Hoy día, la placeta de San Blas se encuentra completamente remozada y alterada por la nueva visión de un contexto de entre ruinas y viviendas para convertirse en un espacio a medio camino entre un yacimiento medieval y un entorno urbano andaluz. Más bien, se denomina la placeta de San Blas, porque la ermita, de la que no quedaron más restos que los yesos labrados de la cornisa del templo, se insinua en forma de silueta metálica y formada por el cajón artificial que insinúan las líneas constituyentes de los muros y tejado del templo. No obstante, este nuevo espacial ha ganado con la exposición pública del antiguo solar y planta del templo, en forma de cajón, con los compartimentos anexos de la sacristía y capilla del Cristo de la Salud.
La portada renacentista de primeros de siglo XVII volvió a su entorno original desde la calle de los Muladares, donde ocultaba un cuadro eléctrico desde los años treinta del siglo pasado XX hasta el segundo decenio del siglo XXI. Cuando penden de su postes actuales, las reproducciones de San Blas, San Roque y el Cristo de la Salud, nos recuerda una iglesia de barrio, que sirvió de depósito de cadáveres antes de subirlos al cementerio de la Mota, hospìtal preventivo de apestados, y de templo votivo dedicado al patrón de la gargantilla. Desaparecida esta iglesia a mediados del siglo XX, quedó en manos privadas y convirtieron sus lugares religiosos en viviendas familiartes, y los huertos colindantes, pertnecientes al convento trinitario de los Remedios, en corrales de las nuevas viviendas.
Hoy, a la placeta de San Blas se accede por varias calles: por la parte de arriba a través del nuevo camino de San Bartolomé o Carrera de los Caballos, proyectándonos la mirada, tras el bajo tercer recinto amurallado, a todo el Arrabal Viejo o de Santo Domingo de Silos, por la parte de la puerta de Martín Ruiz o del Cambrón; desde la iglesia de san Juan por la mal llamada calle Cava pasando por la casa y lugar del trono del Cristo de la Salud; si se viene desde la parte oriental, varias calles desde el templo sanjuanero conduce a la anterior arteria vial ( Rosario, Caños, abad Palomino y Puerto, y, sobre todo, la denominada recientemente calle pina y cas deshabitada de San Blas); si subimos por la calle decumana de la calle Real, nos baja a esta plaza, la también mal denominada calle Mazuelos; un recuerdo especial ofrece por el acceso meridional boscoso por un camino que le dio nombre anteriormente a este rincón, el del Cambrón, planta que recuerda tiempos de frontera.
La portada renacentista de primeros de siglo XVII volvió a su entorno original desde la calle de los Muladares, donde ocultaba un cuadro eléctrico desde los años treinta del siglo pasado XX hasta el segundo decenio del siglo XXI. Cuando penden de su postes actuales, las reproducciones de San Blas, San Roque y el Cristo de la Salud, nos recuerda una iglesia de barrio, que sirvió de depósito de cadáveres antes de subirlos al cementerio de la Mota, hospìtal preventivo de apestados, y de templo votivo dedicado al patrón de la gargantilla. Desaparecida esta iglesia a mediados del siglo XX, quedó en manos privadas y convirtieron sus lugares religiosos en viviendas familiartes, y los huertos colindantes, pertnecientes al convento trinitario de los Remedios, en corrales de las nuevas viviendas.
Hoy, a la placeta de San Blas se accede por varias calles: por la parte de arriba a través del nuevo camino de San Bartolomé o Carrera de los Caballos, proyectándonos la mirada, tras el bajo tercer recinto amurallado, a todo el Arrabal Viejo o de Santo Domingo de Silos, por la parte de la puerta de Martín Ruiz o del Cambrón; desde la iglesia de san Juan por la mal llamada calle Cava pasando por la casa y lugar del trono del Cristo de la Salud; si se viene desde la parte oriental, varias calles desde el templo sanjuanero conduce a la anterior arteria vial ( Rosario, Caños, abad Palomino y Puerto, y, sobre todo, la denominada recientemente calle pina y cas deshabitada de San Blas); si subimos por la calle decumana de la calle Real, nos baja a esta plaza, la también mal denominada calle Mazuelos; un recuerdo especial ofrece por el acceso meridional boscoso por un camino que le dio nombre anteriormente a este rincón, el del Cambrón, planta que recuerda tiempos de frontera.
Este es el estado actual, pero no fue así en tiempos anteriores.
Hasta muy avanzado el siglo XX, el descenso de población y el poblamiento
decayeron profundamente y, tan sólo, se mantuvieron varias casas en
las Escalerillas y en la antigua calle de la Cruz de Piedra, que se denominaba Cava ( la actual Mazuelos). Incluso
en 1901, la iglesia de San Blas
mostró los primeros síntomas de su ruina
que se plasmaron definitivos en el segundo decenio de este siglo vendiéndo sus
enseres a la familia Fernández Anchuela. Pero la muralla y el barrio de Santo
Domingo siempre prestaron una fisonomía
peculiar a la ciudad de Alcalá la Real con sus restos de una
urbanización medieval y las huellas
de un asentamiento muy importante en el
dinamismo de la nueva ciudad. No obstante, el Arrabal Viejo se mantuvo con una
población dispersa englobada dentro de la unidad/ calle/ plaza de San Blas y
calle Cava, porque eran los elementos
más significativos y poblados de este
barrio.
Junto a la
fachada oriental de la iglesia de Santo Domingo de Silos, perduraron diversas casas de la familia gitana de Bernabé Muñoz
hasta los años setenta, en las
Escalerillas; destacaba la
familia de Malagón hasta los años
ochenta, la famila de López Fuentes en la Subida a la Mota junto al Arrbal Nuevo, en el camino de
acceso de la iglesia de Santo Domingo por la puerta de Granada la casa de una
enigmática Eva; la Casa
del Arrabal pasó de vivienda familiar a
tina de ganado en los años noventa y pervivió hasta hoy día.
Con el nombre de San Blas, en el padrón de 1942, todavía se producen altas de
vecinos, es decir, en sus diversos
aspectos ( por cumplir 23 años , por enviudar,
por fijar su residencia...) y
altas por nacimiento. Lo que se repite en 1948 con Mercedes Pérez Ruiz
y prueba de la habitabilidad del barrio radica en que se dio de alta por cumplir 21
años a la vecina Dolores Expósito Aceituno en
una calle que se nombra explicitmente “ Escalerillas de Santo Domingo”. Tan sólo,
asistimos a tres bajas por fallecimiento
( un niño de 9 años Francisco Bolívar Ruiz, una mujer Dulcenombre Teba de 37
años y un hombre Antonio Bermúdez de 51), otras dos por casamiento y
enviudedar
En las
revisiones del Padrón de 1970, el Arrabal Viejo englobado todavía dentro de
San Blas, aparecen varias altas de nacimiento ( Ángeles Pérez Ruiz), bajas por
contraer matriomonio como Mercedes Pérez Ruiz, de 21 años, lo que nos demuestra
que este barrio está habitado. Criosamente, la emigración hizo mella y aprecieron familias enteras como de Gámez-Olmo que
figuraban en el padrón como bajas ausentes (5 miembros que emigraron a Asturias
o Miguel Armenteros a Bilbao). Incluso en 1969, se produjo la defunción de un
personaje muy popular del barrio Evaristo Gil Garrido, a la edad de 63 años,
campesino que recibía la finca de baja
de empadronamiento de San Blas.
Un medio siglo después del Catastro de la Ensenada, prácticamente en un lustro, tan sólo, las calles de las Escalerillas de Santo Domingo, la
de la Cruz de
Piedra, Cava, y Mazuelos albergaban algunas casas con vecinos. Pero, cuando su
despoblamiento se produjo de un modo más intenso fue en el siglo XIX. Pues, partiendo de la base documental de distintos padrones municipales., a
partir de 1822, podemos resumir la
situación del barrio de Santo Domingo y alrededores con los siguientes datos:
-Con motivo del nombramiento de alcaldes de barrio, “ que
celen y cuiden de los respectivos partidos que se les asignen”, esta zona se
comprendía dentro dl distrito cuarto y se componía de las calles siguientes:.
San Blas, La Caba ,
Escalerillas, Pozuelo, Mazuelos, Mesones, Trinidad, además de Luque, Llana, Rosario y Medrano[1].
En 1832, podemos constatar el
número de viviendas y la desaparición de la calle Mesones: San Blas con 7 casas, Santo
Domingo con 4 casas, la auténtica Caba junto a la muralla con 7 casas y Mazuelos con 5. En 1833, no hay variación prácticamente, pero existían las calles Pozuelo y San Blas con 12 vecinos, esclarerillas
de Santo Domingo con 5 casas y 12 vecinos, Caba con 6 casas y 14
vecinos y Mazuelos con 5 casas.
Uno años después, en 1841, la despoblación es total. porque en
San Blas, había un vecino, unas 8 casas por encima de San Blas: 8 casas, en la Iglesia de Santo Domingo, una otra casa por encima de Santo Domingo, Cava con 16 vecinos, calle Mazuelos con 4
y Alhondiguilla con 8 vecinos.
:
Prácticamente,
en los barrios colindantes ya no existe población; y los edificios públicos y religiosos son “un
montón de ruinas cuyos materiales fueron vendidos hace pocos años y transportados a la
población”[1].
La mayoría de bienes inmuebles fueron
vendidos a partir de finales del siglo
XVIII y siglo XIX( desamortización de Gocoy, Mendizábal y Madoz) y cayeron en
manos de la burguesía alcalaína. Primero,
le tocó la suerte al paraje de San Bartolomé, que se transformó en olivar, regentado por la
familia Vigas, luego los solares y
ermita de san Blas, que cayó en el segundo decenio XX en manos de la familia
Fernández Anchuela; finalmente el convento de las Trnitarias.
En el siglo XVIII, se produjeron dos acontecimientos muy significativos en el municipio alcalaíno: por un lado, se completó la
ruralización de una
importante parte de la
población de la ciudad de Alcalá la Real estableciéndose en los
partidos la nueva ciudad de Alcalá la Real gracias a la
ampliación y continuidad de los repartimientos reales entre
las clases más populares, y , por
otra parte, prácticamente la mayor parte
de la población se extendió por completo entre los dos cerros, el de la Mota y los Llanos, donde se
formó un rectángulo, atravesado por el Llanillo y la calle Real, a las que convergen
`perpendicular y paralelamente una serie de calles cardinales y decumanas. Como consecuencia
de ambos movimientos de poblamiento,
estos barrios, de predominio campesino, fueron los primeros en sufrir las
consecuencias y se vieron obligados a a trasladarse a los nuevos núcleos
rurales para asentarse en los nuevs doblamientos que se ubicaban en terrenos de propios y eran
concedidos por el propio ayuntamiento,
y, por ende, el recinto fortificado mostró un declive significativo, no
apreciándose en este tiempo la continuidad ni la habitabilidad en el barrio de
Santo Domingo, que sólo, mantenía en pie su iglesia y el lienzo meridional de
la muralla, mientras gran parte del poblamiento de la zona
oriental había desparecido en torno a la ermita de San Blas y la Puerta de Martín Ruiz.
A
consecuencia de todos estos movimientos, los antiguos solares
abandonados-convertidos en tierras de
labor- comienzan a subastarse y ser
colonizados por nuevos labriegos siguiendo la línea de repartimento establecida
por Carlos III para favorecer a la agricultura entre las clases menos privilegiadas. la ermita de San Blas, adosada a la muralla, es UNO de los barrios
decadentes de la ciudad que, por cierto,
había sufrido un gran deterioro a principios
de siglo XVII con el derrumbamiento de la puerta de Martín Ruiz, gran parte de
la muralla que lindaba con la ermita, incluso,
por el Gabán que ,ahuecado por distinta cuevas, se había derrumbado por
completo.
a obligado a dejarse de cultivar muchos de sus campos, que eran el fruto con que se mantenían los naturales, por lo qual dejan sus casas y se ban a otras probincias, como se a reconocido en la ruina, que, desde hace dos años a esta parte, se hallan barrios y calles, acortándose el número cada día, pues en el de
La edificación de la ermita de san Blas englobó el entorno exterior de la muralla primera de la fortaleza de la Mota con el nombre del santo de la Gargantilla por el entorno comprendido entre el Cambrón y la puerta de Martín Ruiz, carrera de los Caballos, bajada del Rastro, Cava, Cristo de la Piedra , Alhoniguilla, Mazuelos y Pozuelo desde San Juan. Anteriormente, paraje del Cambrón, Cava, carrera Vieja, Cristo de la Piedra.
Y estos fueron los vecinos en tiempos del Catastro evolviendo a la Alhondiguilla, Mazuelos, San Blas, Escalerillas de Santo Domingo y restos del Arrabal Viejo sin contar la calle Cava.
En su mayoríam del sector primario:
PUJAREROS, Alonso Carrillo (1388), pujarero jornalero, casado con un hijo. Antonio de Quero ( 1390), casado con dos hijas. Gabriel Arévalo, casado con un hijo menor y cuatro hijas ( 1397), José Hermoso, casado con tres hijos menores ( 1399)
JORNALEROS. Andrés Cortes, casado con un hijo menor y una hija (1391). Esteban Marques (1393), Francisco Marquez ( 1394), de 70 años viudo sin hijos. Francisco Cortes casado con un hijo menor y dos hijas ( 1395). Juan Parra (1398), viudo. Juan Francisco Cstilla, jornalero con tres hijas ( 1400). Manuel Fernández, casado con un sobrino menor ( 1401). Manuel Paradas (1403), con dos hijas. Pedro Sánchez (1406) casado, dos hijas y un hijo menor. Pedro Ruiz de Atencia, casado, un hijo menor y una hija.
Francisco Mateo de Ávila, casado con un hijo menor (1396). Manuel Nieto de Aguilar, dos hijos menores ( uno ciego) y una hija.
DEL SECTOR DE SERVICIOS. El ermitaño Cristóbal de Lara en la ermita de San Blas, de 75 años, casado (1392).
VIUDAS, Ana Cecilia de Callejón, (1389) con dos hijos menores y una hija. Ana de Siles (1387), con tres hijas. María Francisca de Atencia (1403), con un hijo jornalero mayor de 18 años, y dos hermanas. Polonia Escribano (1405), con dos hijos joraleros mayores de 18 años.
En su mayoríam del sector primario:
PUJAREROS, Alonso Carrillo (1388), pujarero jornalero, casado con un hijo. Antonio de Quero ( 1390), casado con dos hijas. Gabriel Arévalo, casado con un hijo menor y cuatro hijas ( 1397), José Hermoso, casado con tres hijos menores ( 1399)
JORNALEROS. Andrés Cortes, casado con un hijo menor y una hija (1391). Esteban Marques (1393), Francisco Marquez ( 1394), de 70 años viudo sin hijos. Francisco Cortes casado con un hijo menor y dos hijas ( 1395). Juan Parra (1398), viudo. Juan Francisco Cstilla, jornalero con tres hijas ( 1400). Manuel Fernández, casado con un sobrino menor ( 1401). Manuel Paradas (1403), con dos hijas. Pedro Sánchez (1406) casado, dos hijas y un hijo menor. Pedro Ruiz de Atencia, casado, un hijo menor y una hija.
Francisco Mateo de Ávila, casado con un hijo menor (1396). Manuel Nieto de Aguilar, dos hijos menores ( uno ciego) y una hija.
DEL SECTOR DE SERVICIOS. El ermitaño Cristóbal de Lara en la ermita de San Blas, de 75 años, casado (1392).
VIUDAS, Ana Cecilia de Callejón, (1389) con dos hijos menores y una hija. Ana de Siles (1387), con tres hijas. María Francisca de Atencia (1403), con un hijo jornalero mayor de 18 años, y dos hermanas. Polonia Escribano (1405), con dos hijos joraleros mayores de 18 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario