aparecieron
varias tumbas horadadas a la roca sin ajuar alguno, que pusieron al descubierto
el subsuelo del solar del convento.
1.
LA PRIMERA IGLESIA Y CONVENTO.
No
hay datos significativos de la construcción primera de la iglesia y del convento, que debía
responder a una casa semejante a las que se levantaban en la expansión de la
ciudad y que surgían en torno al eje de
la calle Real como núcleo dinamizador de la nueva ciudad de Alcalá la Real tras
bajarse o permitir que la nueva
población se asentara en el valle. En 1538, con la fundación de la cofradía de
Nuestra Señora de los Remedios se amplió el culto a una imagen de bulto en el
altar mayor. Hasta las Constituciones
del abad Juan de Ávila, en 1542, aquel convento debió ocupar una pequeña casa o
mansión de tipo andaluz, que al albergaba una capilla y mansiones de las monjas
sin separación de celdas en un dormitorio corrido. De ahí que, con motivo de la
celebración del segundo día las Letanías
Mayores del mes de mayor se aluda de la siguiente manera al convento “han de yr la processión a sant Juan, con las
dichas cruzes y clerezía, y han de yr por el Postigo e por Santo Domingo, y
salir por la puerta de Martín Ruiz, y bolber por la Trinidad y la calle de los
Mesones”.
Muy explícito, si quiere conocerse los
primeros pasos del convento, es este
documento de informe abacial, con motivo de una visita, comentada
anteriormente, del vicario Francisco de
Gamboa al monasterio en 19 de septiembre de 1570 para entregarle una cédula del rey Felipe II.
Junto con el alcalde mayor Francisco Tellez subió a las habitaciones y dio este claro testimonio del convento
" subió a los aposentos e posesión del dicho monasterio tiene e lo andubieron ambos a dos para poder informar a Su Majestad de la estrechura que el dicho monasterio tiene , e abiéndolo andado, pareció no tener refectorio ni celdas ni otros aposentos que tienen semejantes monasterios , e que las camas donde duermen las dichas monjas están en una pieza sin aver ataxamiento, ninguno, pues están puestas unas en pos de otras, y en una cámara de colgadizo encima del cuerpo de la dicha iglesia, que no tiene otro ni ningún servicio e aposento, sino es sobre el dicho cuerpo de la iglesia; e, a la parte donde está el solar e corrales que refiere la dicha cédula real, solamente está una `pared de tapial muy baxa , que fácilmente se puede entrar por ella , por donde pareció claramente ser verdadera la declaración de la dicha cédula real y el dicho alcalde mayor para averiguación de lo que en la dicha cédula real mandó que la dicha priora e monjas nombren persona que adquiriese los dichos solares e tinajería para que se dicte a presentar juramento e hazer los testigos ".
" subió a los aposentos e posesión del dicho monasterio tiene e lo andubieron ambos a dos para poder informar a Su Majestad de la estrechura que el dicho monasterio tiene , e abiéndolo andado, pareció no tener refectorio ni celdas ni otros aposentos que tienen semejantes monasterios , e que las camas donde duermen las dichas monjas están en una pieza sin aver ataxamiento, ninguno, pues están puestas unas en pos de otras, y en una cámara de colgadizo encima del cuerpo de la dicha iglesia, que no tiene otro ni ningún servicio e aposento, sino es sobre el dicho cuerpo de la iglesia; e, a la parte donde está el solar e corrales que refiere la dicha cédula real, solamente está una `pared de tapial muy baxa , que fácilmente se puede entrar por ella , por donde pareció claramente ser verdadera la declaración de la dicha cédula real y el dicho alcalde mayor para averiguación de lo que en la dicha cédula real mandó que la dicha priora e monjas nombren persona que adquiriese los dichos solares e tinajería para que se dicte a presentar juramento e hazer los testigos ".
En
palabras del alcalde mayor dirigida al rey Felipe II, el monasterio " sean fecho las diligencias e ynformación
susodicha que, por las quales
claramente consta e yo lo e bisto por los ojos
con muncha estrechura que tiene el convento e monasterio de la Santísima Trinidad de esta
ciudad de Alcalá la Real, porque lo principal
que es el refectorio, locutorio e celdas no lo tienen como otros
monasterio e, a causa de esto, todo el
servicio de las monjas está sobre el cuerpo e altares de de la yglesia , consta
ansymismo que el corral e tinajería que la dicha real cédula está junto y en linde con el dicho monasterio solamente
con una pared muy baxa de tapiería entre los dichos corrales e monasterio y está la dicha posesión de corrales e
tinajería todo hundido e desierto”.
2.- SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI.
A partir de
mediados del siglo XVI, se llevó a cabo una gran obra de reconstrucción de la
iglesia y práctica construcción del edificio del convento, donde intervinieron
los miembros de la familia Bolívar y muchos famosos canteros del momento. Comienzan,
además, a abundar los devotos que crean
memorias, fundaciones y enterramientos en su templo, lo que manifiesta que era
un templo de mayores dimensiones a la capilla inicial. En este periodo los
hermanos, Martín y Pedro de Bolívar,
este último nombrado maestro mayor de obras de la abadía[2],
debieron dar trazas y condiciones del templo y convento. Constaba de un claustro distribuidor de planta
cuadrada y dos pisos con planta baja (leñera, comedor, refectorio, sala
capitular, locutorio, lavandería, etc.) y planta superior con dependencias de
las monjas; también se observa una tercera planta por algunas partes. El claustro era similar al que el cantero
Miguel de Bolívar realizó, en 1588, para el convento de las dominicas de la
Mota, que constaba “ un claustro de
planta cuadrada y de dos pisos. Cada ala del claustro llevaba 3 columnas y
cuatro arcos de medio punto”[3] . Por el primer testamento de Miguel Sánchez
Vizcaino, hay noticias que la obra del convento se hallaba en plena fase
constructiva y de él data el vestíbulo y portada la iglesia, que es lo único que se conserva hasta hoy día.
En concreto, debió intervenir muy activamente este cantero, porque, según se manifiesta[4],
se le debía por las monjas 19 ducados y medio. En 1571, siendo corregidor Gómez Mesía de Figueroa,
hay noticias que se edificaron varias dependencias del convento, como consta por el libro de cuentas[5].
Durante este año, se recibieron fondos para la obra de unas casas caídas junto
al propio convento. Como obra ya avanzada, por el testamento de su hijo Juan
Sánchez Vizcaíno, su padre quedó enterrado en dicha iglesia en 1585, lo que
demuestra que la iglesia era, al menos de mayores dimensiones albergando varias
capillas laterales y las tres naves[6].
En
1580, Miguel de Bolívar, hijo de Juan de Bolívar el Viejo, junto con el cantero Miguel de Azcoita se
obligaron a levantar cierta obra de cantería en el primitivo convento de las
Trinitarias. El presupuesto alcanzaba la cifra de 18 reales y medio por cada
tapia edificada. No debieron responder a las cláusulas del contrato, pues
fueron demandadlos por el abad don Andrés de Bobadilla y de la Cerda aludiendo
que las monjas h[7].
Pero, el dato más importante de la documentación encontrada en el Archivo
Histórico Provincial, radica que Pedro de Aranda o de Alcalá, asumió las trazas
de la portada, las ventanas y la torres- una espadaña de doble cuerpo y vano-.
A partir de esta fecha, el trabajo mancomunado de Pedro de
Alcalá, Miguel de Bolívar y Miguel de Azcoitia llevaron a cabo la obra de la portada, de la
que conserva la planta baja, por el precio establecido por Pedro de Alcalá.
3. FINALES
DEL SIGLO XVI Y PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII
Una vez
levantado el convento, en la
iglesia se llevó a cabo una gran labor
de ornato y erección de capillas por diversos
patronos. De este modo, a final
del siglo y principios del siglo XVII, se realizó la capilla del regidor Pedro
Veneroso[8],
genovés afincado en Alcalá la Real, y
Melchora de Bocanegra, por la que se
imponía un censo de 300 reales. Por los datos de la fundación estaba situada “debajo del coro en la parte que salía a la
calle Real”. Por este mismo tiempo, se levantó la de Hernán Cano, situada también a mano
derecha, donde fue enterrada su
hija María Cano en 1599, según una
cláusula testamentaria. Por la memoria de Andrés de la Blanca, también se fundó
otra capilla, denominada de Cristo Crucificado junto al lado de la Epístola del altar mayor.
Como es
lógico, un edificio, de enormes dimensiones, y que ocupaba casi una manzana entera
del arrabal Nuevo, debía sufrir muchísimos deterioros y reformas.
Desgraciadamente, no se conservan todos los libros del convento para
ilustrarnos de todas las obras, ampliaciones reformas y reconstrucciones. A
través de fuentes indirectas, podemos confirmar algunos datos de este periodo. Basándonos
en las actas municipales, debieron ser
obras de renovación de la techumbre y tejados[9]:
-“ La ciudad dio licencia al Convento de a Santísima Trinidad, para que puedan hacer llevar para la obra de el un álamo que se a caydo, por la necesidad que
tiene el dicho convento.
La ciudad da licencia
al convento de la Santísima Trinidad
para que haga cortar seis mil garrotes de agracejo e lo demás ordinario para la obra del Convento.”
En
el cuarto tercio de este siglo, y
concretamente en 20 de octubre de 1639
es un claro ejemplo de este tipo de obras. Así,
el albañil Francisco Méndez
Ramírez se comprometió con el convento a llevar a cabo un zaguán que está
encima del cuarto del dormitorio y
enrejarlo[10],
cubierto y con caballetes, por el cual el convento se comprometía a darle yeso,
cáñamo y madera y todo lo necesario que fuera menester; por su parte se albañil
debía hacer allanar y limpiar todo el
terreno de este aposento con buena obra,
ajedrezarlo y alcatifarlo y quedar perfeccionado a vista de los oficiales y
maestros para no quebrar la obra.
[2] AHPJ. Legajo 4583. Folio
769 vuelto-777 vuelto. Año 1560.
[3] AHPJ. Legajo 4661. Folios
208 vuelto -210 vuelto. Año 1588.
[4] AHPJ. Legajo 4661. Folio
172 vuelto-174
[5] AMAR. Caja 32. Legajo 1.
Libro de cuentas.
[6] AHPJ. Legajo 4792. Folio
569 vª-574.
[7] Ahpj. Legajo 4732. Folios
49-50.
[8] AHPJ. Legajo 4875. Folio
321.
[9] AMAR. Acta de 10 de
mayo y 29 de diciembre
de 1602.
[10] AHPJ. Legajo 5066. folio
155. año de 1639. Escribano Francisco
Ramírez. Cobró 200 reales.
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