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martes, 6 de agosto de 2024

ALCALÁ LA REAL, VISTA POR UN VIAJERO ITALIANO EN 1668


 

 

Cuando Cosme de Médicis visitó a Alcalá el día dieciséis de diciembre de 1668, la ciudad se encuentraba en clara decadencia, por la pérdida de población y por la contínua sangría de hombres y caudales, que había aportado la ciudad a Felipe IV en las guerras de Portugal, Cataluña, Francia y los Paises Bajos, sin olvidar las icursiones de los turcos en la Costa granadina. El artista Pier María Baldi la ilustra lo mismo que las Salinas de Filique, exaltando su aspecto de fortaleza y Lorenzo Magalotti la define como

una ciudad de mil hogares, que desde la cumbre de un monte muy alto se extiende abajao por el costado y el valle de él, y comenzando a remontarse sobre la colina opuesta forma una cuenca. En la cima ,ás elevada hay un fuerte, el cual aunque esté reducido al presente en morada para el Corregidor, fue otras veces fortaleza inexpugnable para los moros, para detenerlos en los límites del Reino de Granada, de donde retine temabién el día de hoy el antiguo nombre ganado Llave de Castilla.

La jurisdicción de Alcalá pertenece totalmente al Rey, el cual allé designa al Corregidor y dos Alcaldes. esta corregiduría comprende otros dos grandes lugares por lo cual para lo más se pone persona de alguna consideración, y actualmente se encuentra  y actualmente es el Marues de Torres , que al paso de S.A. se encontraba en Oza (hoy LOja), uno de los lugares a él sometidos.

El gobierno espiritual es independiente de cualquier diócesis, estando únicamente subordinado a un Abad secular, el cuaql tiene uso de mitra y del hánito pontificales, alzando baldaquino, no de otro modo que si fuese Obispo. esta Abadía produce alrededor de treinta mil escudos al año, y al presente la disfruta don Antonio, hijo natural de don Felipe Cuarto, no legitimado. El tiene su residencia en Alcalá, y nosotros allí le encontramos, aunque la tardía llegada y la presurrosa partida no nos permitiesen verlo.[1]


A través de la ilustración, se distingue la alameda, la ermita y el Humilladero de la Magadalena  y la Cruz de los Blanquitos que adentraba hacia la cuesta del Cámbrón. Eran las dos vías de acceso de la ciudad que ofrece un aspecto de cerco, bien delimitado por torreones y murallas en la parte alta, la antigua fortaleza, y de mapuesto, tapiales, y corrales en el resto de su extensión urbana. Mientras los alrededores de la Mota y la parte que se extiende al cerro de su ladera, se encuentra muy poblada, el cerro del Calvario, prácticamente está despoblado. La muralla está fuertemente protegida por elevados muros y torres barbacanas, distinguíndose la puerta de Granada,  y la de la Imagen. Dentro de la fortaleza, se distingue el arrabal Viejo de santo Domingo de Silos con su iglesia, y un barrio de trama musulmana comunicada por la parte con los majestuosos edificios del barrio de la Mota, que sirven de tapial y segunda muralla, debido a su elevada altura que alcanzaban hasta los tres pisos en contraste con las casas del barrio. En el barrio de la Mota  se alza esbelta la iglesia Mayor abacial, que oculta a la torre del Homenaje,y se distingue la torre del Trabuquete, las Casas del Cabildo, el Gabán, los corredores,  las carnicería, la torre de Aguilera y varias torres, como la de la Cárcel . Fuera de la fortaleza, son dignos de destacar el barrio del Rastro que entraba por la puerta de Zayde al barrio de santo Domingo, el barrio de Bartolomé, el de san Blas, con sus respectivas ermitas y algunos edificios significativos se vislumbran como el convento de la Trinidad y los monasterios de Consolación y Capuchinos.


[1]Magalotti, Lorenzo. Viaje por España, de Cosme de Médicis. 1663.1669.

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