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jueves, 23 de noviembre de 2017

LA PLAZA DEL AYUNTMIENTO











LAS PLAZAS DE LOS PUEBLOS  sirven de núcleo de concentración y , en torno a  ellas  se estructura la ciudad. En la ciudad de la Mota, se encontraba en la parte sur del cerro, encerrada entre murallas( la del Gabán, las tiendas y corredores, la torre de la Cárcel, casa de corregidor, edificios particulares de hidalgos, el hospital de los Monteses y las dependencias eclesiales de la  sacristía capillas del claustro , e iglesia abacial y Casas de Cabildo). Se puede escribir miles de historias acontecidas en esta plaza desde las luchas de las banderías entre los Aranda, los Gadeas o Montesinos  hasta la celebración de las corridas de toros, pasando por las fastuosas y bullangueras celebración del Corpus o el asesinato del corregidor Santa Cruz. El aspecto comercial  predominaba sobre todos los demás, e, incluso, prolongaba la plaza  de la Mota a la Baja a través de la Escaleruela. Y desde el Cañuto hasta las Entrepuertas. Y cuando se bajaron los vecinos hasta la calle Real. Pero, esta plaza dejó de palpitar definitivamente en el segundo decenio del siglo XVIII, para trasladarse al final de esta calle, donde se estableció el ayuntamiento en una casa alquilada de los Tapia, donde estuvo ubicada hasta en 1736, que tuvo el último traslado en la parcela n actual, la del Catastro de la Ensenada, plaza de abastos, de sorteo de los quintos, de carocas del Corpus, de toros, de comedias y de concentración de jornaleros y pobres de solemnidad pidiendo o exigiendo pan en as crisis de subsistencia. Y ,cómo no , plaza de fiestas y veladas para proclamar a los reyes o celebrar paces, tratados y acuerdos. Hasta el siglo XIX, que amplió sus funciones. 
En la plaza del Catastro, abundaban los vecinos con establecimientos abiertos, del sector de servicios, el terciario.  También, ocupaban casa algunos jornaleros. Unos compartiendo su trabajo a jornal con otros oficios como Alfonso Bellido (1043), que tenía abierta una taberna, con la que mantenía a su mujer e hijo menor; distinto es el caso de Bartolomé de Arjona (1044) jornalero meramente, mancebo que tenía un hermano menor de 18 que no trabaja por ser morante y estar baldado, y además una hermana.   
Famoso fue el boticario de carrera  e hidalgo don Alfonso García Briz (1042) , que se asistía en su botica con un oficial, un mancebo, y su familia estaba formado por su mujer , tres hijos y una criada.
Las zapaterías que eran frecuentes en las calles colaterales también se abría al espacio abierto de la plaza. Diego Benito Martínez (1045), era maestro zapatero, casado con cuatro hijos, uno de ellos aprendiz de su oficio y cuatro hijas. Ya tenía que arreglar zapatos para salir a flote, menos mal que todo el pueblo pasaba por su zapatería para comprar las verduras y frutas en la plaza. 
Como en la Mota, en la plaza se abrieron barberías. Francisco Díaz de Arjona regentaba una (1046), casado con su mujer completaba con un oficial de zapateria al que mantenía. Cercano vivía otro oficial de barberia Francisco José Palomino (1047) sin hijos.
Llegar a la plaza era encontrarse con los productos que uno no podía conseguir de su trabajo en el campo y necesitaba para la comida, el vestido y el mantenimiento de su vivienda. Pedro Martín Cabrera ( 1052) abría al público una tienda de sastrería por ser su oficio, al mismo tiempo que compartía con la de especería u quinquillería. Estaba casado sin hijos y una sirvienta- Los Martín estuvieron y están en la plaza. Mi bisabuela Antonio Martín Huertes regentaba con su madre Eloísa Martín una tienda de aguardenteria por la parte izquierda de la zona del bar Regio antes de la Guerra Civil. Pero los Martín de la saga de los Aguardenteros todavía mantienen la pequeña tienda en la que era la visita primera de muchos trabajadores al amanecer para abastecerse de la rica manzanilla, licor o aguardiente. 
Como acontecía en los años recientes, probablemente por dejarle una casa o algún que otra de las dependencias municipales se encontraba en la plaza los conserjes u ordenanzas.  Juan Manuel González ejercía de ministro ordinario) así se les llamaban o ministril) (1048) casado con un hijo y una hija.
Las panaderías no faltaban, porque el pan era el alimento básico de las familias. Juan Serrano de Briones era ahechado y panadero, este oficio estaba muy ligado a la política municipal, porque se recurría a ellos en los momentos de crisis de subsistencia ( carestía, fríos, sequías y nevadas),  Briones estaba casado con tres hijos (1049). Y no podían faltar en la plaza los más renombrados hidalgos. Don José de Estrada y Manrique, (1050) alcaide del Castillo y de la fortaleza. Una institución honoraria, pero de importancia protocolaria.  Regidor perpetuo y caballero hijodalgo notorio de sangre, casado con tres hijos mayores de 18 años, otro menor, una hija, dos criadas y cuatro mozos sirvientes. Mañana abundaremos su biografía. 
Don Luís Luís Iñiguez de Valdeosera ( 1051) era hidalgo por oficio, escribano del cabildo y de rentas ( uno de los dos junto con don Victoriano Martínez Acevedo). No le quedaba a la zaga en familia: casado con su mujer, dos hijas, un cuñado, una parienta, dos sirvientes y una criada.
Este es apunte de una plaza, que vivió tiempos históricos, de cambios políticos, reivindicaciones sonadas, celebraciones y conmemoraciones, recibimientos a autoridades y devociones, palpó el pulso de conspiraciones, y disfrutó de la vida cotidiana Se llamó del Ayuntamiento, Cosntitución , Vieja, de Queipo de Llano y ...nada menos que del Arcipreste de Hita. Pero siempre abrazó a todos con el nombre de Plaza del Ayuntamiento, con su fuente, desaparecida, sus tenderetes de los hortelanos del Castillo, sus postes para colocar la torre de  los primeros teléfonos o de la luz, el cinerama...Mañana desgranaremos las biografías de sus personajes. Como el que preside desde los años cincuenta Juan Martínez Montañés. Entre las fachadas de las Casas de Cabildo y  las Casas de Enfrente, encerrada siempre entre casas de hidalgos o de la burguesía alcalaína, visitada por su mesones, sus tiendas de bebidas, y de expendedurías de todo tipo, recuerda a los franceses Laloya y  Batmala, a los advenedizos prieguenses Serrano y del Mármol, se viste de toga y de púrpura política, militar en las comandancias de la guerra civil, religiosa honrando con la medalla de hora a la alcaldesa de las Mercedes, juega al teatro en los años setenta y a los reyes magos en Navidad.    .

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