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viernes, 20 de abril de 2018

en alcalá información. PLACETA DE SAN BLAS




Si hay un barrio que se muestre como el testimonio de la Alcalá del ayer y pervivencia del patrimonio local es el de san Juan, y más concretamente el entorno de la placeta de San Blas. Mirando al mediodía, se convierte en testimonio de unos arrabales despoblados y recuperación de ese pasado como tarjeta de visita de la ciudad fortificada de la Mota.  Atrás quedaron los barrios que se extendían desde San Bartolomé y Peña Horadada hasta los Mesones, pasando por el Matadero, Puerta Nueva, Santo Domingo de Silos, Cava, y Cristo de la Piedra. Se convirtieron en tierras de olivares y un nuevo parque, al mismo tiempo que el antiguo camino de San Bartolomé se erigió de nuevo en la antigua Carrera de los Caballos, hoy más bien de paseante y coches, como un adarve privilegiado para contemplar los dominios del pretérito reino de Granada.  Hoy día, esta placeta se encuentra completamente remozada y alterada por la nueva visión de un contexto de entre rui





nas y viviendas para convertirse en un espacio a medio camino entre un yacimiento medieval y un entorno urbano andaluz. Pocos restos testimonian a la ermita de San Blas, porque no quedaron más  que los yesos labrados de la cornisa del templo en un almacén; se insinúa en forma de silueta metálica y formada por el cajón artificial de las líneas constituyentes de los muros y tejado del templo. No obstante, este nuevo espacio ha ganado con la exposición pública del antiguo solar y planta del templo, en forma de cajón, con los compartimentos anexos de la sacristía y capilla del Cristo de la Salud.
La portada renacentista de primeros de siglo XVII volvió a su entorno original desde la calle de los Muladares, donde ocultaba una central eléctrica desde los años treinta del siglo XX hasta el segundo decenio del siglo XXI.  Cuando penden de sus postes actuales las reproducciones de San Blas, San Roque y el Cristo de la Salud,  recuerda una iglesia de barrio, que sirvió de depósito de cadáveres antes de subirlos al cementerio de la Mota, de hospital preventivo de apestados, y de templo votivo dedicado al patrón de la gargantilla. Desaparecida esta iglesia a mediados del siglo XX, quedó en manos privadas y convirtieron sus lugares religiosos en viviendas familiares, y los huertos colindantes, pertenecientes al convento trinitario de los Remedios, en corrales de las nuevas viviendas.
Hoy, a la placeta de San Blas se accede por varias calles: por la parte de arriba a través del nuevo camino de San Bartolomé o Carrera de los Caballos, proyectándonos la mirada, tras el bajo tercer recinto amurallado, a todo el Arrabal Viejo o de Santo Domingo de Silos, por la parte de la puerta de Martín Ruiz o del Cambrón; desde la iglesia de san Juan por la mal llamada calle Cava pasando por la casa y  lugar del  trono del Cristo de la Salud; si se viene  desde la parte oriental, varias calles desde el templo sanjuanero conduce a la anterior arteria vial ( Rosario, Caños, abad Palomino y Puerto, y, sobre todo, la denominada recientemente calle pina y casa deshabitada  de San Blas); si subimos por la calle decumana de la calle Real, nos baja a esta plaza,  la también mal denominada calle Mazuelos; un recuerdo especial ofrece por el acceso meridional boscoso por un camino  que le dio nombre anteriormente a este rincón, el del Cambrón, planta que recuerda  tiempos de frontera

           San Blas es una buena muestra de recuperación del patrimonio y entroncar el recinto histórico con el BIC de la ciudad de la fortaleza de la Mota.  También es un canto de cisne de unos antiguos arrabales que estuvieran varios siglos pasados. Pero, sobre todo, es un recordatorio para todos de que debemos comprometernos en no abandonar un recinto histórico-artístico con la migración constante de los vecinos de aquellos barrios a las nuevas urbanizaciones que dejan mucho de desear en el plano estético de este entorno excepcional, y, además, de una buena calidad de vida. Algunos como quijotes mantienen la antorcha del patrimonio en la placeta de San Juan, particulares e instituciones. Sigamos su ejemplo-


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