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viernes, 6 de abril de 2018

EN ALCALÁ INFORMACIÓN, TRAS LA SEMANA SANTA, LA CALLE LLANA


En la Semana Santa, la calle ha sido el lugar más visitado por los vecinos. Se recorría el casco histórico artístico por las Vísperas de San José.  Y, en muchas ocasiones durante estas fiestas, transitando por los itinerarios oficiales, Real, Llana, Rosario, Veracruz, Caños, Llanillo y Llana salvo las manifestaciones que procedían de los nuevos barrios de los años de finales del siglo XX.  Llana, y Llanete, son las calles que corren paralelas al Llanillo y perpendiculares a la calle Real. Convierten la ciudad de la Mota en una encrucijada urbana al verse seccionadas perpendicularmente por las calles que van de la Mota al camino real de Granada. 
Hubo varias calles Llana, en la parte descendente del cerro de la ciudad fortificada, de la Trinidad y Gutierre de Burgos. Perdieron el nombre del vecino que la apedilló, o mantuvieron la primera parte, llamándose llana por excelencia. Este es el caso de esta calle Llana que pasó de denominarse Gutierre de Burgos al del ilustre imaginero Martínez Montañés, de modo que curiosamente concordó el azar con el descubrimiento del hallazgo del nacimiento alcalaíno para renombrarla con los apellidos del ilustre imaginero, que celebra en el año actual el 450 Aniversario de su nacimiento. 
 Esta calle nació agrícola, más jornalera que pegujarera en otros tiempos, y, sin embargo, conforme se acercaba al siglo XX, a la inversa más pegujarera que jornalera; no faltaron los hidalgos caballeros de Alcalá. Esta calle también dio cobijo a los amigos republicanos de Pablo Batmala. Alojó otros oficios de otros sectores, el secundario y el terciario. Entre los servicios, el convento del Rosario pasó de un recinto de clero regular, con establecimiento de la escuela de Filosofía y Gramática, a un templo parroquial de Santa María la Mayor; con la desamortización de Mendizábal, sus dependencias albergaron el toldero de la sal, la primera academia de estudios secundarios, la inclusa, entre otros...hoy se ha convertido en una manzana de viviendas y parte del patio de la Guardería Infantil. Todavía duermen sobre los cadáveres muchos vecinos de la calle Real, y, en su zona claustral, se albergaba un centro de atención a mayores. 
En esta calle, hubo expendeduría de tabacos, y servicio de telégrafos,  muchas tabernas ( el bodegón de los Muertos, Canastas, el Atranque, la tienda-taberna de Cipriano y en algunas ocasiones Gálvez vendía vino terreno y algún que otro pujarero o cosechero), tiendas de ultramarinos como  la de Marañón, Enriqueta  o Pedro Charilla, en las que se surtían desde pan hasta vino manchego, desde una cartilla de  azafrán a un sobre para hace natillas, o la de verduras como la de Lola y Eulogio, donde se probaron los primeros plátanos y cerezas de la tierra, carbonerías como la de Isabel. Inolvidable la zapatería de Pepe Roda, en la que comentábamos el fútbol y conocí a un primer barcelonista. 
Buenos canteros con Antonio González Frías que nos entusiasmaba con su pasión por la reconstrucción, y con las historias de su tío Salvador Frías Pino.  
Hubo hasta médicos, nadie olvida los







cuidados en tiempos de la gripe por parte de don José García Valdecasas, o la clínica de don José Sánchez, donde algunos curaron una quebracía o una apendicitis. 
Nadie olvidará   barberías, como la de Víctor Sáez (en esta nos aficionábamos a la lectura de la prensa diaria, con las crónicas deportivas, y con aquel Alcalá CF de Marañón, Salido, Civantos, Chonito, Pedro...). Carpinterías las hubo con buenos profesionales entre la familia Rufián y su cuñado. Cuentan que por esta calle sufrieron los desgarros de la Guerra Civil, los hubo apresados de los dos bandos, deportados como maestros republicanos. represaliados y encarcelados... 
Esta calle olía a vino y en navidad el villancico sufría las deformaciones caricaturescas, como la de aquellos cantos. Esta noche, no me acuesto, /porque no me da la gana / que me tengo que morir o dormir / /en medio de la calle Llana. /Y más de una buena cogorza pasaron algunos a la salida de aquellas tabernas de aceituna de cornezuelo ... se oyen los ecos con tono semidescendente por eso, por eso ...balbuceado entre sonidos de ronquido. En esta calle, hubo telares antiguos de madera y de los mecanizados de los años sesenta, costureras famosas como las Peñas, vivó el Obispo Ceballos, se conservaba un cuadro con la imagen de la Virgen de las Mercedes, ... 

No siempre todo era casas...había zonas de solares y se hicieron los primeros pisos de vecinos...albergó familias de funcionarios y curas, de la familia Pérez en abundancia, Romero, Cano Caballero, Heredia...La picota solo se detuvo en la casa de una sola fachada de piedra, pero hubo más portadas señoriales. En esta calle, Cesta y Puntos se vivió de una manera especial con la presencia de dos alumnos del INEM.  Esta calle es vía corta de estación de procesiones, sobre todo de la Patrona y de algunas de Semana Santa.  Y todavía en esta calle se hacen los trajes penitenciales.... 
Pues esta calle entona un SOS especial, una proclama de salvación, un salvoconducto de urgencia reclamando volver a ser la vértebra fundamental de la ciudad de la Mota. Tras Semana Santa, nos demanda la calle Llana.

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