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sábado, 7 de abril de 2018


III      

                        LA HERMANDAD DE LOS  DISCÍPULOS


           En 1670, se llevó a cabo la constitución de la  hermandad de la Cruz de los Discípulos. Respondía  a los  72 discípulos  de Jesús que refiere el Nuevo Testamento, tal como lo indica el propio Lucas “Después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos discípulos, y los envió  de dos en dos delante de sí,  a todas las ciudades y sitios adonde el había de ir . Y les dijo :La mies es mucha y los obreros poco”. Para conocer su organización e historia, es necesario detenerse en el concierto que entablaron en 1746  entre esta hermandad, el convento dominico de Nuestra Madre de Dios del Rosario y las cofradías del Dulce Nombre de Jesús y nuestra Madre de Dios del Rosario. La hermandad se obligaba a las siguientes cláusulas:

-“A salir la mañana del Viernes Santo, en la procesión que sale del Convento de los Dominicos para que no escaezca, persevere y se perpetúe”
- “Se obligan los setenta y tres a salir en las procesiones del Viernes Santo de la mañana en todos los días de su vida y así lo continuarán los demás hermanos después que fueran muriendo o se hallaren en legitimo impedimento sin que pueda faltar a tan preciosa obligación y fallado, se le pueda apremiar”.
-Cada hermano ha de llevar  de tarjeta estampada una calavera y cruz con sus dizeptinas y coronas de espinas y vestidos con capillo y todo blanco, siguiendo la cruz grande, que esta ha de llevar el mayordomo que toque cada año”.
“-La Cruz de la dicha hermandad  por haberla hecho Vicente Díaz de Arjona junto con las tarjetas que se hicieron con la limosna se  ha de tener en su casa del mayordomo hasta su muerte y permaneciendo dicha cruz  y  permaneciendo dicha cruz y hermandad la ha de dar a quien de su voluntad”.
-La cofradía y el convento se comprometía a la misas de sufragios y acompañamiento en el enterramiento y funerales.
-Las otras cláusulas son las tradicionales de  enterramiento y exequias.                                        
 
            En 27 de marzo de 1758, se llevó a cabo otro concierto entre la cofradía del Dulce Nombre de Jesús y el convento y  la hermandad de la Madre de Dios del Rosario, y la hermandad  de los Discípulos- Esta estaba representada por  Francisco Valladares, Antonio Díaz, Carlos de Rueda, Pedro Arjona, Francisco Garzón y José Clavijo. Por las cofradías los hermanos mayores Vicente Díaz y Tomás Guerrero y por los frailes el prior y varios miembritos de la comunidad. En el nuevo documento  un decenio posterior a l anterior se comprometían los Discípulos a salir el Viernes Santo por la mañana, es muy interesante  para su reconstrucción las cláusulas del compromiso y la fundación de la hermandad:
-cada hermanos de los cuales se compone esta hermandad ha de sacar en cada un día del Viernes Santo la  el convento una tarjeta , en la  cual ha de ir estampada una calavera y en lo más alto de ella una cruz, llevando también los dichos hermanos las disciplinas y su corona de espinas con su capillo, enaguas y demás ropa que conduzca a la honestidad de  esta hermandad, la cual ha de ser todo blanca. Sacando en la dicha procesión  por insignia la santa Cruz que ha de llevar el hermano mayor que cada año le hubiere tocado por suerte”.
-En caso de no poder salir un hermano en la procesión, debía enviar un sobrestante a los padres de almas, que comprobaban si era cierto o no y debían admitir el pretexto.
-Debía dar cada hermano seis reales: cuatro eran por la entrada y dos para las misas que se le dijeran en caso de fallecimiento.
-En caso de quererse dar de baja debían tener satisfechos los seis reales. 
-Si falleciere el padre de ánimas ha de comunicar al prior que se le diga la misa y pague con los dos reales que mantenía del hermano y además tenga en cuenta su reposición hasta llegar a los setenta y dos hermanos. Se le dirán cincuenta misas si  no se encuentran los setenta y dos hermanos y si están completo sesenta misas.
-El enterramiento se llevaba a cabo en la bóveda de la capilla del Dulce Nombre de Jesús, y no obtenían derecho a entrar por la puerta principal ni doble de campana y ser facultativo por los religiosos acompañarlos y cuatro a los hermanos menores.
La Cruz fue comprada por Vicente Díaz y se quedaba en depósito con ella. No obstante se le daba al hermano mayor que le tocare para sacarla el Viernes Santo y  tenerla en su casa hasta el día de la Cruz que volvía de nuevo a la casa de Vicente Díaz hasta que se hiciera una nueva por la hermandad.
-Contemplaba en los derechos de enterramiento y misas de exequias fúnebres a los hijos de la viuda y una segunda madre siempre que mantuviera la cuota de dos reales.
-Se les permitían seguir o excusarse en el ministerio de padres de almas a Francisco de Valladares y Antonio Díaz que habían fundado la hermandad.







-No se admitía como hermana a ninguna mujer.


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