III
LA
HERMANDAD DE LOS DISCÍPULOS
En
1670, se llevó a cabo la constitución de la
hermandad de la Cruz de los Discípulos. Respondía a los
72 discípulos de Jesús que
refiere el Nuevo Testamento, tal como lo indica el propio Lucas “Después de esto, designó el Señor a otros
setenta y dos discípulos, y los envió de
dos en dos delante de sí, a todas las
ciudades y sitios adonde el había de ir . Y les dijo :La mies es mucha y los
obreros poco”. Para conocer su organización e historia, es necesario
detenerse en el concierto que entablaron en 1746 entre esta hermandad, el convento dominico de
Nuestra Madre de Dios del Rosario y las cofradías del Dulce Nombre de Jesús y
nuestra Madre de Dios del Rosario. La hermandad se obligaba a las siguientes
cláusulas:
-“A salir la mañana del Viernes Santo, en la procesión que sale del
Convento de los Dominicos para que no escaezca, persevere y se perpetúe”
- “Se obligan los setenta y tres a salir en las procesiones del Viernes
Santo de la mañana en todos los días de su vida y así lo continuarán los demás
hermanos después que fueran muriendo o se hallaren en legitimo impedimento sin
que pueda faltar a tan preciosa obligación y fallado, se le pueda apremiar”.
-Cada hermano ha de llevar de
tarjeta estampada una calavera y cruz con sus dizeptinas y coronas de espinas y
vestidos con capillo y todo blanco, siguiendo la cruz grande, que esta ha de
llevar el mayordomo que toque cada año”.
“-La Cruz de la dicha hermandad
por haberla hecho Vicente Díaz de Arjona junto con las tarjetas que se
hicieron con la limosna se ha de tener
en su casa del mayordomo hasta su muerte y permaneciendo dicha cruz y
permaneciendo dicha cruz y hermandad la ha de dar a quien de su
voluntad”.
-La cofradía y el convento se
comprometía a la misas de sufragios y acompañamiento en el enterramiento y
funerales.
-Las otras cláusulas son las
tradicionales de enterramiento y
exequias.
En 27
de marzo de 1758, se llevó a cabo otro concierto entre la cofradía del Dulce
Nombre de Jesús y el convento y la
hermandad de la Madre de Dios del Rosario, y la hermandad de los Discípulos- Esta estaba representada
por Francisco Valladares, Antonio Díaz,
Carlos de Rueda, Pedro Arjona, Francisco Garzón y José Clavijo. Por las
cofradías los hermanos mayores Vicente Díaz y Tomás Guerrero y por los frailes
el prior y varios miembritos de la comunidad. En el nuevo documento un decenio posterior a l anterior se
comprometían los Discípulos a salir el Viernes Santo por la mañana, es muy
interesante para su reconstrucción las
cláusulas del compromiso y la fundación de la hermandad:
-cada hermanos de
los cuales se compone esta hermandad ha de sacar en cada un día del Viernes
Santo la el convento una tarjeta , en
la cual ha de ir estampada una calavera
y en lo más alto de ella una cruz, llevando también los dichos hermanos las
disciplinas y su corona de espinas con su capillo, enaguas y demás ropa que conduzca
a la honestidad de esta hermandad, la cual
ha de ser todo blanca. Sacando en la dicha procesión por insignia la santa Cruz que ha de llevar
el hermano mayor que cada año le hubiere tocado por suerte”.
-En caso de no
poder salir un hermano en la procesión, debía enviar un sobrestante a los
padres de almas, que comprobaban si era cierto o no y debían admitir el
pretexto.
-Debía dar cada
hermano seis reales: cuatro eran por la entrada y dos para las misas que se le
dijeran en caso de fallecimiento.
-En caso de quererse
dar de baja debían tener satisfechos los seis reales.
-Si falleciere el padre de ánimas
ha de comunicar al prior que se le diga la misa y pague con los dos reales que
mantenía del hermano y además tenga en cuenta su reposición hasta llegar a los
setenta y dos hermanos. Se le dirán cincuenta misas si no se encuentran los setenta y dos hermanos y
si están completo sesenta misas.
-El enterramiento se llevaba a
cabo en la bóveda de la capilla del Dulce Nombre de Jesús, y no obtenían
derecho a entrar por la puerta principal ni doble de campana y ser facultativo
por los religiosos acompañarlos y cuatro a los hermanos menores.
La Cruz fue comprada por Vicente
Díaz y se quedaba en depósito con ella. No obstante se le daba al hermano mayor
que le tocare para sacarla el Viernes Santo y
tenerla en su casa hasta el día de la Cruz que volvía de nuevo a la casa
de Vicente Díaz hasta que se hiciera una nueva por la hermandad.
-Contemplaba en los derechos de enterramiento
y misas de exequias fúnebres a los hijos de la viuda y una segunda madre
siempre que mantuviera la cuota de dos reales.
-Se les permitían seguir o excusarse
en el ministerio de padres de almas a Francisco de Valladares y Antonio Díaz
que habían fundado la hermandad.
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