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jueves, 9 de junio de 2016

HISTORIA EVOLUCIÓN Y ASPECTOS ARTÍSTICOS DEL CONVENTO


D. HISTORIA EVOLUCIÓN Y  ASPECTOS ARTÍSTICOS DE LA FÁBRICA

1. ANTES DE LA FUNDACIÓN.
I
Durante más de seiscientos años, entre principios del siglo VIII y 1341, Alcalá la Real estuvo bajo el poder musulmán. Aunque la población estuvo encerrada en torno  a  la  fortaleza de la Mota y el arrabal de Santo Domingo de Silos,  debieron erigirse varias alquerías por el cerro de los Palacios, pagos de san Bartolomé, Peña Horadada, san Sebastián y san Francisco.  Incluso, la antigua de Carrera de los Caballeros, llamada la Vieja, debió rodear  el tercer cinturón de la muralla, continuar por la calle Cava y enlazar con el camino que provenía del Castillo a través de la calle Mesa, Ancha y final de la Real. Aún quedan vestigios de aquella época, uno de ellos es la maqbara, el cementerio hispanoárabe, descubierto por los años noventa del siglo XX en torno a los aledaños de este camino de ronda[1]. Recientemente, con la excavación en el antiguo convento de la Trinidad, es la intención ponerlo en  valor. Una parte de este cementerio musulmán rondaba el camino que venía del Castillo de Locubín, y, a través  de las actuales calle mesa, Ancha y la antigua cruz de Vázquez Mesía se adentraba en  Real y Cava. En torno a sus dos lados  se hallaba la maqbara -pues  existen restos por la calle Real, del Mudo y Puerto con enterramientos horadados en piedra de similares dimensiones y forma-.  “La maqbara,- según el edil de Urbanismo y Patrimonio, Juan Ángel Pérez —actualmente alcalde accidental—, está perfectamente localizada, en el lateral situado frente a la placeta de Carmen Juan Lovera, al final de la calle Real. La maqbara de la ciudad, llamada durante parte de la época andalusí Qal’at Banu Said (Alcalá de Benzayde), se ubicaba extramuros de la Fortaleza de la Mota.El interés, como manifiesta el responsable municipal, es conocer los ritos funerarios de los andalusíes. En principio no se esperan hallazgos de objetos de valor, porque los cadáveres se enterraban sin ajuares. Las austeras sepulturas se orientaban en dirección hacia La Meca”. Este lugar fue excavado por los años noventa del siglo XX bajo la dirección  del arqueólogo Carlos Borral i Querol; y recientemente se ha vuelto a excavar por el Campo Internacional de Trabajo bajo dirección de Carlos Calvo. En ambas excavaciones aparecieron varias tumbas horadadas a la roca sin ajuar alguno, que pusieron al descubierto el subsuelo del solar del convento. 
    
1.     LA PRIMERA IGLESIA Y CONVENTO.
            No hay datos significativos de la construcción primera  de la iglesia y del convento, que debía responder a una casa semejante a las que se levantaban en la expansión de la ciudad  y que surgían en torno al eje de la calle Real como núcleo dinamizador de la nueva ciudad de Alcalá la Real tras bajarse  o permitir que la nueva población se asentara en el valle. En 1538, con la fundación de la cofradía de Nuestra Señora de los Remedios se amplió el culto a una imagen de bulto en el altar mayor.   Hasta las Constituciones del abad Juan de Ávila, en 1542, aquel convento debió ocupar una pequeña casa o mansión de tipo andaluz, que al albergaba una capilla y mansiones de las monjas sin separación de celdas en un dormitorio corrido. De ahí que, con motivo de la celebración del segundo día  las Letanías Mayores del mes de mayor se aluda de la siguiente manera al convento “han de yr la processión a sant Juan, con las dichas cruzes y clerezía, y han de yr por el Postigo e por Santo Domingo, y salir por la puerta de Martín Ruiz, y bolber por la Trinidad y la calle de los Mesones”.
 Muy explícito, si quiere conocerse los primeros pasos del convento,   es este documento de informe abacial, con motivo de una visita, comentada anteriormente,  del vicario Francisco de Gamboa al monasterio en 19 de septiembre de 1570  para entregarle una cédula del rey Felipe II. Junto con el alcalde mayor Francisco Tellez subió a las habitaciones  y dio este claro testimonio del convento
" subió a los aposentos e posesión del dicho monasterio tiene e lo andubieron  ambos a dos para poder informar a Su Majestad  de la estrechura que el dicho monasterio  tiene , e abiéndolo andado, pareció no tener refectorio  ni celdas ni otros aposentos que tienen semejantes monasterios , e que las camas donde duermen las dichas monjas  están en una pieza sin aver ataxamiento, ninguno, pues están puestas unas en pos de otras, y en una cámara de colgadizo  encima del cuerpo de la dicha iglesia, que no tiene otro ni ningún servicio e aposento,  sino es sobre el dicho cuerpo de la iglesia; e, a la parte donde está el solar e corrales  que refiere la dicha cédula real, solamente está una `pared de tapial  muy baxa , que fácilmente se puede entrar por ella , por donde pareció claramente ser verdadera la declaración de la dicha cédula real y el dicho alcalde mayor para averiguación de lo que en la dicha cédula real  mandó que la dicha priora e monjas nombren persona que adquiriese los dichos solares e tinajería  para que se dicte  a presentar juramento  e hazer los testigos ".
            En palabras del alcalde mayor dirigida al rey Felipe II, el monasterio " sean fecho las diligencias  e ynformación  susodicha que,   por las quales claramente consta e yo lo e bisto por los ojos  con muncha estrechura que tiene el convento  e monasterio de la Santísima Trinidad de esta ciudad de Alcalá la Real, porque lo principal  que es el refectorio, locutorio e celdas no lo tienen como otros monasterio e, a causa de esto,  todo el servicio de las monjas está sobre el cuerpo e altares de de la yglesia , consta ansymismo que el corral e tinajería que la dicha real cédula está junto  y en linde con el dicho monasterio solamente con   una pared muy baxa  de tapiería entre los dichos corrales e monasterio   y está la dicha posesión de corrales e tinajería todo hundido e desierto”.


                                    2.- SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI.

A partir de mediados del siglo XVI, se llevó a cabo una gran obra de reconstrucción de la iglesia  y práctica construcción  del edificio del convento, donde intervinieron los miembros de la familia Bolívar y muchos famosos canteros del momento. Comienzan, además,  a abundar los devotos que crean memorias, fundaciones y enterramientos en su templo, lo que manifiesta que era un templo de mayores dimensiones a la capilla inicial. En este periodo los hermanos, Martín  y Pedro de Bolívar, este último nombrado maestro mayor de obras de la abadía[2], debieron dar trazas y condiciones del templo y convento.  Constaba de un claustro distribuidor de planta cuadrada y dos pisos con planta baja (leñera, comedor, refectorio, sala capitular, locutorio, lavandería, etc.) y planta superior con dependencias de las monjas; también se observa una tercera planta por algunas partes.  El claustro era similar al que el cantero Miguel de Bolívar realizó, en 1588, para el convento de las dominicas de la Mota, que constaba “ un claustro de planta cuadrada y de dos pisos. Cada ala del claustro llevaba 3 columnas y cuatro arcos de medio punto[3]  . Por el primer testamento de Miguel Sánchez Vizcaino, hay noticias que la obra del convento se hallaba en plena fase constructiva y de él data el vestíbulo y portada la iglesia,  que es lo único que se conserva hasta hoy día. En concreto, debió intervenir muy activamente  este cantero, porque, según se manifiesta[4], se le debía por las monjas 19 ducados y medio. En 1571,  siendo corregidor Gómez Mesía de Figueroa, hay noticias que se edificaron varias dependencias del  convento, como consta por el libro de cuentas[5]. Durante este año, se recibieron fondos para la obra de unas casas caídas junto al propio convento. Como obra ya avanzada, por el testamento de su hijo Juan Sánchez Vizcaíno, su padre quedó enterrado en dicha iglesia en 1585, lo que demuestra que la iglesia era, al menos de mayores dimensiones albergando varias capillas laterales y las tres naves[6].
            En 1580, Miguel de Bolívar, hijo de Juan de Bolívar el Viejo,  junto con el cantero Miguel de Azcoita se obligaron a levantar cierta obra de cantería en el primitivo convento de las Trinitarias. El presupuesto alcanzaba la cifra de 18 reales y medio por cada tapia edificada. No debieron responder a las cláusulas del contrato, pues fueron demandadlos por el abad don Andrés de Bobadilla y de la Cerda aludiendo que las monjas h[7]. Pero, el dato más importante de la documentación encontrada en el Archivo Histórico Provincial, radica que Pedro de Aranda o de Alcalá, asumió las trazas de la portada, las ventanas y la torres- una espadaña de doble cuerpo y vano-.


























































































































abían sido estafadas en la ejecución de la obra. Intervino en la tasación el maestro de obras Pedro de Alcalá o Aranda, por aquel tiempo maestro de obras de la iglesia de San Pedro de Priego,  y se comprometió a realizarla por 16 reales cada tapia
A partir de esta fecha, el trabajo mancomunado de Pedro de Alcalá, Miguel de Bolívar y Miguel de Azcoitia  llevaron a cabo la obra de la portada, de la que conserva la planta baja, por el precio establecido por  Pedro de Alcalá.
                       
            3. FINALES DEL  SIGLO XVI  Y PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII

Una vez levantado el convento,  en la iglesia  se llevó a cabo una gran labor de ornato y erección de capillas por diversos  patronos. De este modo,  a final del siglo y principios del siglo XVII, se realizó la capilla del regidor Pedro Veneroso[8], genovés afincado en Alcalá la Real,  y Melchora de Bocanegra, por la que  se imponía un censo de 300 reales. Por los datos de la fundación estaba situada “debajo del coro en la parte que salía a la calle Real”. Por  este mismo  tiempo, se levantó  la de Hernán Cano, situada también a mano derecha, donde fue enterrada  su hija  María Cano en 1599, según una cláusula testamentaria. Por la memoria de Andrés de la Blanca, también se fundó otra capilla, denominada de Cristo Crucificado junto al lado  de la Epístola del altar mayor.
Como es lógico, un edificio, de enormes dimensiones, y que ocupaba casi una manzana entera del arrabal Nuevo, debía sufrir muchísimos deterioros y reformas. Desgraciadamente, no se conservan todos los libros del convento para ilustrarnos de todas las obras, ampliaciones reformas y reconstrucciones. A través de fuentes indirectas, podemos confirmar algunos datos de este periodo. Basándonos en  las actas municipales, debieron ser obras de renovación de la techumbre y tejados[9]:

-“   La ciudad dio licencia  al Convento de a Santísima Trinidad,  para que puedan hacer  llevar para la obra de el  un álamo que se a caydo, por la necesidad que tiene el dicho convento. 
La ciudad da licencia al convento  de la Santísima Trinidad para que haga cortar seis mil garrotes de agracejo e lo demás ordinario  para la obra del Convento.”


            En el cuarto  tercio de este siglo, y concretamente  en 20 de octubre de 1639 es un claro ejemplo de este tipo de obras. Así,  el  albañil Francisco Méndez Ramírez se comprometió con el convento a llevar a cabo un zaguán que está encima del cuarto del  dormitorio y enrejarlo[10], cubierto y con caballetes, por el cual el convento se comprometía a darle yeso, cáñamo y madera y todo lo necesario que fuera menester; por su parte se albañil debía hacer allanar  y limpiar todo el terreno de este aposento con  buena obra, ajedrezarlo y alcatifarlo y quedar perfeccionado a vista de los oficiales y maestros para no quebrar la obra. 




[1] Hace unos años, de las manos de Carlos Borrás ya se hicieron labores arqueológicas en el lugar.

[2] AHPJ. Legajo 4583. Folio 769 vuelto-777 vuelto. Año 1560.
[3] AHPJ. Legajo 4661. Folios 208 vuelto -210 vuelto. Año 1588.
[4] AHPJ. Legajo 4661. Folio 172 vuelto-174
[5] AMAR. Caja 32. Legajo 1. Libro de cuentas.
[6] AHPJ. Legajo 4792. Folio 569 vª-574.
[7] Ahpj. Legajo 4732. Folios 49-50.
[8] AHPJ. Legajo 4875. Folio 321.
[9] AMAR. Acta de 10 de mayo  y 29  de diciembre  de 1602.
[10] AHPJ. Legajo 5066. folio 155. año de 1639.  Escribano Francisco Ramírez. Cobró 200 reales.

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